
El campo ocupado por la tropa de pretorianos se llamó «Castra Praetoria» (campamento pretoriano) y su comandante, designado por Augusto, prefecto del pretorio. Este cargo, puramente militar, no tuvo al principio gran importancia, pero la adquirió en la época de Tiberio. Los prefectos del pretorio se convirtieron poco a poco en primeros ministros del emperador. En un principio, había dos prefectos del pretorio.
El campamento pretoriano (en latín y plural, Castra Praetoria, , un castrum,campamento , en plural castra, fortaleza) era un campament militar romano) , era el antiguo cuartel o campamento (castra) de la Guardia Pretoriana en la Roma Imperial.
Según el historiador Suetonio, el campamento se construyó en el año 23 por Lucio Elio Sejano, el prefecto pretoriano que sirvió al emperador Tiberio, en un esfuerzo por consolidar las distintas divisiones de la guardia.
El campamento fue erigido justo en las afueras de la ciudad de Roma y lo rodeaban sólidas murallas de piedra, con unas dimensiones totales de 440 x 380 metros. Tres de las cuatro paredes laterales fueron más tarde incorporadas a la Muralla Aureliana, y partes de ellas aún pueden verse claramente en la actualidad.
El distrito urbano próximo Castro Pretorio recibe su nombre de este campamento.
El Castra Praetoria fue destruido por Constantino I, quien también deshizo la Guardia Pretoriana al invadir Italia mientras Majencio gobernaba el Imperio Romano de Occidente.[1] Su última participación fue en la batalla del Puente Milvio en 312. Después de la victoria de Constantino, suprimió oficialmente a los pretorianos, enviándolos a diferentes rincones del Imperio.
Notas
- ↑ Bunson, 342.
El término “pretoriano” tiene su origen en la tienda de campaña del general o praetor de un ejército romano llamada praetorium,situada en el centro del campamento o castrum,en la intersección del cardo y el decumanus.

Mapa del castrum con : 1 Praetorium-edificio o tenda del pretor -principia(plaza) 2 Via Praetoria 3 Via Principalis 4 Porta Principalis Dextra (puerta de la derechae) 5 Porta Praetoria (puerta principal) 6 Porta Principalis Sinistra (puerta de la izquierda) 7 Porta Decumana (puerta trasera)
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En cuanto a las entradas al campamento, lo habitual es que hubiera cuatro, las más importantes la porta praetoria, situada generalmente de cara al enemigo, y la porta decumana, en el lado opuesto (las otras dos serían la porta principalis dextra y la porta principalis sinistra)
Model of the praetorium in Roman Cologne(Colonia) It occupied a surface area of about 3½ hectare and must have been one of the largest buildings in Germania Inferior.

www.uned.es/…/ROMA/ejercito_romano.htmhttp://elbarcoceltibero.mundoforo.com/castramentacion-romana-vt2288.html?highlight=Es bien conocida, gracias a las fuentes clásicas, la costumbre de levantar campamentos cada día que tenían los romanos, hasta el punto de que se contasen las jornadas de marcha por el número de campamentos levantados. La diferencia entre estos campamentos y los castra stativa y castra hiberna es bastante clara desde el punto de vista arqueológico, puesto que las estructuras están diseñadas con un fin muy diferente. En efecto, nos encontramos en los castra aestiva con materiales perecederos frente al uso de piedra y otros elementos más resistentes en los campamentos permanentes. Pero no sólo es la arqueología la que establece la diferencia entre ambos tipos de construcciones; nos encontramos en las propias fuentes clásicas muy frecuentemente con la denominación «campamentos de invierno», frente a los campamentos de campaña. Así, por ejemplo Tácito nos ofrece una clara diferenciación entre ambos tipos de campamentos en una de sus obras, haciendo referencia a un castris aestivis, y a un hibernis. Esto es debido a que los soldados solían preparar la campaña en invierno y comenzarla con el buen tiempo. Un ejemplo paradigmático es la campaña de Escipión en Hispania durante la guerra anibálica, donde podemos ver cómo los romanos se retiraban a Tarraco cuando llegaba el invierno, año sí, año también.
