El campo ocupado por la tropa de pretorianos se llamó «Castra Praetoria» (campamento pretoriano) y su comandante, designado por Augusto, prefecto del pretorio. Este cargo, puramente militar, no tuvo al principio gran importancia, pero la adquirió en la época de Tiberio. Los prefectos del pretorio se convirtieron poco a poco en primeros ministros del emperador. En un principio, había dos prefectos del pretorio.
Porta Preatoriana, puerta cerrada en los muros de los Castra Praetoria, Roma.
El campamento fue erigido justo en las afueras de la ciudad de Roma y lo rodeaban sólidas murallas de piedra, con unas dimensiones totales de 440 x 380 metros. Tres de las cuatro paredes laterales fueron más tarde incorporadas a la Muralla Aureliana, y partes de ellas aún pueden verse claramente en la actualidad.
El distrito urbano próximo Castro Pretorio recibe su nombre de este campamento.
El Castra Praetoria fue destruido por Constantino I, quien también deshizo la Guardia Pretoriana al invadir Italia mientras Majencio gobernaba el Imperio Romano de Occidente.[1] Su última participación fue en la batalla del Puente Milvio en 312. Después de la victoria de Constantino, suprimió oficialmente a los pretorianos, enviándolos a diferentes rincones del Imperio.
El término “pretoriano” tiene su origen en la tienda de campaña del general o praetor de un ejército romano llamada praetorium,situada en el centro del campamento o castrum,en la intersección del cardo y el decumanus.
Mapa del castrum con : 1Praetorium-edificio o tenda del pretor -principia(plaza) 2Via Praetoria 3Via Principalis4Porta Principalis Dextra (puerta de la derechae) 5Porta Praetoria (puerta principal) 6Porta Principalis Sinistra (puerta de la izquierda) 7Porta Decumana (puerta trasera)
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En cuanto a las entradas al campamento, lo habitual es que hubiera cuatro, las más importantes la porta praetoria, situada generalmente de cara al enemigo, y la porta decumana, en el lado opuesto (las otras dos serían la porta principalis dextra y la porta principalis sinistra)
Model of the praetorium in Roman Cologne(Colonia) It occupied a surface area of about 3½ hectare and must have been one of the largest buildings in Germania Inferior.
www.uned.es/…/ROMA/ejercito_romano.htmhttp://elbarcoceltibero.mundoforo.com/castramentacion-romana-vt2288.html?highlight=Es bien conocida, gracias a las fuentes clásicas, la costumbre de levantar campamentos cada día que tenían los romanos, hasta el punto de que se contasen las jornadas de marcha por el número de campamentos levantados. La diferencia entre estos campamentos y los castra stativa y castra hiberna es bastante clara desde el punto de vista arqueológico, puesto que las estructuras están diseñadas con un fin muy diferente. En efecto, nos encontramos en los castra aestiva con materiales perecederos frente al uso de piedra y otros elementos más resistentes en los campamentos permanentes. Pero no sólo es la arqueología la que establece la diferencia entre ambos tipos de construcciones; nos encontramos en las propias fuentes clásicas muy frecuentemente con la denominación «campamentos de invierno», frente a los campamentos de campaña. Así, por ejemplo Tácito nos ofrece una clara diferenciación entre ambos tipos de campamentos en una de sus obras, haciendo referencia a un castris aestivis, y a un hibernis. Esto es debido a que los soldados solían preparar la campaña en invierno y comenzarla con el buen tiempo. Un ejemplo paradigmático es la campaña de Escipión en Hispania durante la guerra anibálica, donde podemos ver cómo los romanos se retiraban a Tarraco cuando llegaba el invierno, año sí, año también.
Son estas mismas fuentes las que nos han transmitido descripciones sobre estos campamentos de campaña, siendo la de Polibio una de las más famosas, si no la que más: «El campamento de los romanos es como sigue: se elige un lugar para acampar y, en el sitio más adecuado para la observación y para transmitir órdenes, se planta la tienda del general (praetorium). En el sitio donde se va a plantar se clava su banderín y, en torno a él, se marca un espacio rectangular cuyo centro es el banderín citado, los lados equidistan de él; miden unos cien pies; el área total resulta de unos cuatro pletros. Las legiones romanas se establecen siempre por el lado exterior de esta figura y en la dirección que parece la más indicada para aprovisionarse de agua y de forraje; el orden es el siguiente. He dicho un poco más arriba que cada legión tiene seis tribunos. Cada cónsul está al mando de dos legiones; evidentemente, serán doce los tribunos que salen a campaña con cada cónsul. Las tiendas de éstos se plantan en línea recta, paralela al lado elegido del rectángulo, a cincuenta pies de él: así queda un espacio suficientemente para los caballos, las mulas y todo el bagaje restante de los tribunos. Estas tiendas se plantan con su parte trasera encarada hacia el rectángulo en cuestión y miran hacia el exterior, parte que el lector debe considerar como anterior, el frontal de toda la figura, que es así como lo llamaremos siempre. Las tiendas de los tribunos están plantadas a la misma distancia unas de otras y de forma tal que abarcan toda la anchura de las legiones romanas.
A partir de la línea frontal de esta tiendas, a cien pies de distancia se traza una recta paralela a ellas, que marca el principio de la acampada, que se hace de la siguiente manera: se divide en dos partes la recta en cuestión y, a lo largo de una perpendicular a esta línea, trazada desde su punto central, se instala la caballería de las dos legiones, frente a frente y separadas por un intervalo de cincuenta pies; la mediana perpendicular pasa por el punto medio de este intervalo. El campamento de la caballería y el de la infantería son análogos; tanto para un estandarte como para un escuadrón, el conjunto forma un rectángulo. Estos rectángulos están siempre orientados de cara a las calles (viae) y tienen una longitud de cien pies; casi siempre procuran que su anchura sea la misma, pero no en los aliados. Cuando las legiones superan la cifra más habitual, los jefes amplían proporcionalmente la anchura y la longitud.
