Cilindro-sello sumerio
Predecesor: Cultura Halaf |
Alta Mesopotamia Períodos 7-9 5000 a. C.–3800 a. C. |
Sucesor: Período de Uruk |
Predecesor: Eridu |
Baja Mesopotamia Períodos 7-9 5000 a. C.–3800 a. C. |
Uruk (sumerio Unug, hebreo Erech, griego Orchoē u Ōrýgeia y arábe Warqa), fue una antigua ciudad de Mesopotamia, situada en la ribera oriental del río Eufrates, surcada por el antiguo canal Nil, en una región de pantanos a 225 km al SSE de Bagdad. La teoría de que el nombre moderno Iraq deriva del nombre Uruk no está corroborada.
En su apogeo, hacia el III milenio a. C., Uruk tenía una zona amurallada de unos 5,5 km², siendo la mayor ciudad del mundo en esa época. Según la tradición sumeria, fue el hogar de Gilgamesh, héroe de una de las obras literarias más antiguas de la historia: el poema de Gilgamesh. De él se decía que construyó el templo de Eanna y las murallas de la ciudad. Uruk fue probablemente lugar del nacimiento del sello cilíndrico así como del nacimiento del cálculo y la contabilidad.
EL OBEID
Los restos más antiguos que se conservan de Uruk (niveles XVIII-XVI) están datados entre 5300 a. C. y 4574 a. C. mediante la prueba de carbono 14[1] y pertenecen, por las características de su cerámica al período de El Obeid. Entre las fases XVI y IX (V milenio a. C.) se observa un período de transición cuya denominación no está fijada.
Arqueológicamente, el período Obeid está dividido en cuatro subperíodos. Según la Escuela de Lyon, cada uno de ellos se corresponde con uno de los períodos de la historia de Oriente Medio,[3] comenzando el Obeid I en el “período 6″ y el Obeid IV en el “período 9″.[4]
Escuela de Lyon | Fechas | Subdivisión |
---|---|---|
Período 6 | 5600 a. C.–5000 a. C. | Obeid I |
Período 7 | 5000 a. C.–4500 a. C. | Obeid II |
Período 8 | 4500 a. C.–4100 a. C. | Obeid III |
Período 9 | 4100 a. C.–3700 a. C. | Obeid IV |
Tecnología
Durante el período de El Obeid la agricultura avanzó gracias al control de las aguas en superficie, mediante técnicas de regadío a base de canales.[5] Este desarrollo permitió que la agricultura floreciera en nuevas áreas de Mesopotamia.[1]
La cerámica de este período se desarrolló mediante unos rasgos muy característicos, bastante diferentes a los de la anterior cultura Halaf: pasta verdosa con engobe claro; cuencos, platos y jarras pequeñas como elementos más prolíficos y decoración geométrica sobre fondo claro. Las formas cerámicas van evolucionando: paredes cerámicas más finas, aparición de los “vasos-tortugas”, jarras mayores ahora dotadas de asas, e incluso botellas con largos cuellos.[6] La expansión de esta cerámica por toda la cuenca mesopotámica hasta el Mediterráneo es una muestra del impulso que vivió la cultura de El Obeid.[1]
Religión
En el período Obeid se encuentran los primeros restos de edificios religiosos integrados en las ciudades.[7] Inicialmente tenían la forma de terrazas, edificios de planta rectangular y techo plano. Estas construcciones son el origen de los zigurats, formados por la superposición de varias terrazas de anchura decreciente.[7] Sus templos eran de mayores proporciones que los de Eridu, superando los 12 metros cuadrados.
Tiene cerámica a torno pulimentada y realizó progresos en la metalurgia pues incluso se han encontrado moldes. Han aparecido gran cantidad sellos. Hay una especialización artesanal (cobre repujado). Los metales provenían del Cáucaso.
Los ajuares funerarios, destacan por sus figurillas con cabeza en forma de serpiente. Estas determinaban el culto a la diosa madre, representada por una serpiente (hay que tener en cuenta que las serpientes eran en muchas culturas, consideradas como un animal benefactor, que se extenderá también por el mundo greco-latino, pero que con el pecado original de la tradición judaica, será considerado como algo malo).
