21 ago 10

Posiblemente este texto, el llamado “Papiro Prisse”, en cuyas dos últimas páginas están escritas las denominadas Instrucciones a Kagemni, es el más antiguo texto que se conserva escrito sobre este material, h. 2.000 a.C., originariamente durante la Dinastía IV pero escritas durante el Imperio Medio y la única copia conservada de las Instrucciones de Ptahhotep.


Máximas de Ptahhotep Página Indice


(Papyrus Prisse by K. Sethe. Ägyptische Lesestücke. Leipzig, 1924) Las imágenes se han reproducido usando Glyphos para Windows 1.2. Otra versión puede encontrarse para Windows Professional en www.ccer.nl


Bassorilievo della tomba di Ptah-hotep

Bajorrelieve de la tumba de Ptahhotep

Las instrucciones o Máximas de Ptahhotep es un importante ejemplo de literatura sapiencial del Antiguo Egipto Literatura y fue escrita posiblemente en la Dinastía VI ( h 2300- 2150 a.C.). Solo ha llegado a nuestros días en copias tardías. El Papiro Prisse se fecha en el Reino Medio (2040- 1650 a.C.).

Para una completa ( y profesional) traducción al inglés cfr. Lichtheim, Miriam: Ancient Egyptian Literature Vol. 1: The Old and Middle Kingdoms , University of California Press, 1973.

Ptahhotep , figura en su mastaba de Saqqara

Se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia, en París

The Prisse Papyrus, dating from the Egyptian Middle Kingdom, has been called the earliest known document written on papyrus. It contains the last two pages of the Instruction addressed to Kagemni, who purportedly served under the 4th Dynasty king Sneferu, and is a compilation of moral maxims and admonitions on the practice of virtue. The conclusion of the Instruction addressed to Kagemni is followed by the only complete surviving copy of the Instruction of Ptahhotep.

The papyrus was obtained by the French orientalist Achille Constant Théodore Émile Prisse d’Avennes at Thebes in 1856. It is preserved in the Bibliothèque nationale de France.

Hunter, Papermaking: The History and Technique of an Ancient Craft (1947) 464.

LAS INSTRUCCIONES DE PATHHOTEP

¿Quién era Ptahhotep?.

Texto de J.Jacq (en la citada página web, con arreglos de algunas equivocaciones, no todas)

Ptahhotep, «amado del dios», había llegado a los ciento diez años de edad cuando estimó necesario redactar una Enseñanza, al término de una larga carrera consagrada a servir al Faraón y a Egipto. Portaba una serie de títulos, el más importante de los cuales era el de Visir (taty) o Primer ministro, término, que no es egipcio, fue adoptado para designar al principal colaborador del rey, su primer ministro por así decirlo. El visir accedía ritualmente a su cargo por medio de una ceremonia iniciática celebrada en un templo, en presencia de un número restringido de dignatarios; luego su misión era proclamada en el país entero. A cargo de la justicia, y por tanto de la traducción terrestre de Maát, la justicia divina y celeste, debía velar por su aplicación en todos los dominios, desde la necesaria rectitud de los tribunales hasta la buena marcha de la economía.
La tarea del visir era aplastante; hombre de deberes, y no de derechos, reinaba sobre una administración compleja cuya eficacia aseguraba. Todos los días, rendía cuentas al Faraón. Los visires de Egipto fueron hombres excepcionales; cuando se posee su testimonio, como el de Ptahhotep o el de Rekhmiré, visir de Tebas en el Nuevo Imperio, se aprecia que concebían su tarea como una función sagrada y que su individualidad se borraba detrás de aquélla. Ninguna búsqueda de poder personal, ninguna avidez de dominio, sino una extraordinaria voluntad de servir, y la conciencia afirmada de la indispensable armonía entre lo espiritual y lo temporal.
El nombre del visir Ptahhotep, formado de dos términos, Ptah y hotep, significa *(el dios) Ptah está en plenitud*. Ptah reinaba sobre la capital del Antiguo Imperio, Menfis la blanca, «la balanza de las dos Tierras»; patrono de los artesanos, creaba el mundo por medio del Verbo. El término “hotep”, «plenitud, paz, equilibrio», es el que mejor conviene para designar a un sabio que ha llegado al ocaso de su vida; el final del día, donde el creador aparece bajo la forma de un sol que se hunde en el Occidente, con una sinfonía de colores admirables, se llama precisamente “hotep”.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/f/f5/DjedkareIsesi-GoldCylanderSeal_MuseumOfFineArtsBoston.png