El espacio de la caballería forma, pues, a la altura del punto medio de las tiendas de los tribunos, una especia de perpendicular a la recta indicada ahora mismo y a la superficie que se extiende delante de los tribunos, porque realmente, la apariencia de todos estos pasillos es la de una calle, ya que las compañías y los escuadrones han establecido su acampada a ambos lados y siguiendo la línea. Detrás de la caballería, que ya hemos citado y, ofreciéndole la espalda, se sitúan los triarii de cada una de las legiones, en una disposición similar; a cada escuadrón corresponde un manípulo, situados en una figura idéntica, pero éstos se tocan entre sí, orientados ambos de cara al espacio ocupado por la caballería. La anchura de cada manípulo es sólo la mitad de su longitud, debido a que los triarii en número son la mitad de las otras clases. Aunque el número de hombres no es siempre el mismo, la longitud del campamento no varía, debido a la diferencia de profundidad. Seguidamente, a cincuenta pies de distancia de los triarii y de cara a ellos, acampan los principes. Como también éstos están orientados hacia los espacios intermedios que hemos citado, de nuevo se forman dos calles que parten del mismo origen que las de la caballería y desembocan, paralelamente, en aquel espacio libre de cien pies delante de las tiendas de los tribunos; acaban en aquel lado fortificado opuesto a estas tiendas, que al principio expliqué que era el frontal del plano, en su conjunto. A continuación de los principes, detrás de ellos y dándoles la espalda, sin dejar espacio entre los rectángulos, se instalan de la misma manera los hastati. Puesto que hay diez manípulos en todas las clases, en virtud de la repartición inicial, el resultado es que todas las calles son de igual longitud y desembocan de la misma manera en el lado fortificado que está enfrente; los manípulos de esta extremidad están orientados hacia este lado cuando se planta el campamento.
A una distancia de cincuenta pies de los hastati y de cara a ellos, viene situada la caballería de los aliados, que empieza y acaba en las mismas líneas que los hastati. Ya he dicho antes que el número de soldados de infantería aliados es similar al de las legiones romanas, pero hay que deducir de su número a los “escogidos”; el número de jinetes es doble, aun después de deducir a los “escogidos”, que son aquí una tercera parte. Por esto, cuando forman su campo, aumentan proporcionalmente la profundidad asignada a la caballería aliada, porque intentan siempre que la longitud sea la misma que la de las legiones romanas. Pero cuando se han completado las cinco calles, sitúan entonces los manípulos de infantería aliada, al igual que los jinetes, en forma que aumenta la profundidad proporcionalmente a su número, orientados hacia la línea principal y hacia los dos flancos del campamento. En cada manípulo, la primera tienda de cada uno de ambos costados es la de los centuriones. Acampados en la forma que se ha descrito, a los dos lados el escuadrón sexto está situado a una distancia de cincuenta pies del quinto, y las filas de la infantería a distancias similares, de manera que aún se forma otra calle en medio del campamento, paralela a las tiendas de los tribunos. Es la vía llamada quintana, porque discurre entre las quintas distribuciones.
El espacio de detrás de las tiendas de los tribunos, el que queda a ambas partes de la tienda del cónsul, sirve, uno, para foro, y el otro lo ocupa el cuestor con toda su impedimenta. Y desde la última tienda de los tribunos, por cada lado, en formación divergente y orientada hacia las tiendas, acampan los “escogidos” de los jinetes y algunos de los voluntarios que van a combatir por amistad con el cónsul. Todos éstos acampan a los dos lados del campamento y están orientados, una parte, hacia el espacio reservado al cuestor y, los restantes, hacia el foro. Se trata de que no se limiten a acampar en las proximidades del cónsul, sino que, además, durante las marchas o cuando se emprende cualquier otra operación, atiendan a sus órdenes, o a las del cuestor. Dando la espalda a éstos y de cara a la estacada, vienen situados los soldados de infantería que tienen un cometido similar al de los jinetes mencionados. A continuación queda un pasaje de cien pies de ancho, paralelo a las tiendas de los tribunos, pero al otro lado del foro, del cuartel general y de los servicios del cuestor; se extiende a lo largo de tdoas estas partes del campo que he mencionado. En la parte superior de este pasaje acampan los jinetes “escogidos” de los aliados, orientados hacia el foro, la tienda del general y la del cuestor. En la mitad de la acampada de estos jinetes, a la altura del emplazamiento del cuartel general, se deja un pasaje de unos cincuenta pies, que conduce hasta el extremo inferior del campamento y que forma ángulo recto con el pasaje más ancho mencionado ahora mismo. Por su parte, los soldados “escogidos” de la infantería aliada vienen situados detrás de los jinetes citados, de cara a la estacada, el extremo posterior de todo el campamento. El espacio que queda a derecha e izquierda de estas tropas se reserva a los extranjeros y aliados que, eventualmente, puedan acudir como refuerzo.
Todo es cual se ha dicho y la figura del campamento resulta cuadrada; su distribución, sus calles y su estructura le hacen parecer a una ciudad. Entre la estacada y las tiendas hay, en todas direcciones, un espacio constante de doscientos pasos. Este espacio vacío es muy importante y muy útil. Se presta ventajosamente a la entrada y a la salida de los ejércitos; cada unidad desemboca en este espacio por sus propias calles, y así no se dirigen todos a la misma vía y no se pisan los unos a los otros. Sitúan en este lugar los animales del campamento y todo el botín arrebatado al enemigo, guardado aquí con seguridad durante la noche. Pero lo más importante es que si se da un ataque nocturno, no hay proyectil, inflamado o no, que alcance a las tropas; las excepciones son raras y, si alguna vez las alcanza, los daños sufridos son nulos, debido a la gran distancia y al contorno de las tiendas.
(Polibio, VI, 27-31)
Ya se habrá imaginado el lector que la descripción de Polibio hace referencia más a un campamento «ideal» que a la realidad, pero es muy útil para hacerse una idea bastante general de la organización de un campamento. Además, hay algumos aspectos mencionados por Polibio que han sido contrastados arqueológicamente. Igualmente, existen una serie de elementos defensivos que se encuentran en todos los campamentos de campaña y que son mencionados por Polibio u otros autores clásicos. Así, en todos los campamentos romanos encontramos un vallum, es decir, una línea defensiva. Esta línea defensiva tenía diferentes características en función de la temporalidad y del peligro al que se enfrentaran las tropas. Generalmente se cavaban los fosos (fossa), que en ocasiones podían ser dobles (fossa duplex). Existían dos tipos de foso, los que tenían forma de V, denominados fossa fastigata, y los que tenían una pared inclinada y otra vertical, conocidos como fossa punica. Detrás de estos fosos, y generalmente con la tierra extraída de los mismos, se contruía un terraplén o agger.
-Dentro del campamento, y siempre hablando de castra aestiva(campamentos temporales), los legionarios se instalaban en tiendas de campaña (papilionum) de cuero, generalmente de cabra, en cada una de las cuales se alojaba un grupo de ocho hombres (contubernium). Contruidas, como decíamos, con cuero (lo que llevó a utililzar la expresión sub pellibus esse, como sinónimo de permanecer en el camapemnto) y con tejado a dos aguas, estas tiendas disponían de capacidad real para seis soldados, pues había permanentemente dos de los miembros del contubernium de guardia. Cada uno de estos contubernia tenía un veterano nombrado por el centurión a cargo del mismo, siendo éste quien daba nombre a la unidad: Así, por ejemplo, nos podríamos encontrar con el contubernium de Severo. De estas tiendas se han hallado tanto fragmentos del cuero, como las clavijas de hierro que servían de sujección (Peralta, 2002). El nombre de estas tiendas, papilio, se debía a su parecido con las cortinas recogidas a las alas de una mariposa. Por supesto, la tienda del comandante, ducis tabernaculum o praetorium, era de mayor tamaño y confortable, reproduciendo en los campamentos estables el antiguo atrio de una casa romana. El cuartel general o principia, permanecía en el centro del campamento, donde se cruzaban la via principalis y la via praetoria. Era en ese preciso lugar donde, durante la época imperial, se honraban las águilas en una capilla habilitada al uso (sacellum). -
The praetorium, also spelled prœtorium or pretorium, was originally the name of the headquarters of a Roman army. The praetorium was the commander’s tent or building in a Roman fortification, a castra or castellum.
