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20 jun 10

Así será el verdadero fin del mundo

vie jun 18 09:06

Cualquier momento es bueno para idear un fin del mundo. Recordad el Apocalipsis de San Juan, la amenaza del cometa Halley, las cuartetas de Nostradamus, el efecto 2000, el dichoso calendario maya, etc. Todas erradas, si, pero el caso es que la Tierra no va a estar siempre aquí, ¿verdad?

Por Miguel Artime.

En efecto. Aquellos que creen que la Tierra durará para siempre (al igual que los que pensaban que el valor de los pisos nunca iba a bajar) se equivocan. Nuestro planeta pasará a mejor vida algún día. ¿Y qué clase de catástrofe conducirá al fin del mundo? Estudiemos las posibles “soluciones finales” que la naturaleza podría emplear para acabar con nosotros.

Impacto de Meteoritos

Cada día la Tierra recibe el impacto de pequeño objetos que se desintegran por el rozamiento contra el oxígeno de la atmósfera. Pero el caso es que cada 100 años, en promedio, un meteorito de 10 metros de longitud impacta contra la Tierra liberando la energía de un pequeño artilugio nuclear. Esto fue lo que sucedió en 1908 en Tunguska, zona por fortuna poco poblada.

Pero sigamos estudiando las estadísticas. Los científicos estiman que una vez cada 100.000 años, un proyectil de cientos de metros de longitud impacta contra la Tierra con la fuerza del total del arsenal nuclear humano. El cráter resultante de la devastación tendría el tamaño de Inglaterra, creando grandes tsunamis por todo el planeta y levantando tanto polvo a la atmósfera que el sol quedaría oculto durante meses, acabando con buena parte de la vegetación. Eso ya son palabras mayores.

Y luego está el clásico “pepino a lo grande”. Me refiero a ese impacto que se da de media cada 100 millones de años y que involucra a una roca del tamaño de un asteroide (kilómetros de longitud). Un impacto de ese tipo crea terremotos globales, mareas con olas de un kilómetro de alto, y la muerte inmediata de casi cualquier animal terrestre grande. Las criaturas marinas también terminan por perecer puesto que la evaporación de billones de toneladas de roca ocultan el sol, provocan un enfriamiento dramático de las aguas, y culminan con la destrucción de la cadena trófica que comienza con la fotosíntesis.

Esto fue lo que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años.

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Posibles soluciones:

Hoy en día contamos con oficinas de observación que tienen vigiladas las órbitas de los objetos de más de 100 metros que se encuentran más cercanos. Puestos a pensar estrategias a la hora de defenderse contra una de estas futuras amenazas rocosas, la opción nuclear no parece la más inteligente, puesto que así no se conseguiría evitar el impacto sino simplemente desmenuzar una gran roca en metralla igualmente mortífera.

Los expertos creen en cambio que tendría más éxito enviar una nave para que “remolcase” ligeramente al meteorito empleando la gravedad, desviándolo lo suficiente como para evitar el choque.

El sol nos engulle

Si no conocéis el fúnebre futuro del sol leed un poquito más y os ahorraréis unos euros en pitonisos. Nuestra amarilla estrella acabará por agotar su combustible nuclear y en unos 5.000 millones de años, crecerá en tamaño, se enfriará y adquirirá un tono rojizo. Cuando esto pase la Tierra simplemente se evaporará.

Posibles soluciones:

Algunos fanáticos de la ciencia ficción creen que también podríamos emplear la gravedad a nuestro favor. La técnica consistiría en atraer voluntariamente a un asteroide cuya órbita pasase cerca de la Tierra. A cada pasada, el asteroide “remolcaría” un poquito a la Tierra hacia el exterior del sistema solar. Con millones de años por delante, y la paciente e incesante repetición del proceso, nuestro planeta partiría a la fuga evitando de forma gradual que el sol moribundo le alcanzase.

Claro que hay quien piensa que es mucho más fácil habilitar a Titán como nuestro segundo hogar. Viajamos hasta allí, le añadimos un poco de oxígeno y ¡tachán! Bienvenida Tierra 2.

