11 Abr 10

La comunidad perfecta es la polis…, surgió para satisfacer las necesidades vitales del hombre, pero su finalidad es permitirle vivir bien… El hombre que, naturalmente y no por azar, no viva en la polis es infrahumano o sobrehumano.
Aristóteles La Política

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El monte Olimpo, en Pieria, la montaña mas alta de Grecia, morada de los dioses griegos.


Aunque el fenómeno urbano y las ciudades-estado son realidades históricas anteriores a los griegos, y son numerosas las Ciudades-estado que se conocen en el Proximo Oriente y la costa cananea , su concepto de polis es totalmente original, hasta el punto de ser uno de los rasgos que identifican la civilización griega.

LA POLIS GRIEGAS

La ciudad para los griegos no era únicamente el centro político, económico, religioso y cultural, sino un ideal de vida, la forma más perfecta de sociedad civil. En ella se integraban de forma armónica los intereses del individuo con el Estado, gracias a la ley, y con la comunidad, mediante la participación del ciudadano en los asuntos públicos. En definitiva, la ciudad esra para los griegos clasicos un elemento distintivo del hombre civilizado.

El concepto de Ciudad-estado presenta una diferencia sustancial con la idea moderna de nación: para los griegos la polis no se identificaba con un territorio sino con el conjunto de sus ciudadanos, por eso, aunque se hubiese perdido el territorio en alguna contienda, si el cuerpo cívico había sobrevivido y podía rehacer sus tradiciones en otro lugar, consideraban que la polis estaba a salvo y habia sobrevivido con ellos.

Origen y estructura
El nacimiento de la polis griega fue fruto de un largo proceso. Durante la Edad Oscura, s. XII a VIII a.C., los habitantes de la Hélade vivían dispersos en aldeas, organizados en torno a vínculos de sangre. Fue en la época arcaica, a partir del s. VIII a. C., cuando estas localidades se reunieron en agrupaciones urbanas a las que fueron llegando también artesanos y comerciantes dando lugar a la polis; este fenómeno de union de poblaciones pequeñas en otras mayores se conoce con el nombre de sinecismo.

Poco a poco las poleis se convirtieron en una comunidad política o “ciudadana”, con leyes e instituciones propias, en la que sus habitantes ejercían una intensa vida cívica, mas importante para el ciudadano que la vida privada, refrendando así la máxima de Aristóteles de que el hombre es un animal político(zoom politicon).

En este incipiente núcleo urbano se levantaron dos espacios; en la parte más elevada, la acrópolis (ciudad alta), zona fortificada con templos, destinada al culto religioso y a proteger a los habitantes en caso de peligro; y en la parte baja, los grandes espacios públicos como santuarios, teatros, gimnasios y el ágora (”plaza”), lugar dedicado a la vida civil, institucional y económica. La más representativa fue el ágora de Atenas. En torno a estos edificios públicos se desarrollaba una red de calles residenciales.


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Para garantizar la seguridad de la polis se amurallaba todo su perímetro. La estructura urbana de estas ciudades era caótica porque los barrios se construían sin ningún orden adaptándose a la topografía del terreno. A partir del s. V a. C, las ciudades de nueva construcción y los nuevos barrios siguieron un plano ordenado, con calles paralelas y perpendiculares entre sí, formando una cuadrícula geométrica.

La importancia de la ley
Por encima de sus diferencias políticas, las polis griegas establecieron un nuevo marco de relaciones entre los individuos y el Estado basado en la ley ( ὁ νόμος, n
όmos), cuyo objetivo era preservar las relaciones humanas de la violencia y la arbitrariedad. Para los griegos un Estado libre era aquel en el que la soberanía la tenia la ley y no el gobernante. Esta fórmula se convertiría con el paso del tiempo en el fundamento de todos los sistemas políticos de Occidente.

El ideal de vida de los griegos en la polis se correspondía con el sometimiento de los ciudadanos al imperio de la ley; como afirmaba Píndaro “La ley reina sobre todos los seres, lo mismo sobre los mortales que sobre los inmortales”.

Este respeto reverencial por la ley estaba basado en la promulgación de buenas leyes, eunomía, inspiradas en la sabiduría y que buscaban conseguir la concordia, homonia y la justicia, diké.

La importancia que se daba a la ley y la necesidad de su cumplimiento exigía que los ciudadanos tuvieran conocimiento de las mismas. Para facilitarlo, las leyes nuevas se escribían en una estela que se colocaba en algún lugar público para ser accesibles a la población.