Later, praetorium was used for the residence of a procurator (governor) of a Roman province, thus acquiring an administrative and juridical sense that was carried over in the Byzantine Empire, where the praitōrion was the residence of a city’s governor. The term was also used for the emperor’s headquarters.
Praetor (”leader”) was originally the title of the highest-ranking civil servant in the Roman Republic but later became a position directly below the rank of consul. A general’s lifeguard was known as the cohors praetoriae, out of which developed the Pretorian Guard, the emperor’s lifeguard.
The Praetorian Guard (Latin: PRÆTORIANI) was a special force of guards used by RomanEmperors. Before being appropriated for the use of the Emperors’ personal guards, the title was used for the guards of Roman generals, at least since the rise to prominence of the Scipio family around 275 BC. Constantine I dissolved the Guard in the fourth century AD.
Muchos de los generales romanos tenían la costumbre de escoger entre las filas una fuerza privada de soldados para servir como escoltas (guardias) de la tienda o de la persona del general y consistía de una infantería y una caballería. Durante las guerras civiles aumentó el número de los soldados que integraban la Guardia Pretoriana. Con el pasar del tiempo, esta unidad (cohorte) se llegó a conocer como la cohors praetoria y varias figuras notables incluyendo Julio César, Marco Antonio y César Augusto tuvieron una. Julio César se dio cuenta que se necesitaba una unidad más peligrosa que las demás en el campo como la Legión X Equestris (o Legio X Gemina). Cuando Augusto se convirtió en el primer gobernante del imperio en el 27 a. C., decidió que tal formación era útil no solamente en guerra, sino también en política. Así, de las filas de las legiones de todas las provincias, Augusto reclutó a la Guardia Pretoriana. El campo ocupado por esta tropa se llamó «Castra Praetoria» (campamento pretoriano) y su comandante, designado por Augusto, prefecto del pretorio. Este cargo, puramente militar, no tuvo al principio gran importancia, pero la adquirió en la época de Tiberio. Los prefectos del pretorio se convirtieron poco a poco en primeros ministros del emperador. En un principio, había dos prefectos del pretorio.
Fotos aereas y maquetas tomadas de la web que os encantará
Castra Pretoria en la antigüedad (lugar donde se encontraban los famosos Pretorianos). En el siglo III dC sus muros formaron parte de la Muralla Aureliana:
Las entrañas de la ciudad al descubierto
Un repunte de la arqueología urbana motivado por el elevado número de obras en marcha saca a la luz un cementerio del cólera, las ruinas del Palacio del Real y los restos de la Vía Augusta. Recuperan un enterramiento infantil en una ánfora junto a las Corts
Excavaciones en la calle Libertad donde ha aparecido parte de la Vía Augusta, como puede apreciarse en la imagen, previas a la construcción del edificio de la ampliación de las Corts Valencianes. josé aleixandre
HORTENSIA GARCÍA VALENCIA
Los tres frentes arqueológicos que tiene abiertos en estos momentos la ciudad, dos de ellos vinculados al PlanE, empiezan a dar frutos. En los jardines de Viveros, donde se va a recuperar la cimentación de la puerta principal del desaparecido Palacio del Real con cargo al fondo de inversión local, ya se han completado tres sondeos en el entorno de la “muntanyeta” de Elío. Son actuaciones previas a la excavación propiamente dicha, que desbrozará 600 m2 del jardín y afectará al menos a una docena de árboles que deberán trasplantarse a otro lugar.
En uno de los sondeos ha aparecido la torre de la fachada principal conocida como de la Reina, construida en el siglo XIV y por tanto perteneciente a una de las fases más antiguas del edificio. Se construyó con grandes muros de tapial de hormigón, alternando en algunos puntos con sillares de buena factura algunos de los cuales conservan marcas de los “picapedrers”.
En el sondeo central se han descubierto los cimientos de dos de los pilares del porticado construidos en el siglo XVII para dar unidad a toda la fachada. En la zona oriental -la más próxima a General Elío y a la verja del jardín- los arqueólogos han dado con la primera crujía de la entrada principal del edificio, con un gran vano de más de 5 metros de luz, enmarcado por dos jambas, y un pavimento de mortero con gravas que conservan las huellas de las ruedas de los carruajes.
Hasta el momento se han recuperado materiales constructivos como un columna de mármol blanco islámica con decoración vegetal de palmetas, fechada en el siglo X. La pieza se fabricó en los talleres palatinos de Madinat al-Zhara en Córdoba y debió formar parte de algún edificio islámico de Valencia reutilizado en el Real tras conquista cristiana. También se ha recuperado un fragmento de capitel gótico, con columnillas decoradas, perteneciente a una ventana y abundante cerámica del siglo XIV al XIX.
Vivir encima de un camposanto
De la excavación de Viveros es de la que menos sorpresas se esperan dado que el Palacio del Real fue asolado hasta los cimientos en 1810. Sí ha sido inesperada la aparición durante las obras de canalización y renovación de alcantarillas del popular barrio de la Fuensanta de una serie de enterramientos vinculados a un cementerio de finales del siglo XVIII principios del XIX, posiblemente, relacionado con una de las epidemias de cólera sufridas por la ciudad.
Los arqueólogos han recuperado ya cuatro esqueletos -que ahora serán analizados para conocer edades, sexo y causa de la muerte-, restos de madera de un ataúd y cuentas de azabache de lo que podría ser un rosario. Las viviendas sociales de la Fuensanta se construyeron tras la riada de 1957. El cementerio no se trasladó porque ni estaba documentada su existencia ni los cimientos de las casas bajaron a suficiente profundidad como para dar con las tumbas, que han aparecido a partir de dos metros. La concejal del Ciclo del Agua, Mª Angels Ramón-Llin, que está renovando el alcantarillado en cinco barrios, no descarta otros hallazgos arqueológicos. En todo caso y salvo que los informes arqueológicos recomienden otra cosa, sólo se investigará la parte del cementerio que coincida con las zanjas de las nuevas canalizaciones de agua.
