En el origen de Egipto, está Atum-Ra, la divinidad del Sol Negro. En Heliópolis, denominada On en egipcio, la Ciudad del Sol, se hallaba el Templo del Fénix. Ese templo antiguo era un lugar sagrado, un espacio para la divinidad. Al alba, a imagen de Zep Tepi (el Primer Tiempo de los antiguos egipcios), en el interior del recinto del templo, el Fénix –el rayo del sol– alcanza la piedra de Benben, el Piramidión cónico de hierro meteórico, colocado en lo alto del obelisco situado en el centro del recinto
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Atum-Ra
Dentro del Nun se encontraba ATUM-RA. Parece evidente que Atum, de personalidad andrógina y muy arcaica, en los comienzos fue un principio abstracto que sufrió un proceso de personalización hasta tener forma humana y concretamente de varón. En sus orígenes le encuentra como un dios telúrico, quizá un tótem local, que carecía de función solar. En una etapa muy temprana, pero en época dinástica, es asociado a Ra y este le traspasa su naturaleza interpretándose que Ra era su conciencia, su energía en la acción creadora que se manifestaba a través de los rayos del Sol(1), su complemento. Así se le da un sentido espiritual, disipador de las tinieblas. De éste modo y mediante el sincretismo, Atum-Ra reúne en si rasgos ctónicos y solares, recordemos también su personalidad activa/pasiva fusionada durante el Reino Antiguo; deidades que, tomadas como unidades independientes, representan aspectos diferentes del Sol, mientras que como “un todo” simbolizan al dios creador por antonomasia, ambos suponen una completa y perfecta simbología para explicar el concepto amplio de lo que se quiere representar en él.
En los “Textos de las Pirámides” Atum-Ra aparece como “Señor de Heliópolis” y “Señor de los Limites del Cielo” siendo estos los indicios escritos más antiguos. Ra, procede con mucha verosimilitud de Sajebu una localidad próxima a Heliópolis, hecho que dada su vecindad pudo favorecer para su fusión. Es entonces cuando aparecen también las distintas manifestaciones del Sol, en cuanto a la multiplicidad de formas: Atum, llamado “el No Ser Aún” en el anochecer, Ra el sol en el cenit, a los que en esta secuencia más tarde se unirá Khepri “el que vino a la existencia” representado como un escarabajo en perfecta analogía con el Sol del amanecer, siendo todos igualmente, dioses locales del área heliopolitana. Horajty es el halcón lejano en el horizonte, obtenido de la fusión de Horus y Ra como ya vimos anteriormente.
Atum crea sin necesidad de una contrapartida femenina y auto-surge gracias a su voluntad y su energía cuando se encontraba latente en las aguas del Nun. Es un hecho inequívoco y claro que no requiere explicación, sin embargo más adelante los teólogos de Heliópolis sintieron la necesidad de modificar la creación para hacerla más comprensible, para ello dotan al dios de una compañera llamada Iusaas (en otros casos aparece Hathor, Señora de Hetpet, en su lugar) cuyos epítetos son: “Ella Viene y es Poderosa” o “Ella Vino con el que es Grande”, que es titular de una capilla en el recinto de Heliópolis. “Ella” era la diosa consorte y la materialización de la mano de Atum en el acto creador, representada con un disco solar o con un escarabajo sobre la cabeza.
Atum-Ra es el dios más importante del pensamiento religioso egipcio, tanto que el resto de los dioses provinciales fueron sufriendo asimilaciones con él. Realmente las cosmogonías locales generalmente utilizaban la fórmula heliopolitana incluyendo a su divinidad local. De este modo, y a partir del Reino Medio, la solarización de los dioses hace que aparezcan divinidades como Amón-Ra, Sobek-Ra, etc. Los únicos dioses que no llegaron a sufrir esta fusión fueron Ptah, quizá por ser un dios creador demasiado importante con un clero influyente, y Osiris, cuya leyenda era demasiado popular.
