3 may 09

A lo largo de la historia de Egipto perduraron muchos ritos inexplicados, que parecen relacionados con sacrificios humanos o la autoinmolación del faraón., que debía morir si sus fuerzas físicas y mágicas no se revitalizaban por medio de la fiesta del Heb Sed.

Sin esa fuerza del faraón, el sol no volvería a salir. Y toda la tierra y sus habitantes desaparecerían…

Por medio de esta celebración el faraón revitalizaba , pues, sus fuerzas mágicas para poder seguir gobernando el país y garantizando su estabilidad . La fiesta del Heb Sed debía realizarse cada 30 años, en teoría, aunque se conoce que todos los faraones lo hicieron emucho antes , sobre todo porque muy pocos superaron ese tiempo de años de gobierno.Pero Ramsés II, por ejemplo, lacelebró catorce veces.


En el interior del recinto funerario del faraón Zoser , en Saqqara, en Menfis, se conserva el llamado “patio del Heb Sed”, en el que se celebraba este ritual. La prueba consistía en superar una serie de pruebas físicas como una carerra o el tiro con arco y la identificación del rey con Osiris, por tanto, la muerte ritual .

Una vez el faraón se había revitalizado, tenía lugar una carrera ritual como prueba de su fortaleza y rejuvenecimiento. En uno de los relieves de la capilla roja de Hatshepsut la vemos en la carrera, portando el flajelo en su mano derecha, en su mano izquierda el mekes, un pequeño estuche de papiro que indica el poder del faraón. Hatshepsut, vestida con el Shend Jyt, el paño corto característico de la carrera ritual, se rejuvenecía así ante los ojos de Amón. Hatshepsut corre en la carrera junto a un toro, que simboliza la fuerza que ha recobrado el faraón tras los ritos mágicos de la Heb-Sed

Todo parece indicar que el origen de esta curiosa tradición está relacionada con la muerte ritual o verdadera que debía sufrir el rey en época primitiva, por la cual , si no era capaz de demostrar sus fuerzas debía morir a manos de su sucesor.

Doble Pabellón de la fiesta Sed

Howard Carter descubrió en Deir el-Bahari una estatua de Mentuhotep II, envuelta en lino y colocada al lado de un sarcófago vacío. Colocada hacia el lado izquierdo, es la representación del rey sentado, con la corona roja del Bajo Egipto y con su cuerpo envuelto con la túnica de la Heb-Sed. Simboliza al rey envejecido que iba a descansar a su morada de eternidad antes de recuperar su energía vital.

Algo muy parecido debió de suceder con los famosos ushebtis, unas figurillas de cerámica, piedra o madera que aparecieron a cientos en el interior de las tumbas. Su función era la de servir de sirviente en el Más Allá a su señor en cualquier tipo de tareas que requisiera un esfuerzo físico. Estos ushebtis sustituían a los sacrificios humanos estudiados en las tumbas de cementerio de Abydos

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