Quizás el descubrimiento más impactante ha sido el de las excavaciones previas a las obras de ampliación de la sede de las Corts Valencianas, en la calle Libertad. El proyecto del nuevo edificio de los grupos parlamentarios, impulsado por las Corts, se reactivó este año tras varios años en los despachos.
Veinte metros de calzada romana
Los arqueólogos han sacado allí un tramo de unos 20 metros de la Vía Augusta, la calzada romana más larga de toda la Península Ibérica y restos de viviendas romanas y sistemas de alcantarillado.
La Vía Augusta es la calzada romana
más importante de la Comunidad Valenciana.
Desde el punto de vista histórico, su recuperación con fines recreativos, turísticos y culturales se presenta como una actuación que suscita gran interés, ya que ha sido uno de los principales ejes de comunicación a lo largo de diferentes épocas históricas: los romanos la trazaron aprovechando un camino íbero ya existente.
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Un poco de historia.
La Via Augusta es la calzada romana más larga de toda la Península Ibérica, con un recorrido total aproximado de 1.500 kilómetros desde los Pirineos hasta Cádiz, atravesando la Comunidad Valenciana a lo largo de unos 425 Km.
Reúne uno de los conjuntos de miliarios más importantes de toda la Hispania, con al menos 96 monumentos, 20 de los cuales se tiene referencia que estaban distribuidos por todo el territorio valenciano.
Además pueden observarse aún hoy algunos restos de la propia calzada y vestigios de mansiones, puentes, centuriaciones, villas, arcos monumentales, toponimia etc., lo que añade un excepcional interés histórico, cultural e incluso religioso, al ya inherente interés recreativo y turístico que presenta.
La Via Augusta fue el eje principal de la red viaria en la época de los romanos, y la que ha ido vertebrando la Comunidad Valenciana a lo largo de la historia.
Ha recibido diferentes denominaciones según las épocas: Vía Hercúlea, Vía Heráclea, Camino de Anibal, Vía exterior, Camino de San Vicente Mártir y Ruta del Esparto, pero es comúnmente conocida por Vía Augusta, debido, con toda seguridad, a las rectificaciones y reparaciones que el emperador Augusto efectuó en la misma entre los años 8 y 2 a.C.
En la intervención se ha recuperado piezas de ajuar femeninas, vasijas y útiles de cocina de cerámica, un pequeño pie de mármol (parte de una escultura), lámparas de aceite y un sorprendente enterramiento infantil en un ánfora.
Los expertos han comprobado que el trazado de la Via Augusta no coincide con el último tramo de la calle Salvador, como se creía hasta ahora, sino que es una prolongación en línea recta del tramo hallado en l’Almoina.
La presidenta de las Corts, Milagrosa Martínez, anunció que la solución que se baraja para que los restos sean visitables es un pavimento acristalado, en línea con la plaza arqueológica de la Almoina donde están las ruinas del foro romano.
La Vía Augusta atraviesa las obras de las Cortes
M. O.- Valencia - 11/06/2009
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Bloques de piedra de hasta 35 centímetros de espesor trazan un tramo de 20 metros de longitud y 4,20 metros de ancho de la Vía Augusta que atraviesa el solar del edificio que construyen las Cortes Valencianas para ampliar las oficinas de los grupos parlamentarios entre las calles de la Libertad y del Salvador.
Las excavaciones dirigidas por la arqueóloga Concha Camps revelan que la Vía Augusta no seguía “el quiebro final de la calle del Salvador a partir de la muralla romana de la época republicana”, como se creía hasta ahora, sino que partía como una prolongación en línea recta del Cardo Máximo o calle principal de la ciudad romana cuyo centro se situaba en el actual complejo de l’Almoina.
El hallazgo de una casa noble construida sobre la Vía Augusta durante la segunda ocupación romana de Valencia en el siglo II d. de C. revela, también, que “hubo un ensanche urbano previo a la ocupación islámica”, explicó Concha Camps, “en la zona extramuros de la muralla romana hacia el norte de la ciudad”.
También ha salido a la luz un tramo de calle perpendicular al Cardo Máximo sobre la que se supone que se levantaba la casa romana que se descubrió cuando se construyó el actual hemiciclo de las Cortes hace 25 años.
Un zócalo mural de cuatro metros por setenta centímetros con motivos vegetales y franjas de color rojo, una inscripción en mármol, una cabeza de bronce, el pie de una estatua, pasadores para el pelo o collares son algunos de los objetos que ha identificado el equipo de 25 arqueólogos que ha rastreado el solar durante cuatro meses.
Julián Esteban Chapapría, arquitecto responsable del proyecto, explicó que los hallazgos obligan a modificar ligeramente los usos de los sótanos previstos inicialmente en la futura sede de los grupos parlamentarios, donde el tramo de la Vía Augusta quedará al descubierto en los bajos del edificio como “una especie de meseta en el sótano”.
Los técnicos que están realizando las primeras excavaciones para iniciar las obras de ampliación de la sede de las Cortes Valencianas, en Valencia, han hallado restos de un tramo de unos 20 metros la Vía Augusta, la calzada romana más larga de toda la Península Ibérica, así como restos de viviendas romanas y sistemas de alcantarillado.
Los hallazgos más interesantes que se han hecho en las obras de ampliación de la sede de la Cámara corresponden a la época romana. Se ha podido documentar la Via Augusta, de la que ha aparecido un tramo de 20 metros, que corresponde a la principal arteria que comunicaba Roma con Cádiz y que está vinculada a la fundación de la ciudad de Valentia en el año 138 a.C.
Este miércoles se ha anunciado el hallazgo, que ha obligado a detener los trabajos y a alterar el proyecto de la obra. Desde las Cortes se han planteado seguir el modelo de la plaza de la Almoina y cubrir con un suelo de cristal los restos arqueológicos.
“Al igual que propuse conservar las fachadas de los edificios a demoler, quiero destacar la intención de conservar en todo momento los restos encontrados en el solar del nuevo edificio. Queremos trabajar para conservar nuestro patrimonio, para que todos los ciudadanos de nuestra Comunidad puedan disfrutar de nuestra historia”, ha señalado la presidenta de las Cortes, Milagrosa Martínez.
El proyecto de ejecución fue aprobado en febrero y la construcción del nuevo espacio, ubicado entre las calles Libertad y Salvador, salió a licitación por 9.051.724′10 de euros y con un plazo de 20 meses para su finalización.
Las excavaciones dieron comienzo el 16 de febrero de 2009 tras la demolición parcial de los edificios ubicados en la parcela y estabilización de las fachadas a conservar. Se encuentran en normal desarrollo de ejecución, tras cuatro meses de trabajo, estando prevista su finalización el 19 de junio.
Los restos hallados corresponden a lo previsto en los solares y en las excavaciones que se realizan en esta zona de Valencia. Además, en el hortus o jardín se han encontrado vestigios del revestimiento pictórico del zócalo consistiendo en una serie de motivos vegetales separados por bandas de color rojo.