Atum reúne en sí toda la creación. En ocasiones es identificado con la colina primigenia en sí misma, siendo la unidad de una creación diversificada, la primera fuerza cósmica creativa y un dios andrógino potencia del orden de vida. La creación en torno a él tiene un carácter eminentemente sexual, una forma primitiva pero lógica de expresar el pensamiento profundo de la existencia. Su unión a la Enéada heliopolitana para dotarle de una genealogía, tal y como también la tenían los hombres, parece remontarse entre las Dinastías I y V.
No obstante este dios, aunque poderoso en sí mismo, necesita y utiliza una serie de fuerzas para dar cuerpo a la creación. De este modo, encontramos a Sia, Hu y Heka que representan la inteligencia que proyecta el mundo, la decisión creativa y el mago cuya energía realiza la palabra, respectivamente. Es curioso destacar que las dos primeras fuerzas carecieron de culto mientras que la tercera lo tiene documentado desde el Reino Antiguo sin que hallamos podido averiguar el porqué de este hecho. Todos ellos aparecen protegiendo a Ra en su acto creativo y acompañándole en su barca que surca el mundo subterráneo. Pero para los teólogos de Reino Nuevo estas fuerzas no fueron suficientes añadiendo elementos nuevos y “sofisticados” que denotan un pensamiento más evolucionado y complejo. Así aparecen: Iri la acción, Sedyem el oído y Shai la determinación y el destino.
Pese a su preponderancia Atum-Ra nunca desplazó a otros dioses, a los que se adoraba en su santuario. Tenemos constancia durante el Reino Antiguo de cultos a Horus y a su homóloga femenina, Hathor, y sabemos que la esposa principal del sacerdote de Ra en Heliópolis era igualmente sacerdotisa de Hathor posiblemente relacionándola con la compañera del dios.
La personalidad del dios Atum a veces es enigmática. Se presenta como una divinidad que puede tener aspecto de serpiente en su forma más arcaica relacionada, como la mayor parte de los ofidios, con el espíritu emergido, que en Heliópolis además, se identifica a la divinidad local lmy-Uhaf, “El Deslizado”. La mitología egipcia nos muestra a este animal como una fuerza benefactora y creadora símbolo del espíritu emergido, sin embargo, también puede estar representado bajo el aspecto de la serpiente dañina Apofis (aunque jamás citada en el contexto de la cosmogonía y siempre a partir del Primer Período Intermedio) como representación de “la no-existencia” o, como en los “Textos de las Pirámides” (§ 1146), bajo el nombre del “Muy Numerosa en Anillos”, donde se la relaciona con los limites del mundo. En este caso habría que preguntarse el por qué de ambas representaciones tan dispares entre sí: la creadora junto a la dañina. Algunos investigadores interpretan estos dos conceptos como la forma de Atum cuando se hallaba en el océano primordial en un estado de no-existencia, es decir cuando formaba parte del caos (como Apofis), y la divinidad cuando toma consciencia de sí misma y comienza la creación. De nuevo serían dos manifestaciones del mismo dios.
Bajo el aspecto estable de Atum-Ra, iconográficamente se le representa en forma humana con la doble corona sobre la cabeza, de león o de icneumón en este último caso en Heliópolis (con la apariencia de Ra) para simbolizar el poder del dios -que en esta forma- mata a las serpientes, es decir, elimina su aspecto remoto de dios no-existente en el caos primordial. De igual modo, le encontramos bajo apariencia antropomorfa, cabeza de carnero, forma de mangosta, anguila etc., estas últimas en el aspecto de Atum. Vemos por tanto que la variación de representaciones de esta divinidad evidencia su controvertida procedencia en cuanto a dios ctónico y solar. Bajo el aspecto de Ra aparece asimilado al halcón, al carnero, a la musaraña, al elefante, al macaco, al escarabajo pelotero, o al Toro Mer-Ur de Heliópolis desde el Reino Nuevo.
