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11 Abr 10

La comunidad perfecta es la polis…, surgió para satisfacer las necesidades vitales del hombre, pero su finalidad es permitirle vivir bien… El hombre que, naturalmente y no por azar, no viva en la polis es infrahumano o sobrehumano.
Aristóteles La Política

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El monte Olimpo, en Pieria, la montaña mas alta de Grecia, morada de los dioses griegos.


Aunque el fenómeno urbano y las ciudades-estado son realidades históricas anteriores a los griegos, y son numerosas las Ciudades-estado que se conocen en el Proximo Oriente y la costa cananea , su concepto de polis es totalmente original, hasta el punto de ser uno de los rasgos que identifican la civilización griega.

LA POLIS GRIEGAS

La ciudad para los griegos no era únicamente el centro político, económico, religioso y cultural, sino un ideal de vida, la forma más perfecta de sociedad civil. En ella se integraban de forma armónica los intereses del individuo con el Estado, gracias a la ley, y con la comunidad, mediante la participación del ciudadano en los asuntos públicos. En definitiva, la ciudad esra para los griegos clasicos un elemento distintivo del hombre civilizado.

El concepto de Ciudad-estado presenta una diferencia sustancial con la idea moderna de nación: para los griegos la polis no se identificaba con un territorio sino con el conjunto de sus ciudadanos, por eso, aunque se hubiese perdido el territorio en alguna contienda, si el cuerpo cívico había sobrevivido y podía rehacer sus tradiciones en otro lugar, consideraban que la polis estaba a salvo y habia sobrevivido con ellos.

Origen y estructura
El nacimiento de la polis griega fue fruto de un largo proceso. Durante la Edad Oscura, s. XII a VIII a.C., los habitantes de la Hélade vivían dispersos en aldeas, organizados en torno a vínculos de sangre. Fue en la época arcaica, a partir del s. VIII a. C., cuando estas localidades se reunieron en agrupaciones urbanas a las que fueron llegando también artesanos y comerciantes dando lugar a la polis; este fenómeno de union de poblaciones pequeñas en otras mayores se conoce con el nombre de sinecismo.

Poco a poco las poleis se convirtieron en una comunidad política o “ciudadana”, con leyes e instituciones propias, en la que sus habitantes ejercían una intensa vida cívica, mas importante para el ciudadano que la vida privada, refrendando así la máxima de Aristóteles de que el hombre es un animal político(zoom politicon).

En este incipiente núcleo urbano se levantaron dos espacios; en la parte más elevada, la acrópolis (ciudad alta), zona fortificada con templos, destinada al culto religioso y a proteger a los habitantes en caso de peligro; y en la parte baja, los grandes espacios públicos como santuarios, teatros, gimnasios y el ágora (”plaza”), lugar dedicado a la vida civil, institucional y económica. La más representativa fue el ágora de Atenas. En torno a estos edificios públicos se desarrollaba una red de calles residenciales.


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Para garantizar la seguridad de la polis se amurallaba todo su perímetro. La estructura urbana de estas ciudades era caótica porque los barrios se construían sin ningún orden adaptándose a la topografía del terreno. A partir del s. V a. C, las ciudades de nueva construcción y los nuevos barrios siguieron un plano ordenado, con calles paralelas y perpendiculares entre sí, formando una cuadrícula geométrica.

La importancia de la ley
Por encima de sus diferencias políticas, las polis griegas establecieron un nuevo marco de relaciones entre los individuos y el Estado basado en la ley ( ὁ νόμος, n
όmos), cuyo objetivo era preservar las relaciones humanas de la violencia y la arbitrariedad. Para los griegos un Estado libre era aquel en el que la soberanía la tenia la ley y no el gobernante. Esta fórmula se convertiría con el paso del tiempo en el fundamento de todos los sistemas políticos de Occidente.

El ideal de vida de los griegos en la polis se correspondía con el sometimiento de los ciudadanos al imperio de la ley; como afirmaba Píndaro “La ley reina sobre todos los seres, lo mismo sobre los mortales que sobre los inmortales”.

Este respeto reverencial por la ley estaba basado en la promulgación de buenas leyes, eunomía, inspiradas en la sabiduría y que buscaban conseguir la concordia, homonia y la justicia, diké.

La importancia que se daba a la ley y la necesidad de su cumplimiento exigía que los ciudadanos tuvieran conocimiento de las mismas. Para facilitarlo, las leyes nuevas se escribían en una estela que se colocaba en algún lugar público para ser accesibles a la población.

Las poleis griegas buscaban inscribir el respeto a la ley de la ciudad en el alma de los ciudadanos porque la inquietud predominante en el pensamiento griego fue cómo lograr la estabilidad social y evitar las revoluciones violentas; si los ciudadanos hacían suyas las normas, si las veían como reglas consentidas, la ciudad no tendría que dedicarse exclusivamente a crear barreras y vigilancias normativas que, a través de órdenes y prohibiciones, hicieran que cada ciudadano siguiera el camino recto. Este respeto moral a la ley se expresa claramente en la actitud de Sócrates cuando fue condenado. Como señala atinadamente Veyne, Sócrates

    Hubiera podido huir, pero las leyes de su país le dijeron en sueños que no lo hiciera: “¿En qué piensas, Sócrates? ¿En arruinarnos a nosotras, las Leyes, y junto con nosotras a la misma ciudad?” (Critón 50 ab) Pues sólo las Leyes permiten que se mantenga una ciudad (Aristóteles, Retórica I, 4, 1360 a 19; Política 1310 a 35; Leyes 715 d.). Sócrates prefirió sufrir una muerte inmerecida y no dar el ejemplo de la desobediencia a las leyes, con lo cual hubiera arruinado lo que era, a sus ojos, el armazón de su patria.

Jenofonte (Memorables, I, 2, 41) escribe que “un buen ciudadano respeta la Ley” y, con ello, no entiende solamente el hecho de que no viole el código o conjunto de leyes positivas que regulan la esfera pública de una ciudad; por ley, Jenofonte (Memorables, IV, 4, 2), como los griegos en general, se refería tanto a las leyes escritas como a “[…] las costumbres no escritas, las decisiones políticas, las órdenes de los responsables y, en forma más general, la voluntad colectiva, que era una legitimidad más allá de las legalidades transitorias”

EL FENOMENO DE LOS LEGISLADORES Y LAS TIRANIAS

Forman parte de los fenomenos y transformaciones que se desarrollaron en la polis aristocratica.

Zaleuco de Locris

Locri o Locris o Locris Epizefiria (latín Locri, griego Λοκροί, a menudo Locri Epzephirii, Λοκροί Ἐπιζεφύριοι) fue una ciudad de la costa sureste de Brucia, no lejos del extremo sur, en la región italiana de Calabria.

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Pinax de Persefone y Hades en su trono.Hallado en un santuario de Persefone en Locri , en el distrito de Mannella. Locri formaba parte de la Magna Graecia y estaba situada en la costa del mar Jonico en Calabria en Italia.

Museo Nacional Arqueologico de Reggio Calabria en Italia.

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Locri fue una colonia de los locrios de la Lócrida, pero no se sabe de qué grupo (epicnèmidos, ozolios u opuntios). Estrabón la atribuye a los ozolios bajo un líder llamado Evantes, y critica a Éforo que la adjudica a los opuntios, pero esta última opinión era más generalizada. La tradición lócrida decía que la colonia fue aprobada por Aristóteles y concedida a un grupo de esclavos que habían huido con sus amas convertidas en amantes con las que ya habían tenido relaciones sexuales; otra tradición recogida por Pausanias dice que los lacedemonios ayudaron a fundar la ciudad y la de Crotona.

Según Estrabón la ciudad se fundó poco después que Crotona (710 a. C.) y Siracusa (735 a. C.), por tanto hacia el año 700 a. C. La zona pertenecía a los enotrios, nativos que fueron expulsados. Según Estrabón, fue fundada inicialmente en Cabo Zephyrium (Capo di Bruzzano) y después trasladada a su posterior ubicación 25 km al norte; el cabo le dio el nombre que la diferenciaba.

El territorio en que se fundó la colonia, cerca del promontorio del cabo Bruzzano, estaba habitado por poblaciones indígenas que Polibio llama sículos. Las necrópolis de estos habitantes fueron descubiertas y excavadas por Paolo Orsi en las colinas de la parte interior de Locri: en Canale, Ianchina, Patariti y en Stefanelli de Gerace.

Las tumbas son en forma de cueva artificial excavada en la roca, idénticas a las tumbas sículas. Al principio, tal vez a causa de la amenaza que representaban estas poblaciones, los locrios se establecieron en el cabo Bruzzano, que en la antigüedad se llamaba Zefirio.