Son estas mismas fuentes las que nos han transmitido descripciones sobre estos campamentos de campaña, siendo la de Polibio una de las más famosas, si no la que más:
«El campamento de los romanos es como sigue: se elige un lugar para acampar y, en el sitio más adecuado para la observación y para transmitir órdenes, se planta la tienda del general (praetorium). En el sitio donde se va a plantar se clava su banderín y, en torno a él, se marca un espacio rectangular cuyo centro es el banderín citado, los lados equidistan de él; miden unos cien pies; el área total resulta de unos cuatro pletros. Las legiones romanas se establecen siempre por el lado exterior de esta figura y en la dirección que parece la más indicada para aprovisionarse de agua y de forraje; el orden es el siguiente. He dicho un poco más arriba que cada legión tiene seis tribunos. Cada cónsul está al mando de dos legiones; evidentemente, serán doce los tribunos que salen a campaña con cada cónsul. Las tiendas de éstos se plantan en línea recta, paralela al lado elegido del rectángulo, a cincuenta pies de él: así queda un espacio suficientemente para los caballos, las mulas y todo el bagaje restante de los tribunos. Estas tiendas se plantan con su parte trasera encarada hacia el rectángulo en cuestión y miran hacia el exterior, parte que el lector debe considerar como anterior, el frontal de toda la figura, que es así como lo llamaremos siempre. Las tiendas de los tribunos están plantadas a la misma distancia unas de otras y de forma tal que abarcan toda la anchura de las legiones romanas.
A partir de la línea frontal de esta tiendas, a cien pies de distancia se traza una recta paralela a ellas, que marca el principio de la acampada, que se hace de la siguiente manera: se divide en dos partes la recta en cuestión y, a lo largo de una perpendicular a esta línea, trazada desde su punto central, se instala la caballería de las dos legiones, frente a frente y separadas por un intervalo de cincuenta pies; la mediana perpendicular pasa por el punto medio de este intervalo. El campamento de la caballería y el de la infantería son análogos; tanto para un estandarte como para un escuadrón, el conjunto forma un rectángulo. Estos rectángulos están siempre orientados de cara a las calles (viae) y tienen una longitud de cien pies; casi siempre procuran que su anchura sea la misma, pero no en los aliados. Cuando las legiones superan la cifra más habitual, los jefes amplían proporcionalmente la anchura y la longitud.
El espacio de la caballería forma, pues, a la altura del punto medio de las tiendas de los tribunos, una especia de perpendicular a la recta indicada ahora mismo y a la superficie que se extiende delante de los tribunos, porque realmente, la apariencia de todos estos pasillos es la de una calle, ya que las compañías y los escuadrones han establecido su acampada a ambos lados y siguiendo la línea. Detrás de la caballería, que ya hemos citado y, ofreciéndole la espalda, se sitúan los triarii de cada una de las legiones, en una disposición similar; a cada escuadrón corresponde un manípulo, situados en una figura idéntica, pero éstos se tocan entre sí, orientados ambos de cara al espacio ocupado por la caballería. La anchura de cada manípulo es sólo la mitad de su longitud, debido a que los triarii en número son la mitad de las otras clases. Aunque el número de hombres no es siempre el mismo, la longitud del campamento no varía, debido a la diferencia de profundidad. Seguidamente, a cincuenta pies de distancia de los triarii y de cara a ellos, acampan los principes. Como también éstos están orientados hacia los espacios intermedios que hemos citado, de nuevo se forman dos calles que parten del mismo origen que las de la caballería y desembocan, paralelamente, en aquel espacio libre de cien pies delante de las tiendas de los tribunos; acaban en aquel lado fortificado opuesto a estas tiendas, que al principio expliqué que era el frontal del plano, en su conjunto. A continuación de los principes, detrás de ellos y dándoles la espalda, sin dejar espacio entre los rectángulos, se instalan de la misma manera los hastati. Puesto que hay diez manípulos en todas las clases, en virtud de la repartición inicial, el resultado es que todas las calles son de igual longitud y desembocan de la misma manera en el lado fortificado que está enfrente; los manípulos de esta extremidad están orientados hacia este lado cuando se planta el campamento.