Las poleis griegas buscaban inscribir el respeto a la ley de la ciudad en el alma de los ciudadanos porque la inquietud predominante en el pensamiento griego fue cómo lograr la estabilidad social y evitar las revoluciones violentas; si los ciudadanos hacían suyas las normas, si las veían como reglas consentidas, la ciudad no tendría que dedicarse exclusivamente a crear barreras y vigilancias normativas que, a través de órdenes y prohibiciones, hicieran que cada ciudadano siguiera el camino recto. Este respeto moral a la ley se expresa claramente en la actitud de Sócrates cuando fue condenado. Como señala atinadamente Veyne, Sócrates

    Hubiera podido huir, pero las leyes de su país le dijeron en sueños que no lo hiciera: “¿En qué piensas, Sócrates? ¿En arruinarnos a nosotras, las Leyes, y junto con nosotras a la misma ciudad?” (Critón 50 ab) Pues sólo las Leyes permiten que se mantenga una ciudad (Aristóteles, Retórica I, 4, 1360 a 19; Política 1310 a 35; Leyes 715 d.). Sócrates prefirió sufrir una muerte inmerecida y no dar el ejemplo de la desobediencia a las leyes, con lo cual hubiera arruinado lo que era, a sus ojos, el armazón de su patria.

Jenofonte (Memorables, I, 2, 41) escribe que “un buen ciudadano respeta la Ley” y, con ello, no entiende solamente el hecho de que no viole el código o conjunto de leyes positivas que regulan la esfera pública de una ciudad; por ley, Jenofonte (Memorables, IV, 4, 2), como los griegos en general, se refería tanto a las leyes escritas como a “[…] las costumbres no escritas, las decisiones políticas, las órdenes de los responsables y, en forma más general, la voluntad colectiva, que era una legitimidad más allá de las legalidades transitorias”

EL FENOMENO DE LOS LEGISLADORES Y LAS TIRANIAS

Forman parte de los fenomenos y transformaciones que se desarrollaron en la polis aristocratica.

Zaleuco de Locris

Locri o Locris o Locris Epizefiria (latín Locri, griego Λοκροί, a menudo Locri Epzephirii, Λοκροί Ἐπιζεφύριοι) fue una ciudad de la costa sureste de Brucia, no lejos del extremo sur, en la región italiana de Calabria.

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Pinax de Persefone y Hades en su trono.Hallado en un santuario de Persefone en Locri , en el distrito de Mannella. Locri formaba parte de la Magna Graecia y estaba situada en la costa del mar Jonico en Calabria en Italia.

Museo Nacional Arqueologico de Reggio Calabria en Italia.

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Locri fue una colonia de los locrios de la Lócrida, pero no se sabe de qué grupo (epicnèmidos, ozolios u opuntios). Estrabón la atribuye a los ozolios bajo un líder llamado Evantes, y critica a Éforo que la adjudica a los opuntios, pero esta última opinión era más generalizada. La tradición lócrida decía que la colonia fue aprobada por Aristóteles y concedida a un grupo de esclavos que habían huido con sus amas convertidas en amantes con las que ya habían tenido relaciones sexuales; otra tradición recogida por Pausanias dice que los lacedemonios ayudaron a fundar la ciudad y la de Crotona.

Según Estrabón la ciudad se fundó poco después que Crotona (710 a. C.) y Siracusa (735 a. C.), por tanto hacia el año 700 a. C. La zona pertenecía a los enotrios, nativos que fueron expulsados. Según Estrabón, fue fundada inicialmente en Cabo Zephyrium (Capo di Bruzzano) y después trasladada a su posterior ubicación 25 km al norte; el cabo le dio el nombre que la diferenciaba.

El territorio en que se fundó la colonia, cerca del promontorio del cabo Bruzzano, estaba habitado por poblaciones indígenas que Polibio llama sículos. Las necrópolis de estos habitantes fueron descubiertas y excavadas por Paolo Orsi en las colinas de la parte interior de Locri: en Canale, Ianchina, Patariti y en Stefanelli de Gerace.

Las tumbas son en forma de cueva artificial excavada en la roca, idénticas a las tumbas sículas. Al principio, tal vez a causa de la amenaza que representaban estas poblaciones, los locrios se establecieron en el cabo Bruzzano, que en la antigüedad se llamaba Zefirio.