Posteriormente, con la ayuda militar de Siracusa (ciudad a la que Locri siempre permanecerá ligada a lo largo de su historia posterior), los locrios expulsaron a los indígenas y se asentaron en la llanura llamada Esopis, donde fundaron la ciudad.
Cuenta Polibio que esto ocurrió gracias a una artimaña: griegos e indígenas habían establecido primero, por medio de un juramento, que vivirían juntos en la ciudad mientras llevaran la cabeza sobre los hombros y pisaran la misma tierra; pero en el momento del juramento, los griegos habían escondido cabezas de ajo bajo sus vestidos y tierra en sus zapatos. Después de arrojarlo todo, libres ya del juramento, pudieron gracias al engaño ocupar la tierra ellos solos. Los indígenas fueron sometidos y continuaron trabajando en calidad de siervos las tierras de los nuevos amos.

Historia

El primer código de leyes fue el de Zaleuco, el más antiguo de todos los Estados griegos.

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Zaleuco de Locris, uno de los primeros legisladores griegos. La necesidad de las nuevas fundaciones durante la Segunda Colonizacion griega hizo surgir la necesidad de poner por escrito las leyes consuetudinarias por las que se regian hasta entonces los griegos.

A pesar de las fábulas y leyendas en torno a Zaleuco, lo cierto es que los locrios poseían un código escrito que es mencionado por diversos autores. En todas las épocas , esta ciudad fue considerada como modelo de buen gobierno y de orden y sus habitantes se distinguían por su fidelidad a su sistema y por la negativa a cambiar nada. Este código seguramente entró en vigor hacia el 660 a. C. y establecía un gobierno aristocrático (los cien casos) que disfrutaba de ciertos privilegios por ser considerado descendiente de los colonos originales y según la tradición, la nobleza venía por vía femenina.

Después tuvo lugar la batalla de Sagras en la que dos mil locrios y algunos auxiliares de Regio, derrotaron a 130.000 crotoniatas e hicieron una gran matanza y según Estrabón eso fue el principio de la decadencia de Crotona (a pesar de que hasta el siglo siguiente fue la principal ciudad de la Magna Grecia). La fecha de la batalla no está fijada, y Justino dice que sucedió antes del 540 a. C., pero entra en contradicción con Estrabón que parece mejor informado. Siguiendo al último y a Diodoro Sículo la batalla se habría librado antes del 480 a. C. y después del 510 a. C. La ciudad era próspera pero no importante como Síbaris y Crotona. En esta época fundó las colonias de Hipponion (Hipponium) y Medma, al otro lado de la península.

Locri es mencionada por Heródoto en 493 a. C., cuando allí se detuvieron los colonos de Samos que iban a Sicilia, y después en 484 a. C. cuando Píndaro dice que era una ciudad muy próspera.

A pesar de su alianza con Regio contra Crotona, en general era hostil a Regio y aliada de Siracusa. Anaxilas de Regio quiso destruir Locri pero Hierón I de Siracusa lo impidió. En la época de la expedición ateniense a Sicilia era aliada de Siracusa y estaba enfrentada a Regio.

Luchó con el general ateniense Laques, pero después se firmó un tratado de paz, pero se negó a admitir a la flota ateniense en la siguiente expedición en 415 a. C. Más tarde envió algunos barcos auxiliares a Esparta en la lucha final contra los atenienses.

Escena erótica entre un joven y una hetera. Detalle de un oinócoe ático de figuras rojas, procediente de Locri (c. 430 a. C.)

La alianza con Siracusa se hizo más estrecha en la época de Dionisio I. Éste se casó con Doris, hija de Jeneto, uno de los principales ciudadanos de Locri. Siracusa cedió más tarde a Locri el territorio de Caulonia, ciudad que había destruido en el 389 a. C. y al siguiente año añadió parte del territorio de Esquiletión (Scylletium) y el de Hipponium. Esta última la perdió frente a los cartagineses en 379 a. C.

Dionisio II, expulsado de Siracusa, se retiró a Locri en 356 a. C. donde su gente se apoderó de la ciudadela y se hizo con el poder. Al cabo de seis años, en ausencia de Dionisio, una revuelta popular expulsó a la guarnición y la viuda y las hijas del tirano fueron martirizadas.

Tras esto, tuvieron lugar continuas guerras con los brucios. La ciudad no es mencionada hasta la llegada de Pirro de Epiro, época en la que Locri, Regio y otras ciudades ya se habían puesto bajo protección de Roma e incluso habían sido admitidas guarniciones romanas. Pero con la llegada de Pirro un movimiento popular expulsó a la guarnición y proclamó su adhesión a él. La guarnición que el rey epirota dejó en la ciudad mientras iba a Sicilia, cometió tantos abusos que un nuevo movimiento popular la expulsó de la ciudad. A su vuelta de Sicilia, Pirro, castigó severamente a la ciudad y se apoderó de una buena parte de los tesoros del templo de Proserpina, el principal santuario de la ciudad. La leyenda dice que una tempestad castigó a Pirro y le hizo devolver el tesoro, pero seguramente eso no fue más que un rumor.

Cuando Pirro partió, Locri fue sometida a Roma otra vez y así permaneció hasta la Segunda Guerra Púnica, cuando se declaró contra Roma y a favor de Cartago, en 216 a. C., después de la batalla de Cannas. Una guarnición cartaginesa se estableció en la ciudad, cuya libertad fue garantizada por un tratado «entre iguales». En 208 a. C. fue asediada por el cónsul romano Crispinus, pero la llegada de Aníbal le obligó a levantar el asedio.

En 205 a. C. Escipión, a punto de salir hacia África, pudo ocupar la ciudad, gracias a la traición de algunos de sus habitantes. Dejó el mando de la ciudad a su legado Quinto Pleminio. La actitud de éste, cruel y avariciosa, provocó una revuelta que sólo pudo ser detenida por la intervención del propio Escipión; pero el general tomó partido por su legado que permaneció al mando. Como las crueldades y exacciones continuaron, el pueblo apeló al Senado Romano y pese a la fuerte oposición de los amigos de Escipión, el senado se pronunció a favor de Locri, condenó a Pleminio y devolvió a la ciudad sus leyes y su libertad. El templo de Proserpina, que había sido saqueado por Pleminio, hubo de ser restaurado a costa del erario público.

Después, Locri no aparece en ningún hecho histórico relevante. La ciudad era importante, pero de hecho subordinada a Roma, pese a su nominal libertad. Cicerón fue patrón de la ciudad, pero no se conoce el origen del patronaje ni sus términos. La mencionan Estrabón, Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo.

Convertida en municipio en el siglo I a. C., sobrevivió como pequeño centro de escasa importancia hasta finales de la antigüedad. De esta época son algunos monumentos como la pequeña iglesia paleocristiana de la localidad de Quote San Francesco.

Testimonios importantes de la presencia romana son, en cambio, cierto número de grandes villas diseminadas por el territorio, como la descubierta y excavada en la vecina localidad de Casignana.

Procopio la menciona aún en el siglo VI y probablemente no fue destruida hasta el siglo VIII o IX por los piratas sarracenos.

Nativos de la ciudad fueron:

El territorio de la ciudad fue extenso y fue muy aumentado por Dionisio I de Siracusa. Estaba separado de Regio (al suroeste) por el río Halex o Alice, y de Caulonia, al norte, por el Sagras (moderno Alaro). A unos pocos kilómetros al norte (unos 10), había dos colonias de la ciudad, Itone y Melas (latín Melae) que son mencionadas por Tucídides (no se ha hallado ningún rastro) y además tenía las colonias de Hipponion y Medma al otro lado de la península.

Excavaciones y restos arqueológicos de Locri

Antigua calle principal de Locri

El lugar de la ciudad, con algunas ruinas, se ha encontrado a unos 7 km de Gerace. Las murallas se pueden seguir y van desde la costa a la Torre di Gerace (a la izquierda del riachuelo de San Ilario hasta la primera montaña llamada antiguamente Monte Esopis). Las murallas tienen unos 3 km de largo y la mitad de ancho; también se conservan los restos de un templo dorico.

Las primeras excavacions arqueológicas de gran magnitud en Locri fueron realizadas a principios del siglo XX por Paolo Orsi, quien exploró la mayor parte de las necrópolis de la ciudad (especialmente las de la ciudad de Lucifero, cerca del río del mismo nombre) y el santuario de Perséfone, con el descubrimeinto de los famosos pinakes en el barranco de la Mannella.

