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29 may 09

Homoiousia es la doctrina teologica Cristiana que afirma que Jesus el Hijo de DIos y Dios Padre son de una naturaleza SIMILAR (ὁμοιο- homoio- u homeo-) pero no de la misma sustancia , a posición defendida por los Semi-Arrianos en el siglo IV .

Contrasta con la homoousia ( o Trinitarianismo ) y heteroousia (Arrianism).

Trinitarismo

Anatemas pronunciados contra los opositores

En 325 E.C. un concilio de obispos reunido en Nicea, Asia Menor, formuló un credo que declaró que el Hijo de Dios era “verdadero Dios”, tal como el Padre era “verdadero Dios”. Parte de ese credo decía:

“Mas a los que afirman: Hubo un tiempo en que [el Hijo] no fué y que antes de ser engendrado no fué, y que fué hecho de la nada, o los que dicen que es de otra hipóstasis o de otra sustancia o que el Hijo de Dios es cambiable o mudable, los anatematiza la Iglesia Católica”3.

De modo que a cualquiera que creyera que el Hijo de Dios no era coeterno con el Padre o que el Hijo había sido creado se le entregaba a la condenación eterna. Uno puede imaginarse cuánto presionaba aquello a la mayoría de los creyentes comunes para que se amoldaran a aquellas ideas.

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En el año 381 d.C. se convocó otro Concilio en Constantinopla, y este declaró que había que adorar y glorificar al Espíritu Santo tal como al Padre y al Hijo.

Un año después —en 382 d.C.— otro sínodo se reunió en Constantinopla y sostuvo la divinidad plena del Espíritu Santo. Aquel mismo año, ante un Concilio celebrado en Roma, el Papa Dámaso presentó una serie de enseñanzas que la iglesia había de condenar. El documento, llamado el Tomo de Dámaso, incluía las declaraciones que a continuación se citan.

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“Si alguno no dijere que el Padre es siempre, que el Hijo es siempre y que el Espíritu Santo es siempre, es hereje.”

“Si alguno no dijere verdadero Dios al Hijo de Dios, como verdadero Dios a [su] Padre [y] que todo lo puede y que todo lo sabe y que es igual al Padre, es hereje.”

“Si alguno no dijere que el Espíritu Santo [...] es [...] verdadero Dios, [...] lo puede todo y todo lo sabe [...], es hereje.”

“Si alguno no dijere ser tres personas verdaderas: la del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo, iguales, siempre vivientes, que todo lo contienen, lo visible y lo invisible, que todo lo pueden, [...] es hereje.”

“Si alguno dijere que [el Hijo] constituído en la carne cuando estaba en la tierra, no estaba en los cielos con el Padre, es hereje.”

“Si alguno, al llamar Dios al Padre, Dios al Hijo de Aquél, y Dios al Espíritu Santo, los llama dioses [...] y no [...] una sola divinidad [...], es hereje”.

Varios eruditos jesuitas, en su traducción del tomo del latín al inglés, añadieron el comentario: “Parece que el Papa San Celestino I (422-432) consideró ley esos cánones; estos pueden considerarse definiciones de fe . Y el erudito Edmund J. Fortman afirma que el Tomo representa una “doctrina trinitaria bien fundada y poderosa”.

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28 may 09

Homoousia es la la consustancialidad del Espíritu Santo con el Padre y el Hijo, proclamada por el Concilio de Nicea ( griego … “όμοιοs” significando “igual” y “ουσία” que significa “esencia”.

“El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios”

El Primer Concilio de Constantinopla se celebró entre mayo y julio de 381 y está considerado el II Concilio Ecuménico por la Iglesia Católica.

En estos omentos continuaban surgiendo ideas no conformes con la doctrina católica que daban lugar a disputas.

Esta situación era la que se encontró el emperador romano Teodosio I cuando, en 379, cuando fue coronado emperador.

Teodosio decidió entonces convocar el primero de los Concilios que se celebrarían en Constantinopla para solucionar las herejías que amenazaban la unidad de la Iglesia.