Posteriormente, con la ayuda militar de Siracusa (ciudad a la que Locri siempre permanecerá ligada a lo largo de su historia posterior), los locrios expulsaron a los indígenas y se asentaron en la llanura llamada Esopis, donde fundaron la ciudad.
Cuenta Polibio que esto ocurrió gracias a una artimaña: griegos e indígenas habían establecido primero, por medio de un juramento, que vivirían juntos en la ciudad mientras llevaran la cabeza sobre los hombros y pisaran la misma tierra; pero en el momento del juramento, los griegos habían escondido cabezas de ajo bajo sus vestidos y tierra en sus zapatos. Después de arrojarlo todo, libres ya del juramento, pudieron gracias al engaño ocupar la tierra ellos solos. Los indígenas fueron sometidos y continuaron trabajando en calidad de siervos las tierras de los nuevos amos.

Historia

El primer código de leyes fue el de Zaleuco, el más antiguo de todos los Estados griegos.

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Zaleuco de Locris, uno de los primeros legisladores griegos. La necesidad de las nuevas fundaciones durante la Segunda Colonizacion griega hizo surgir la necesidad de poner por escrito las leyes consuetudinarias por las que se regian hasta entonces los griegos.

A pesar de las fábulas y leyendas en torno a Zaleuco, lo cierto es que los locrios poseían un código escrito que es mencionado por diversos autores. En todas las épocas , esta ciudad fue considerada como modelo de buen gobierno y de orden y sus habitantes se distinguían por su fidelidad a su sistema y por la negativa a cambiar nada. Este código seguramente entró en vigor hacia el 660 a. C. y establecía un gobierno aristocrático (los cien casos) que disfrutaba de ciertos privilegios por ser considerado descendiente de los colonos originales y según la tradición, la nobleza venía por vía femenina.

Después tuvo lugar la batalla de Sagras en la que dos mil locrios y algunos auxiliares de Regio, derrotaron a 130.000 crotoniatas e hicieron una gran matanza y según Estrabón eso fue el principio de la decadencia de Crotona (a pesar de que hasta el siglo siguiente fue la principal ciudad de la Magna Grecia). La fecha de la batalla no está fijada, y Justino dice que sucedió antes del 540 a. C., pero entra en contradicción con Estrabón que parece mejor informado. Siguiendo al último y a Diodoro Sículo la batalla se habría librado antes del 480 a. C. y después del 510 a. C. La ciudad era próspera pero no importante como Síbaris y Crotona. En esta época fundó las colonias de Hipponion (Hipponium) y Medma, al otro lado de la península.

Locri es mencionada por Heródoto en 493 a. C., cuando allí se detuvieron los colonos de Samos que iban a Sicilia, y después en 484 a. C. cuando Píndaro dice que era una ciudad muy próspera.

A pesar de su alianza con Regio contra Crotona, en general era hostil a Regio y aliada de Siracusa. Anaxilas de Regio quiso destruir Locri pero Hierón I de Siracusa lo impidió. En la época de la expedición ateniense a Sicilia era aliada de Siracusa y estaba enfrentada a Regio.

Luchó con el general ateniense Laques, pero después se firmó un tratado de paz, pero se negó a admitir a la flota ateniense en la siguiente expedición en 415 a. C. Más tarde envió algunos barcos auxiliares a Esparta en la lucha final contra los atenienses.

Escena erótica entre un joven y una hetera. Detalle de un oinócoe ático de figuras rojas, procediente de Locri (c. 430 a. C.)

La alianza con Siracusa se hizo más estrecha en la época de Dionisio I. Éste se casó con Doris, hija de Jeneto, uno de los principales ciudadanos de Locri. Siracusa cedió más tarde a Locri el territorio de Caulonia, ciudad que había destruido en el 389 a. C. y al siguiente año añadió parte del territorio de Esquiletión (Scylletium) y el de Hipponium. Esta última la perdió frente a los cartagineses en 379 a. C.

Dionisio II, expulsado de Siracusa, se retiró a Locri en 356 a. C. donde su gente se apoderó de la ciudadela y se hizo con el poder. Al cabo de seis años, en ausencia de Dionisio, una revuelta popular expulsó a la guarnición y la viuda y las hijas del tirano fueron martirizadas.

Tras esto, tuvieron lugar continuas guerras con los brucios. La ciudad no es mencionada hasta la llegada de Pirro de Epiro, época en la que Locri, Regio y otras ciudades ya se habían puesto bajo protección de Roma e incluso habían sido admitidas guarniciones romanas. Pero con la llegada de Pirro un movimiento popular expulsó a la guarnición y proclamó su adhesión a él. La guarnición que el rey epirota dejó en la ciudad mientras iba a Sicilia, cometió tantos abusos que un nuevo movimiento popular la expulsó de la ciudad. A su vuelta de Sicilia, Pirro, castigó severamente a la ciudad y se apoderó de una buena parte de los tesoros del templo de Proserpina, el principal santuario de la ciudad. La leyenda dice que una tempestad castigó a Pirro y le hizo devolver el tesoro, pero seguramente eso no fue más que un rumor.

