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12 jun 10

1.La población griega y los grupos dialectales

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Una consecuencia de las migraciones de finales del II milenio fue la llegada de nuevos grupos de población y la creación de los grupos dialectales.

A comienzos del II milenio a. C. , (+-1900 a.C.), las primeras olas de invasores de habla indoeuropea llegaron a la península griega, al Peloponeso y a las islas adyacentes, asentándose en esa región. Herodoto los denomina Achaioi, distinguiéndolos de los autóctonos pelasgios, sobre los cuales afirma lo siguiente:

‘En tiempos antiguos hubo dos razas viviendo en Grecia: los pelasgos, que nunca dejaron su hogar original y los helenos (griegos) que emigraron frecuentemente… Qué lengua hablaban los pelasgos no puedo decir con exactitud. Lo que sí se puede afirmar de ellos, que aun sobreviven, es que su lengua no es griega. Si eso es verdad de la raza pelasga, la nación ática debe haber aprendido el griego al mismo tiempo que fueron helenizados.’
(Herodoto, Los nueve libros de la historia 1, 57)

La lengua de los arcadios parece ser la base que dio origen al dialecto jónico, pero en cuanto a los pelasgos poco se sabe salvo que hubieron de ser absorbidos por los primeros y que su lengua no era indoeuropea, cosa que se refleja en el grupo consonántico -nth- y -ss- que abunda en topónimos y nombres de plantas, como Korinthos, Zakinthos, akantha, etc.


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26 feb 10

http://web.educastur.princast.es/proyectos/grupotecne/archivos/investiga/Polis%20griega.jpg

La Acropolis de Atenas desde el Agora

En el Ática existieron tres núcleos principales de población: Atenas, Eleusis y Brauron. Entre los s. VIII-VII estos núcleos se unieron para formar la πόλις de Atenas.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/7e/Areopagus_from_the_Acropolis.jpg

Colina del Areópago,Atenas

En un primer momento la estructura política de Atenas se basó en la φρήτρη (fratría). Cada fratría tenía su lugar respectivo de culto y reunión, así como sus estatutos. Había asimismo un sacerdote o encargado de oficiar los ritos y también un jefe llamado φρατρίαρχος. Tenían competencias judiciales y celebraba las Apaturias en honor de Zeus y Atenea. Los recién nacidos se presentaban ante la fratría, y al alcanzar la mayoría de edad todo ateniense tenía que inscribirse en una fratría, hecho que serviría para probar su ciudadanía.

Con el tiempo las fratrías sobrevivieron como una especie de comunidad religiosa responsable de determinados cultos. Clístenes obligó a que fuesen admitidos los habitantes del lugar para que ningún ciudadano fuera excluido.

Primeras instituciones atenienses

Monarquía

En Atenas hubo una monarquía formada por miembros de la familia de los Medóntidas, con antecedentes míticos en las figuras de Egeo y Teseo. En el s. VII las familias de ἄριστοι se hicieron con el poder y crearon las magistraturas con el objeto de asumir el poder real. El conjunto de las familias de ἄριστοι era conocido como eupátridas.

Magistratura

Los eupátridas crearon el arcontado (ἄρχοντες) para sustituir el poder real por uno propio. El arcontado se componía de nueve arcontes:

-El arconte epónimo (ἐπώνυμος), con funciones ejecutivas dentro de la vida civil de la ciudad, era la máxima autoridad a no ser que se estuviese en guerra o situación extraordinaria. Daba su nombre al año.

-El arconte polemarco (πολεμαρχός) dirigía al ejército ciudadano, que se organizaba por tribus.

-El arconte basileus (βασιλεύς) era el encargado de las funciones religiosas;

-Los arcontes thesmothetai (θεσμοθέται) o tesmotetes, seis en total, eran los magistrados encargados de transcribir y custodiar las sentencias emitidas por los jueces. Hay quien cree que estos arcontes θεσμοθέται no sólo transcribían las leyes, sino que las creaban.

