Cáceres | EFE 13/06/2009
La tendencia a agruparse en grandes núcleos poblacionales les llevó a establecer medidas higiénicas innovadoras como la gestión de residuos mediante vertederos y alcantarillado.
El arqueólogo cacereño Jesús Acero, experto en los vertederos de la provincia romana de Lusitania, los “puticulum” o pudrideros, asegura que los romanos reutilizaban y reciclaban más que el hombre actual, unos datos que constata por los restos encontrados en los yacimientos, la mayoría orgánicos.
Cloaca Maxima,Roma
http://web.educastur.princast.es/proyectos/grupotecne/archivos/investiga/193cloaca_maxima1.jpg
En una entrevista con Efe, ha explicado que tanto los documentos que hablan de los residuos en el Imperio como los restos hallados confirman que la conciencia medioambiental romana era superior.
Cloaca romana,Bracara Augusta
Acero, que lleva cinco años estudiando los vertederos clásicos y que tiene una beca del Instituto de Arqueología de Mérida, es el único investigador en el mundo que ha centrado su tesis doctoral en la gestión y evacuación de residuos sólidos y líquidos urbanos en ciudades romanas. La mayoría de los residuos hallados en los pudrideros pertenecen a desechos de ceniza, carbones, huesos, animales y conchas, mientras que los elementos inorgánicos aparecen en un porcentaje mucho menor.
Los recipientes inorgánicos, como la cerámica, tenían una segunda utilidad y eran quemados para utilizarlos en la agricultura, mientras que el mármol era transformado en cal y los metales eran refundidos de manera constante. Asimismo, las industrias de la época, como las alfarerías, disponían de basureros específicos, “alfares”, en los que sólo se vertían elementos de estas factorías.
Según ha explicado, desde los inicios del Imperio las administraciones locales romanas obligaron a la ciudadanía a depositar los elementos residuales en los extramuros, de modo que los vertederos se distanciaron de la población. Estos espacios estaban gestionados por los “estercolari” (basureros), que disponían de los “carrus estercolari” (carros de basura), destinados a tirar la basura.
Desde el punto de vista legislativo, la Ley de las XII Tablas, por ejemplo, prohibía en uno de sus decretos arrojar basuras y tirar cadáveres dentro del núcleo poblacional. En este sentido, ha explicado que los vertederos también eran utilizados como fosas comunes y eran abandonados, tanto por los familiares de los difuntos como por los señores que se desprendían de sus esclavos.
Respecto a las cloacas subterráneas, Acero subraya que el sistema supuso un sistema vanguardista que se utilizó por primera vez en la historia del hombre y establecía redes que rodeaban el núcleo urbano y desembocaban en el río. Todos los inmuebles estaban conectados a la red de cloacas y el sistema estuvo “a pleno rendimiento” hasta el final del Imperio.
Hasta el primer tercio del siglo XX Mérida no volvió a disponer de un sistema de evacuación hidráulico similar y, en un primer momento, el arqueólogo Pedro María Plano contempló en esa época la posibilidad de recuperar la antigua red, aunque su mal estado desechó esta posibilidad.
Acero, que en estos momentos se encuentra excavando las letrinas (aseos públicos) del Teatro Romano de Mérida afirma que los vertederos y las cloacas son lugares “interesantísimos” desde los que se entiende la cultura, la estructura familiar y las costumbres alimentarias de la época.
Muestran los hábitos de comida mediterránea de los romanos así como que, por ejemplo, en Emérita Augusta, la capital de Lusitania, se comían muchas ostras. Los vertederos, concluye, han servido para conservar edificaciones que permanecieron sepultadas bajo los residuos, y que no sufrieron los efectos de los expolios gracias a ello.
Descubierta una cloaca romana en subsuelo de un inmueble de Lugo
Los restos, en “muy buen estado”, corresponden a un sistema de canalización que data de los siglos III-IV
EFE - Santiago de Compostela - 11/08/2008
Técnicos de la Consellería de Vivienda han descubierto restos de una cloaca romana en “muy buen estado” y una calzada, con sus canales laterales, vinculada a ella, en las excavaciones que realiza en el subsuelo de un inmueble de la calle Miño, en Lugo. El departamento de la Xunta, propietario de la parcela, explica en un comunicado que se trata de restos de un sistema de canalización de aguas perteneciente a la ocupación romana del solar durante la época del bajo imperio, en los siglos III-IV.