Supernova en el vecindario

Cuando las estrellas mucho mayores que nuestro sol, agotan su combustible nuclear, estallan en una titánica explosión llamada supernova. Si uno de estos evento se da en la vecindad de nuestro sistema solar (hablamos de una cicunferencia de 30 años luz), las partículas disparadas podrían destruir la capa de ozono de la zona expuesta a la explosión. Algunos científicos creen que fue esto (y no los cazadores humanos) lo que pudo haber provocado la desaparición de la megafauna norteamericana hace 41.000 años.

Y si las supernovas te dan “yuyu” mejor no hablar de las hipernovas. El colapso de provocado por este extraño suceso crea chorros gigantescos de gas y partículas altamente energéticas que viajan a casi la velocidad de la luz, cegando por unos instantes al universo entero con sus rayos gamma. Si la tremenda mala suerte hiciera que uno de estos fenómenos sucediera a 1000 años luz de la Tierra, el planeta simplemente estallaría sin remisión.

Posibles soluciones:

En el caso de la supernova, podría intentarse despoblar la zona de afectada mientras se nos ocurre algo para restituir la capa de ozono. Pero si hablamos de hipernovas la respuesta es: “huíd insensatos“.

Y en fin, sea como sea… si tenemos pensado sobrevivir como especie, convendría ir inventando ya el salto al hiperespacio para, llegado el caso, poder mudarnos a las jóvenes estrellas en formación en Orión y Tauro. ¡Una nueva edad dorada para los promotores inmobiliarios!

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13 jun 10

http://magiceyesonly.wordpress.com/

El calendario maya consiste en tres diferentes cuentas de tiempo, que transcurren simultáneamente:

  • el calendario sagrado (tzolkin o bucxok, de 260 días)
  • el civil (haab, de 365 días) y
  • la cuenta larga.

El calendario maya es cíclico, porque se repite cada 52 años mayas. En la cuenta larga, el tiempo de cómputo comenzó el día 0.0.0.0.0 4 ahau, u 8 cumkú (en notación maya) que equivale al 13 de agosto del 3114 a. C. en el calendario gregoriano[1] y terminará el 21 de diciembre de 2012.

La casta sacerdotal maya, llamada ah kin, era poseedora de conocimientos matemáticos y astronómicos que interpretaba de acuerdo a su cosmovisión religiosa, los años que iniciaban, los venideros y el destino del hombre.

El calendario maya, según algunos estudiosos, aparece ya en culturas más antiguas como la olmeca; para otros, sin embargo, este calendario es propio de la civilización maya. Las similitudes con el calendario mexica, ofrecen evidencia de que en toda Mesoamérica se utilizó el mismo sistema calendárico. Según la Wikipedia en inglés, el calendario maya está basado en los calendarios de culturas anteriores, como la olmeca, y fue creado antes del siglo VI a. C

La rueda calendárica

Ni el tzolkin, ni el haab numeraban los años. La combinación de fechas mediante los dos sistemas era suficiente en la vida práctica ya que una coincidencia de fechas se produce cada 52 años, lo cual rebasaba la expectativa de vida de la época prehispánica. Los mayas fusionaron estos dos sistemas, en un ciclo superior llamado “rueda calendárica”. La conformación de esta rueda, que se compone de tres círculos, da por resultado cíclos de 18.980 días, en cada uno de los cuales uno de los 260 días del tzolkin coincide con otro de los 365 días del Haab.

El círculo más pequeño está conformado por 13 números; el círculo mediano por los 20 signos de los veinte días mayas del calendario Tzolkin, y el círculo más grande por el calendario haab con sus 365 días (dieciocho meses de veinte días y el mes corto de cinco días). En este conteo, los mayas consideraban que el día de la creación fue el 4 ahau 8 cumkú.