Cuando Pirro partió, Locri fue sometida a Roma otra vez y así permaneció hasta la Segunda Guerra Púnica, cuando se declaró contra Roma y a favor de Cartago, en 216 a. C., después de la batalla de Cannas. Una guarnición cartaginesa se estableció en la ciudad, cuya libertad fue garantizada por un tratado «entre iguales». En 208 a. C. fue asediada por el cónsul romano Crispinus, pero la llegada de Aníbal le obligó a levantar el asedio.

En 205 a. C. Escipión, a punto de salir hacia África, pudo ocupar la ciudad, gracias a la traición de algunos de sus habitantes. Dejó el mando de la ciudad a su legado Quinto Pleminio. La actitud de éste, cruel y avariciosa, provocó una revuelta que sólo pudo ser detenida por la intervención del propio Escipión; pero el general tomó partido por su legado que permaneció al mando. Como las crueldades y exacciones continuaron, el pueblo apeló al Senado Romano y pese a la fuerte oposición de los amigos de Escipión, el senado se pronunció a favor de Locri, condenó a Pleminio y devolvió a la ciudad sus leyes y su libertad. El templo de Proserpina, que había sido saqueado por Pleminio, hubo de ser restaurado a costa del erario público.

Después, Locri no aparece en ningún hecho histórico relevante. La ciudad era importante, pero de hecho subordinada a Roma, pese a su nominal libertad. Cicerón fue patrón de la ciudad, pero no se conoce el origen del patronaje ni sus términos. La mencionan Estrabón, Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo.

Convertida en municipio en el siglo I a. C., sobrevivió como pequeño centro de escasa importancia hasta finales de la antigüedad. De esta época son algunos monumentos como la pequeña iglesia paleocristiana de la localidad de Quote San Francesco.

Testimonios importantes de la presencia romana son, en cambio, cierto número de grandes villas diseminadas por el territorio, como la descubierta y excavada en la vecina localidad de Casignana.

Procopio la menciona aún en el siglo VI y probablemente no fue destruida hasta el siglo VIII o IX por los piratas sarracenos.

Nativos de la ciudad fueron:

El territorio de la ciudad fue extenso y fue muy aumentado por Dionisio I de Siracusa. Estaba separado de Regio (al suroeste) por el río Halex o Alice, y de Caulonia, al norte, por el Sagras (moderno Alaro). A unos pocos kilómetros al norte (unos 10), había dos colonias de la ciudad, Itone y Melas (latín Melae) que son mencionadas por Tucídides (no se ha hallado ningún rastro) y además tenía las colonias de Hipponion y Medma al otro lado de la península.

Excavaciones y restos arqueológicos de Locri

Antigua calle principal de Locri

El lugar de la ciudad, con algunas ruinas, se ha encontrado a unos 7 km de Gerace. Las murallas se pueden seguir y van desde la costa a la Torre di Gerace (a la izquierda del riachuelo de San Ilario hasta la primera montaña llamada antiguamente Monte Esopis). Las murallas tienen unos 3 km de largo y la mitad de ancho; también se conservan los restos de un templo dorico.

Las primeras excavacions arqueológicas de gran magnitud en Locri fueron realizadas a principios del siglo XX por Paolo Orsi, quien exploró la mayor parte de las necrópolis de la ciudad (especialmente las de la ciudad de Lucifero, cerca del río del mismo nombre) y el santuario de Perséfone, con el descubrimeinto de los famosos pinakes en el barranco de la Mannella.

Orsi exploró, además, el santuario de los Dióscuros en Marasa y el de Zeus cerca de la casa Marafioti. En los años 40, P. E. Arias sacó a la luz el gran teatro de Locri. Tras la segunda guerra mundial se han llevado a cabo importantes investigaciones a cargo de la Escuela de Arqueología de Roma, bajo la dirección de Oliverio, en el área de Centocamere, donde se han descubierto islas de casas de la ciudad helenística y la famosa stoa arcaica en forma de U.

El hallazgo más importante de la década de 1950 fue el descubrimiento casual de la teca del santuario de Zeus en la localidad de Capella dell’idra que contenía láminas de bronce con el registro de las actas administrativas del santuario de Zeus.