Orsi exploró, además, el santuario de los Dióscuros en Marasa y el de Zeus cerca de la casa Marafioti. En los años 40, P. E. Arias sacó a la luz el gran teatro de Locri. Tras la segunda guerra mundial se han llevado a cabo importantes investigaciones a cargo de la Escuela de Arqueología de Roma, bajo la dirección de Oliverio, en el área de Centocamere, donde se han descubierto islas de casas de la ciudad helenística y la famosa stoa arcaica en forma de U.

El hallazgo más importante de la década de 1950 fue el descubrimiento casual de la teca del santuario de Zeus en la localidad de Capella dell’idra que contenía láminas de bronce con el registro de las actas administrativas del santuario de Zeus.

A partir de 1960 las investigaciones, principalmente de carácter topográfico, urbanístico y arquitectónico, han sido continuadas por la Universidad de Turín (bajo la dirección de G. Gullini y M. Barra) y por la Superintendencia Arqueológica de Calabria.

Topografía

Las líneas fundamentales de la topografía de Locri fueron trazadas ya por Paolo Orsis. La ciudad se halla en la parte más llana de la franja litoral, a la izquierda del torrente Portigliola. La muralla, visible en gran parte y en algún tramo bien conservada, le confiere forma de cuadrilátero, con los lados largos perpendiculares a la costa, que en el interior, llegan hasta las colinas siguiendo el recorrido ondulado de las tres cimas de la Mannella, Abbadessa y Castellace.
A los pies de estas colinas hay un sendero que todavía conserva el nombre antiguo de drómos, que podría traducirse por paseo. Con su orientación este-oeste atraviesa la ciudad en sentido transversal de un extremo a otro, diferenciando claramente la zona de las colinas de la de la llanura.

En la parte de arriba del drómos se encuentran los edificios públicos, los santuarios y las fortificaciones. En la parte de la llanura, en cambio, se construyeron los barrios residenciales.

Santuario de Marasá

En la parte suroriental de Locri, cerca de la muralla, se halla el santuario de Marasa, donde ha aparecido un templo de finales del siglo VII a. C., con zócalo de piedra y revestimiento de placas de terracota y con decoraciones polícromas.

El edificio es de planta estrecha y alargada, con columnata central de madera. En una segunda fase, que se data a mediados del siglo VI a. C., este edificio fue reestructurado: se respetó la orientación del anterior y se le añadió una peristasis de madera de 6 por 13 columnas, que se ha supuesto que eran de orden dórico.

En el segundo cuarto del siglo V a. C., el templo arcaico fue destruido y sustituido por otro, un grandioso períptero jónico (6 por 17 columnas), con distinta orientación, del que quedan los restos del zócalo y una columna. A este templo pertenecen las estatuas de los Dióscuros, halladas por Orsis, que decoraban el frontón.

Excavaciones recientes han localizado el altar del templo. En el lado oriental del santuario se ha descubierto la fortificación de época helenística con la torre, denominada di Parapezza por el nombre de la localidad.

Templo de Zeus

En la parte de arriba del drómos se halla el templo de Zeus, del que Orsi encontró un capitel dórico, hoy conocido sólo a través de dibujos, algunos elementos arquitectónicos del entablamento y un pentaglifo. Del templo no ha quedado nada. A pocos metros de distancia, De Franciscis descubrió la teca cilíndrica de piedra en la que se hallaron las láminas de bronce.

Teatro griego

Al oeste del templo de Zeus está situado el teatro, que en su primera fase data del siglo IV a. C., pero que sufrió numerosas remodelaciones en épocas sucesivas. La cávea aprovecha la pendiente natural de la colina, y las gradas están talladas en la blanda roca local.

El teatro consta de siete sectores, divididos por pequeñas escaleras y, en sentido horizontal, por una ancha franja (diázoma).

Otras construcciones

Orsi identificó en lo alto de la colina, en Mannella, el santuario de Atenea, y en el barranco entre Abbadsesa y Castellace, el famoso santuario de Perséfone, que proporcionó los millares de pinakes (placas de terracota) con las representaciones en relieve obtenidas con moldes en las que figuran escenas referentes al culto de la diosa y al mundo femenino.

El área mejor explorada y conocida es la de Centocamere. En la parte oriental se halla la gran stoa en forma de U, enmarcada en dos hileras de pequeñas habitaciones y un brazo transversal. En una primera fase, las habitaciones eran sólo 5 (finales del siglo VII a. C.). En un segundo momento, hacia mediados del siglo VI a. C., se reestructuró el monumento creándose 11 habitaciones a cada lado. En el interior del espacio definido por la stoa se hallaron 371 pozos votivos, que gracias a los testimonios epigráficos, permiten atribuir el conjunto al culto de Afrodita. En la parte que mira a la montaña, la stoa fue protegida en Época Arcaica por un muro de contención de grandes bloques cuadrados.

Al oeste de la stoa, los barrios residenciales permiten establecer que Locri tenía ya una estructura regular en el siglo VI a. C. Dicha estructura se obtenía con ejes viarios de 4–4,50 m de anchura perpendiculares a la costa, que se cruzan en ángulo recto con anchas calles (de casi 14 m) que corren paralelas a la costa.´
Esta retícula crea unas islas de casas de una anchura media de 27-28 m. En la franja que estaba comprendida entre las islas de casas de planta regular y la muralla (datables en el siglo III a. C.) se edificaron diversas islas de casas de forma irregular que fueron condicionadas precisamente por el perímetro de la muralla.
Esta zona que fue urbanizada en época tardía, era tal vez el ágora, con función de mercado, y estaba situada cerca del puerto y en las proximidades del templo de Afrodita. En el siglo II a. C. fue englobada en el interior de la muralla que se extendía a lo largo de 7,5 km. La excavación del barrio residencial de Centocamere ha permitido además establecer que el barrrio era de carácter artesanal, a juzgar por el gran número de hornos de cocción para cerámica que se han hallado.

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CHARONDAS DE CATANIA,EL OTRO GRAN LEGISLADOR ARCAICO GRIEGO


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La ciudad siciliana de Catania.Al fondo, el Vesubio.

Catania (pronuncia fonetica IPA: /kaˈtanja/) è un comune italiano di 296.286 abitanti, capoluogo dell’omonima provincia e centro della maggiore conurbazione in Sicilia, nota come “Sistema Lineare della Sicilia Orientale[2]. È una delle 15 città metropolitane italiane. L’agglomerato urbano, formato dai comuni di prima corona[3], ha una popolazione di 577.436 ed una densità di 1885.9 abitanti per km², mentre l’area metropolitana ne conta 765.623[4], e con 805,15 abitanti per km² è la più densamente popolata della Sicilia. È inoltre la più popolosa città italiana non capoluogo di regione.

Fondata nel 729 a.C. dai Greci Calcidesi, vanta una storia millenaria caratterizzata da svariate dominazioni i cui resti ne arricchiscono oggi il patrimonio artistico architettonico e culturale.

Nel corso della sua storia è stata più volte distrutta da eruzioni vulcaniche (la più imponente, in epoca storica, è quella del 1669) e da terremoti (i più catastrofici ricordati sono stati quelli del 1169 e del 1693).

Il barocco del suo centro storico è stato dichiarato patrimonio dell’umanità, assieme ai sette comuni del Val di Noto, nel 2002.


Charondas (Greek Χαρώνδας), fue un celebra legislador de Catania, en Sicilia. Su fecha es incierta (?, VI secolo a.C.Catania, VI secolo a.C.) è stato un giurista greco antico. Es el unico de los legisladores de la Sicilia de la Magna Grecia que es historico.

Algunos le suponen discipulo de Pitagoras (c. 580 - 504 BC); but all that can be said is that he was earlier than Anaxilas of Rhegium (494 - 476 BC), since his laws were in use amongst the Rhegians until they were abolished by that tyrant.

His laws, originally written in verse, were adopted by the other Chalcidic colonies in Sicily and Italy. According to Aristotle there was nothing special about these laws, except that Charondas introduced actions for perjury; but he speaks highly of the precision with which they were drawn up (Politics, ii. I 2).

The story that Charondas killed himself because he entered the public assembly wearing a sword, which was a violation of his own law, is also told of Diodes of Syracuse and Zaleucus (Diod. Sic. 12.19.1-2). The fragments of laws attributed to him by Stobaeus and Diodorus are of late (neo-Pythagorean) origin. Charondas is said to have commanded that if the nearest relative of an epikleros (something close to an heiress) did not wish to marry her, he was required to provide a dowry.[1

Della sua persona non sappiamo nulla, a parte che Zaleuco e Pitagora furono suoi maestri e che secondo Aristotele (che occupandosi delle sue leggi le lodò perché più precise di quelle di Zaleuco) apparteneva, come Solone, alla media borghesia.

