ROGER DE FLOR ( (Brindisi ,Italia -1266 , Adrianópolis ,Imperio Bizantino - 1305).-
El padre de Roger de Flor, un curioso aventurero medieval , era halconero mayor en la corte de Federico II, su madre una burguesa de Brindisi.
Ejercito templario
Perdidos marido y hacienda en la guerra, a su madre no le quedó más remedio que ceder al pequeño Roger a la Orden del Temple ante los requerimientos de un templario marsellés llamado Vasaill, quien le enseñaría el oficio de marinero.
La busqueda del Santo Grial
En poco tiempo, Roger se hizo famoso en todo el Mediterráneo por su habilidad y valor, gracias a lo cual recibió el mando de una nave de la flota templaria a la que llamaron “El Halcón” en memoria de su padre y alcanzó el grado de sargento dentro de la Orden.
Asedio de San Juan de Acre
San Juan de Acre (actual Israel) es el nombre que los cruzados de Occidente dieron a la antiquísima ciudad de Akko, aunque puede deberse también a los Caballeros de San Juan (o lo que es lo mismo, los Hospitalarios). Fue la capital de los cruzados en Tierra Santa, una vez que éstos fueron expulsados de Jerusalén.
El rey Balduino I (uno de los principales líderes de la Primera Cruzada, fundador del Condado de Edessa, que fue una de las primeras ciudades cruzadas y cristianas de Tierra Santa) la fortificó en 1104, pero su esplendor duraría muy poco.
Tras la derrota cristiana en la batalla de los cuernos de Hattin en 1187, San Juan de Acre sufrió distintas penalidades, hasta que, por fin, cuatro años después fue reconstruida.
En 1291, unos cruzados italianos atacaron y asesinaron a unos campesinos musulmanes, degollaron a todos los mercaderes mahometanos; así como los cristianos sirios. Todo esto no sería más que el comienzo.
En abril del mismo año, el sultán de Egipto, a la cabeza de ciento sesenta mil hombres de a pie y casi sesenta mil caballeros turcos y mamelucos, puso sitio a la ciudad. En San Juan de Acre no había más que catorce mil hombres de a pie y ochocientos caballeros para defenderla.
Por primera vez en muchos años de enemistades y disputas, los Caballeros del Hospital de San Juan de Jerusalén y los Guardas del Sagrado Templo lucharon unidos contra estos nuevos invasores. A pesar de la tenacidad y la resistencia de Hospitalarios y Templarios, San Juan de Acre cayó el 28 de mayo de ese mismo año.
Cayó el monasterio fortificado de la Orden del Temple, y, con él, el prestigio de los Templarios en Tierra Santa. Los que consiguieron huir se refugiaron en Chipre, y el resto fueron masacrados…
(El puerto de San Juan de Acre, en la actualidad)
Durante la caída de San Juan de Acre (1291) evacuó a cientos de refugiados al mando de una pequeña flotilla. Como agradecimiento recibió fuertes sumas de dinero por parte de las familias que rescató y más tarde fue acusado de quedarse con tales regalos, motivo por el que fue expulsado de la Orden.
Caballeros templarios
Pero aquello no le detuvo, ya que pidió un préstamo, fletó un barco y se metió a pirata . Con el tiempo, Roger fue formando un pequeño ejército compuesto por mercenarios y antiguos compañeros, con los que formó una tropa bien adiestrada bajo una férrea disciplina, tal y como le habían enseñado en el Temple.
Una curiosidad, ¿sabéis qué bandera llevaban por aquella época las naves del Temple? Una calavera y dos tibias cruzadas.
Bandera del Temple,luego insignia pirata
El Halcón del Temple
Al poco tiempo era mercenario al mando de una tropa de almogávares, combatiendo contra los turcos en auxilio del emperador de Bizancio; el precio? un título nobiliario y una esposa.
El desembarco en tierras otomanas fue brutal. Ante una fuerza superior y al grito de “desperta ferro”, los almogávares causaron más de 13.000 bajas al enemigo. Pocos sobrevivieron, teniendo en cuenta que para Roger, todo el que tuviera más de diez años era considerado enemigo. A esta victoria siguieron unas cuantas más, culminando en la batalla del monte Tauro.
A su regreso a Constantinopla, la ambición de Roger de Flor había aumentado, lo que le causó las envidias y el recelo de una corte famosa por sus intrigas. Se le concedió el título de César, pero fue asesinado en una conjura orquestada por el hijo del emperador, Miguel, siendo degollado junto con sus oficiales durante el transcurso de un banquete.
Sus tropas se vengaron de forma salvaje, arrasando durante días pueblos y aldeas en lo que se llamó la “venganza catalana”.
Esta figura se inspiró más tarde “Tirante el blanco”
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