El informe arqueológico detalla que la cloaca fue reutilizada como red de saneamiento del inmueble en los siglos XVIII-XIX, algo “muy común en Lugo, como se ha visto en otras intervenciones en la ciudad”. Los vestigios se han localizado entre los 50 y 80 centímetros de profundidad con respeto a la cota actual del suelo de la planta semisótano, por lo que el informe constata que “los niveles de ocupación romanos y medievales se localizan a una cota muy próxima a la actual, siendo destruidos por los momentos más recientes de ocupación del solar”.
Como consecuencia de este descubrimiento, la Consellería ha decidido modificar el proyecto previsto para la rehabilitación del edificio, renunciando a una parte de la edificabilidad para uso residencial. Así, la planta semisótano no será ocupada y se destinará a la conservación .

Restos de la cloaca romana hallada bajo un inmueble en Lugo.- EFE
Toledo | EFE 06/07/2007Las excavaciones que actualmente se desarrollan en la Mezquita del Cristo de la Luz, en Toledo, han permitido descubrir una calzada romana, bajo la cual también discurre una cloaca de la misma época, explicaron a Efe los responsables de la investigación arqueológica.
Las obras se iniciaron en abril de 2006 bajo las órdenes del arquitecto Francisco Jurado con el fin de resolver problemas de estabilidad y humedades en los cimientos de la mezquita, y, según se fue descubriendo el terreno, apareció una calzada monumental de cinco metros de ancho, formada por grandes losas de granito.
Bajo ella, los especialistas encontraron una cloaca también de época romana que, según los directores de las excavaciones, los arqueólogos Raúl Arribas y Arturo Ruiz, tiene una fábrica característica denominada ‘opus caementicium’, salvo la cubierta que utiliza las losas de la calzada.
Los arqueólogos también han hallado que bajo el actual ábside medieval de la iglesia mudéjar hay un segundo ábside de mayor grosor y una cueva excavada en la roca, que forman parte de un edificio de época romana coetáneo a la calzada.
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Cloaca bajo la ermita del Cristo de la Luz,Toledo
-http://www.culturaclasica.com/files/calzada_mezquita_toledo.jpg-
La mezquita pertenece a la parroquia de San Nicolás de Bari de la Archidiócesis de Toledo, y la financiación de las obras corre a cargo del Consorcio de la Ciudad, un organismo público en el que participan las administraciones central, autonómica y local.
La Mezquita del Cristo de la Luz es uno de los monumentos islámicos más antiguos de Toledo, datado del año 1000 gracias a la inscripción en árabe que aparece en una de sus fachadas.
Tras la toma pactada de Toledo por Alfonso VI, que entró acompañado del Cid Campeador, la mezquita fue ampliada y transformada en iglesia cristiana, convirtiéndose en uno de los primeros referentes de la arquitectura mudéjar.
La coordinación científica de las investigaciones arqueológicas corre a cargo del Ricardo Izquierdo, decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Castilla-La Mancha.
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Cuestan tan poco las simples escobas, los trapos de cocina, el serrín! Descuidarte de tenerlos te cubre de vergüenza (…). Cuanto menos cuidado y gasto exigen esos detalles es más reprochable que si faltasen los refinamientos en las casas de los ricos.”
Este fragmento de las Sátiras del escritor latino Horacio señalan al afán de pulcritud en la sociedad romana. Debe señalarse que la limpieza, al igual que la mayoría de las tareas diarias, en los hogares con una cierta posición económica eran realizada por los esclavos, los cuales se convirtieron en un indicador de la posición de su dueño y garantizaban que su casa no se convirtiera en una zorrera.
Letrinas romanas,Ostia
Letrinas romanas en las termas de Adriano (Leptis Magna, Libia)
La actitud romana hacia la salud y la enfermedad era en algunos aspectos similar a la de los griegos. Los enfermos desahuciados y deformes recibían pocos cuidados. El mismo desprecio se extendía a los recién nacidos no deseados, que eran vendidos. Los pobres vivían en la miseria, en casas atestadas, aunque las viviendas romanas estaban mejor construidas que las griegas ya que había desagües, suministro de agua y calles pavimentadas. Por otra parte, el interés romano hacia la agricultura les permitió tener acceso a un suministro de comida más variado y abundante.