Legislacion antigua

Analogamente a Dracone di Atene e di Licurgo di Sparta, fu autore delle leggi della propria città e non solo, perché queste furono adottate anche in altre colonie calcidiche della Magna Grecia, in particolare a Rhegion (l'attuale Reggio Calabria), dove si trasferì in seguito all'esilio[1].

Le notizie sulla sua legislazione, per lo più tramandate da Aristotele e da Diodoro Siculo, sono in parte leggendarie, ma pare che le leggi di Caronda si occupassero in particolar modo del diritto familiare.

Le leggi emanate erano spesso severe con la previsione della pena di morte per chi ne disattendesse. La compilazione era in versi per meglio ricordare le norme emanate.

Dai proemii di Stobeo e da altri autori ricaviamo le seguenti norme[2]:

  • Bisogna che chi vuole intraprendere qualcosa si faccia guidare dagli dei: infatti l’ottimo, come dice il proverbio, è che il dio sia causa di tutte le cose.
  • Bisogna astenersi dalle male azioni per conservare l’amicizia col dio: infatti il dio non può avere nulla in comune con nessun ingiusto.
  • Fra le grandi scelleratezze ci sono il disprezzo degli dei, l’oltraggio ai genitori, l’offesa ai magistrati e alle leggi, il consapevole vilipendio della giustizia.
  • Ciascuno si sforzi d’intraprendere ed eseguire cose giuste e con decoro, perché è indegno adoperare lo stesso sforzo sia per le grandi che per le piccole cose: cerca quindi di non essere pigro.
  • Siano lodati quelli che soccorrono i bisognosi e quelli che allevano figli e difensori per la patria, madre comune.
  • Nessuno deve aiutare l’uomo o la donna che è stato/a condannato/a per un delitto, o semplicemente parlare con lui/lei, per non ricevere l’infamia d’essere simile a lui/lei.
  • Bisogna amare i buoni e trattare con loro, imitandone probità e virtù, poiché l’uomo senza virtù non è perfetto.
  • Bisogna onorare i defunti, non solo con le lacrime e la compassione, ma anche col buon ricordo e con l’offerta di frutti rinascenti ogni anno: il solo dolore esagerato è ingratitudine verso di loro.
  • Bisogna soccorrere il cittadino ingiustamente oppresso in patria o all’estero e accogliere e congedare familiarmente, secondo le proprie leggi, ogni straniero rispettato nella sua patria.
  • I vecchi inculchino nei giovani il pudore, in modo che questi arrossiscano di ogni mala azione. Dove i vecchi sono spudorati, figli e nipoti saranno più sfacciati. E dove regna la sfacciataggine, seguono l’oltraggio, l’ingiustizia, la violenza.
  • Bisogna coltivare l’onestà e la verità e odiare la menzogna e la turpitudine, cose da cui si riconosce la malizia. Ciò va fatto fin dall’infanzia, castigando i bambini bugiardi e premiando i veritieri.
  • I figli dei cittadini hanno il diritto di andare a scuola a spese dello Stato.
  • Bisogna essere piuttosto prudenti che savi. Spacciarsi per sapienti è cosa vile; e così è meglio essere temperanti e modesti anziché sembrare di esserlo. Nessuno ardisca vantarsi d’una virtù che non ha.
  • Bisogna rispettare i magistrati e i genitori, obbedendo loro e venerandoli. I magistrati, poi, giudichino con amore paterno, mettendo da parte simpatie, amicizie e rancori.
  • È ottima cosa denunziare i delinquenti, affinchè lo Stato sia salvo ed abbia così molti cittadini che si preoccupano dei suoi statuti.
  • Chi fa una denunzia non usi pietà: indichi anche i congiunti del colpevole, perché nulla è più importante della patria. Riferisca però solo ciò che fu commesso deliberatamente e non ciò che fu commesso per imprudenza.

Curiosità

La tradizione affida a Caronda leggi e storie, forse alcune inventate, da cui emerge una personalità complessa, ma sempre salda nei princìpi. Tra le leggi una prevedeva la libera possibilità di modificare le norme da lui dettate, ma stabilì come condizione fondamentale che chi l’avesse fatto avrebbe dovuto prima presentarsi all’Agorà proponendo le modifiche da effettuare con un laccio alla gola; così se la proposta fosse stata accettata dalla comunità sarebbe stato salvo, altrimenti era pronto per essere impiccato. Questa clausula avrebbe concesso a lungo l’immunità alle sue leggi[3].

Un’altra legge molto pittoresca serviva a punire i reati militari, non con la pena di morte come in tutti i codici, ma facendo esporre il colpevole per tre giorni sul mercato in vesti femminili.

Un’altra interessante vicenda è relativa alla sua morte. Secondo la tradizione egli dispose che nessuno dovesse entrare mai armato nei luoghi pubblici, pena la morte. Un giorno però, a causa di una battaglia che era in corso fuori città, entrò disperato nell’Agorà a cercare la collaborazione dei suoi concittadini, con ancora il pugnale alla cinta. Appena gli fecero notare che disattese a una sua stessa legge dimostrò di essere al di sotto di essa togliendosi egli stesso la vita[4].

Note

  1. ^ Aristotele, Politica, II 1274a
  2. ^ Carmelo Ciccia, Caronda, l’antico legislatore catanese - Norme di Caronda, 2001.
  3. ^ Vedi Antonino Scifo, a cura di, Catania Urbs Clarissima. 728 a. C. - 1693, Enna 2003, p.14.
  4. ^ A. Scifo, cit., p. 15.

LAS LEYES DE GORTINA

Gortina es una localidad en la isla griega de Creta, a 45 km al sur de la capital Heraklion. Es un yacimiento donde se conservan numerosas ruinas, entre las que destacan unas placas con la inscripción de unas leyes, escritas en dialecto dórico.

Archivo:Law Code Gortyn Louvre Ma703.jpg

El código de Gortina esta redactado en escritura arcaica bustrofédica, datado en el siglo V a. C., y es la compilación de leyes griegas (derecho privado) más antigua que se conoce, y que se encontraba en el Odeón, construido por el emperador Trajano, una estructura típica de teatro romano del siglo I con dos entradas por el norte y una orquestra semicircular; la pared norte tiene cuatro nichos para estatuas; sólo se han conservadod tres hileras de bancos.

Otros legistadores arcaicos griegos fueron Licurgo, Dracon y Solon.-

Las reformas del Siglo VI A.C.

Punto rojo La sociedad ateniense se vió afectada por las transformaciones que produjo la colonización; aunque no intervino en ella.

  • DRACÓN recibió poderes absolutos en el año 621 A.C.:

    • Recogió las leyes que eran conocidas oralmente, y las escribió.

    • Quitó a las genos (genoi) familiares el derecho de dictar justicia entre sus miembros y vengar las ofensas, estableciendo tribunales de la ciudad para juzgar los delitos.

Punto rojo Aún en la actualidad se habla de “reformas draconianas” para referirse a reformas trascendentales y rápidas.

  • SOLÓN fué nombrado en 594 A.C. para resolver los conflictos existentes. En sus dos años de gobierno hizo otras reformas:

    • Redujo las deudas y eliminó la esclavitud por deudas, liberando a los que estaban en ese estado.

    • Restingió el mayorazgo hereditario, estableciendo superficies máximas a las propiedades territoriales.

    • Reformó la moneda y el sistema de pesas y medidas.

    • Se le atribuye una reforma de la estructura de la sociedad y de las instituciones de gobierno:

      • Los ciudadanos eran los hombres libres nacidos en el Ática.

      • Se clasificaban en 4 clases de acuerdo a sus medios económicos:

        • Los tres niveles más ricos, debían armarse a su costa para formar el ejército de caballería o infantería acorazada. Integraban el gobierno y solamente los del grupo de mayor riqueza podían ser arcontes.

        • Los del cuarto nivel integraban el ejérito como infantería y la flota como remeros. Integraban la Asamblea y el Tribunal de los Heliastas.

En Atenas, Clistenes creo los Arcontes Tesmotetes.

Clístenes (570 a. C.- 507 a. C.), hijo de Megacles II y perteneciente a los Alcmeónidas, fue un político ateniense (griego: Κλεισθένης / Kleisthénês), que introdujo el gobierno democrático en la antigua Atenas.

