Anne de Lenclos, conocida por Ninon, nace en Paris el 15 de mayo de 1616. Hija de un gentilhombre de Touraine. Desde su infancia se distingue por tener respuesta oportunas para todo.
Su belleza le proporciona amantes de la más alta cuna, y su carácter, su espíritu, le consiguen amigos fieles. Su fortuna no era considerable, su padre había disipado gran parte, pero ella arregla sus negocios con tanto orden que consigue una renta vitalicia de ocho a diez mil libras. Su amor por la libertad no le permiten soñar con el matrimonio. Compra una casa en la calle de Tournelles en Paris, también tenía otra en Picpus, donde iba a pasar el otoño.
La talla de Ninon era por encima de la media de las mujeres de la época, bien proporcionada, con la piel muy blanca, de grandes ojos negros, con una voz agradable y gracia en toda su persona.
Madame Scarron, en el esplendor de su fortuna siempre se complace en dar a su antigua amiga muestras de su aprecio. Cristina de Suecia no le llama más que “La Ilustre Ninon”.
“Yo no he conocido a la señorita Lenclos en la flor de su primera belleza, dice el marqués de La Fare, célebre por sus poesías, sin embargo a la edad de cincuenta años, e incluso después de los setenta, ella ha tenido amantes que la han adorado….su casa era posiblemente, incluso en los últimos tiempos de su vida, la única donde se hacía uso de los talentos del espíritu y donde se pasaban jornadas enteras sin juego y sin problemas”
Las desgracias que sus amigos sufrían no servían más que para aumentar su apego y amistad hacia ellos. Tenía por regla inviolable no recibir jamás ningún regalo de sus amantes e incluso de sus amigos.
“Los poetas están locos, decía ella, al haber dado al hijo de Vénus una antorcha, un arco, y un carcaj, la fuerza de este dios no reside más que en la venda de sus ojos: cuando se ama, no se reflexiona, si se reflexiona se acaba el amor”
Ninon no traicionaba nunca a sus amantes, si dejaba de amarlos se lo comunicaba.
La señorita Lenclos muere el 17 de octubre de 1705 a la edad de 90 años. Saint-Évremond la ha caracterizado en este cuarteto:
La indulgente y sabia naturaleza
A formado el alma de Ninon
De la voluptuosidad de Epicúreo
Y de la virtud de Catón.
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