Cultura
Es la primera cultura que desarrolla unos símbolos documentales que diferenciaban a cada persona. Este distintivo consistía en una plancha de barro, con incisiones dibujadas e impresas en ellas. Posteriormente evolucionará a unos cilindros que se colgaban del cuello. Con la aparición del cuneiforme, se escribirán inscripciones. Se aprecia un desarrollo del comercio porque estos cilindros eran importados de otra zona. Fueron considerados peligrosos, al morir uno de los reyes, por una paliza con cilindros identificativos.
De esta cultura, destaca de entre sus relatos fantásticos, el mito de Innana ó Isthar. Innana va a ver a su hermana, la diosa de los infiernos, que se encuentra en el inframundo. Tendrá que pasar por cada puerta de la muralla, en donde irá depositando sus pertenencias. Esta cultura es considerada como el primer estado de civilización sumeria, aunque se mantiene un debate que apela al real origen sumerio.
Referencias
- ↑ a b c d Margueron, Jean-Claude (2002). «La época de El Obeid», Los mesopotámicos, Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5.
- ↑ Asimov, Isaac (1986). «Los sumerios - Las grandes invenciones», El Cercano Oriente, Madrid: Alianza Editorial. ISBN 978-84-206-3745-7.
- ↑ Prehistorie du Levant, Coll, int, du C.N.R.S., 1980
- ↑ Margueron, Jean-Claude (2002). «La inicios del Neolítico en Mesopotamia», Los mesopotámicos, Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5.
- ↑ Margueron, Jean-Claude (2002). «El dominio del agua», Los mesopotámicos, Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5.
- ↑ Margueron, Jean-Claude (2002). «La evolución de la cerámica Mesopotámica», Los mesopotámicos, Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5.
- ↑ a b Margueron, Jean-Claude (2002). «¿El templo nació en la época de Obeid?», Los mesopotámicos, Fuenlabrada: Cátedra. ISBN 84-376-1477-5.
Predecesor: Cultura Halaf |
Alta Mesopotamia Períodos 7-9 5000 a. C.–3800 a. C. |
Sucesor: Período de Uruk |
Predecesor: Eridu |
Baja Mesopotamia Períodos 7-9 5000 a. C.–3800 a. C. |
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Es a partir del nivel X (3800 a. C.) cuando se empiezan a encontrar rasgos claramente característicos de un nuevo período: el llamado Período de Uruk. Algunas de sus características son: una cerámica de paredes finas y gruesos “labios” biselados; la difusión del sello cilíndrico: un rodillo de piedra con diseños grabados en su superficie que, al hacerla rodar sobre el material fresco, imprime las imágenes; y una monumental arquitectura.
A los grandes edificios de Uruk de esta etapa se les ha dado la denominación de templos, si bien no se puede asegurar el uso que tuvieron, pudiéndose haber tratado de palacios.[1] En el nivel IV se aprecia una rápida sucesión de edificios que se construyeron, sustituyéndose los unos a los otros en cortos espacios de tiempo. De los cuales destacan los Templos D y E, de gran tamaño y monumental arquitectura, que, inexplicablemente, fueron cuidadosamente desmantelados, sepultando sus objetos en cámaras construidas para tal pretexto, sobre las cuales se edificaron nuevos palacios.
Pasado el período Uruk, en los períodos Jemdet-Nasr y Dinástico Arcaico la ciudad siguió creciendo, alcanzando su máxima extensión hacia principios del III milenio a. C. coincidiendo con la construcción de una impresionante muralla. Sin embargo, existen indicios de que este aumento de población trajo problemas sociales que pudieron ser sofocados mediante la violencia: la destrucción “ritual” de los templos del nivel IV; la proliferación en los sellos cilíndricos de imágenes con prisioneros y la gran cantidad de armamento encontrado en estos niveles.[1] Oppenheim afirma que:
Perdida la hegemonía, Uruk continuó siendo una ciudad importante y un centro religioso de primer orden en los siguientes siglos. En el I milenio a. C. vivió otra etapa floreciente y, aún en el período Seléucida era hogar de una importante comunidad de astrónomos.
Se denomina período Yemdet Nasr o Jemdet Nasr (URUK III ) a uno de los períodos arqueológicos de la protohistoria de Mesopotamia, comprendido entre el 3200 a. C. y el 3000 a. C. aproximadamente. Se trata de un período de transición entre el período de Uruk —definido por la difusión de una cultura común por todo el oriente Próximo— y un período Dinástico Arcaico marcado por las diferencias regionales.[1]
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