Cilindro-sello de oro del faraón Djedkare Isesi, Museum of Fine Arts, Boston.
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No se conoce ninguna anécdota sobre Ptahhotep: fue visir, cumplió su tarea y redactó su enseñanza, en la que evoca la conducta a seguir para volverse un hombre de rectitud y mantenerse como tal.
Ptahhotep tuvo el privilegio de reposar para la eternidad en la inmensa necrópolis de Saqqara, cerca de Menfis, dominada por la pirámide escalonada, pero su tumba no es identificada con certeza, pues el nombre de Ptahhotep fue llevado por numerosos sabios, y sobre todo, por dos Visires que vivieron en la misma época.http://www.egiptologia.com/images/stories/arqueologia/saqqara/saqqara-plano-general.jpg
Plano general de la necrópolis de Saqqara,Egipto
El Ptahhotep de las Máximas fue el confidente y colaborador del faraón Djedkarê-Isesi ( 2380 a 2342 a. C. (von Beckerath).

Este faraón erigir su complejo funerario en Saqqara, conformado por:

  • La pirámide (altura original 52’5 m, base 78’5 m, pendiente 53º 7’ 48”) con antecámara, una sala de almacenaje, serdab, y cámara funeraria con el sarcófago de gres negro (destruido), donde se encontró una momia de unos 50 años, tal vez de Dyedkara.
  • El templo de la pirámide constaba de un patio abierto, porticado, con columnas de granito y capiteles palmiformes, un gran salón, la sala de ofrendas y almacenes. Se encontraron fragmentos de relieves y de estatuas de prisioneros extranjeros, y de animales.
  • El templo del valle, someramente investigado.
  • Una pequeña pirámide de una reina con un templo funerario.

La tumba de la reina Meresanj IV se encuentra en Saqqara, las tumbas de sus hijos y de sus oficiales, en Abusir.

Su nombre significa «Estable es la potencia creadora (ka) de la luz divina (Ré)», es el séptimo faraón de la dinastía V y reinó poco después de mediados del III milenio a. de C., durante veintiocho años según el Canon de Turín, cuarenta según Manetón, historiador de la Antigüedad que consagró una obra a las dinastías de los faraones.

http://www.essential-architecture.com/ASIA-WEST/NA-EG/012-Egypt.Saqqara.DjosersPyramid.01.jpg

La pirámide escalonada de Saqqara
Se conservan pocas noticias sobre este reinado. El país era próspero, se consagraba a la práctica de Maát, la Regla eterna, y vivía un bienestar tranquilo.
El faraón Djed-karê-Isesi
Nombre de Nesut-Bity:
nswt&bity
Hiero Ca1.svg
N5 R11 D28
Hiero Ca2.svg
ḏd k3 rˁ (Dyedkara)
Estable es el espíritu (Ka) de Ra
(Lista Real de Abidos nº 32)
Nombre de Sa-Ra:
G39 N5

Hiero Ca1.svg
i O34
O34
i
Hiero Ca2.svg
i s s i (Isesi)
Isesi, hijo de Ra
Djed-karê-Isesi envió expediciones a las canteras del Sinaí y de Nubia, y a la región de Abu Simbel, en donde se extraía una bella calidad de diorita. Canteros y talladores de piedras estaban encargados de hacer llegar a Egipto bloques perfectos para la construcción de los templos y de las moradas de la eternidad. Los marinos de Djedkarê-Isesi navegaban al fabuloso país de Punt, donde recogían el incienso (sentjer, «lo que diviniza»), utilizado durante los rituales.

http://josephandisraelinegypt.files.wordpress.com/2009/05/08.gif

Para el alma del rey fue edificada una imponente pirámide que los árabes llamaron «la pirámide del que acecha»; alza su masa arruinada, pero todavía imponente, en la zona arqueológica de Saqqara sur, al sur de la pirámide escalonada. Pese a algunas campañas de excavaciones, no es seguro que el monumento haya desvelado aún todos sus secretos.”

