La ciudad romana de Pompeya.Vista aérea general de las ruinas
- El derrumbamiento de 50 metros de muros romanos hace saltar las
alarmas en el parque arqueológico de Pompeya - Los sindicatos denuncian que el sitio lo controlan la Camorra y Protección Civil
*MIGUEL MORA* /- Roma - /28/01/2010
Pompeya, la ciudad romana sepultada por la ceniza del Vesubio en el año 79 d.C., Patrimonio de la Humanidad protegido por la Unesco desde 1997, sigue sufriendo dos mil años después el abandono y la impericia de las autoridades italianas . Bajo el acoso de la Camorra, que trapichea en la zona arqueológica y edifica donde le parece, la gestión de Pompeya fue entregada el verano pasado por el Gobierno a un comisario extraordinario, /manager/ de la todopoderosa Protección Civil, dotado de atribuciones especiales.
En junio la policía descubrió un túnel de 30 metros lleno de objetos robados
Justificada como solución a la “grave degradación” y al “estado de riesgo” que amenaza el área, en la gestión del comisario Marcello Fiori ha primado la espectacularidad y la superficialidad sobre la calidad y la seguridad, según afirman expertos y trabajadores del campo.
“Pompeya, con 2,5 millones de visitantes y 20 millones de ingresos al año, se gestiona hoy con un estilo espectacular y populista incompatible con el tiempo, casi siempre lento e ingrato, de la arqueología”, resume un funcionario del sitio que pide anonimato.
El síntoma más claro es que entre los 600 trabajadores de Pompeya reina la /omertà/. Sólo los sindicalistas hablan, desde fuera, con nombre y apellido. El resto no revela su identidad por temor a las represalias.
Un misterioso incidente ha sido convertido casi en asunto de Estado por la dirección. Los trabajadores denuncian que se ha intentado minimizar daños muy graves. Y esto ha hecho estallar en el sitio arqueológico una tensión latente desde hace meses.
El 14 de enero, una obra puesta en marcha a toda prisa, en turnos de siete días, según los sindicatos, para dar brillo a la inminente visita al sitio de un político (no está claro si es el presidente Giorgio Napolitano o el primer ministro Silvio Berlusconi), causó el derrumbamiento de dos muros, uno de 30 metros y otro de 20. Dos paredes de casas antiguas, según algunas fuentes decoradas con frescos, se vinieron abajo.
El sindicalista Gianfranco Cerasoli, de la UIL, explica que la obra fue decidida por el comisario Fiori y afectaba a la zona de la Vía de la Abundancia, donde se encuentran la Casa de los Castos Amantes -descubierta en 1987 y cerrada con andamios desde entonces- y la Casa de Polibio. “Colocaron una grúa muy grande sobre un terraplén frágil, y con la lluvia la grúa cayó sobre el muro que rodea la Isla de la Casa de los Castos Amantes; éste a su vez derruyó una pared contigua”, explica Cerasoli.
El comisario Fiori ha negado que los desperfectos hayan sido graves, ha desmentido que los hubiera causado una grúa y los ha achacado a las fuertes lluvias. Siguiendo al milímetro la línea oficial, Fiori ha preferido anunciar que “en febrero será posible ver la excavación de la Casa de los Castos Amantes a través de un plástico transparente y un sistema de cámaras de televisión”.
El director de la excavación de Pompeya, el arqueólogo Antonio Varone, ha acusado a los sindicatos de alarmismo y ha quitado hierro al percance, limitándolo a un “pequeño corrimiento de tierras”.
Pero la denuncia parte de la prestigiosa asociación privada Italia Nostra, que vela por el patrimonio cultural. Italia Nostra habla de /omertà/ y de “distorsiones” en la gestión y ha exigido “transparencia inmediata”.
QUÉ ES LA OMERTÀ
Por omertá se entiende la obstinación al silencio, esto es, la decisión de no hablar de cualquier cosa que se haya sentido o visto, y aunque se tenga conocimiento.