Tesmotetas o tesmotetes: Son los seis arcontes a los cuales Clístenes añadio un secretario para que el arcontado alcanzara la cifra de diez miembros (uno por cada tribu). Formaban un colegio de jurisprudencia que estudiaba los grupos de Areopago, las nuevas leyes, sus defectos y contradicciones con las anteriores y la deficiencia del colegio legal. Ademas convocaban a los tribunales en función de los calendarios que ellos mismos confeccionaban y asignaban a los jueces una función muy importante de los tesmotetes, era la de presidir el examen al que se debía someter a los nuevos magistrados para que fuera comprobada su moralidad y se indagara si estaba en poder de sus derechos políticos entre otros requisitos.-

Para controlar a la Ekklesía, en tiempos de Efialtes y Pericles, se establecieron los nomophylakes o Guardianes de la Ley, que podían iniciar procesos de veto a las decisiones de la Eklesía (graphé para nomon)

Platon, filosofo ateniense

EL CONSEJO NOCTURNO: Platón introduce en Las Leyes una figura llamada Consejo Nocturno, con miras a la preservación de las leyes. Sus funcionarios reciben el nombre de guardianes de leyes o nomophylakes. La institución, integrada principalmente por los diez nomophylakes mayores, realiza sus sesiones al alba y a través del diálogo se establecen consensos para determinar el bien común de la ciudad.

Bibliografia


Ana Maria Vazquez Hoys :Historia del Mundo Antiguo. Tomo II. Grecia. Editorial Sanz y Torres, Noviembre 2007.


Páginas: 750 páginas.
ISBN: 9788496808003
Tamaño: 28×22
Idioma: ESPAÑOL

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10 Abr 10

Licurgo (griego antiguo Λυκοῦργος Lykoûrgos; 700 a. C.?–630 a. C.) fue un legendario legislador de Esparta, el cual estableció la reforma militarista de la sociedad espartana de acuerdo con el Oráculo de Delfos. Todas las leyes y la constitución de Esparta se atribuyen a Licurgo. Según la tradición, fue de estirpe real y regente de Esparta.

Archivo:Lycurgus.jpg

Licurgo

Fue citado por historiadores antiguos, como Heródoto, Jenofonte y Plutarco. Jenofonte dijo: “él no imitó a las otras ciudades, sino que concibió cosas incluso opuestas respecto a la mayoría de ellas: así hizo a su ciudad particularmente afortunada”. No resulta claro determinar si Licurgo fue realmente una figura histórica. Muchos historiadores creen que Licurgo fue el responsable de las reformas comunalistas y militaristas que transformaron la sociedad espartana en la segunda parte del siglo VII a. C., denominada Gran Retra.

Los principios sobre los que se fundan las reformas que se le atribuyen fueron: la subordinación de todos los intereses privados al bien público, la imposición de una estructura social modelada sobre la vida militar, en la que la educación de los jóvenes estaba encomendada al propio Estado, y la obligación de sobriedad en la vida privada.

Se le atribuye el pensamiento de que lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, si no que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito.http://www.satrapa1.com/paginas/anibalWEB/zonas/grecia/esparta1.jpg

La constitución de Esparta, también conocida como la Gran Retra, es la ley fundamental que regía a los espartanos, atribuida a Licurgo. Instituida tras finalizar las guerras mesenias a finales del siglo VIII a. C., esta constitución tiene por objetivo:

  • La administración de los hilotas mesenios recién esclavizados.
  • El establecimiento y reconocimiento de los migrantes dorios como nuevos habitantes de Esparta.
  • Establecer un estado de carácter comunal y militarista espartano.

http://2.bp.blogspot.com/_BuUP3uv-dKE/SnCU8ZYqUmI/AAAAAAAAAyg/obivOa_MQKY/s400/image018.gif

La Gran Retra probablemente nunca fuera escrita, pues debió elaborarse a lo largo de las guerras mesenias, que hicieron entrar en crisis a la aristocracia y a la ciudad entera.

http://html.rincondelvago.com/000586540.png

A fin de garantizar su subsistencia se instituyó la “eunomia” o igualdad de todos ante la ley, con el propósito de eliminar privilegios y descontentos. Pero, a diferencia de Atenas, la eunomia espartana era sinónimo de una enorme disciplina. Todos los miembros de la ciudad hubieron de hacer sacrificios, tanto la corona como la aristocracia y el pueblo.

http://aliso.pntic.mec.es/agalle17/imagenes/Estructura%20institucional%20espartana.jpg

La Constitucion espartana

http://escolar2.com.ar/histoAV/esparta.gif

El sistema de Licurgo busca una simbiosis en la que coexistieran los diversos sistemas políticos conocidos en el ámbito griego: la monarquía (hay dos reyes:DIARQUIA), la oligarquía (se establece una “gerusía” o consejo de ancianos), la tiranía (con el consejo de gobierno de los “éforos“) y la democracia (hay una asamblea popular).

Estas reformas permanecerían en vigor durante la mayor parte de la historia espartana.

Para saber mas:

II de Macedonia derrotó a los atenienses en la batalla de Queronea.

http://portadas.libreriaproteo.es/0/8/0/0/3/9788496808003.JPG

Vazquez Hoys,Ana Maria; Historia del Mundo Antiguo. Tomo II. Grecia. Editorial Sanz y Torres, Noviembre 2007

http://www.uned.es/geo-1-historia-antigua-universal/new%20website/Libros%20images/Libro5.gif

Vazquez Hoys,Ana Maria: Introducción a la Historia Antigua II. El mundo griego tomo II. Grecia desde el siglo IV. Alejandro Magno. El Helenismo. CU 118, UNED, Madrid 1994(Capitulo Ligas y Confederaciones)

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11 Ene 09


Según Homero, siendo Licurgoe rey de Tracia, expulsa al Dioniso niño y sus nodrizas. Recogido el joven dios del mar por Tetis, hace que Zeus castigue a Licurgo con la ceguera. Esquilo, en una tragedia perdida, cuenta a Dioniso ya adulto y perpetrando personalmente la venganza. Sucedió así: Licurgo captura a las bacantes y los sátiros del cortejo. No obstante, quizá con la intercesión de Tetis, las bacantes se salvan milagrosamente de sus cadenas, y Licurgo enloquece. En pleno trance, creyendo que Driante, su hijo, era un pie de vid, lo mata a hachazos. Consumado el crimen, recobra la razón. Pero su imprudencia extiende la esterilidad por todas sus tierras. El oráculo indica a los habitantes que descuartizando a Licurgo obtendrían de nuevo la fecundidad perdida. Fue en el monte Pangeo donde, atado a cuatro caballos por las manos y los pies, despedazan al rey. (¿La alegoría refiere la necesidad de podar los sarmientos?)

http://www.madrimasd.org/revista/revista35/tribuna/tribuna1.asp

La nanotecnología es un campo de las ciencias aplicadas dedicado al control y manipulación de la materia a una escala menor que un micrómetro, es decir, a nivel de átomos y moléculas (nanomateriales). Lo más habitual es que tal manipulación se produzca en un rango de entre uno y cien nanómetros. Para hacerse una idea de lo pequeño que puede ser un nanobot, más o menos un nanobot de 50 nm tiene el tamaño de 5 capas de moléculas o átomos (depende de qué esté hecho el nanobot).

nano- es un prefijo griego que indica una medida, no un objeto, de manera que la nanotecnología se caracteriza por ser un campo esencialmente multidisciplinar, y cohesionado exclusivamente por la escala de la materia con la que trabaja.

Un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro (10^(-9) metros). Para comprender el potencial de esta tecnología es clave saber que las propiedades físicas y químicas de la materia cambian a escala nanométrica, lo cual se debe a efectos cuánticos. La conductividad eléctrica, el calor, la resistencia, la elasticidad, la reactividad, entre otras propiedades, se comportan de manera diferente que en los mismos elementos a mayor escala.

El ganador del premio Nobel de Física (1965), Richard Feynman fue el primero en hacer referencia a las posibilidades de la nanociencia y la nanotecnología en el célebre discurso que dio en el Caltech (Instituto Tecnológico de California) el 29 de diciembre de 1959 titulado Abajo hay espacio de sobra (There’s Plenty of Room at the Bottom).

Otro hombre de esta área fue Eric Drexler quien predijo que la nanotecnología podría usarse para solucionar muchos de los problemas de la humanidad, pero también podría generar armas poderosísimas. Creador del Foresight Institute y autor de libros como Máquinas de la Creación Engines of Creation muchas de sus predicciones iniciales no se cumplieron, y sus ideas parecen exageradas en la opinion de otros expertos, como Richard Smalley.