Areópago (Ἄρειος πάγος) o Consejo

AREÓPAGO


El Areópago es una pequeña colina de 115 metros de altura situada al oeste de la Acrópolis donde se reunía el Consejo del Areópago. En este lugar predicó el Evangelio el Apóstol San Pablo el año 51 d. C.
En el 950 a. C. la monarquía fue sustituida por el Arcontado. En un principio se nombraron tres arcontes (magistrados con funciones de gobierno) cuyo mandato duraba diez años, el «basileus» o arconte rey y encargado de las funciones religiosas, el «polemarco» que dirigía el ejercito y el «epónimo» con jurisdicción en cuestiones civiles. En el 683 a. C. el mandato de los arcontes se limitó a un año y se aumentó el número de arcontes a diez.
Al acabar su mandato los arcontes ingresaban en el Consejo del Areópago, órgano consultivo del propio Arcontado. Este consejo controlaba a los magistrados, custodiaba la Constitución, interpretaba las leyes y juzgaba a los homicidas. Con las reformas de Solón y la creación del Consejo de los Cuatrocientos (Boulé) el poder del Consejo del Areópago se limitó progresivamente.
Se conservan unos 250 metros de la calle del Areópago, a lo largo de la cual se pueden ver los restos de una fuente romana del siglo II, los cimientos del templete dedicado a Aminéion y los del «Témenos» de Dionisio Lenáios y los restos de una «lesché» (lugar de reuniones).

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El Areópago o consejo de la ciudad, compuesto por personas que previamente habían sido magistrados y la pertenencia a él era vitalicia. La institución controlaba a los magistrados y podía emitir dictámenes o normas de obligado cumplimiento.

Ekklesía (ἐκκλησία) o Asamblea

La asamblea se componía de ciudadanos varones mayores de edad, aunque en un principio sólo participaban aquellos que tuviesen tierras. Se convocaba para declarar la paz o la guerra y para elegir anualmente a los magistrados entre una serie de candidatos eupátridas.

Solon en un mosaico de Antioquia,Casa de loas astros

Solón (en griego Σόλων) (c. 638 a. C.558 a. C.) fue un poeta, reformador y legislador ateniense, uno de los siete sabios de Grecia.

Origen

Plutarco, en sus Vidas paralelas, hace referencia a dos versiones sobre el origen de Solón: una de Dídimo que indica a un tal Fílocles; y otra, más extendida, señala a Execéstidas o Ejecéstides como su verdadero padre. Su familia podía ser clasificada, por su hacienda y ocupación (comerciante),[3] como de clase media, pero su linaje (los medóntidas) pertenecía a la más recia nobleza: descendía de Codro, antiguo Rey de Atenas. Por su madre guardaba parentesco con Pisístrato, quien sería luego tirano de Atenas.[4]

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Colina de Ares o Areopago de Atenas

Fecha de nacimiento y muerte

No existen grandes controversias sobre la fecha de su nacimiento, aunque se puede precisar solo muy aproximadamente el año. Este se ha calculado a partir de la fecha de su arcontado, en 594/3 a. C.[5] Los antiguos vieron en este acontecimiento su floruit o acmé, o sea, su madurez, y esta era alcanzada supuestamente a los 40 años. Por lo tanto habría nacido alrededor del 634/3 a. C.; aunque algunos indican como fecha aproximada el 639/8 a. C.

Sobre la fecha de su muerte los críticos muy pocas veces se dan a la conjetura, por falta de datos de donde partir. Sin embargo la tradición la ha ubicado alrededor del año 559/8, poco después del comienzo de la tiranía de Pisístrato.


1. Templo de Hefesto. 2. Antiguo Bouleuterion 3. Nuevo Bouleuterion 4. Tholos

Vida y anécdotas

Si bien Solón venía de una familia acomodada, su padre diezmó su fortuna en actos de generosidad. Por ello Solón se inició como comerciante internacional. Sus habilidades poéticas hicieron que fuera considerado uno de los Siete sabios de Grecia.

En la mitad de los años 590 a. C. trabajó para instigar la reanudación del conflicto con Cirra sobre Salamina. En 594 a. C. fue nombrado arconte del Ática, con el propósito de controlar el desorden civil rampante en esa ciudad, producto de las leyes emitidas por Dracón y la esclavitud de muchos campesinos por deudas.

Solón abolió la mayoría de estas leyes (de donde se deriva el adjetivo de “draconianas”), que eran excesivamente sanguinarias con los delitos menores y habían provocado quejas en la población, excepto las referentes al homicidio.