La información obtenida en la excavación supone una importante aportación al conocimiento histórico de la ciudad romana. En primer lugar, se ha comprobado que el trazado de la Via Augusta no coincide con el último tramo de la calle Salvador, como se creía hasta ahora, sino que es una prolongación en línea recta del tramo hallado en l’Almoina.
En segundo lugar, la constatación de la ampliación de la ciudad del siglo II hacia el norte, hecho no documentado arqueológicamente hasta la fecha, con la construcción de viviendas unifamiliares lo que viene a confirmar junto a otros hallazgos el carácter nobiliario de este sector de la ciudad.
El edificio que se levantará en esa zona se dedicará íntegramente a los grupos parlamentarios que llevan años padeciendo problemas de espacio, agravados por el aumento de 89 a 99 diputados esta legislatura, tras la reforma del Estatuto de Autonomía, o por la división del grupo de Compromís en dos que ha obligado a hacer obras en sus despachos para separar a Iniciativa y Bloc de los denominados no adscritos.
Ampliación de Las Cortes Valencianas
Esta actuación urbanística afecta a las calles Salvador, Conde de Trénor, y Libertad, y a la plaza de San Lorenzo, e implica un cambio de calificación de residencial plurifamiliar a dotacional de todos los solares del ámbito, excepto el que corresponde al número 27 de la calle Salvador, que se mantendrá como residencial. El proyecto también contempla mantener la protección del número 25 de la citada calle, que conservará la fachada, el zaguán y la escalera.
Les Corts se ampliarán con una Biblioteca que se construirá en un solar, en el que ya se han hecho las catas arqueológicas correspondientes, y que abarca los números 14,16 y 18 de la calle Salvador. El proyecto del arquitecto Julián Esteban Chapapría también prevé la ampliación de la sede de los grupos Parlamentarios, que se llevará a cabo en el espacio comprendido entre los números 21, 23 y 25 de la calle Salvador.
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Las excavaciones en Valencia-
Cabe recordar que la modificación de este PEPRI se aprobó inicialmente en el Pleno de pasado enero, y que el expediente también califica como Bien de Relevancia Local el edificio actual de Les Corts, el jardín de su patio interior y el hemiciclo (plaza San Lorenzo, 4).
Origen de la ciudad
138 antes de Cristo: los romanos fundan la ciudad de Valencia
S.VIII después de Cristo: Valencia musulmana
S.XIV después de Cristo: Valencia cristiana
Plano histórico de la ciudad de Valencia
La ciudad está situada en un meandro del río Turia
ITINERARIOS
1.-VALENCIA MUSULMANA
Torre del Ángel
Plaza del Tossal
VALENCIA MEDIEVAL
Puente y Convento de la Trinidad
Torres de Serranos
Portal de Valldigna
Torres de Quart
Lonja de la Seda
Santa Catalina
La Catedral
Palacio de Benicarló
Almudín
Palacio y Baños del Almirante
San Juan del Hospital
Convento de Santo Domingo
Puerta de los Judíos
VALENCIA CLÁSICA Y VISIGODA
La Cárcel de San Vicente
La Almoina
2.-VALENCIA RENACENTISTA
Antiguo Hospital General
Colegio del Patriarca
Palacio de la Generalitat
Portada del Palacio de los Duques de Mandas
San Miguel de los Reyes
2.-VALENCIA BARROCA
Iglesia del Carmen
Casa de las Rocas
Palacio de los Alpuente
San Nicolás
Iglesia de los Santos Juanes
Basílica de la Virgen de los Desamparados
San Esteban
Santo Tomás y San Felipe Neri
Palacio de los Valeriola
San Juan de la Cruz
LA CIUDAD ILUSTRADA
Colegio de San Pío V
Torres de los Guardas de la Alameda
Palacio del Temple
Palacio del Conde de Cervelló
Palacio de Justicia
Palacio de los Condes de Peñalba
Palacio del Marqués de Dos Aguas
Palacio de los Boïl de Arenós
San Martín
Casa Vestuario
Palacio de Pineda
Colegio de las Escuelas Pías
Colegio del Arte Mayor de la Seda
Jardín Botánico
3.-VALENCIA EN EL SIGLO XIX
Plaza de Toros
Teatro Principal
Palacio de los Pescara
Plaza Redonda
Palacio del Marqués de Campo
Asilo del Marqués de Campo
La Beneficència
Casa-Museo Benlliure
Salón de Racionistas
4.-VALENCIA ENTRE DOS SIGLOS (XIX - XX)
Edificio del Punt de Ganxo
Casa Ordeig
Mercado Central
Ayuntamiento - Casa Consistorial
Estación del Norte
Mercado de Colón
Casa de los Dragones
Palacio Municipal de la Exposición
Fábrica de Tabacos
Asilo de la Lactancia
Palacete y Jardines de Monforte
Estación del Trenet
Asilo de San Juan de Dios
Palacete y Jardines de Ayora
VALENCIA EN EL SIGLO XX
Edificio Alonso
Finca Roja
4.-LA VALENCIA DEL TERCER MILENIO
Palacio de Congresos
Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM)
Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad (MUVIM)
Puente de la Exposición
Palau de la Música
Ciutat de les Arts i de les Ciències
LA VALENCIA MARINERA
Atarazanas
Estación Marítima, Tinglados y Grúas
Casa-Museo de Blasco Ibáñez
Situación Geográfica : Localización Distancias
El tiempo : Previsiones
Población y Actividad : Población Actividad económica Elecciones
Historia : Los orígenes Época musulmana La Época feudal Valencia en el Imperio El Siglo XVII La ciudad Borbónica El Siglo XIX El Siglo XX
Ya inmersos en la ciudad de Valencia, podemos encontrar el foro romano en la Plaza de la Virgen (Plaça de la Verge), un foro creado por Junius Brutus y que dio lugar a la Valentia romana.
En la misma Plaza de la Virgen hay que destacar la Basílica de la Virgen de los Desamparados, y muy cerca, el Real Convento de Santo Domingo, creado gracias a la orden de los dominicos en el siglo XIII. En el casco histórico de Valencia existen otras iglesias de interés, las más destacadas son las de Santa Catalina, San Nicolás y San Martín.
La Catedral de Valencia se asienta sobre el mismo lugar en que se erigió el primer templo de la ciudad en la época romana y, posteriormente, una mezquita árabe. Su construcción duró casi dos siglos, desde 1262 hasta 1426. La catedral de Valencia nos brinda una superposición de estilos con predominio del gótico y primitivo.
El Micalet (Miguelete) es el campanario gótico de la Catedral. Tiene una altura de 50,85 metros, medida que coincide con la de su perímetro. Para disfrutar de las maravillos vistas de la ciudad que ofrece el alto de la torre, habrá que subir sus 207 peldaños, un esfuerzo que sin duda merece la pena.