A partir de 1960 las investigaciones, principalmente de carácter topográfico, urbanístico y arquitectónico, han sido continuadas por la Universidad de Turín (bajo la dirección de G. Gullini y M. Barra) y por la Superintendencia Arqueológica de Calabria.

Topografía

Las líneas fundamentales de la topografía de Locri fueron trazadas ya por Paolo Orsis. La ciudad se halla en la parte más llana de la franja litoral, a la izquierda del torrente Portigliola. La muralla, visible en gran parte y en algún tramo bien conservada, le confiere forma de cuadrilátero, con los lados largos perpendiculares a la costa, que en el interior, llegan hasta las colinas siguiendo el recorrido ondulado de las tres cimas de la Mannella, Abbadessa y Castellace.
A los pies de estas colinas hay un sendero que todavía conserva el nombre antiguo de drómos, que podría traducirse por paseo. Con su orientación este-oeste atraviesa la ciudad en sentido transversal de un extremo a otro, diferenciando claramente la zona de las colinas de la de la llanura.

En la parte de arriba del drómos se encuentran los edificios públicos, los santuarios y las fortificaciones. En la parte de la llanura, en cambio, se construyeron los barrios residenciales.

Santuario de Marasá

En la parte suroriental de Locri, cerca de la muralla, se halla el santuario de Marasa, donde ha aparecido un templo de finales del siglo VII a. C., con zócalo de piedra y revestimiento de placas de terracota y con decoraciones polícromas.

El edificio es de planta estrecha y alargada, con columnata central de madera. En una segunda fase, que se data a mediados del siglo VI a. C., este edificio fue reestructurado: se respetó la orientación del anterior y se le añadió una peristasis de madera de 6 por 13 columnas, que se ha supuesto que eran de orden dórico.

En el segundo cuarto del siglo V a. C., el templo arcaico fue destruido y sustituido por otro, un grandioso períptero jónico (6 por 17 columnas), con distinta orientación, del que quedan los restos del zócalo y una columna. A este templo pertenecen las estatuas de los Dióscuros, halladas por Orsis, que decoraban el frontón.

Excavaciones recientes han localizado el altar del templo. En el lado oriental del santuario se ha descubierto la fortificación de época helenística con la torre, denominada di Parapezza por el nombre de la localidad.

Templo de Zeus

En la parte de arriba del drómos se halla el templo de Zeus, del que Orsi encontró un capitel dórico, hoy conocido sólo a través de dibujos, algunos elementos arquitectónicos del entablamento y un pentaglifo. Del templo no ha quedado nada. A pocos metros de distancia, De Franciscis descubrió la teca cilíndrica de piedra en la que se hallaron las láminas de bronce.

Teatro griego

Al oeste del templo de Zeus está situado el teatro, que en su primera fase data del siglo IV a. C., pero que sufrió numerosas remodelaciones en épocas sucesivas. La cávea aprovecha la pendiente natural de la colina, y las gradas están talladas en la blanda roca local.

El teatro consta de siete sectores, divididos por pequeñas escaleras y, en sentido horizontal, por una ancha franja (diázoma).

Otras construcciones

Orsi identificó en lo alto de la colina, en Mannella, el santuario de Atenea, y en el barranco entre Abbadsesa y Castellace, el famoso santuario de Perséfone, que proporcionó los millares de pinakes (placas de terracota) con las representaciones en relieve obtenidas con moldes en las que figuran escenas referentes al culto de la diosa y al mundo femenino.

El área mejor explorada y conocida es la de Centocamere. En la parte oriental se halla la gran stoa en forma de U, enmarcada en dos hileras de pequeñas habitaciones y un brazo transversal. En una primera fase, las habitaciones eran sólo 5 (finales del siglo VII a. C.). En un segundo momento, hacia mediados del siglo VI a. C., se reestructuró el monumento creándose 11 habitaciones a cada lado. En el interior del espacio definido por la stoa se hallaron 371 pozos votivos, que gracias a los testimonios epigráficos, permiten atribuir el conjunto al culto de Afrodita. En la parte que mira a la montaña, la stoa fue protegida en Época Arcaica por un muro de contención de grandes bloques cuadrados.