El presente extracto pertenece al libro “Las máximas de Ptahhotep” de C. Jacq editado por EDAF y traducido al castellano por J. M Algora.. De C. Jacq se nos dice: “C. Jacq es doctor en estudios egiptológicos y director del Instituto Ramsés. Considerado uno de los mayores especialistas en egiptología, tiene publicados numerosos ensayos”.
NOTAS DEL AUTOR: SOBRE EL TEXTO: “La Edad Media árabe fue un periodo sombrío para los tesoros del Egipto antiguo; gran cantidad de monumentos y de textos fueron destruidos. El inmenso Templo de Thot, en Hermópolis, por no tomar más que un ejemplo, desapareció totalmente. Si Champollion no hubiese intervenido ante Méhémet-Aii, apóstol de modernismo y gran masacrador de viejas piedras, no
quedaría casi nada de edificios cuyo esplendor, aunque herido y mutilado, aún nos fascina.
Pese a estos siglos de oscurantismo, pillajes y destrucción, algunas páginas esenciales de la espiritualidad faraónica han sobrevivido. Tal fue el caso, por fortuna, de las Máximas de Ptahhotep, caso tanto más milagroso cuanto que poseemos un ejempla completo de la obra, el Papiro Prisse.

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Prisse d’Avennes (1807-1879)

Este papiro inmortaliza el nombre de un curioso personaje, Prisse d’Avennes (1807-1879), ingeniero, pintor y dibujante, que se apasionó por el arte egipcio.
Residió largo tiempo en Luxor, donde poseía un castillo y se hacía pasar por noble inglés. Es sobre la ribera occidental de la antigua Tebas, la rica y poderosa capital del Nuevo Imperio egipcio, donde tuvo la fortuna de comprar un papiro, portador del único ejemplar completo de las Enseñanzas de Ptahhotep. Así, en el siglo XIX, resucitaba el pensamiento del viejo sabio.
Vino el tiempo de los eruditos, de los Jéquier y los Dévaud, que publicaron el texto jeroglífico; pero es al egiptólogo checo Zbynek Zába al que corresponde el inmenso mérito de haber dado la primera traducción coherente de las Máximas de Ptahhotep. Trabajando en condiciones materiales muy difíciles, privado de utensilios tan preciosos como los diccionarios y los léxicos de que disponemos hoy en día, llegó a ofrecer una notable comprensión de este texto tan difícil, del que ciertas partes permanecen oscuras. Los estudios y las traducciones posteriores a la de Zába, publicada en 1956, proporcionaron muchas aclaraciones, tenidas en cuenta para nuestra traducción, que generaciones futuras de egiptólogos mejorarán. Lo esencial, en nuestra opinión, es que el texto de Ptahhotep permanece vivo, que la transmisión, según el deseo mismo del viejo sabio, no se interrumpa.”

-http://expositions.bnf.fr/rouge/bande/images/1/115.jpg

Papiro Prisse

PRÓLOGO (Texto 1)

(1) 2 Sabiduría (o: enseñanza) del
(4) director de la ciudad 3, el visir Ptahhotep,
(5) bajo la Majestad de Aquel del junco y de la abeja 4, Isesi, que vive según la eternidad de los ciclos y la eternidad del instante 5.
………………………
(36) La Majestad de este dios 17 ha dicho:
(37) En cuanto a ti, enseña (a tu discípulo) la palabra de la tradición 18.