Otro símbolo empleado por los teólogos de Heliópolis fue una flor de loto para explicar el nacimiento del Sol, ya que esta planta se abre al nacer el día y se cierra al anochecer. El loto emergido de la colina primigenia abriendo sus pétalos habría mostrado al dios solar, que más tarde y en este aspecto se identificó con Nefertum.
Pero aun no hemos visto todas las formas posibles de Ra en Heliópolis. En los “Textos de las Pirámides” (§1652), se menciona otra forma del dios: el pájaro Bennu, representado por la garza real cenicienta, más conocida por el nombre que le dieron los griegos, ave Fénix, creyendo ver una identificación entre su divinidad y la heliopolitana. Ambas, de una manera u otra renacían. El pájaro Bennu, aparecía en Egipto coincidiendo con el comienzo de la inundación siendo identificado con la abundancia que se esperaba tras la retirada del Nilo, por otro lado, este ave surcaba los cielos al amanecer lo que indujo a los teólogos heliopolitanos a identificarlo con el sol. El pájaro Bennu es el Ba del dios, que al aparecer la luz toma esta forma diariamente, y está relacionada con la resurrección del difunto, dándole un marcado aspecto solar.
Al resplandecer, el Piramidión es renovado en el recuerdo del nacimiento de la Colina que emergió de las Aguas Primordiales cuando tuvo lugar el comienzo del mundo.
Atum, padre de todos los dioses, es el mismo túmulo primordial, el gran “El-Ella” de la doble sexualidad (andrógino). La raíz de su nombre ™ significa tanto la nada como el todo. Atum es la totalidad de la existencia y de la no existencia.
Atum es representado antropomórficamente con la doble corona de Egipto, la blanca del norte y la roja del sur, o con la cabeza de halcón y tocado por la serpiente cósmica Uraeus enroscada en torno a un disco solar. Simboliza el sol del atardecer, que sería sustituido en el curso de los siglos por el culto a Ra, el sol en el cenit.
Atum es un dios misterioso, un Sol Negro esencialmente invisible, que se transforma en el Sol nocturno que viaja a través de las regiones subterráneas. Así mismo es el árbitro del destino sentado en el polo del mundo.
Con el tiempo, la religión oficial de Egipto relegó a Atum, para ser sustituido por el culto a Amón.
Unos 1400 años después de fundada la Primera Dinastía, Tuthmosis III, hallándose junto a la Esfinge, tuvo una revelación en sueños: Atum-Ra le llamaba a restaurar la Esfinge y revitalizar el antiguo culto de los orígenes. Pero los sacerdotes de Amón le presentaron una enconada resistencia, impidiéndole en la práctica su tarea.
http://oraculodeoccidente.wordpress.com/2009/03/08/el-sol-negro-atum-ra/
Decían de el, que Atum es un Sol Negro, esencialmente invisible, sol nocturno que viaja por las regiones subterráneas, arbitro del destino sentado en el polo del mundo.
No habría imaginado hasta encontrarlo que fuera real y ahora no entiendo como los egipcios y otras culturas (también los nazis lo ensalzaban) habían podido saber de el, siendo solo visible en el espectro ultravioleta de la luz y en el de rayos X. Tan solo los reptiles, los peces, algunos insectos y las aves pueden verlo gracias a que perciben los ultravioletas, esto podría explicar (parcialmente) la fijación por este tipo de animales en diferentes culturas y religiones, ya que estos eran capaces de ver al Gran Sol. Y con razón le llamaban grande, porque su tamaño aparente desde nuestro planeta es de 8 veces el del Sol o el de la Luna. Su disco ocupa 4 grados en el cielo cuando el Sol y la Luna tan solo ocupan medio grado.