Introdujo un conjunto de reglamentos, seisachtheia, que fueron muy útiles para mejorar las condiciones en asuntos de hacienda y tenencia de tierras. Sus reglamentos tuvieron tal éxito que se le encomendó la tarea de reescribir la constitución. El resultado fue llamado más tarde la Constitución Soloniana.

Se eximió a los ciudadanos de impuestos directos. Introdujo la Heliaia (juicio por jurado). El Consejo de los Cuatrocientos (o Bulé) y el Areópago fueron establecidos como los principales cuerpos consultivos y administrativos. Anuló todas las deudas que pesaban sobre los campesinos humildes y decretó que todos los esclavos por deudas fueran liberados; remodeló el calendario, y reguló los pesos y medidas. Sus leyes fueron escritas en cilindros especiales de madera (kyrbeis) y puestas en la Acrópolis.

Tuvo gran amistad con Anacarsis el Escita, que se burlaba de Solón por la fe que tenía en las leyes escritas para mantener a raya la codicia e injusticias de sus conciudadanos.[8]

La Reforma social de Solón o Timocracia [editar]

Decidió terminar con los derechos de casta, adaptando los derechos y deberes de los ciudadanos a sus respectivas rentas, procediendo a la división de la población en cuatro clases. Este sistema político, en el que en función de la renta de cada clase (unidad de medida: medimno) se le adjudican ciertos derechos políticos y responsabilidades, se conoce como timocracia (timokratia).

  • Pentakosiomedimnoi (Pentacosiomedimnos): producen más de 500 medimnos.
  • Hippeis: son los que producen más de 300 medimnos. Su nombre proviene de su pertenencia a la caballería (pueden permitirse pagar un caballo)
  • Zeugitai: son los que producen entre 200 y 299 medimnos. Son la masa de los labradores o pequeños campesinos que formaban el ejército hoplita (podían pagarse el casco, la espada corta, la coraza…)
  • Thetes: producen menos de 200 medimnos
Había de tributar como de quinientos medimnoi el que sacase de tierra propia quinientas medidas entre áridos y líquidos;como caballeros los que sacasen trescientas, o como algunos dicen los que pudieran criar un caballo, y éstos dan como prueba el nombre de la clase, como deducido de este hecho, (…). El tributo de un par pagaban los que cosechaban entre áridos y

líquidos doscientas medidas, y los restantes pagaban el impuesto como thetes, sin participar en ninguna magistratura.

Los autores no coinciden en cuanto a qué clases podían aspirar a cuáles magistraturas, aunque aproximadamente se puede explicar así,

  • Las tres primeras clases (las superiores), debían cumplir el servicio militar como hoplitas.
  • No está claro si eran las dos primeras clases o sólo la primera quiénes podían desempeñar magistraturas superiores.
  • Mientras que los de la cuarta clase (la de los trabajadores asalariados), sólo servirían en infantería ligera o la flota y sólo tenían voz en la asamblea popular (Ekklesía) y en los Tribunales de Justicia (Heliaia).

Importancia de la Constitución Soloniana


Moneda griega de 50 dracmas con la efigie de Solón en el reverso (1982).

Esta constitución estableció un régimen que llamamos

Timocracia ( Forma de gobierno en que ejercen el poder los ciudadanos más ricos, en una riqueza basada en la posesion de la tierra ) u Oligarquía (“gobierno de unos pocos”), ya que sólo permite el acceso a las instituciones de gobierno superiores a aquellos que poseen las mayores propiedades territoriales.

Anteriormente sólo los nobles controlaban estas instituciones. Por tanto, la Constitución Soloniana significa una pérdida de poder político para la nobleza y una extensión de éste hacia capas medias de la sociedad. La Constitución de Solón tiene su mérito en que a través de la riqueza, permitió el acceso a la acción política a personas ajenas a la nobleza (mercaderes y comerciantes enriquecidos en el intercambio con las colonias mediterráneas, por ejemplo). Además, fue la primera constitución escrita, lo cual ayudó a finalizar con las arbitrariedades de los jueces (que siempre eran “aristoi”). De este modo, las capas medias trabajadoras de la sociedad lograron una cuota considerable de participación política.

Poder político e instituciones

La Timocracia significó la división de la población en cuatro clases según los “medimnoi” producidos por una persona.