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(Notas del autor)

1 Los intertítulos y los títulos de las máximas son de nuestra mano, pero corresponden a las divisiones del texto egipcio.
2 Estos números corresponden a la división del texto en versos establecida por el egiptólogo Dévaud. Ello facilita a los especialistas la cita de los pasajes. Nuestra traducción sigue el texto íntegro del Papiro Prisse, la única fuente completa. Si algunos números faltan [por ejemplo, en estas primeras líneas, se pasa de (1) a (4)], es porque los versos numerados (2) y (3) por Dévaud corresponden a otra fuente, que traduciremos en nota (ver, por ejemplo, nuestra nota 3) cuando la variante al texto principal suministre aclaraciones notables o procure un texto diferente.
3 Literalmente: «el que está en la boca». Variantes: «(enseñanza) que ha compuesto el noble, el jefe, el padre divino, el amado de dios, la oreja de los seis grandes tribunales, la boca que apacigua al país entero».
4 Es decir, el Faraón, el rey del Alto y del bajo Egipto, simbolizados por el junco, material utilizable en muchos dominios, y por la abeja, productora del oro vegetal.
5 La eternidad de los ciclos (djet) está ligada a Osiris y al mundo subterráneo; la del instante (neheh) a Rê y a la luz.
17 En este contexto, la palabra «dios, potencia creadora» (net-jer), designa al Faraón mismo. No se trata en modo alguno de idolatrías; nunca han creído los Egipcios que un individuo, sometido al ciclo del crecimiento y la decadencia, al juego de la vida y de la muerte, sea un dios. Pero la función del Faraón es de origen divino; pensemos en la estatua de Keprén, en el museo de El Cairo, donde se ve al rey sentado, majestuoso, con los ojos alzados hacia el cielo; sobre su nuca, el halcón Horus. El ser del más allá está unido a la envoltura humana: es la ka del Faraón, su potencia creadora, lo que representa esta estatua, no el individuo perecedero. El Faraón es el canal por el que pasa esta divinidad; sin él, no hay lazo posible con el cielo, ninguna armonía es posible sobre la tierra. Como bien subraya Ptahhotep, no es un individuo cualquiera el que se expresa, sino el dios
presente en el Faraón.
18 Traducimos por «tradición» la expresión kher-hat, «el antaño», «el ayer», «el pasado», literalmente «lo que antecede», «lo que está antes». Volvemos a encontrar aquí el doble sentido del término at, que significa también «comienzo», «principio».
Como los ancestros, la tradición no está detrás de nosotros, sino por delante; es ella la que nos enseña los principios de base de la sabiduría, en el origen de una conducta recta. Quien olvidare el ayer, quien no tuviere en cuenta la tradición, sería un ignorante, sin corazón y sin pensamiento creador.

(Texto 2) (42) Comienzo de las máximas de la palabra cumplida,
(43) que ha pronunciado el noble, el jefe 20, el padre divino, el amado de dios, el hijo primogénito del Faraón, de su cuerpo21,
(46) el jefe de la ciudad, el visir Ptahhotep,
(47) enseñando el conocimiento al ignorante,
(48) y la ley de la palabra cumplida;
(49) esto será luminoso22 para el que entienda,
(50) pero perjudicial para quien no las entienda.
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(notas del traductor)
20 Traducimos repá por «nob1e», y hât-â (lit.: el de brazo preeminente) por «jefe»; otros traductores proponen «conde», «príncipe», «responsable». Es difícil encontrar, en nuestras lenguas, equivalencias que pudieran corresponder a las responsabilidades jerárquicas y sociales que describen los términos egipcios.
21 Esta frase es de una importancia considerable. Ptahhotep indica aquí, de la manera más clara, que es hijo espiritual del Faraón, su discípulo fiel a la enseñanza recibida; sin embargo, precisa «de su cuerpo», lo que podría llevar a creer que es su hijo carnal. En realidad, el término utilizado debe comprenderse como «corporación, entidad»; Ptahhotep insiste para decir que
es un ser salido directamente de la entidad «Faraón», que forma parte de su «corporación» más próxima, en tanto que hijo auténtico. Este tipo de expresión explica por qué hay que ser muy prudente cuando se trata de establecer las genealogías en el antiguo Egipto; siendo así que el marido recibe el nombre de «hermano» y la esposa el de «hermana», muchos textos no deben ser tomados al pie de la letra.