Al oeste de la stoa, los barrios residenciales permiten establecer que Locri tenía ya una estructura regular en el siglo VI a. C. Dicha estructura se obtenía con ejes viarios de 4–4,50 m de anchura perpendiculares a la costa, que se cruzan en ángulo recto con anchas calles (de casi 14 m) que corren paralelas a la costa.´
Esta retícula crea unas islas de casas de una anchura media de 27-28 m. En la franja que estaba comprendida entre las islas de casas de planta regular y la muralla (datables en el siglo III a. C.) se edificaron diversas islas de casas de forma irregular que fueron condicionadas precisamente por el perímetro de la muralla.
Esta zona que fue urbanizada en época tardía, era tal vez el ágora, con función de mercado, y estaba situada cerca del puerto y en las proximidades del templo de Afrodita. En el siglo II a. C. fue englobada en el interior de la muralla que se extendía a lo largo de 7,5 km. La excavación del barrio residencial de Centocamere ha permitido además establecer que el barrrio era de carácter artesanal, a juzgar por el gran número de hornos de cocción para cerámica que se han hallado.

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CHARONDAS DE CATANIA,EL OTRO GRAN LEGISLADOR ARCAICO GRIEGO


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La ciudad siciliana de Catania.Al fondo, el Vesubio.

Catania (pronuncia fonetica IPA: /kaˈtanja/) è un comune italiano di 296.286 abitanti, capoluogo dell’omonima provincia e centro della maggiore conurbazione in Sicilia, nota come “Sistema Lineare della Sicilia Orientale[2]. È una delle 15 città metropolitane italiane. L’agglomerato urbano, formato dai comuni di prima corona[3], ha una popolazione di 577.436 ed una densità di 1885.9 abitanti per km², mentre l’area metropolitana ne conta 765.623[4], e con 805,15 abitanti per km² è la più densamente popolata della Sicilia. È inoltre la più popolosa città italiana non capoluogo di regione.

Fondata nel 729 a.C. dai Greci Calcidesi, vanta una storia millenaria caratterizzata da svariate dominazioni i cui resti ne arricchiscono oggi il patrimonio artistico architettonico e culturale.

Nel corso della sua storia è stata più volte distrutta da eruzioni vulcaniche (la più imponente, in epoca storica, è quella del 1669) e da terremoti (i più catastrofici ricordati sono stati quelli del 1169 e del 1693).

Il barocco del suo centro storico è stato dichiarato patrimonio dell’umanità, assieme ai sette comuni del Val di Noto, nel 2002.


Charondas (Greek Χαρώνδας), fue un celebra legislador de Catania, en Sicilia. Su fecha es incierta (?, VI secolo a.C.Catania, VI secolo a.C.) è stato un giurista greco antico. Es el unico de los legisladores de la Sicilia de la Magna Grecia que es historico.

Algunos le suponen discipulo de Pitagoras (c. 580 - 504 BC); but all that can be said is that he was earlier than Anaxilas of Rhegium (494 - 476 BC), since his laws were in use amongst the Rhegians until they were abolished by that tyrant.

His laws, originally written in verse, were adopted by the other Chalcidic colonies in Sicily and Italy. According to Aristotle there was nothing special about these laws, except that Charondas introduced actions for perjury; but he speaks highly of the precision with which they were drawn up (Politics, ii. I 2).

The story that Charondas killed himself because he entered the public assembly wearing a sword, which was a violation of his own law, is also told of Diodes of Syracuse and Zaleucus (Diod. Sic. 12.19.1-2). The fragments of laws attributed to him by Stobaeus and Diodorus are of late (neo-Pythagorean) origin. Charondas is said to have commanded that if the nearest relative of an epikleros (something close to an heiress) did not wish to marry her, he was required to provide a dowry.[1

Della sua persona non sappiamo nulla, a parte che Zaleuco e Pitagora furono suoi maestri e che secondo Aristotele (che occupandosi delle sue leggi le lodò perché più precise di quelle di Zaleuco) apparteneva, come Solone, alla media borghesia.

Legislacion antigua

Analogamente a Dracone di Atene e di Licurgo di Sparta, fu autore delle leggi della propria città e non solo, perché queste furono adottate anche in altre colonie calcidiche della Magna Grecia, in particolare a Rhegion (l'attuale Reggio Calabria), dove si trasferì in seguito all'esilio[1].

Le notizie sulla sua legislazione, per lo più tramandate da Aristotele e da Diodoro Siculo, sono in parte leggendarie, ma pare che le leggi di Caronda si occupassero in particolar modo del diritto familiare.

Le leggi emanate erano spesso severe con la previsione della pena di morte per chi ne disattendesse. La compilazione era in versi per meglio ricordare le norme emanate.