Pero estos conocimientos fueron más allá ya que con esto se pudo modificar la estructura de las moléculas como es el caso de los polímeros o plásticos que hoy en día los encontramos en todos nuestros hogares y que sin ellos no podríamos vivir. Pero hay que decir que este tipo de moléculas se les puede considerar “grandes”…

Hasta aquí, los que habeis leido esto estareis pensando que os habeis equivocado de blog y estais en uno de ciencias…

Pues no: Acabo de leer un PDF en el que unos investigadores ingleses, profesores de la Universidad de Cardiff y el Museo Británico, entre otros, demuestran que los romanos ya utilizaban la nanología en la fabricación de vidrio: La famosa Copa de Licurgo, que cambia de color.

Según la leyenda, Licurgo, en un ataque de locura, mató a su hijo Drías, confundiéndolo con una cepa de vid, y su país quedó yermo en señal de luto. Sólo al morir Licurgo volvió a florecer la tierra.

[PDF]

Nanociencia y nanotecnología La revolución de lo muy pequeño

Formato de archivo: PDF/Adobe Acrobat - Versión en HTML
Copa de Licurgo ( siglo IV).Egipto . Presenta un color verde con luz reflejada, y uno rojo rubí con luz transmitida. Esto se debe a la presencia de nanopartículas
personales.upv.es/fbardisa/Pdf/NANOTECNOLOGIA.pdf - Páginas similares

Fragment ofdiatretum 1953,1022.2 (h. 6.5 cm; d. 8 cm) in reflected (a) and transmitted (b) light. Department of Greek and Roman Antiquities, The British Museum. © The Trustees of the British Museum The Lycurgus Cup 1958,1202.1, scene showing Dionysus instructing his followers to destroy Lycurgus. © The Trustees of the British Museum The Lycurgus Cup 1958,1202.1 in reflected (a) and transmitted (b) light. Scene showing Lycurgus being enmeshed by Ambrosia, now transformed into a vine-shoot. Department of Prehistory and Europe, The British Museum. Height: 16.5 cm (with modern metal mounts), diameter: 13.2 cm. © The Trustees of the British Museum

The Lycurgus cup- a Roman Nanotechonology

The Lycurgus Cup – A Roman

Nanotechnology

Ian Freestone1, Nigel Meeks2, Margaret Sax2 and Catherine Higgitt2

1 Cardiff School of History and Archaeology, Cardiff University, Cardiff CF10 3EU, Wales UK 2 Department of Conservation, Documentation and Science, The British Museum, London WC1B 3DG, UK


Introduction

The Lycurgus Cup (fig 1) represents one of the outstanding achievements of the ancient glass industry. This late Roman cut glass vessel is extraordinary in several respects, firstly in the method of fabrication and the exceptional workmanship involved and secondly in terms of the unusual optical effects displayed by the glass.

The Lycurgus Cup is one of a class of Roman vessels known as cage cupsor diatreta, where the decoration is in openwork which stands proud from the body of the vessel, to which it is linked by shanks or bridges Typically these openwork “cages” comprise a lattice of linked circles, but a small number have figurative designs, although none of these is as elaborate or as well preserved as the Lycurgus Cup. Cage cups are generally dated to the fourth century A.D. and have been found across the Roman Empire, but the number recovered is small, and probably only in the region of 50-100 examples are known [1, 2]. They are among the most technically sophisticated glass objects produced before the modern era.

The openwork decoration of the Lycurgus Cup comprises a mythological frieze depicting the legend of King Lycurgus from the sixth book of Homer’s Iliad. The figures, carved in deep relief, show the triumph of Dionysus over Lycurgus. However it is not only the cut-work design of the Cup that shows the high levels of skill involved in its production. The glass of the cup is dichroic; in direct light it resembles jade with an opaque greenish-yellow tone, but when light shines through the glass (transmitted light) it turns to a translucent ruby colour (Fig 1a and b).

The cup was acquired by the British Museum from Lord Rothschild in 1958 (with the aid of a contribution from the National Art Collection Fund) [3]. The mythological scenes on the cup depict the death of Lycurgus, King of the Edoni in Thrace at the hands of Dionysus and his followers. A man of violent temper, Lycurgus attacked Dionysus and one of his maenads, Ambrosia. Ambrosia called out to Mother Earth, who transformed her into a vine. She then coiled herself about the king, and held him captive. The cup shows this moment when Lycurgus is enmeshed in vines by the metamorphosing nymph Ambrosia, while Dionysus with his thyrsos and panther (Fig 2), a Pan and a satyr torment him for his evil behaviour. It has been thought that the theme of this myth - the triumph of Dionysus over Lycurgus - might have been chosen to refer to a contemporary political event, the defeat of the emperor Licinius (reigned AD 308-24) by Constantine in AD 324.

No precise parallels of this depiction of the myth exist but a number of versions of Dionysiac theme, related artistically or iconographically to the Cup, are known – in mosaic decoration, sculpture, coins and other decorated vessels [4]. According to Harden, the depictions that are perhaps the closest in terms of the drama of the scene are the Lycurgus and Ambrosia group in the centre of the frieze on the 2nd century Borghese sarcophagus (now in the Villa Taverna at Frascati) and the mosaic decoration in the apse of the tricliniumof the 4th century Villa Romana del Casale at Piazza Armerina in Sicily.

The Lycurgus Cup is first mentioned in print in 1845 and is thought to have been acquired by the Rothschild family shortly afterwards, but the early history of the cup is unknown (as is the find spot) [5, 6]. However, no detailed study of the Cup was undertaken until 1950 when it was examined, at the request of Lord Rothschild, by Harden and Toynbee, resulting in their definitive article in Archaeologiain 1959. Because of the highly unusual colour and optical properties of the piece, there was initially some debate over whether the Cup was indeed glass as it seemed impossible, with the technical knowledge of ancient glass-working at the time, to produce such an effect. However, although noting that it exhibited a number of curious phenomena, Dr G. F. Claringbull, Keeper of the Department of Mineralogy in the British Museum (Natural History) concluded that it was made of glass (rather than opal or jade) [7], a result that was later confirmed in 1959 by X-ray diffraction [8].

Although now lost, due to breakage at some point in the past, the cup must originally have had an openwork base and may have had a taller rim [9]. The current silver-gilt foot with open-work vine leaves and the rim mount of leaf ornament are thought to date to the eighteenth or nineteenth centuries. On stylistic grounds, and also from the dates of comparative pieces (some of which are associated with more easily dated objects), the Cup has been dated to the 4th century AD. Harden and Toynbee suggested that it is probably of Italian manufacture, although they considered an Alexandrian origin also possible.



The colour of the Cup

The most remarkable aspect of the Cup is its colour. Only a handful of other ancient glasses, all of them Roman, change colour this way [10]; several of these are diatreta, with the more typical geometric decoration, but tend to show a less spectacular colour change (see Fig 3 a and b). It is therefore likely that the Lycurgus Cup was a special commission produced by a workshop which already made highly specialised and expensive glass products.

When the glass first came to scholarly attention in the 1950s the base, which had itself been added sometime in the early modern period to cover or repair earlier damage, was removed and some loose glass fragments from the original base were found (one showing signs of decoration but the other two being amorphous). Following preliminary study at the British Museum, including qualitative spectrographic analysis, the British Museum sent a sample in 1959 to the research laboratories of the General Electric Company Ltd (GEC) at Wembley for more detailed micro­analysis to try to determine the colorant [11]. Even at this stage, B.S. Cooper at GEC noted that the presence of trace quantities of gold, silver and other elements in the glass might be responsible for the complex colour and scattering effects of the glass and suggests that the colour may arise from “a combination of the “physical optical” colouration of colloidal metal in the glass plus, possibly, some pigmentation from metal combinations” [12].

Chemical analysis at GEC showed the glass to be of the soda-lime-silica type, similar to most other Roman glass (and to modern window and bottle glass) [13], containing in addition about 0.5% of manganese [14, 15]. In addition, a number of trace elements including silver and gold make up the final 1%. It was further suggested that the unique optical characteristics of the glass might be connected with the presence in the glass of colloidal gold. It was also noted that “to obtain the colouring constituents in the state necessary to give the remarkable glass its special qualities a critical combination of conditions was required during manufacture. These would be associated with the composition, including the presence of minor constituents, time and temperature of founding, chemical conditions during founding, and subsequent heat treatment. It is perhaps not altogether surprising that no other example of a glass having such unusual properties has come to light” [16]. Note that at that time, researchers were unaware of the handful of other examples of Roman dichroic glass that have since been recognised.