22 «Util», «provechoso» (akhet).
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(Texto 3) *(42) Él (Ptahhotep) dice a su hijo (espiritual):
(52) Que tu corazón no sea vanidoso a causa de lo que conoces;
(54) toma consejo tanto junto al ignorante como junto al sabio,
(55) pues nunca se alcanzan los límites del arte24,
(56) y no existe artesano que haya adquirido la perfección25.
(58) Una palabra perfecta está más oculta que la piedra verde26;
(59) se la encuentra (sin embargo) junto a los que sirven27 (que trabajan) en la muela28.

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*(el número 42 repetido viene así en el libro, no es un
error)
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(Notas del traductor)

24 En el sentido de artesano, de capacidad de trabajar la materia volviéndola bella y armoniosa, al servicio de una idea simbólica. El personaje del artista moderno, esclavo de sus compulsiones y que actúa al capricho de su fantasía, es inconcebible en el Egipto antiguo. El arte es un rito, un acto esencial, pues permite a la energía celeste y creadora encarnarse en una materia. El escultor, por ejemplo, porta el nombre de «aquel que hace vivir», pues anima una materia aparentemente inerte, deviniendo la piedra el receptáculo de lo divino.
25 Rendimos así akhou, que implica los conceptos de eficiencia, de luminosidad del acto, de excelencia.
26 Se han propuesto numerosas identificaciones: turquesa, malaquita, feldespato, esmeralda. El término utilizado, oudjat, está ligado a la raíz que significa «crecimiento, expansión». Este tipo de piedra era colocada bajo la protección de la diosa Hathor,
encarnación del amor celeste. Se ve que esta «piedra verde» es una especie de Grial; sin embargo, la palabra perfecta es todavía más preciosa, pues sirve de vehículo a la energía creadora en estado puro.
27 El término utilizado, hemout, deriva de una raíz, hem, que es una de las más sorprendentes de la lengua egipcia.
Aquí está implicada la noción de «servir»; pero este mismo término es aplicado igualmente al Faraón y traducido por «Majestad». De hecho, se trata de una mala costumbre, pues también es el Faraón un servidor, e incluso el primer servidor de su pueblo, ya que se halla en contacto directo con lo sagrado y lo divino, que debe a continuación redistribuir bajo la forma de bienestar moral y material. Un simple término, como el de esta raíz hem, nos muestra la profunda coherencia de la sociedad
egipcia y pone en evidencia su tejido metafísico.
28 La palabra utilizada es benout; ahora bien, la raíz ben significa también «piedra primordial», «piedra original», es
decir, una de las primeras manifestaciones de la creación. Sobre esta piedra se posó el Fénix, el pájaro bendito. El
piramidión era una de las formas aparentes de esta piedra única, conservada en el gran templo de Heliópolis.

(Texto 4) (39) Pueda él* actuar como un modelo para los hijos de los grandes.
(40) Que penetren en él el entendimiento y la justicia de todo corazón, de quien le habla,
(41) pues no existe sabiduría de nacimiento19
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*(nota mía: él=el discípulo)
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(Notas del traductor)

19 Con esta fortísima conclusión acaba el prólogo. Egipto piensa que ciertos individuos, en razón de su condición de
nacimiento, querida por los dioses, son incapaces de acceder a la sabiduría; como contrapartida, incluso los más favorecidos por la suerte deben efectuar un enorme trabajo para aproximarse a ella.
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(Texto 5) (173) Al que está solo es a quien Dios permite la mutación90,
(174) mientras que el dueño de un clan familiar ruega (con ansiedad) que se tome su puesto91.