Los arqueólogos descubren parte de una balsa «porticada» vinculada a otras termas del forohttp://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pIdNoticia=72750&pIndiceNoticia=0&pIdSeccion=16
Las excavaciones junto al edificio del Punt de Gantxo sacan a la luz una «piscina monumental» Los arqueólogos municipales dieron hace dos semanas con un importante hallazgo en el yacimiento arqueológico de la Almoina. Los expertos han descubierto en el perímetro del edificio del Punt de Ganxo que todavía no se había excavado restos de «una piscina monumental porticada» del siglo I o II después de Cristo. H. García, ValenciaEn concreto, se ha localizado un ángulo de la esta construcción de época romana, cuyos muros tienen un metro de grosor. Justo en la esquina ha aparecido restos de una de las columnas que rodeaban la piscina, ubicada al lado del ninfeo del foro romano -una especie de estanque o fuente ornamental-. Este nuevo elemento del foro romano de Valentia se localiza en la parte oriental de la Almoina, justo donde se concentran la mayoría de edificios y construcciones relacionadas con el agua, como fuentes, pozos, norias y el propio ninfeo.El hecho de que la piscina, cuya profundidad todavía no ha podido determinarse, estuviera rodeada de columnas ha llevado al director de las excavaciones y jefe del Servicio Municipal de Arqueología (SIAM), Albert Ribera, ha barajar la hipótesis de que esta construcción pudiera estar relacionada con unas termas o bańos públicos, de época posterior a las termas republicanas que ya se hallaron en la Almoina. Tampoco se descarta la posibilidad de que la piscina monumental formase parte del conjunto del ninfeo. Ribera aseguró que este último descubrimiento, que se produce cuando ya las excavaciones se daban por concluidas y mientras se trabaja en la construcción de la plaza semiacristalada de la Almoina, «es muy valioso y evidencia la riqueza del yacimiento». Este nuevo elemento del foro se integrará en la exposición del museo subterráneo que habrá debajo de la nueva plaza
La Vía Augusta es, sin duda, el gran eje de vertebrador de lo que hoy constituye la Comunidad Valenciana. Su recorrido de 480 kilómetros tiene orientación casi constantemente norte-sur, transcurriendo más de 300 kilómetros en las proximidades del mar Mediterráneo, a menos de 25 kilómetros.
El recorrido puede hacerse en cualquiera de sus dos direcciones, pero he optado por empezar el recorrido en la ciudad de Valencia y dirigirme en sucesivas etapas hacia el norte.En la misma Valencia puede seguirse el itinerario adecuadamente, pues está completamente señalizado con las marcas blancas y azules que distinguen a esta ruta senderista.
He visitado los diferentes enclaves romanos: las ruinas de la Almoina, antiguo foro, las lápidas fundacionales de la ciudad en la plaza de la Seo, restos arqueológicos en el Museo de San Pio V y en el Museo de Prehistoria, la Cripta Arqueológica de San Vicente Mártir y en el Museo de Historia de Valencia…
Os recomiendo hacer la visita empezando en la Cruz Cubierta de San Marcelino y siguiendo la calle de San Vicente, antiguo “cardo máximo“, recorrer diferentes monumentos por la ciudad hasta dirigirnos hacia la Politécnica en donde da comienzo la ruta norte de la Vía Augusta.
Presentación
Albert Ribera Lacomba
(Ayuntamiento de Valencia)
Valentia fue fundada durante el consulado de Junio Bruto (138 a. C.), tal como narra Tito Livio y ha refrendado ampliamente la arqueología. Su categoría jurídica debió ser la de colonia latina. Las numerosas excavaciones realizadas, especialmente desde 1981, demuestran el carácter plenamente itálico de la nueva ciudad, caso de la arquitectura, el urbanismo, la cultura material y los ritos funerarios, lo que concuerda sobre lo ya sabido de la moneda, su nombre y los seis antropónimos que se conocen de su fase republicana.
Se ha localizado la zona oriental del foro de este período, donde se han identificado varias tabernae, unas termas públicas, un horreum y un santuario relacionado con el culto a las aguas. También se han encontrado algunas evidencias del recinto defensivo, como dos de sus puertas.
El desarrollo de esta primera urbe se vio bruscamente truncado por la guerra civil promovida por Sertorio, que supuso su destrucción a manos de Pompeyo, episodio narrado por los historiadores de la Antigüedad y que ha sido fehacientemente corroborado por los contundentes hallazgos arqueológicos, en forma de un potente nivel de incendio en el que no faltan monedas que lo fechan con exactitud.
Valentia sólo volvió a ser reconstruida a fines del gobierno de Augusto, aunque hasta la época de los Flavios no experimentó un autentico desarrollo, probablemente ligado a la instalación de la colonia romana, gente nueva que complementaría a los pobladores de la etapa de Augusto. Esta doble llegada de habitantes debe estar en el origen de las dos comunidades en que estuvo organizada la ciudad, los Valentini veterani et veteres, ampliamente representados en la epigrafía.
Las excavaciones en el solar de l’Almoina han permitido conocer el pórtico oriental del foro, la curia, el ángulo sudeste de la basílica, un macellum y un ninfeo. De otras zonas de la ciudad proceden varias casas ricamente ornadas con mosaicos y pinturas murales. Se conocen elementos diversos de la infraestructura urbana, como el viario, el puerto fluvial, el acueducto y otras obras de distribución de agua, además de algún posible santuario periurbano. También hay muchos datos de varias de las necrópolis que circundaban las vías.
Mención especial, por lo inesperado y espectacular, merece la identificación del circo, gran edificio de 350 x 70 metros, que ocupa el lado oriental de la ciudad.
Entre 260-270, Valentia fue destruida pero fue casi inmediatamente reconstruida aunque se redujo el perímetro de la ciudad. A lo largo del siglo IV mantuvo su categoría urbana, al contrario que otras urbes cercanas, caso de Edeta y Saguntum, que entraron en una rápida decadencia. Durante toda la época tardoantigua la ciudad no sólo conservó sino que aumentó su importancia, convirtiéndose en un importante centro episcopal y en uno de los principales núcleos del dominio visigodo.
En la actualidad se pueden visitar el Museo de Historia de Valencia y los restos de un monumental mausoleo de época visigoda en la Cárcel de San Vicente. El principal conjunto arqueológico de Valencia, el solar de l’Almoina, está ahora en proceso de musealización, estando prevista su inauguración para el 2007.
JIMÉNEZ SALVADOR, J. L. y RIBERA i LACOMBA, A. (2000): Urbanismo y arquitectura de la Valencia romana y visigoda. Historia de la ciudad. Recorrido histórico por la arquitectura y el urbanismo de la ciudad de Valencia. Valencia, Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, 9-37.