In the continuing quest to understand the remarkable colour effect, in 1962 a sample was sent to Dr Robert Brill of the Corning Museum of Glass, along with a sample of the diatretum shown in Fig 3a and b [17]. Work carried out by Brill, latterly in collaboration with GEC, on the Lycurgus Cup and diatretum samples (and on another example of dichroic glass) as well as on experimental glass melts confirmed that the dichroism was linked to the presence of minute amounts of gold (about 40 ppm) and silver (about 300 ppm) in the glass [18, 19]. However, simply adding traces of gold and silver to glass would not produce these unique optical properties and the critical factor was believed to be to be the formation of minute submicroscopic crystals or colloids of the metals. Colloidal systems can give rise to light scattering phenomena that result in dichroic effects. It was suggested that both the gold and silver contributed to the colour, the gold component being mainly responsible for the reddish transmission and the silver for the greenish reflection.

The work of Brill and GEC suggested that glass containing minute amounts of gold and silver had been heat treated, using suitable reducing agents, to produce colloidal metallic particles within the glass which resulted in the green-red dichroic effects. The colours produced in such a process would have depended upon the precise colloidal concentration and the particle diameter and are highly dependent on the proportions and oxidation states of certain elements, the time and temperature of heating and probably the atmosphere during heating [20].

Using the then available technology, Brill was unable to demonstrate unequivocally the presence of metallic particles. The relative contributions of silver and gold to the colourant effect, and whether the inferred metal colloids were a gold­silver alloy or separate particles of silver and gold, were unclear. Therefore, in the late 1980s, a further small fragment of the Cup was subjected to examination by Barber and Freestone [21]. Analytical transmission electron microscopy revealed the presence of minute particles of metal, typically 50-100 nm in diameter (see Fig 4). X-ray analysis showed that these nanoparticles are silver-gold alloy, with a ratio of silver to gold of about 7:3, containing in addition about 10% copper. The identification of silver-gold alloy particles confirms the earlier inference that the dichroic effect is caused by colloidal metal. In addition to these metallic particles, the glass was shown to contain numerous small particles (15-100 nm) that were shown to be particles of sodium chloride (see Fig 5); the chlorine probably derived from the mineral salts used to supply the alkali during the glass manufacture [22].

Of interest is the high gold to silver ratio of the alloy particles in the glass (c. 3:7) relative to the gold:silver (Au:Ag) ratio in the glass as a whole (c. 1:7). This is a reflection of the relative reduction potentials of Ag+ and Au+ and indicates that a substantial proportion of the silver remained dissolved in the silicate matrix after precipitation of the alloy particles. Recent work by Wagner and co-workers indicates that gold dissolves in glass in the monovalent form [23]. The reduction of previously dissolved silver and gold, during heat-treatment of the glass, will have caused the fine dispersion of silver-gold nanoparticles responsible for the colour. A key agent likely to have been involved in the redox reaction that reduced the silver and gold is the polyvalent element antimony, which is present in the glass at around 0.3%. Antimony was commonly added to glass in the Roman period, as both an oxidising agent (decolourant) and as an opacifier.

The fine particles of sodium chloride observed (fig. 5) are likely to have exsolved from the glass during the heat­treatment that caused the crystallisation of the alloy particles, but as they are colourless and their refractive index close to that of soda-lime-silica glass, their direct contribution to the

Figure 4 Figure 6 (a and b)

Transmission electron microscopy (TEM) image of a silver-gold alloy particle within the glass of the Lycurgus Cup [21]. © The Trustees of the British Museum.

Glass blank made at the Corning Glassworks as a replica of the blank for the Lycurgus Cup in reflected (a) and transmitted (b) light . © The Trustees of the British Museum

Figure 5

TEM image of sodium chloride particles within the glass of the Lycurgus Cup [21]. © The Trustees of the British Museum

colour of the glass is likely to have been minimal. However, halide additions have been found to promote the development of colour in gold ruby glasses [24] so it is possible that the sodium chloride in the glass indirectly contributed to its colour.


Fabrication of the Cup

The Cup and other cut cage vessels are generally considered to have been made by cutting and grinding the open work decoration out of a thick-walled blank of cast or blown glass, leaving small glass bridges linking the cutwork to the vessel [25]. It is believed that glass-makers (vitrearii) who made blanks were different from the glass cutters (diatretarii) who decorated and finished them. In their article Harden and Toynbee dismiss the view that the cage was carved from a separate blank and later joined to the inner vessel and cite Fremersdorf’s article of 1930 as giving the best account of the manufacturing process for such vessels [26]. They also suggest that the hollows and borings behind the figures on the interior of the cup (discussed below) would also argue against the decorated Cup having been mould-blown. The Corning Glassworks produced a replica of the blank in the 1960s and this gives an impression of the nature of the original blank, which must have had walls about 15 mm thick (see Fig 6 a and b).

A number of replication studies have been based on this approach and, following a detailed examination of the surface of the Cup using low power microscopy, Scott suggested in 1995 that the Lycurgus Cup had been cut and polished using rotary wheels ranging from 6 to 12 mm in diameter [27-28]. However, more recently Lierke has suggested that many current assumptions about early glass working techniques are incorrect. In particular she has suggested that diatreta such as the Lycurgus Cup were not formed by cold cutting of glass blanks but by moulding [29-31].

This debate and recent research at the British Museum on the carving techniques of early semi-precious stones prompted an investigation of the cutting technique of the Lycurgus Cup at the Museum. The results of this study are summarised here but will be published in full elsewhere. The fragment of openwork (vine stem) found when the base of the Cup was removed was examined for traces of toolmarks with a binocular microscope (see Fig 7) and a scanning electron microscope. The methodology adopted was based on that originally

Figure 7

Macroscopic photography of the cut-work fragment from the Lycurgus Cup in reflected light. © The Trustees of the British Museum

Figure 8

Backscattered electron image taken in the scanning electron micro­scope of the cut-work fragment from the Lycurgus Cup, showing the back surface of the fragment and the crescent-shaped cuts on the side, suggestive of rotary abrasion and polishing. © The Trustees of the British Museum

Figure 9

Backscattered electron image taken in the scanning electron micro­scope of the cut-work fragment from the Lycurgus Cup, showing coarse and fine abrasion striations on the back of the fragment. © The Trustees of the British Museum

developed by Sax, Meeks and Collon to investigate methods of stone engraving in the ancient world [32].

In the ancient Classical world, decorative gemstones of this type would have usually been worked using rotary methods of abrasion. Copper, bronze or iron wheels would have been attached to the end of a spindle, mounted on a lathe and rotated with a bow drill. Drills, both solid and tubular, as well as non-rotary saws and files were also used. Metal tools are too soft to have working surfaces themselves. They would have been charged with abrasive slurry, made by mixing a fine-grained abrasive sand, such as quartz or emery (corundum), with water or oil. These tools were then applied to wear away or ‘cut’ the stone [33]. Pliny indicates that Roman lapidaries used slivers of diamond to cut hard stones [34], but it seems likely that diamond abrasive would have only occasionally been available.

Examination of the open-work glass fragment showed that faint tool marks remain on most of the surfaces. The tool marks provide extensive evidence for mechanical abrasion and polishing not only on the outer surface but also on the sides and underneath the fragment. The sides of crescent­shaped cuts through the glass suggest the use of rotary abrasion and polishing (see Fig 8). In contrast, the front and the back of the open work appear to have been worked with non-rotary files and abrasives. The evidence for the mechanical removal of glass from the undercut back area of the fragment suggests that cutting and grinding rather than moulding of soft glass was the method of producing the lattice design (see Fig 9). The very highly polished surfaces of the fragment, once thought to have been fire polished, seems to have been produced purely by mechanical means as groups of regular fine parallel striations can be seen.

The skill of the craftsman consisted not only in the cutting of such an intricate design in such a fragile material, but also in the design and layout of the figures, and the advantage taken of the colour effects. For example, the body of Lycurgus is cut from an area of the glass which is a slightly different colour from the rest; as shown in figs 1a & b it is more violet in transmitted light and more yellow in reflection. In addition the glass inside the Cup and behind the bodies of the figures, which are not completely undercut, has been hollowed or bored out. This would have allowed similar amounts of light to pass through the bodies and the adjacent walls of the vessel so that the colour change was seen to maximum advantage [35].


The context of the Cup

Before the first century BC, glass had been a relatively uncommon material, and glass vessels were made in strong and often opaque colours. From the late first century BC, however, the new technique of glass blowing caused a revolution – colourless or weak blue-green vessels became widely used over a much wider cross-section of society. The mature Roman glass industry operated on a massive scale.