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(Notas del traductor)

90 El verbo utilizado aquí es muy significativo; sekheper significa «hacer ser», «hacer existir», «hacer devenir», «hacer crecer», y asimismo «criar» un hijo. Se podría por tanto traducir: «es sólo al que Dios cría (como a su hijo)».
La idea está en relación con la entrada en el templo; para viajar ahí de manera definitiva, hay que estar libre de todo apego, asumir una cierta forma de soledad. Este pasaje capital de las máximas de Ptahhotep es a menudo omitido en las traducciones, y muy raramente comentado, pues se halla en contradicción con la imagen humanista que se ha querido dar de la familia egipcia. Ptahhotep no descarta la vida familiar, pero indica aquí sus límites. Quien se apega exclusivamente a los valores familiares, no puede ir hacia Dios, o, dicho de otro modo, hacia el templo.
91 Para ouhyt, «clan familiar», ver Revue d’egyptologie 26, p. 57, nota 7. Quien tiene a su cargo una familia, se preocupa de su sucesión y del bienestar de sus hijos; no hay apenas posibilidad de que se desprenda de esta forma de realidad.
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(Texto 6) (186) Sigue tu corazón101 durante el tiempo de tu existencia,
(187) no cometas excesos en relación con lo prescrito102,
(188) no abrevies el tiempo de seguir al corazón103.
(189) Desperdiciar104 su momento de acción (del corazón) es la abominación de la ka105
(190) No desvíes tu acción cotidiana
(191) de manera excesiva en el mantenimiento106 de tu casa107.
(192) Las cosas advienen, sigue al corazón108;
(193) Las cosas no aprovecharán al negligente109.

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(Notas del traductor)

101 Traducir esta expresión por «haz lo que te plazca, diviértete» es un contrasentido. El corazón es el órgano inmaterial de la conciencia, un vaso capaz de recoger lo sagrado. «Seguir el corazón», es respetar nuestro deseo espiritual, llevar una existencia en conformidad con aquél.
102 Ptahhotep, y muchos otros textos egipcios, insiste sobre la necesidad de la justa mesura. No actuar correctamente en relación con la Regla es una insuficiencia grave, pero observarla en exceso haría caer al individuo en el dogmatismo y el fanatismo.
103 En toda existencia humana hay un tiempo para vivir una aventura espiritual y abrir nuestra conciencia a lo sagrado; abreviar este tiempo en provecho de otras tareas condenaría al hombre a no franquear la puerta del tribunal del otro mundo.
104 Hedji: «hacer mal, desobedecer, destruir, desperdiciar».
105 En ciertos momentos, los rituales por ejemplo, la conciencia humana está en contacto con lo sagrado; desperdiciar estos momentos es una pérdida de energía catastrófica.
106 Gereg: el término implica las dos ideas de «fundar» una casa y de mantenerla.
107 El ser que vive una experiencia espiritual no debe trabajar más de lo que conviene en asumir tareas materiales en las que dispersaría su energía. Lichtheim traduce: «no dilapides tu tiempo en tareas cotidianas más allá de la educación de tu casa».
108 Pase lo que pase, sean buenos o malos los acontecimientos, el sabio «sigue el corazón», es decir, su conciencia de lo esencial. No se deja aprisionar por la materialidad, no se deja envolver ni por la suerte, ni por la desdicha. El corazón es el órgano del equilibrio interno, nacido de la comunión con lo sagrado.
109 Si no hay que desperdiciar la energía en las tareas materiales, tampoco hay que ser sefa, «negligente, perezoso». Quien descuidara sus obligaciones materiales se manifestaría igualmente indigno de ser un sabio, pues sucumbiría bajo el peso de las tareas no cumplidas. Ni pereza, ni agitación: cualquiera que sea el caso, el exceso es una traba.