___ (coordinadores) (2002): Valencia y las primeras ciudades romanas de Hispania. Valencia, Grandes Temas Arqueológicos 3.
MARIN JORDÁ, C.; PIA BRISA, J. y ROSSELLO MESQUIDA, M. (1999): «El foro romano de Valentia», Quaderns de difusió arqueològica, 4. Valencia.
MARÍN, C.; RIBERA, A. y ROSSELLÓ, M., (1999): L’Almoina: de la fundació de València als origens del cristianisme. València, Ajuntament de València.
PEREIRA MENAUT, G. (1979): Inscripciones romanas de Valentia. Valencia, Trabajos varios del Servicio de Investigación Prehistórica, 73.
RIBERA i LACOMBA, A. (1998): La fundació de Valencia. La ciutat a l’època romanorepublicana (segles II-I a. de C.). València, Estudios Universitarios 71.
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___ (coordinador) (2000): Los orígenes del cristianismo en Valencia y su entorno. Valencia, Grandes Temas Arqueológicos, 2.
RIBERA i LACOMBA, A. y CALVO GALVEZ, M. (1995): «La primera evidencia arqueológica de la destrucción de Valentia por Pompeyo. Con análisis antropológico por M. Calvo», Journal of Roman Archaeology, 8, 19-40.
RIPOLLÉS, P. P. (1988): «La ceca de Valentia», Estudis Numismàtics Valencians, 2, Valencia.
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La ciudad de Valencia fue fundada, según la tesis más generalmente aceptada por los investigadores y que interpreta la información que nos da el historiador romano TITO LIVIO, por el general JUNIO BRUTO GALAICO sobre el año 138 antes de Cristo para establecer a los soldados licenciados que habían combatido en las guerras contra VIRIATO -aunque más adelante veremos que no es la única existente y aceptada-.
Esta nueva ciudad recibió el nombre de VALENTIA, nombre de significado desconocido, pero que algunos investigadores han relacionado con valiente, valor, con evidente simbología militar. Lo que resulta claro es que el actual topónimo VALENCIA y todos sus derivados, como valenciano, valentino, derivan directamente de VALENTIA, nombre con el que fue bautizada la ciudad y que se ha conservado casi idéntico hasta nuestros días.
En la génesis de VALENTIA hay que tener en cuenta su situación geográfica:
al Norte la elevada ARSE-SAGUNTUM, al Sur los poblados de las montañas de CULLERA y hacia el interior EDETA, la actual población de LLIRIA. Ahora bien, nos toca preguntarse: “¿qué sentido tiene la fundación de VALENTIA?”.
El lugar elegido para instalar la ciudad fue una pequeña isla fluvial en medio del río TURIA que formaba una elevación que emergía en medio de una zona de tierras bajas, pantanosas e insolubles, pero con enormes posibilidades de desarrollo agrícola. Este nuevo núcleo urbano estaba estratégicamente situado, controlando el paso de la principal vía terrestre de comunicaciones y dominando una amplia región.
La misión de VALENTIA era la de irradiar una influencia latina sobre los poblados autóctonos íberos, y es concebida como la gran ciudad romana llamada a ejercer el control sobre los mismos. Hasta ese momento no había ninguna otra ciudad romana en toda el área valenciana, por lo que es seguro que su instalación debió provocar una importante conmoción en el mundo indígena.
Lo que es indudable es que desde la nueva ciudad se ejerce una enorme influencia sobre el medio. En este sentido, el antiguo procedimiento de alianza con capitales ibéricas muestra su limitación para contribuir a una explotación conveniente de los recursos económicos de su territorio, requiriéndose la creación de ciudades propiamente romanas y la llegada de itálicos para impulsar la transformación de un área administrativamente adscrita a ROMA desde el año 197 antes de Cristo y que inicia un proceso de romanización gradual y real alrededor de las fechas de fundación de VALENTIA.
La pregunta que con anterioridad nos hemos hecho es algo que los textos literarios no abordan, pero los diferentes hallazgos arqueológicos han hecho que diversos investigadores hayan sugerido algunas respuestas. La arqueología aporta valiosa información referida a la fundación de VALENTIA. En primer lugar, los datos de las excavaciones, sobre todo de las cerámicas de barniz negro, vienen a confirmar la validez de la fecha dada por TITO LIVIO, el año 138 antes de Cristo.
El dato más importante para intentar acercarnos a la identidad de los fundadores de VALENTIA nos lo proporciona la numismática. Unos años después de ser fundada la ciudad, se emitieron monedas de bronce con una tipología y metrología romana. Destaca en una de ellas la aparición del primer símbolo gráfico de VALENCIA: un cuerno de la abundancia con flores y frutos sobre un haz de rayos.
Estas acuñaciones eran supervisadas por unos magistrados cuyos nombres que eran poco corrientes, aparecen en las mismas monedas. Dada la rareza de la onomástica de estos magistrados, se ha podido comprobar que proceden del SAMNIO y que no eran romanos de origen sino itálicos pertenecientes a los cuerpos auxiliares del ejército romano, sería probable interpretar el hecho de que la ciudad se fundara como colonia latina.
Importante familia de origen patricio, sus miembros pretendían ser descendientes de Hércules.
Queda en duda si su origen era Latino o Sabino, su nombre deriva de faba (haba) posiblemente debido a la dedicación agrícola de esta familia. Cuentan las tradiciones que en tiempos de Rómulo se sustituyeron unos sacrificios por una nueva celebración -lo que dio origen a los Lupercales- y que se encargó de su organización a las familias Quintilia y Fabia.
Tres hermanos de esta familia ocuparon el consulado durante siete años consecutivos y numerosos magistrados monetarios a finales del siglo I a.C. y principios del siglo II (Q. Fabius Labeo, Q. Fabius Maximus, Numerius Fabius Pictor, C. Fabius Buteo y L. Fabius Hispaniensis) acuñaron bastantes emisiones en plata y bronce, destacando el cuerno de la abundancia en el reverso de algunas de sus monedas.
Familia ligada a la historia de Hispania, el monetario L. Fabius Hispaniensis obtiene el sobrenombre por su actividad en la Península Ibérica, en donde participó en la traición montada contra Sertorio y Q. Fabius Maximus conmemoró en un denario las victorias obtenidas por su hermano y su padre contra Viriato.
ESTA ES UNA DE LAS PRIMERAS MONEDAS ACUÑADAS EN VALENCIA, con CABEZA GALEADA DE ROMA/CORNUCOPIA DE LA ABUNDANCIA Y HAZ DE RAYOS.
ESTE TIPO DE MONEDAS ESTAN HECHAS A IMITACION DE LOS DENARIOS DE QUINTO FABIO EN EL MISMO PERIODO.
SEMIS después 138 AC 20 mm. 8′30 g. V6 (317) Anverso: Cabeza galeada de Roma a derecha. Detrás S. Delante T.ATL.L.TR (monograma). Reverso: Cornucopia sobre rayo. VAL a izquierda (monograma), en corona de espinas.