Dai proemii di Stobeo e da altri autori ricaviamo le seguenti norme[2]:

  • Bisogna che chi vuole intraprendere qualcosa si faccia guidare dagli dei: infatti l’ottimo, come dice il proverbio, è che il dio sia causa di tutte le cose.
  • Bisogna astenersi dalle male azioni per conservare l’amicizia col dio: infatti il dio non può avere nulla in comune con nessun ingiusto.
  • Fra le grandi scelleratezze ci sono il disprezzo degli dei, l’oltraggio ai genitori, l’offesa ai magistrati e alle leggi, il consapevole vilipendio della giustizia.
  • Ciascuno si sforzi d’intraprendere ed eseguire cose giuste e con decoro, perché è indegno adoperare lo stesso sforzo sia per le grandi che per le piccole cose: cerca quindi di non essere pigro.
  • Siano lodati quelli che soccorrono i bisognosi e quelli che allevano figli e difensori per la patria, madre comune.
  • Nessuno deve aiutare l’uomo o la donna che è stato/a condannato/a per un delitto, o semplicemente parlare con lui/lei, per non ricevere l’infamia d’essere simile a lui/lei.
  • Bisogna amare i buoni e trattare con loro, imitandone probità e virtù, poiché l’uomo senza virtù non è perfetto.
  • Bisogna onorare i defunti, non solo con le lacrime e la compassione, ma anche col buon ricordo e con l’offerta di frutti rinascenti ogni anno: il solo dolore esagerato è ingratitudine verso di loro.
  • Bisogna soccorrere il cittadino ingiustamente oppresso in patria o all’estero e accogliere e congedare familiarmente, secondo le proprie leggi, ogni straniero rispettato nella sua patria.
  • I vecchi inculchino nei giovani il pudore, in modo che questi arrossiscano di ogni mala azione. Dove i vecchi sono spudorati, figli e nipoti saranno più sfacciati. E dove regna la sfacciataggine, seguono l’oltraggio, l’ingiustizia, la violenza.
  • Bisogna coltivare l’onestà e la verità e odiare la menzogna e la turpitudine, cose da cui si riconosce la malizia. Ciò va fatto fin dall’infanzia, castigando i bambini bugiardi e premiando i veritieri.
  • I figli dei cittadini hanno il diritto di andare a scuola a spese dello Stato.
  • Bisogna essere piuttosto prudenti che savi. Spacciarsi per sapienti è cosa vile; e così è meglio essere temperanti e modesti anziché sembrare di esserlo. Nessuno ardisca vantarsi d’una virtù che non ha.
  • Bisogna rispettare i magistrati e i genitori, obbedendo loro e venerandoli. I magistrati, poi, giudichino con amore paterno, mettendo da parte simpatie, amicizie e rancori.
  • È ottima cosa denunziare i delinquenti, affinchè lo Stato sia salvo ed abbia così molti cittadini che si preoccupano dei suoi statuti.
  • Chi fa una denunzia non usi pietà: indichi anche i congiunti del colpevole, perché nulla è più importante della patria. Riferisca però solo ciò che fu commesso deliberatamente e non ciò che fu commesso per imprudenza.

Curiosità

La tradizione affida a Caronda leggi e storie, forse alcune inventate, da cui emerge una personalità complessa, ma sempre salda nei princìpi. Tra le leggi una prevedeva la libera possibilità di modificare le norme da lui dettate, ma stabilì come condizione fondamentale che chi l’avesse fatto avrebbe dovuto prima presentarsi all’Agorà proponendo le modifiche da effettuare con un laccio alla gola; così se la proposta fosse stata accettata dalla comunità sarebbe stato salvo, altrimenti era pronto per essere impiccato. Questa clausula avrebbe concesso a lungo l’immunità alle sue leggi[3].

Un’altra legge molto pittoresca serviva a punire i reati militari, non con la pena di morte come in tutti i codici, ma facendo esporre il colpevole per tre giorni sul mercato in vesti femminili.

Un’altra interessante vicenda è relativa alla sua morte. Secondo la tradizione egli dispose che nessuno dovesse entrare mai armato nei luoghi pubblici, pena la morte. Un giorno però, a causa di una battaglia che era in corso fuori città, entrò disperato nell’Agorà a cercare la collaborazione dei suoi concittadini, con ancora il pugnale alla cinta. Appena gli fecero notare che disattese a una sua stessa legge dimostrò di essere al di sotto di essa togliendosi egli stesso la vita[4].

Note

  1. ^ Aristotele, Politica, II 1274a
  2. ^ Carmelo Ciccia, Caronda, l’antico legislatore catanese - Norme di Caronda, 2001.
  3. ^ Vedi Antonino Scifo, a cura di, Catania Urbs Clarissima. 728 a. C. - 1693, Enna 2003, p.14.
  4. ^ A. Scifo, cit., p. 15.