(Texto 7)
(298) Si deseas que tu conducta sea buena181,
(299) libérate de todo mal182;
(300) combate toda ocasión de avidez de corazón183
(301) la avidez es la enfermedad grave de un incurable184;
(302) penetrar en ella (por parte del médico, para curarla) es imposible185.
(303) La avidez siembra la desdicha186 entre padres y madres,
(304) y entre los hermanos de la madre,
(308) ella separa a la esposa del marido.
(309) La avidez es la reunión187 de todas las suertes de mal;
(310) es un saco que contiene todo lo detestable.
(312) El hombre es sosegado188 si aplica correctamente la Regla189,
(313) y va por su camino conforme a la marcha a seguir190.
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—————— 181 Nefer, «bueno, cumplido».
182 El verbo nehem, «librarse de, quitar, levantar», es determinado por un personaje que sostiene un bastón. Esta liberación, por tanto, es concebida como un serio esfuerzo, e incluso como un combate; djout, «el mal», implica también la noción de tristeza, de soledad dolorosa.
183 Âoun ib. El término âoun implica también la rapacidad, el deseo de hurtar algo a alguien, la voracidad. Un mal así corroe el alma y condena a muerte a la conciencia, pues la avidez es insaciable.
184 La palabra enfermedad es khat, en relación con «cadáver» «masacre»; hay que comprender el término como una enfermedad fatal que conduce inevitablemente a la muerte. La noción de «incurable», betjou, se aplica a un mal galopante que el médico es incapaz de tratar.
185 Ha de comprenderse: una enfermedad del interior para arrancar su raíz, y por tanto penetrar en ella. Lichtheim traduce: «no hay para ella tratamiento».
186 Si es que hay que leer bien el verbo sebin. Faulkner traduce «alienar, alejar»; Zába y Lichtheim: «confundir».
187 Tjaout: «conjunto, acumulación, montón, reunión, compuesto». El sustantivo está formado por la raíz tjaou, «coger, atrapar, quitar».
188 El verbo ouah significa «ser duradero, vivir largo tiempo», pero también «ser ponderado». Pensemos aquí en una analogía con el concepto del hara extremo-oriental, según el cuál el hombre es equilibrado y duradero si posee, en su fuero interno, cierto «peso» espiritual. El ser «ponderado» es dueño de sí mismo.
189 Âqa: «aplicar correctamente». Conocer la regla, Maât, no basta; hay que ponerla en práctica de manera directa, leal y precisa (âqa).
190 Nemtet, «marcha» (a seguir), con la idea de dar grandes zancadas.
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(Texto 8) (428) Si eres grande tras haber sido pequeño280,
(429) y si haces fortuna281 tras haber sufrido la miseria282 anteriormente,
(431) en la ciudad que conoces,
(432) no evoques gimiendo283 lo que con anterioridad sucedió.
(433) No pongas la confianza de tu corazón en la acumulación de bienes materiales,
(434) pues lo que te ha sido otorgado es un don del dios.
(435) No estarás por detrás de otro, tu semejante, que haya vivido similar suceso.
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280 Âa, «grande» (que puede tener un sentido peyorativo), opuesto a nedjes, «pequeño» (que puede designar simplemente una condición humilde). En esta «grandeza» social se corre siempre el riesgo de manifestar una vanidad de la que el sabio debe desconfiar.
281 Literalmente: «si haces cosas», en el sentido de acumular bienes.
282 Gaou: «carecer, estar privado de», con el sentido primero de «ser estrecho, carecer de espacio».
283 La antigua traducción de Zába, «al contrario (?) de lo que adquirías anteriormente», reposa en una mala lectura.
Faulkner propone «no te jactes». Nuestra interpretación se funda sobre la lectura sesha, «suplicar, implorar» (Faulkner, Concíse Dictionary, 247), que presenta la ventaja de no corregir el texto.

(Texto 9) (507) Si has escuchado las máximas que acabo de transmitirte,
(508) todos tus designios irán hacia delante.
(509) Su rectitud, es su riqueza;
(510) su recuerdo camina en la boca de los hombres
(511) a causa del carácter cumplido de su discurso coherente.
(512) Se debe transmitir cada palabra
(514) a fin de que no perezca nunca en este país.
(515) Que una máxima sea formulada para el bien
(516) de suerte que los notables hablen de ella.
(517) Es enseñar a un hombre lo que debe decir a la posteridad.
(518) El que eso escucha, deviene un artesano al escuchar.
(519) Es bueno formular para la posteridad; es la que oirá eso.
[...]