AS después 138 AC 28/30 mm. 16′98 g. V8 (318) Anverso: Cabeza galeada de Roma a derecha. Delante C.NVMI.Q. Detrás L.CORANI. Reverso: Cornucopia sobre rayo. A los lados VALE-NTIA (monograma).
AS después 138 AC 28/30 mm. 17′51 g. V1 (317) Anverso: Cabeza galeada de Roma a derecha. Delante C.NVMI.Q. Detrás C.LVCIEN. Reverso: Cornucopia sobre rayo. A los lados VALE-NTIA (monograma), en corona de espigas
Este pasaje tiene mucho interés ya que en el siglo II antes de Cristo se fundan poquísimas ciudades fuera de ITALIA, sobre todo dotándolas de un estatuto jurídico relevante como sería el caso de VALENTIA si interpretamos su fundación como un caso claro de colonia.
La concesión de la consideración jurídica de “colonia” confería unos privilegios nacidos del hermanamiento directo con la ciudad madre, ROMA. El estatuto jurídico otorgado a una ciudad se relacionaba con su circunstancia de reconocimiento administrativo del que dependía el disfrute de uno u otro grado de protección legal y fiscal. Los focos que gozaban de una autonomía jurídica plena eran las colonias y los municipios, con la diferencia de que aquellas conllevan el asentamiento de ciudadanos procedentes del exterior y éstos constituyen la agrupación de individuos de origen local organizados a la manera romana, pagando entre todos los munera o impuestos.
Cabe destacar que SAGUNTO, a pesar de su importancia casi legendaria, se tuvo que conformar con el estatus de “ciudad asociada”, que se daba a aquellas poblaciones que se habían destacado en la colaboración prerromana. Después pasaría a ser municipio.
El sacerdote y catedrático de latín JOSE ESTEVE FORRIOL publicó en el año 1978 una tesis que provocó y provoca gran polémica entre la arqueología valenciana mal llamada “oficial”. Asegura su tesis que la primera construcción y asentamiento romano de VALENCIA fue una fortaleza datada en el 212 antes de Cristo, 74 años antes de la fundación de la ciudad y a su vez sostiene que VALENCIA nació por el asentamiento de soldados lusitanos vencidos por los romanos y no por veteranos del ejército de ROMA como opina la arqueología “oficial”. Según ESTEVE FORRIOL la ciudad fue fundada en el 138 antes de Cristo con el ejército lusitano vencido al que se le da un oppidum (fortaleza romana construida en época anterior). Según el sacerdote esta fortaleza es del año 212 antes de Cristo y fue utilizada como cabeza de puente en el avance hacia el Sur del ejército romano en la II Guerra Púnica tras la toma de SAGUNTO. Sostiene ESTEVE FORRIOL que ésa era la práctica habitual de los romanos: el ejército vencido era sacado de su hábitat natural. ESTEVE llega incluso más lejos y vaticina el lugar del asentamiento: el PALACIO DEL TEMPLE que para él es el germen originario de la ciudad.
Un reciente estudio realizado por unos arquitectos valencianos sobre la estructura del PALACIO DEL TEMPLE no descarta la hipótesis de JOSE ESTEVE FORRIOL y confirma la existencia de cuatro coincidencias con su tesis:
- Han hallado restos de lo que podía ser la muralla, la barbacana (que era la obra avanzada y aislada que se construía para defender puertas de plazas, cabezas de puentes, etc.) y el foso.
- También han hallado restos de un torreón de la primera obra romana de VALENCIA.
Sin embargo, las tesis de ESTEVE FORRIOL son calificadas por los profesionales de la arqueología como una “mezcla de intrusismo e ignorancia” debido, entre otras cosas, a que el sacerdote se basa en las teorías de un historiador del siglo XVI sin ningún crédito, ANTON BEUTER, el cual atribuía la primera fundación de VALENCIA a la época bíblica, afirmando además que ESCIPION había creado el lago de la ALBUFERA a su paso por VALENCIA.
En los últimos años, gracias a las numerosas excavaciones arqueológicas que se han hecho en el centro histórico de la ciudad, se ha constatado la existencia de una ciudad romana de gran importancia y de una extensión y categoría mayor a la que siempre se le había supuesto. El núcleo principal estaría en la actual PLAZA DE LA VIRGEN y la extensión total sería la isla formada al medio del río TURIA, un brazo del cual discurría por la línea que forma la Calle NA JORDANA, la Calle ALTA, TOSSAL, BOLSERIA, MERCADO CENTRAL, CALLE BARCAS hasta la actual GLORIETA. Sin ir más lejos, en fechas recientes una excavación arqueológica en el solar situado en la esquina de las calles EMBAJADOR VICH y GASCONS ha sacado a la luz un pavimento de época romana que según los técnicos municipales podría ser posterior al momento de fundación de la ciudad, debido a la lejanía del núcleo central de ésta. La importancia del hallazgo radica en que son los primeros restos de la época del Imperio Romano que aparecen en esta zona de la ciudad.
Excavaciones producidas durante la construcción del hemiciclo de las CORTES VALENCIANAS han demostrado que todo el territorio anteriormente expresado estaba ocupado y que la ciudad no era tan pequeña como en principio se había pensado. (1)
En cuanto a la polémica sobre el origen de los fundadores de la ciudad, es algo que solamente con el paso del tiempo nos podrá responder con más exactitud la arqueología. En la actualidad tenemos que interpretar la información de la que disponemos y la que nos da un historiador romano llamado TITO LIVIO que presenta como una de sus principales características literarias el no citar casi nunca las obras y fuentes de información que utiliza para sus relatos. Algo que resultaría bastante inquietante e impensable en nuestros tiempos actuales.
Pienso que debemos tener presente como valencianos que somos el hecho de que si hoy nos llamamos así se debe a que hace más de 2100 años los romanos intervinieron en la fundación de una ciudad próxima al MAR MEDITERRANEO a la que le dieron el nombre de VALENTIA. Sin embargo, me parece que no somos muy conscientes de este hecho: la romanidad del origen de la ciudad en la que hemos nacido y vivimos diariamente. Esto lo comento porque en esta ciudad, en algunas ocasiones, nos empeñamos en enterrar nuestro pasado como si fuera algo de lo que hubiera que avergonzarse. Me refiero más concretamente a dos casos muy significativos que han ocurrido:
- Las ruinas encontradas durante la construcción del hemiciclo de las CORTES VALENCIANAS que fueron cubiertas de cemento.
- Los importantes hallazgos que nos mostraban un pasado romano encontrados en la PLAZA DE LA VIRGEN, que fueron tapados por orden del Ayuntamiento en el año 1973.
Como siempre, “había razones -problemas- económicos por medio”.