Esta práctica es muy difundida en casos de delitos graves o en los casos de Mafia donde un testimonio o una de las personas incriminadas prefieren permanecer en silencio por miedo de represalias o por proteger a otros culpables.
En la cultura de la Mafia, romper el juramento de omertà es castigable con la muerte.
El término italiano omertà es de origen incierto. Se encuentran trazos de su uso ya a partir del 1800. Algunas teorías sobre su origen la relacionan con la palabra latina humilitas (humildad), que será después adoptada a los dialectos de la Italia meridional y modificada en umirtà. De la forma dialectal se puede entonces llegar a la forma italiana actual.
Una funcionaria del parque arqueológico da su versión mientras se aleja de la oficina para hablar sin ser oída: “Tenemos miedo, el clima aquí es de intimidación. No sabemos siquiera qué daños reales ha habido porque la consigna es no hablar, y ni siquiera han dejado entrar a los técnicos a hacer fotos”.
Los sindicatos explican que las obras en curso costarán 33 millones de euros, y que el día 20 el comisario firmó una entrega de 200.000 euros para reparar los daños. Además, señalan que 12 días después del incidente no se había mandado el preceptivo informe al director general del ministerio, Stefano de Caro.
Según Bagio de Felice, del sindicato CGIL, “la actuación de Fiori y la falta de reacción del ministerio que dirige Sandro Bondi revelan que el Estado ha abdicado de tutelar el patrimonio de Pompeya y Nápoles y certifica el fracaso de la política cultural”.
“En ese desierto hace carrera la presunta eficacia de la Protección Civil, que usa los mismos métodos en Pompeya que en L’Aquila. Entre nosotros circula este chiste: habéis llegado 2.000 años tarde a la erupción, ahora no hace falta que os deis prisa”.
Fiori es un hombre versátil y de probada capacidad de trabajo. Pero los técnicos dudan de que sea el hombre que necesita Pompeya. “Es un lugar muy delicado, no puedes hacer obras como si fuese una autopista”, señala Pietro Giovanni Guzzo, responsable estatal (superintendente) del sitio desde 1994 a 2009. El arqueólogo recalca que “en Pompeya lo más importante es combatir la infiltración de la Camorra, que edifica viviendas ilegales donde quiere y controla los negocios en la zona”. Según el diario /L’Unità,/ que destapó el incidente, un comerciante del área, Nicola Mercurio, se ha convertido “en el brazo derecho de Fiori”. En junio de 2009, la policía de Nápoles descubrió un túnel secreto de 30 metros lleno de objetos robados que iba desde la excavación hasta una vivienda cercana.
F:http://www.elpais.com/articulo/cultura/Pompeya/ciudad/arqueologica/ley/elpepucul/20100128elpepicul_1/Tes
La ciudad fue pueblo de la Italia central, situado en una colina cerca de la desembocadura del río Sarno, utilizada previamente como puerto . Fue fundada en el Siglo VII adC por los Oscos, un puerto seguro para los navegantes griegos de lo que despues fue la Magna Grecia y Etruria.

Víctima de la catástrofe de Pompeya en el 79 d.C.
Pompeya participó en la guerra que las ciudades de Campania iniciaron contra Roma(Guerra de los socii, por la plena ciudadanía romana) , pero en el año 89 adC fue asediada por Lucio Cornelio Sulla. Tras este episodio recibió es status coloniae con el nombre de “Colonia Cornelia Veneria Pompeianorum“. La ciudad se convirtió en un importante punto de paso de mercancías que llegaban por vía marítima y que eran reezpedidas hacia Roma o hacia el sur de Italia siguiendo la Via Apia.
