El Lazarillo de Tormes es una de las mejores obras de la literatura española.
Escrita hacia 1535, y publicada anónimamente en 1554.
¿Cómo qué anónimamente?.
Mi compañero Francisco Calero ha demostrado que su autor fue Luis Vives, el amigo de Erasmo de Rotterdam. Y no solo lo dice sino que ha publicado 5 libros. Cinco. Sobre este tema.
Acaba de publicar su último libro sobre este tema:
Juan Luis Vives
http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/luvives.html
Luis Vives fue el autor del Lazarillo de Tormes
Francisco Calero
U.N.E.D
España
al profesor de Filología Latina de la Universidad Nacional de Estudios a Distancia (UNED) Francisco Calero no le cabe la menor duda de que una de las obras anónimas que más debates ha suscitado, «Lazarillo de Tormes», tiene como autor al humanista valenciano. Calero alude a argumentos lingüísticos, a referencias a productos y juegos valencianos o a elementos biográficos e históricos para reforzar sus tesis. El fruto de sus investigaciones verá la luz en un libro a mediados del próximo año.
Levante EMV
05 Dic 2003
D.P., Valencia
Francisco Calero baraja múltiples argumentos a la hora de desvelar que el humanista valenciano Joan Lluís Vives (1492-1540) era la incógnita que se escondía tras el anónimo autor de Lazarillo de Tormes, la obra fundacional de la novela picaresca y una de las más representativas de la literatura del Siglo de Oro. Entre las claves destaca las referencias a productos valencianos característicos, como las naranjas, limas o conservas, o a juegos como el de la pelota. «Vives era conocedor de la técnica y un entusiasta, además del primer autor que describió la técnica del tenis. En Lazarillo encontramos alusiones y referencias que sólo podría haber realizado un experto», aseveró. Pero también están presentes, advierte Calero, particularidades lingüísticas propias de la lengua autóctona, como los diminutivos en «eta», en palabras como «concheta» o «camareta».
El profesor de la UNED realiza una larga deducción para vincular a Vives con Lazarillo de Tormes y otras tres obras anónimas clave en el Renacimiento: Diálogo de Mercurio y Carón, Diálogo en que particularmente se tratan las cosas acaecidas en Roma en el año MDXXVII y Diálogo de la lengua. Hace unos meses otra investigadora, Rosa Navarro, afirmaba que el autor del Lazarillo tenía que serlo, a su vez, de las otras tres obras y daba el nombre de Alfonso de Valdés. Calero sostiene ahora que Navarro «iba bien encaminada» pero «sus premisas eran falsas y por tanto también sus conclusiones». En su opinión, una obra como Lazarillo de Tormes requería un genio fuera de lo común que no tenía Valdés pero sí Joan Lluís Vives.
Calero, que fue catedrático del Instituto Sorolla de Valencia durante doce años y profesor de la Universitat y de la sede valenciana de la UNED, recurre también a argumentos históricos para reforzar su análisis. «Vives era historiador, conocedor de primera línea desde la historia greco-romana hasta los acontecimientos más recientes de su época. En Lazarillo hay alusiones a la derrota de los Gelves, a la guerra de las comunidades o a las Cortes celebradas por Carlos V en Toledo», explicó ayer el profesor de la UNED, que ha traducido del latín varias de las obras del humanista valenciano que ha publicado el Ayuntamiento de Valencia en la colección que inició con motivo del quinto centenario del nacimiento del escritor.
Referencias a la pobreza
El profesor Calero incide de manera especial en la temática del Lazarillo a la hora de vincular la novela a Joan Lluís Vives, autor de De subventione pauperum, «la obra más importante de todos los tiempos-sostiene - sobre el pauperismo y la solución a sus problemas». Francisco Calero considera que el trasfondo de la novela considerada anónima concuerda de manera directa con algunos pasajes del tratado de Vives sobre la pobreza.
El autor de las investigaciones afirma que, después de quince años de traducciones de obras de Lluís Vives, las palabras y los pensamientos del humanista valenciano estaban fijados en su memoria. La publicación del estudio de la profesora Rosa Navarro le puso sobre la pista pero la clave, dice, estaba en Diálogo de los turcos, una obra de Vives escrita en latín. Según indicó, el «Diálogo de Mercurio y Carón es prácticamente idéntico al anterior y a su vez recoge pasajes similares al Lazarillo».
Calero, que avanzó sus tesis en un artículo publicado el sábado en ABC, llega a desgranar trece argumentos para reforzar la tesis que Vives escribió Diálogo de la lengua, uno de los eslabones de la cadena de deducciones que conectan al humanista valenciano con una de las obras cumbre de la narrativa del Siglo de Oro.
Anonimato por temor a la Inquisición
D.P., Valencia
La atribución del Lazarillo de Tormes a Joan Lluís Vives abre una serie de interrogantes que Francisco Calero se apresura a responder: ¿Por qué no firmó la obra el humanista valenciano?, ¿por qué su nombre nunca había sido vinculado a la novela picaresca? o, mejor aún, ¿pudo un autor en latín escribir una obra tan genial en castellano?
Calero responde que las pesquisas no iban bien encaminadas. «Buscaban mal, creían que el autor del Lazarillo residía en España y escribía en castellano», sostiene el profesor de la UNED. El humanista valenciano no entraba, por tanto en estas quinielas. Exiliado desde 1509, cuando marchó a estudiar a París, el escritor valenciano residió desde entonces en distintas ciudades europeas y habitualmente se expresaba en latín. Pero Francisco Calero aporta una carta escrita por Vives en 1527 en la que anunciaba a su amigo Juan de Vergara su voluntad empezar a escribir en español. El investigador calcula que Lazarillo de Tormes, publicado a mediados del siglo XVI, debió escribirse en la década de los treinta de este siglo, poco después de las otras tres obras con las que está vinculada, datadas entre 1528 y 1532.
Un autor «poco conocido»
Francisco Calero ofrece otra razón de peso para argumentar por qué nadie pensó en Joan Lluís Vives al poner autor al Lazarillo. «La obra del humanista valenciano, a diferencia de la de Erasmo, es muy poco conocida en España», explicó, aunque, en su opinión, es mucho más importante.
El profesor de Filología Latina de la UNED se refiere a la Inquisición para justificar los motivos que llevaron a Joan Lluís Vives a dejar anónima la novela del Lazarillo. «Vives, que era de origen judío, no podía firmarla porque contenía ataques muy duros a la Iglesia y a los frailes. Salió de España y no pudo volver. Sus padres fueron perseguidos y el cuerpo de su madre exhumado para ser quemado después de ser enterrada», manifestó.
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