El Concilio se inició bajo la dirección del Patriarca Melecio de Antioquia y con la asistencia de 150 obispos de las diócesis orientales, ya que el Papa Dámaso I no envió a ninguno, y entre sus principales participantes destacaron los llamados “Padres Capadocios”: Basilio el Grande, Gregorio Niseno y Gregorio Nacianzeno.

Este último fue designado por el propio Concilio como obispo de Constantinopla y, tras la muerte de Melecio, pasó a presidir el mismo que dimitió y fue sustituido por Nectario.

San Gregorio Niseno

La gran medida adoptada por el I Concilio de Constantinopla fue la reafirmación del Credo niceno, introduciendo en el mismo la consustancialidad del Espíritu Santo con Cristo.

El carácter ecuménico de este Concilio, en el que no participó ningún representante de la Iglesia occidental, fue confirmado por elConcilio de Calcedonia en 451.
Temas doctrinales
La herejía arriana mantenía que Jesús no era Dios sino solamente el hijo de Dios, pero sin ser Dios.
Tras la celebración del Concilio de Nicea en el 325, se condenó el arrianismo, pero éste volvió con fuerza en la propia Constantinopla ,gracias al apoyo de su obispo,Eusebio de Nicomedia, quien consiguió convencer a los sucesores del emperador Constantino I para que apoyaran el arrianismo y rechazaran la religión ortodoxa aprobada en Nicea y sustituyeran a los obispos nicenos por obispos arrianos en las sedes episcopales de Oriente.
Una de las consecuencias del arrianismo era el negar la igualdad entre las tres Personas de la Santísima Trinidad. Así surgió una nueva herejía defendida por Macedonio de Constantinopla que decía que el Padre es superior al Hijo y éste al Espíritu Santo. Esta doctrina fue llamada Macedonianismo, en atención al nombre de su principal representante, y sus seguidores se denominaronmacedonianos o « pneumatómacos», adversarios del Espíritu.

Se trataba de una consecuencia “lógica” derivada del arrianismo, ya que quienes negaban la consustancialidad del Verbo con el Padre y lo consideraban sólo como la primera de las criaturas, con mayor razón aún debían negar si eran consecuentes con su doctrina subordinacionista, la divinidad del Espíritu Santo, que sería criatura del Hijo, el creador de todos los demás seres. Se afirmaba que el Espíritu Santo era tan sólo una criatura, superior en dignidad a todos los Ángeles y especial dispensador de las gracias.

La doctrina macedoniana fue inmediatamente rechazada por San Atanasio, en un Concilio alejandrino del año 362, que profesó expresamente la divinidad de la tercera Persona de la Trinidad.
Pero la solución del problema en el plano doctrinal fue mérito, sobre todo, de los dos Gregorios, de Nacianzo y de Nisa, quienes construyeron la Teología del Espíritu Santo, enseñaron la homoousia, la consustancialidad del Espíritu con el Padre y el Hijo, y prepararon la definitiva formulación doctrinal por el concilio ecuménico de Constantinopla del año 381. El concilio sancionó el triunfo final de la ortodoxia en la larga lucha contra el Arrianismo, al renovar la profesión de fe de Nicea, completada ahora con la confesión de la divinidad del Espíritu Santo:
«Creemos en el Espíritu Santo, Señor y vivificante, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es igualmente adorado y glorificado, que habló por los Profetas».

Así completa, la profesión de fe ha recibido el nombre de Símbolo niceno-constantinopolitano.

Al final del Concilio, el emperador romano Teodosio emitió un decreto imperial , declarando que las iglesias debían restaurar a aquellos obispos que habían confesado la igualdad en la divinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

La doctrina acerca de la Santísima Trinidad, verdad angular de la fe cristiana, quedó así dogmáticamente formulada por la Iglesia antes de finalizar el siglo IV. El Símbolo de Nicea-Constantinopla fue recibido como regla de fe, tanto en Oriente como en Occidente. La cuestión trinitaria parecía ya destinada a quedar en el futuro al margen de las disputas teológicas.

Tras el Primer Concilio de Constantinopla, las disputas sobre la divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo fueron sustituidas por las disputas sobre Cristo acerca de cómo se integraban en Él su naturaleza humana y divina, y darán lugar al nestorianismo y el monofisismo.

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