En el año 62 un terremoto dañó seriamente Pompeya y otras ciudades cercanas. Durante el período que media entre ese año y el año 79, año de la gran erupción del Vesubio, la ciudad fue reconstruida, quizá con mayor suntuosidad en los edificios y el arte que antes y en el momento de la erupción del 79 d.C. , la proximidad elecciones municipales servía de acicate a los más ricos de la ciudad para destinar dinero a la reparación de templos y otros edificios públicos, intentando ganarse así el voto popular con su evergetismo.
En el año 79 los pequeños terremotos que de cuando en cuando sacudían la zona aumentaron considerablemente, tanto en tamaño como en intensidad. Uno de ellos llegó a bloquear el flujo de agua del Aqua Augusta, el acueducto que abastecía a Pompeya y las ciudades vecinas, unas 48 horas antes de que se produjese la erupción que se avecinaba. A las diez de la mañana del día 24 de agosto se produjo una explosión. La parte más alta del Vesubio voló por los aires, comenzando la emisión de gases, polvo y cenizas a la atmósfera. Se calcula que la nube alcanzó entonces más de treinta kilómetros de altura.
La mejor crónica de la tragedia procede de los escritos de Plinio el Joven, que fueron relatados al también historiador Tácito en una carta. Plinio describe una enorme columna de humo gris y oscuro, “con la forma de un pino”, brotando del Vesubio y perfectamente visible desde donde él se encontraba, en la villa familiar de Miseno (a 30 km de Pompeya, separada de ésta por la bahía de Nápoles); al cabo de un tiempo, la nube descendió por las faldas del Vesubio y cubrió todo a su alrededor, incluyendo el mar. Así, Pompeya quedó oscurecida como si se hiciese de noche en pleno día, mientras que Herculano, situada mucho más cerca del volcán, siguió bañada por el sol. A la ceniza le siguió una lluvia de piedra pómez sobre la ciudad, un fenómeno nunca visto para los romanos, que pronto comenzó a acumularse sobre las calles y tejados.
Gruesas capas de ceniza cubrieron dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones fueron olvidados. Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748. Desde entonces, ambas villas han sido excavadas revelando numerosos edificios intactos, así como pinturas murales. Hasta esa fecha, se asumía que Pompeya y Herculano se habían perdido para siempre.
No estaba distribuida en un plano regular como solía ocurrir con las ciudades romanas, debido a la irregularidad del terreno. Pero sus calles eran rectas y formaban una rejilla al más puro estilo romano, con su cardo y su decumano. Estaban pavimentadas con piedras poligonales y había casas y comercios a ambos lados.
El foro, los baños, muchas casas y algunas villas permanecieron en un sorprendente buen estado de conservación.
Un habitante de Pompeya, relleno en yeso del hueco dejado por el cadáver de una víctima de la erupción
La ciudad descubierta ofrece hoy a los visitantes un cuadro de la vida romana en general durante el siglo I. El momento “inmortalizado” por la erupción evidencia literalmente hasta el mínimo detalle de la vida cotidiana. Por ejemplo, en el suelo de una de las casas (la de Sirico), una famosa inscripción Salve, lucrum (”Bienvenido, dinero”), quizás con intención humorística, nos muestra una sociedad comercial perteneciente a dos socios, Sirico y Numiano. En otras casas abundan los detalles sobre diversos oficios, como los trabajadores de la lavandería (fullones). “Pintadas” grabadas en las paredes son muestras del latín vulgar empleado en la calle.
La ciudad estaba situada en Campania, al sur de Roma, en el golfo de Nápoles, en una zona donde abundaban las villas vacacionales,y contaba con numerosos servicios: el macellum (gran mercado de alimentos), el pistrinum (molino), las thermopoliae (una especie de tabernas que servía bebidas frías y calientes), los cauporioe (pequeños restaurantes) y un anfiteatro.
En 2002 un importante descubrimiento en la desembocadura del río Sarno reveló que en el puerto también había viviendas, muchas de ellas palafitos con un sistema de canales que sugieren una cierta similitud con Venecia.