Cada cíclo de 18.980 días equivale a 52 vueltas del haab (calendario solar de 365 kines) y a 73 vueltas del tzolkin (calendario sagrado de 260 kines), y al término ambos vuelven al mismo punto. Cada 52 vueltas del haab se celebraba la ceremonia del fuego nuevo, analógicamente era un “siglo maya”.

¿CUANDO ACABARÁ EL MUNDO?

Los mayas especificaron en una de sus profecías que el momento exacto del fin del quinto mundo ocurriría cuando la suma de la fecha marcada se intersecte antes de llegar a medio kin y dé como resultado el número base para sus cálculos arquitectónicos y astronómicos.

Archivo:Dresden Codex p09.jpg


PERO NO ACABA EN 2012

Reproduzco aquí, un interesante articulo de un escritor que firma sus libros con el pseudónimo de Tezcatl, desmontando de un plumazo las múltiples teorías que se han vertido sobre el apocalípsis en 2012:

El conocimiento mesoamericano fue desarrollado desde los Olmecas, pasando por los mayas, los zapotecas, los mixtecas y finalmente los toltecas, quienes refinaron su cuenta dual de ciclos a grados de matemática avanzada.

Refutación del 2012:

1. Confusión en la simbología.

Esta gráfica NO ES MAYA como todo el mundo supone, corresponde al centro de la Piedra del Sol y fue diseñada por toltecas, aun cuando se le conoce como el Calendario Azteca porque fue encontrada en la ciudad Azteca de Tenochtitlan.


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23 mar 10

Una investigadora italiana de los Archivos del Vaticano ha llegado al final del ovillo descifrando la famosa pintura de Leonardo da Vinci: el fin del mundo llegará como resultado de otro Diluvio Universal que se desencadenará el 21 de marzo de 4006. Y después de mucha agua, el 1 de noviembre de ese mismo año, todo terminara y llegara el Mesias.

. Todo está en el cuadro ‘La Última Cena’.

Queda tiempo, por tanto, para que mientras llega ese día, los aficionados puedan estudiar los detalles que ha revelado Sabrina Sforza Galitzia este fin de semana en La Repubblica. Y esta vez no se trata de una novelista que ha desarrollado una trama de ficción, sino de una profesional: antes de husmear en viejos legajos del Vaticano estudió a fondo manuscritos de Leonardo en UCLA, la famosa Universidad de California en Los Angeles.

Por si fuera poco, Sabrina Sforza lleva el mismo apellido que el duque Ludovico Sforza, el hombre que encargó a Leonardo Da Vinci su obra maestra, que se conserva en el convento de Santa María de las Gracias de Milán.

La Última Cena ha sido estudiada milímetro a milímetro por especialistas de la pintura, la religión, la historia y el esoterismo. Y no es una pintura pequeña: el monumental fresco mide 4,60 × 8,80 metros. Se han escrito libros interpretativos sobre la pintura y los personajes que aparecen en ella (y sobre los que no aparecen). El último volumen lo ha escrito la propia Sabrina Sforza y fue editado el año pasado por el Vaticano. A fuerza de mirar tanta gente la pintura, se le han encontrado cantidad de simbolismos y ‘claves’, como la famosa del libro de Brown de que la persona a la derecha de Jesús no es San Juan, sino María Magdalena. Ahora, Sabrina Sforza dice que en el ventanal del centro, justo sobre la cabeza de Jesús y en el arco superior se esconde una fórmula ‘astrológica y matemática’ que ella ha resuelto. y su complemento son los misterios de los otros dos arcos.

La calve de todo es la palabra CENACOLO, como Leonardo denominaba a su famoso cuadro.

Todavía le quedan más misterios por divulgar. Sforza alega que ya está manos a la obra en la preparación de otro estudio en el que revelará el código completo, que se relaciona con los signos del Zodíaco ( cada uno de los discipulos representados ) y con las 24 letras del alfabeto latino como representación de las 24 horas del día, mientras que el mantel representa el planisferio celeste y el nudo de la derecha es la firma de Leonardo.

Por lo que respecta al fin del mundo en 4006, Da Vinci creía que después habría ‘un nuevo despertar de la Humanidad’.

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