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(Texto 10) (534) Es útil escuchar para el hijo (espiritual) que escucha.
(535) Si el acto de escuchar sin cesar penetra en quien escucha,
(536) el que escucha deviene el que entiende.
(537) Cuando la escucha es buena, la palabra es buena.
(538) Quien escucha es el maestro de lo provechoso,
(540) escuchar es provechoso al que escucha.
(541) Escuchar es mejor que nada,
(542) (así) nace el amor perfecto.
(543) Qué bueno es que un hijo acepte lo que dice su padre;
(544) portador de este mensaje, alcanzará gran edad.
(545) El dios ama al que entiende;
(546) quien no entiende es aborrecido del dios.
(550) Es el corazón quien hace nacer su maestro
(551) como el que entiende o el que no entiende.
(552) Para un hombre, su corazón es vida, prosperidad y salud.
(553) El que escucha es el que entiende lo que se dice,
(554) el que ama entender, el que consigue lo que es dicho.
(556) ¡Qué bueno es que un hijo obedezca a su padre!
(557) Qué dichoso para aquel al que se le dice:
(558) «un hijo, es benévolo en tanto que poseedor de la capacidad de escuchar.
(560) El que escucha, el que dice esto, está bien dispuesto en su fuero interno
(561) y bienaventurado con su padre
(562) Su recuerdo subsistirá en la boca de los vivos que están en la tierra o que lo estarán.

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(Texto 11) (588) Un hijo que entiende es un seguidor de Horus
(589) y es bueno para él haber entendido.
(590) Cuando es viejo, alcanza el estado de bienaventurado.
(591) Que transmita el mismo mensaje a sus hijos
(592) renovando la enseñanza de su padre.
(593) Todo hombre recibe la enseñanza de acuerdo con su acción;
(594) pueda él efectuar un acto de transmisión hacia sus hijos.
(595) de suerte que ellos puedan hablar a sus niños.
(596) Forma el carácter, no des curso libre a la destrucción,
(597) consolida la rectitud y tu descendencia (espiritual) vivirá.
(598-9)En cuanto al primero que viniera portando el desorden,
(600) puedan los hombres decir lo que verán:
(601) «¡Eso es conforme a este miserab1e!».
[...]

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(Texto 12)

(608) No quites una palabra y no la añadas,
(609) no pongas una cosa en lugar de otra,
(611) ten cuidado de romper las trabas que hay en ti,
(612) presta atención a lo que dice el que conoce las cosas.
(613) «Escucha, (si) deseas
(614) perdurar en la boca de los que entienden,
(615) habla (solamente) cuando hayas alcanzado la maestría del artesano;
(616) si hablas de manera cumplida,
(617) tu manera de vivir será recta».
(638) El Faraón está satisfecho de todo lo que se ha producido419;
(639) puedas tú adquirir años de vida420.
(640) No es pequeño lo que he realizado sobre la tierra.421
(641) He adquirido ciento diez años de vida
(642) que el dios me ha concedido.
(643) Las alabanzas deben ser preeminentes para los ancestros422,
(644) porque actuar rectamente para el dios conduce al lugar donde se realiza el estado de bienaventurado423
(645) Es ir de un comienzo a un final,
(646) conforme a lo que fue encontrado por escrito424.
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(Notas del autor)

419 El Faraón ha leído el texto de Ptahhotep y ha manifestado su satisfacción.
420 El verbo utilizado es itj, «tomar, prender por la fuerza», lo que implica un vigoroso esfuerzo por adquirir tantos años de vida. Ciento diez años, como precisa más abajo, es la edad tradicional de los sabios.
421 Sher, «pequeño, magro, corto». Ptahhotep no da pruebas de vanidad, sino que quiere señalar que la sabiduría que ha recibido y transmitido es de una gran importancia.
422 O bien: «los honores sobrepasan a los de los ancestros».
423 Quien cumple Maât para el Faraón, mediador entre el cielo y la tierra, y no para sí mismo, deviene un ser de luz.
424 Estas dos últimas frases se deben al escriba que ha recopiado la enseñanza de Ptahhotep, y que precisa que ha respetado bien el texto, original, transmitido íntegramente.

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