Glass was made in Egypt and Palestine in large tank furnaces which melted many tonnes of sand and soda at a time, and was distributed as raw lumps across the Empire where it could be remelted and made into artefacts. An illustration of the scale of glassmaking is provided by the Baths of Caracella, a major public building dating to the early third century A.D., which used some 350 tonnes of glass in wall and vault mosaics and windows [36, 37].

The Lycurgus Cup and the related vessels must be seen in the context of such a long-lived large-scale production of glass. The small number of cage cups represents a minute fraction of the total amount of glass in circulation at the time, and those showing so-called “dichroic” colour changes are a small fraction of this group. A limited number of other Roman-period glasses appear to have been coloured by gold,

e.g. certain pinks in opus sectilepanels from the Mediterranean region. Even the colours of the other dichroic glasses do not replicate the Lycurgus effect exactly. For example, the cage cup fragment shown in figure 3a and b is dichroic from opalescent buff on the surface to a clear brown in transmitted light. This vessel has a high silver content (2270 ppm) and only 13 ppm gold [36], so that the colourant effect is likely to be due to nanoparticles that are largely silver.

The Lycurgus Cup is therefore made of a very rare glass, and this glass seems to have been saved for a very rare type of vessel – a figurative cage cup. The execution of the openwork was carried out in a very skilful manner and must surely have been the work of a master lapidary. Even using modern power­driven tools, this type of vessel takes a great deal of time to complete [37-40]. Unlike the majority of glass of its time, the Cup, with its unique colour and decoration, must have been highly valued and intended for some special purpose. Remarkably, Whitehouse has drawn attention to a reference in the ancient literature which might well describe the Cup, or a similar vessel [41]. In his life of the third century pretender Saturninus, Vopiscus, who wrote in the early fourth century A.D., reports a letter supposedly written by Hadrian to his brother-in-law Severianus in Rome “I have sent you parti­coloured cups that change colour, presented to me by the priest of a temple. They are specially dedicated to you and my sister. I would like you to use them at banquets on feast days.” Here then, is clear evidence that vessels that change colour were being made in the early fourth century (Vopiscus had seen them) and that they were prestigious items, worthy as gifts from the emperor to his close relatives. Furthermore, they were used on specialoccasions, on feast days. Whitehouse goes on to speculate that the change in colour from green to red symbolises the ripening of the grape, and that the depictions of vines on the Cup, as well as Dionysus, the Roman god of wine triumphing over Lycurgus, are strong evidence in support of this. Thus the Cup may have been speciallyintended for use at banquets dedicated to Dionysus.

The colour of the glass is therefore likely to be the reason for the creation of the Cup as it is seen, and is what provides its unique character. However, our understanding of the production of this glass is unclear. It seems very likely that, in the Roman period, the workshops which produced the “base” uncoloured glass, those that coloured the glass and those that carried out the cutting, were separate. Coloured opaque glasses were widely used in mosaics at this time, and it is likely that they were produced by a limited number of glass workshops which specialised in the colouring process, then sold on to mosaicists in the form of cakes, which could be broken up into the desired size. We can speculate that a colouring workshop produced one or more batches of glass coloured with gold and silver, recognised their importance, and sold them on to lapidary shops for cutting, perhaps in the form of blanks resembling that in Figs 6a and b. As some other cage cups are also coloured or have coloured cages, in blues, greens and yellows, it is possible that the workshop that made the Lycurgus glass was also supplying glass to the lapidaries who cut these.

It is clear that the colouring of glass using gold and silver was far from routine and something of a hit and miss affair. There were a large number of factors to control, including the overall concentration of the metals, their distribution and the time and temperature at which the glass was heat-treated [42]. It seems that not even the absolute and relative concentrations of gold and silver were easily controlled, let alone the distribution and growth of particles. Gold and silver concentrations vary widely between the few examples known [43], and even the colour of the Lycurgus blank was not homogeneous (see above). It is quite likely that the glassmakers were unaware that gold was the critical colourant, as most of these glasses are richer in silver. To introduce gold as a component of a gold-silver alloy (electrum) would make sense, as it would have allowed a more even distribution of the gold in solution. The addition of metals or metal oxides to colour glass was familiar to Roman glassmakers; for example, opaque red and brown glasses were produced by the addition of copper. Freestone et al. have speculated that the oxidised by-products of metallurgical processes (“dross”, “slag” etc) were sometimes acquired to colour glass, and that this might explain how the “Lycurgus effect” was discovered [44]. It would also explain the relatively high levels of copper and lead oxides which are also present in the glass. However, there are a number of other possibilities which allow for the chance “discovery” of gold ruby, including accidents in the production of glasses with gold leaf decoration.

However the colouration of glass by gold was discovered, it appears that replicating gold ruby was a challenge to the Roman glassmaker; the technology was very restricted and does not appear to have outlasted the fourth century. While the production of red glass using gold is mentioned in medieval Islamic writings, examples of such glass have yet to be confirmed. Although the red “stained” glass of medieval church windows is sometimes suggested to be gold ruby, the colourant has been found to be copper in all cases so far analysed. The production of gold ruby on anything like a routine basis does not appear to have taken place until the seventeenth century in Europe, a discovery often credited to Johann Kunckel, a German glassmaker and chemist [45].


Conclusion

The Lycurgus Cup demonstrates a short-lived technology developed in the fourth century A.D. by Roman glass-workers. They discovered that glass could be coloured red and unusual colour change effects generated by the addition of a precious metal bearing material when the glass was molten. We now understand that these effects are due to the development of nanoparticles in the glass. However, the inability to control the colourant process meant that relatively few glasses of this type were produced, and even fewer survive. The Cup is the outstanding example of this technology in every respect – its outstanding cut work and red-green dichroism render it a unique record.


About the authors

Ian Freestone graduated in geology from the University of Reading and completed MSc and PhD degrees in geochemistry at the University of Leeds. Following post-doctoral work on silicate phase equilibria at the University of Manchester, hejoined the British Museum in 1979, where he worked on the composition and production technology of inorganic artefacts from all periods and cultures. A recipient of the American Archaeological Institute’s Pomerance Medal for scientific contributions to archaeology, he is President of the Association for the History of Glass. He joined Cardiff University as a professorial fellow in 2004, and is currently Head of Archaeology and Conservation. Address: Cardiff School of History and Archaeology, Cardiff University, Cardiff CF10 3EU, UK. Email: [email protected]

Nigel Meeks graduated in Metallurgy and Materials Science at the University of London, and further trained in silversmithing. At the British Museum he has researched into a wide range of ancient materials, technological processes and manufacturing techniques. Particular research interests and publications include the fabrication processes of Roman and Chinese high-tin bronze, Greek & Etruscan gold jewellery, Central and South American goldwork, Anglo-Saxon technologies, Iron Age gold and precious metal, ancient gold refining and ancient tool marks, tinning, plating and casting. The application and development of scanning electron microscopy and microanalysis to archaeometallurgy and to the examination of the wide range of artefact materials at the British Museum, is a specialisation. Address: Department of Conservation, Documentation and Science, The British Museum, Great Russell Street, London WC1B 3DG, UK. Email: [email protected]

Catherine Higgitt graduated in chemistry from the University of York in 1994 and completed a PhD degree in chemistry at the same institution in 1998. After one year working for the Historic Scotland Conservation Centre in Edinburgh, she joined the Scientific Department at the National Gallery in London in 1999, working with Raymond White. Here she specialised in the study of natural organic materials in old master paintings using spectroscopic, chromatographic and spectrometric methods. At the beginning of 2007 Catherine moved to the British Museum to take up the post of head of the Science Group in the Department of Conservation, Documentation and Science (the Department formed by the merger of the former Departments of Conservation and Scientific Research). Address: Department of Conservation, Documentation and Science, The British Museum, Great Russell Street, London WC1B 3DG, UK. Email: [email protected]

Margaret Sax graduated in chemistry and physics at the University of London and started work in the department of Scientific Research at the British Museum in 1963. Working as a special assistant from 1979, Margaret’s area of expertise is lapidary technology. Her research into the characteristics of tool marks preserved on stone artefacts has allowed her to develop a methodology based on scanning electron microscopy for the identification of ancient carving technique. She initially investigated the engraving of Mesopotamian quartz seals. In separate collaborative studies with Beijing University and the Smithsonian Institution, she is studying jades recovered from sites in China and Mesoamerica. In the present study, the methodology is applied to the glass openwork of the Lycurgus cup. Address: Department of Conservation, Documentation and Science, The British Museum, Great Russell Street, London WC1B 3DG, UK. Email: [email protected]

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