En un principio observé el fenómeno en el hemisferio Norte, hoy ya, después de dos semanas de escribir este tema, sé que se puede observar en ambos hemisferios. También antes creía que solo se podía ver dentro del espectro de luz ultravioleta y ahora sé que también es perceptible en Rayos X, es por ello que he editado todo el tema para hacerlo más coherente extrayendo los errores y añadiendo los datos correctos. Es de destacar que el atributo de doble sexualidad, sea atribuible a la condición doble del fenómeno, ya que estando presente en ambos hemisferios resulta concordante con ello. También su cualidad de “arbitro del destino, sentado en el polo del mundo y que viaja por las regiones subterráneas del mundo” concuerda con el fenómeno real, aunque habría que decir mejor “sentado en los polos del mundo”.
Las coordenadas donde se pueden ver son estas: 18 02 00, 66 38 2 para el hemisferio Norte y 06 02 41, -66 32 31 para el hemisferio Sur. Podéis verlo si usáis el Sky View, poniendo como servicio de imágenes (caja de servicios nombrada como UV) cualquiera de las versiones del EUVE (Extreme Ultraviolet Explorer), preferiblemente la de EUVE 555 A, o bien haciendo uso de los Rayos X a través del satélite ROSAT (caja de servicios nombrada como X-Ray) seleccionando cualquiera de las versiones de RASS. Las coordenadas las copiáis y las pegáis tal como se ven aquí.
Anexo de datos 1
Después de las deliberaciones producidas en el foro del blog, creo apropiado añadir las ideas y conclusiones más importantes a las que hemos llegado.
1º El Sol Negro Atum . Ra es conocido por diversas culturas ancestrales y algunas de ellas dicen que una vez lució de forma visible, y es posible que con la influencia de la Nube Cósmica pueda volver ha hacerlo. Incluso en el más probable caso de que sea un fenómeno de la magnetosfera, el hecho de que pueda irradiar luz visible en determinadas circunstancias sigue siendo viable, ya que como sugiero, el polvo cósmico podría servir de combustible para generar esa irradiación, haciéndonos autónomos de la luz del Sol de nuestro Sistema Solar.
Además, conociendo hoy día que nuestro Sistema Solar se desplaza a través de nuestra galaxia, la Vía Láctea, en un periplo que dura 226 millones de años y que en estos tiempos estamos entrando en las primeras tenues capas de una nube de polvo en la que estaremos durante los próximos 10.000 años y en la que ya estuvimos hace 250 millones de años, esta posibilidad se hace más plausible.
En estos enlaces de la web BIOCARB, se explica con claridad y sencillez en virtud de datos científicos la realidad de esta Nube Cósmica:
Posición y movimientos del Sistema Solar
Nube cósmica afecta clima de todo el Sistema Solar
2º La posición del Sol Negro es coincidente con el centro deducible del circulo trazado por el movimiento de precesión de los equinoccios, por tanto parece ser un eje real en el Sistema Solar aparte del Sol visible. Aunque esto es circunstancial, ya que esta situado en el polo norte.
3º La capacidad de ver la luz ultravioleta de diferentes especies animales: Aves, insectos, reptiles y peces principalmente, sugieren la hipótesis de que están relacionados con el Sol Negro y con su mayor luminosidad en tiempos prehistóricos. Presentando la posibilidad de que en el pasado más remoto de nuestro planeta, los seres pudieran haber existido alumbrados principalmente por esta luz, ya que el planeta tendría una atmósfera muy cargada de gases y partículas (efecto invernadero) que impedirían la entrada de la luz solar.
4º Los egipcios alinearon un corredor de la pirámide de Gizeh con esta constelación del Dragón, ahora le vemos la lógica, ya que el Sol visible en el Norte, es observable en esa dirección. Ahora falta encontrar alineaciones similares en templos del hemisferio Sur, con el fenómeno de esas latitudes.
http://oraculodeoccidente.wordpress.com/2009/03/08/el-sol-negro-atum-ra/

En el blog citado podeis seguir leyendo el artículo.A mi me interesó por el Sol de mi novel, claro está.
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