La riqueza determinaba la participación política porque sólo los Pentakosiomedimnos , los hippeis y quizá los Zeugitas podían optar al “arcontado” (magistraturas ejecutivas). Por tanto, la participación en el Areópago estaba limitada a ellos. Sólo las tres clases superiores podían participar en el ejército, al poder pagarse las armas necesarias. Los Hippeis (“caballeros”) podían también pagarse un caballo.

El Areópago o Consejo Aristocrático, en época monárquica había sido el Consejo del Rey. En época monárquica se llamaba Bulé, pero cambió su nombre cuando Solón creó la nueva Bulé.

En época de Solón fue mantenido como un consejo prestigioso que supervisaba el gobierno de la ciudad, el trabajo de los magistrados, opinaba sobre el gobierno y actuaba como tribunal para delitos graves y de sangre. No podía decidir, pero la Ekklesía intentaba contar con su favor. Estaba compuesto de forma vitalicia por aristócratas, familias poderosas y por los ex-arcontes.

La Bulé, nuevo órgano creado por Solón, era un Consejo de Cuatrocientos ciudadanos (cien de cada tribu del Ática). Los thétes estaban excluidos de la vida política. Hay dudas sobre sus funciones en época de Solón. Se cree que se ocupaba de proponer leyes y de preparar las reuniones de la Ekklesía. La Ekklesía o Asamblea Ciudadana era la que tomaba todas las decisiones de política interior, exterior, legislativa, judicial y ejecutiva, pero necesitaba la aquiescencia y consejo del Areópago y la Bulé.

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Colina de Ares o “Areos-pagos”, Areopago, desde el Ágora.Atenas,Grecia

La Ekklesía elegía a los arcontes, y por tanto, elegía indirectamente a los nuevos miembros del Areópago. Estaba compuesto por todos los ciudadanos mayores de dieciocho años, varones. Delegaba su poder ejecutivo en los nueve arcontes y su poder judicial en el Areópago (tribunal para los casos de homicidio voluntario) y en la Heliea (tribunal ciudadano).

La Heliea era un Tribunal de Justicia Ciudadano, compuesto por ciudadanos elegidos por sorteo.

Solón es el autor de la Constitución Ateniense del año 594 a. C.


“Guarda todo con mesura”

Sin embargo, aunque sus leyes resolvían varios problemas de la sociedad ateniense, no era suficiente para las clases más bajas, que esperaban medidas más radicales. Solón en cambio buscaba el justo medio, atribuyéndosele la frase ”guarda todo con mesura”.

Dejó a los atenienses por el lapso de 10 años, en los que debían respetar las leyes, cosa que no ocurrió, y recorrió varios países como Chipre, Lidia y Egipto, de donde extraerá a partir de varios sacerdotes el relato de la Atlántida, posteriormente recogido por Critias y plasmado por Platón en sus diálogos Timeo y Critias, regresando a Atenas para el año 550 a. C., durante el gobierno del tirano Pisístrato, que se mantuvo respetuoso con el viejo legislador. Debatió sobre el sentido de la ley con el filósofo Anacarsis el escita y falleció el año 558 a. C.

II de Macedonia derrotó a los atenienses en la batalla de Queronea.

http://portadas.libreriaproteo.es/0/8/0/0/3/9788496808003.JPG

Vazquez Hoys,Ana Maria; Historia del Mundo Antiguo. Tomo II. Grecia. Editorial Sanz y Torres, Noviembre 2007

http://www.uned.es/geo-1-historia-antigua-universal/new%20website/Libros%20images/Libro5.gif

Vazquez Hoys,Ana Maria: Introducción a la Historia Antigua II. El mundo griego tomo II. Grecia desde el siglo IV. Alejandro Magno. El Helenismo. CU 118, UNED, Madrid 1994(Capitulo Ligas y Confederaciones)

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2 nov 09

» 6 Octubre 09 - Jesús TRILLO FIGUEROA* «Ágora: Hipatia» (I) El cine es un maravilloso medio para contar la Historia, pero tiene sus limitaciones: a veces, las ambiciones excesivas pasan factura.