LAS LEYES DE GORTINA

Gortina es una localidad en la isla griega de Creta, a 45 km al sur de la capital Heraklion. Es un yacimiento donde se conservan numerosas ruinas, entre las que destacan unas placas con la inscripción de unas leyes, escritas en dialecto dórico.

Archivo:Law Code Gortyn Louvre Ma703.jpg

El código de Gortina esta redactado en escritura arcaica bustrofédica, datado en el siglo V a. C., y es la compilación de leyes griegas (derecho privado) más antigua que se conoce, y que se encontraba en el Odeón, construido por el emperador Trajano, una estructura típica de teatro romano del siglo I con dos entradas por el norte y una orquestra semicircular; la pared norte tiene cuatro nichos para estatuas; sólo se han conservadod tres hileras de bancos.

Otros legistadores arcaicos griegos fueron Licurgo, Dracon y Solon.-

Las reformas del Siglo VI A.C.

Punto rojo La sociedad ateniense se vió afectada por las transformaciones que produjo la colonización; aunque no intervino en ella.

  • DRACÓN recibió poderes absolutos en el año 621 A.C.:

    • Recogió las leyes que eran conocidas oralmente, y las escribió.

    • Quitó a las genos (genoi) familiares el derecho de dictar justicia entre sus miembros y vengar las ofensas, estableciendo tribunales de la ciudad para juzgar los delitos.

Punto rojo Aún en la actualidad se habla de “reformas draconianas” para referirse a reformas trascendentales y rápidas.

  • SOLÓN fué nombrado en 594 A.C. para resolver los conflictos existentes. En sus dos años de gobierno hizo otras reformas:

    • Redujo las deudas y eliminó la esclavitud por deudas, liberando a los que estaban en ese estado.

    • Restingió el mayorazgo hereditario, estableciendo superficies máximas a las propiedades territoriales.

    • Reformó la moneda y el sistema de pesas y medidas.

    • Se le atribuye una reforma de la estructura de la sociedad y de las instituciones de gobierno:

      • Los ciudadanos eran los hombres libres nacidos en el Ática.

      • Se clasificaban en 4 clases de acuerdo a sus medios económicos:

        • Los tres niveles más ricos, debían armarse a su costa para formar el ejército de caballería o infantería acorazada. Integraban el gobierno y solamente los del grupo de mayor riqueza podían ser arcontes.

        • Los del cuarto nivel integraban el ejérito como infantería y la flota como remeros. Integraban la Asamblea y el Tribunal de los Heliastas.

En Atenas, Clistenes creo los Arcontes Tesmotetes.

Clístenes (570 a. C.- 507 a. C.), hijo de Megacles II y perteneciente a los Alcmeónidas, fue un político ateniense (griego: Κλεισθένης / Kleisthénês), que introdujo el gobierno democrático en la antigua Atenas.

Tesmotetas o tesmotetes: Son los seis arcontes a los cuales Clístenes añadio un secretario para que el arcontado alcanzara la cifra de diez miembros (uno por cada tribu). Formaban un colegio de jurisprudencia que estudiaba los grupos de Areopago, las nuevas leyes, sus defectos y contradicciones con las anteriores y la deficiencia del colegio legal. Ademas convocaban a los tribunales en función de los calendarios que ellos mismos confeccionaban y asignaban a los jueces una función muy importante de los tesmotetes, era la de presidir el examen al que se debía someter a los nuevos magistrados para que fuera comprobada su moralidad y se indagara si estaba en poder de sus derechos políticos entre otros requisitos.-

Para controlar a la Ekklesía, en tiempos de Efialtes y Pericles, se establecieron los nomophylakes o Guardianes de la Ley, que podían iniciar procesos de veto a las decisiones de la Eklesía (graphé para nomon)

Platon, filosofo ateniense

EL CONSEJO NOCTURNO: Platón introduce en Las Leyes una figura llamada Consejo Nocturno, con miras a la preservación de las leyes. Sus funcionarios reciben el nombre de guardianes de leyes o nomophylakes. La institución, integrada principalmente por los diez nomophylakes mayores, realiza sus sesiones al alba y a través del diálogo se establecen consensos para determinar el bien común de la ciudad.

Bibliografia


Ana Maria Vazquez Hoys :Historia del Mundo Antiguo. Tomo II. Grecia. Editorial Sanz y Torres, Noviembre 2007.


Páginas: 750 páginas.
ISBN: 9788496808003
Tamaño: 28×22
Idioma: ESPAÑOL

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