![]() Baños romanos en el yacimiento sevillano de La Luisiana. |
Los logros más importantes de la higiene romana fueron el suministro de agua y el sistema sanitario. A lo largo de los siglos I-II dC muchos acueductos que canalizaban agua se construyeron por todo el Imperio, incluida Hispania. La purificación se conseguía colocando depósitos y albercas a lo largo del trayecto que recorría el agua, quedando la destinada a la bebida separada del resto. Además de la utilizada en baños públicos y fuentes, disponían de agua para uso privado, lo que permitía a los ricos obtener toda la que desearan. Aunque los menos acaudalados podían abastecerse también de agua suficiente, muchos pobres la conseguían de manantiales o aguadores.
Junto al abastecimiento de agua, muchas de las ciudades disponían de un sistema de eliminación de las aguas residuales. Había también en algunas ciudades grandes complejos de alcantarillas y tuberías colocadas bajo los edificios y las calles. En algunas viviendas se arrojaban las basuras y orinales directamente a la calle, pero la mayor parte de los caminos, calles y callejones se conservaban limpios; había agua limpia en abundancia y los embalses y aguas estancadas se drenaban con regularidad. Se conocía la relación existente entre tierras pantanosas y las enfermedades; en el siglo I aC Marco Varrón advirtió en contra de la edificación en las proximidades de los pantanos, “porque allí nacen ciertas diminutas criaturas que no pueden verse con los ojos, que flotan en el aire y entran en el cuerpo por la nariz y la boca, causando graves enfermedades”.
![]() Letrinas romanas de un yacimiento de Mataro. |
El talento romano para la organización no brilló del mismo modo en el terreno de las instituciones destinadas a la asistencia a enfermos y heridos. A pesar de ello, se fundaron enfermerías para los esclavos enfermos que eran utilizadas incluso por los romanos libres. Realmente no existían más instalaciones para albergar, tratar y cuidar a los enfermos que estos servicios y algunas casas de los médicos.
La actitud romana hacia la salud y la enfermedad era en algunos aspectos similar a la de los griegos. Los enfermos desahuciados y deformes recibían pocos cuidados. El mismo desprecio se extendía a los recién nacidos no deseados, que eran vendidos. Los pobres vivían en la miseria, en casas atestadas, aunque las viviendas romanas estaban mejor construidas que las griegas ya que había desagües, suministro de agua y calles pavimentadas. Por otra parte, el interés romano hacia la agricultura les permitió tener acceso a un suministro de comida más variado y abundante.
![]() Baños romanos en el yacimiento sevillano de La Luisiana. |
Los logros más importantes de la higiene romana fueron el suministro de agua y el sistema sanitario. A lo largo de los siglos I-II dC muchos acueductos que canalizaban agua se construyeron por todo el Imperio, incluida Hispania. La purificación se conseguía colocando depósitos y albercas a lo largo del trayecto que recorría el agua, quedando la destinada a la bebida separada del resto. Además de la utilizada en baños públicos y fuentes, disponían de agua para uso privado, lo que permitía a los ricos obtener toda la que desearan. Aunque los menos acaudalados podían abastecerse también de agua suficiente, muchos pobres la conseguían de manantiales o aguadores.
Junto al abastecimiento de agua, muchas de las ciudades disponían de un sistema de eliminación de las aguas residuales. Había también en algunas ciudades grandes complejos de alcantarillas y tuberías colocadas bajo los edificios y las calles. En algunas viviendas se arrojaban las basuras y orinales directamente a la calle, pero la mayor parte de los caminos, calles y callejones se conservaban limpios; había agua limpia en abundancia y los embalses y aguas estancadas se drenaban con regularidad.
Las letrinas comunes (12 asientos) de las Termas de las Cíclopes,Dugga,Túnez:
Se conocía la relación existente entre tierras pantanosas y las enfermedades; en el siglo I aC Marco Varrón advirtió en contra de la edificación en las proximidades de los pantanos, “porque allí nacen ciertas diminutas criaturas que no pueden verse con los ojos, que flotan en el aire y entran en el cuerpo por la nariz y la boca, causando graves enfermedades”.
![]() Letrinas romanas de un yacimiento de Mataro. |
El talento romano para la organización no brilló del mismo modo en el terreno de las instituciones destinadas a la asistencia a enfermos y heridos. A pesar de ello, se fundaron enfermerías para los esclavos enfermos que eran utilizadas incluso por los romanos libres. Realmente no existían más instalaciones para albergar, tratar y cuidar a los enfermos que estos servicios y algunas casas de los médicos.
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