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Lafilósofa Hipatia

Los realizadores de «El Código da Vinci» pretendieron convertir a Magdalena en diosa y se pasaron. Amenábar pretende, nada más y nada menos, contar una historia a partir de la cual «el mundo cambió para siempre». Y se ha vuelto a pasar cuatro pueblos más. La película tiene tantos mensajes ideológicos que es imposible meterlos en dos horas y, al mismo tiempo, mantener un ritmo entretenido, interesante y espectacular. El cine requiere medir las secuencias, los silencios, los tránsitos y, sobre todo, un guión que mantenga la atención del espectador. Es una pena, porque la película contaba con todos los mimbres: un gran director, una generosa producción, una preciosa actriz, un maravilloso decorado y una perfecta ambientación. Pero lo que pretenden es inyectar en una pastilla los siguientes mensajes: primero, que las religiones generan odio y violencia. Segundo, que el cristianismo es la más talibán de todas y la que empezó. Tercero, que existen dos mundos, por una parte, el de la filosofía y la ciencia, contrapuesto e incompatible con el de la religión. Cuarto , que el cristianismo al principio fue misericordioso, pero la jerarquía eclesiástica y la Iglesia son por definición intolerantes y fundamentalistas. Y, sobre todo, hay dos mensajes más que son especialmente queridos por la película y por toda la explosión de libros y propaganda que estos días se vienen haciendo: el cristianismo es la causa de la caída del Imperio Romano y de la desaparición de la sabiduría grecolatina. Además, es el culpable de la subordinación y dominación de la mujer por parte del hombre. En fin, Alejandría e Hipatia son el símbolo de una civilización grecorromana basada en la filosofía, la ciencia y la libertad, hasta que llegó el cristianismo y comenzó la oscura Edad Media. Demasiado para una sola película. Y la cosa continúa porque, según declara el director, «es increíble cómo se parece a la situación actual». ¿Es casualidad que desde julio hasta el estreno de la película se hayan publicado más de cuatro biografías sobre Hipatia, paradigma de las cuales es la de Clelia Martínez Maza, financiada por la Dirección General de Ciencia y Tecnología? Más de 10 novelas, ejemplo de las cuales es la escrita por el hermano de Carmen Calvo, ex ministra de Cultura, además de multitud de estudios de historia sobre la época. Y todo ello con el mismo mensaje. Que todo salga al mismo tiempo no puede ser casualidad. Una vez más, nos encontramos con un ataque ideológico perfectamente orquestado, del cual, por cierto, Amenábar suele ser pistoletazo de salida, como lo fue en el caso de «Mar adentro» con la eutanasia. Ahora la cosa va directamente contra la religión y particularmente contra el cristianismo. Lo malo de la trama que cuenta la película es que es mentira desde el principio hasta el final. Forma parte de la estrategia de reescribir la Historia a la que es tan aficionada nuestra izquierda. Hipatia no fue asesinada siendo una joven tan hermosa como Rachel Weisz, de 38 años, sino que murió en el año 415 y tenía 61. No fue famosa por sus dotes de astronomía por más que en la película se empeñen terca y cansadamente, atribuyéndole haberse adelantado a Kepler más de mil años; sino porque era una «divina filósofa» platónica, en palabras del obispo cristiano Sinesio de Cirene –única fuente coetánea que se conserva sobre ella–, a la que llama en sus cartas «madre, hermana, maestra, benefactora mía». El citado obispo, a quien en la película se le hace traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, murió dos años antes que ella, así que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte. Ella fue virgen hasta el final, pero no vivió la castidad como ha dicho la protagonista, que se ha declarado feminista radical, «para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación». Lo hizo porque, coherente con su filosofía, ejercía la Sofrosine, es decir el dominio de uno mismo a través de las virtudes entendidas como el control de los instintos y las pasiones. Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los talibanes cristianos. La biblioteca fue incendiada por Julio César, saqueada junto con el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. Es verdad que en el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios. El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Y el neoplatonismo siguió floreciendo, hasta que lo recuperó el renacimiento cristiano. Por cierto, que yo sepa, su más brillante exponente se llamaba San Agustín, coetáneo de Hipatia. «Ágora: Cirilo» (y II) La historia de Hipatia ha sido objeto de manipulación por todas las tendencias ideológicas, desde la Ilustración hasta el feminismo radical más reciente. Para algunos, como Voltaire, «desde la muerte de Hipatia hasta la Ilustración, Europa está sumida en la oscuridad; la Ilustración, al rebelarse contra la autoridad de la Iglesia, la revelación y los dogmas, vuelve a abrir la iluminación de la razón». En la última versión feminista de Úrsula Molinaro, Hipatia es la campeona del amor libre, a pesar de que en realidad era virgen. La conclusión es que de la verdadera historia de Hipatia se pasa a la leyenda de Hipatia, que se convierte en la leyenda del Crimen de Alejandría, cuyo protagonista principal es el obispo Cirilo. La película de Amenábar recoge casi todos los ingredientes de esta leyenda: Hipatia es símbolo de mujer libre que representa el fin de la cultura grecolatina y el comienzo del oscurantismo cristiano, asesinada por unos fanáticos talibanes cristianos al mando del obispo Cirilo. ¿De dónde surge esta leyenda? El primero que narró el crimen fue Sócrates Escolástico en el siglo V, un letrado al servicio del patriarca de Constantinopla Néstorio, enemigo del patriarca de Alejandría Cirilo. Pero la atribución directa a este último de la autoría del asesinato fue cosa del escritor pagano Damascio, que escribió la «Vida de Isidoro», que es una apología del paganismo durante el final del siglo V y principios del VI. No obstante, la auténtica leyenda surge con la obra de John Toland en 1720. Éste era un irlandés, hijo ilegítimo de un sacerdote católico, que se hizo protestante y posteriormente activo militante del ateísmo en la Gran Logia de Londres. Después vino Voltaire; después, el historiador Edward Gibbon, quien, para argumentar su tesis acerca de que el cristianismo es la causa interna de la decadencia del Imperio Romano, utiliza la leyenda de Hipatia y declara a Cirilo responsable de todos los conflictos que estallaron en Alejandría en el siglo V. Más tarde llegarán las versiones románticas de Leconte de Lisle y otros, y finalmente el feminismo radical, para el que Hipatia fue la primera mártir de la misoginia propia del cristianismo. Todos los autores citados, y alguno más, tienen una cosa en común: son masones reconocidos. Una de las grandes mentiras de la historia que se quiere propagar es que la mujer fue libre en Grecia y en Roma hasta que llegó el cristianismo y la sometió la sujeción del hombre; a esta idea también contribuye la película. Lo cierto es que en Grecia la mujer era considerada una cosa más de la casa, y en Roma, no era una «sui iuris», es decir, titular de derechos, sino que era considerada «capiti diminutio», como un niño o un incapacitado y, por tanto, estaba sometida a la tutela o la «manus» del padre o del marido. Por el contrario, fue el cristianismo el que consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza, pues ambos son hijos de Dios y hermanos en Cristo; y prueba de ello es que las primeras manifestaciones de mujeres libres autodeterminándose, pese a la voluntad de sus padres o del estado, fueron las primeras mártires cristianas víctimas de las persecuciones romanas, tales como Inés Ágata o Cecilia. Y precisamente la explicación fundamental en torno al odio a Cirilo está en esta cuestión. Independientemente de que la carta de San Pablo a Timoteo no refleja precisamente una visión emancipada de la mujer, no es creíble que Cirilo la impusiera como literalidad a cumplir, porque es precisamente Cirilo quien más ha exaltado en la historia de la humanidad la condición femenina, pues a él se debe la expresión «Theotokos», palabra griega que significa madre de Dios. El personaje del que hablamos, al que la película presenta con caracteres parecidos a Bin Laden para luego dejar en letras la explicación de que a ese «energúmeno» que ustedes han visto la Iglesia católica lo hizo Santo y León XIII lo declaró doctor de la Iglesia, efectivamente es San Cirilo de Alejandría. Él fue el que derrotó a la herejía Nestoriana en el Concilio de Éfeso del 431. En esencia, la disputa consistía en si María era madre de Cristo o madre de Dios. De la respuesta a esta cuestión surge algo muy importante: la doble naturaleza divina y humana en una persona llamada Cristo. Cirilo consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, puesto que era el lugar donde vivió sus últimos años la Virgen María , y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios. Hasta aquel momento nadie en la historia había conseguido colocar a un ser humano mujer por encima de cualquier hombre. Éste es el personaje que en el fondo persigue la leyenda de Hipatia; curiosamente, Beltrand Rusell comienza su «Historia del pensamiento occidental» con una irónica semblanza de San Cirilo diciendo: «El motivo principal de su fama es el linchamiento de Hipatia». Todo esto huele excesivamente a podrido. *Abogado del Estado (e)

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