A una distancia de cincuenta pies de los hastati y de cara a ellos, viene situada la caballería de los aliados, que empieza y acaba en las mismas líneas que los hastati. Ya he dicho antes que el número de soldados de infantería aliados es similar al de las legiones romanas, pero hay que deducir de su número a los “escogidos”; el número de jinetes es doble, aun después de deducir a los “escogidos”, que son aquí una tercera parte. Por esto, cuando forman su campo, aumentan proporcionalmente la profundidad asignada a la caballería aliada, porque intentan siempre que la longitud sea la misma que la de las legiones romanas. Pero cuando se han completado las cinco calles, sitúan entonces los manípulos de infantería aliada, al igual que los jinetes, en forma que aumenta la profundidad proporcionalmente a su número, orientados hacia la línea principal y hacia los dos flancos del campamento. En cada manípulo, la primera tienda de cada uno de ambos costados es la de los centuriones. Acampados en la forma que se ha descrito, a los dos lados el escuadrón sexto está situado a una distancia de cincuenta pies del quinto, y las filas de la infantería a distancias similares, de manera que aún se forma otra calle en medio del campamento, paralela a las tiendas de los tribunos. Es la vía llamada quintana, porque discurre entre las quintas distribuciones.
El espacio de detrás de las tiendas de los tribunos, el que queda a ambas partes de la tienda del cónsul, sirve, uno, para foro, y el otro lo ocupa el cuestor con toda su impedimenta. Y desde la última tienda de los tribunos, por cada lado, en formación divergente y orientada hacia las tiendas, acampan los “escogidos” de los jinetes y algunos de los voluntarios que van a combatir por amistad con el cónsul. Todos éstos acampan a los dos lados del campamento y están orientados, una parte, hacia el espacio reservado al cuestor y, los restantes, hacia el foro. Se trata de que no se limiten a acampar en las proximidades del cónsul, sino que, además, durante las marchas o cuando se emprende cualquier otra operación, atiendan a sus órdenes, o a las del cuestor. Dando la espalda a éstos y de cara a la estacada, vienen situados los soldados de infantería que tienen un cometido similar al de los jinetes mencionados. A continuación queda un pasaje de cien pies de ancho, paralelo a las tiendas de los tribunos, pero al otro lado del foro, del cuartel general y de los servicios del cuestor; se extiende a lo largo de tdoas estas partes del campo que he mencionado. En la parte superior de este pasaje acampan los jinetes “escogidos” de los aliados, orientados hacia el foro, la tienda del general y la del cuestor. En la mitad de la acampada de estos jinetes, a la altura del emplazamiento del cuartel general, se deja un pasaje de unos cincuenta pies, que conduce hasta el extremo inferior del campamento y que forma ángulo recto con el pasaje más ancho mencionado ahora mismo. Por su parte, los soldados “escogidos” de la infantería aliada vienen situados detrás de los jinetes citados, de cara a la estacada, el extremo posterior de todo el campamento. El espacio que queda a derecha e izquierda de estas tropas se reserva a los extranjeros y aliados que, eventualmente, puedan acudir como refuerzo.
Todo es cual se ha dicho y la figura del campamento resulta cuadrada; su distribución, sus calles y su estructura le hacen parecer a una ciudad. Entre la estacada y las tiendas hay, en todas direcciones, un espacio constante de doscientos pasos. Este espacio vacío es muy importante y muy útil. Se presta ventajosamente a la entrada y a la salida de los ejércitos; cada unidad desemboca en este espacio por sus propias calles, y así no se dirigen todos a la misma vía y no se pisan los unos a los otros. Sitúan en este lugar los animales del campamento y todo el botín arrebatado al enemigo, guardado aquí con seguridad durante la noche. Pero lo más importante es que si se da un ataque nocturno, no hay proyectil, inflamado o no, que alcance a las tropas; las excepciones son raras y, si alguna vez las alcanza, los daños sufridos son nulos, debido a la gran distancia y al contorno de las tiendas.
(Polibio, VI, 27-31)
Ya se habrá imaginado el lector que la descripción de Polibio hace referencia más a un campamento «ideal» que a la realidad, pero es muy útil para hacerse una idea bastante general de la organización de un campamento. Además, hay algumos aspectos mencionados por Polibio que han sido contrastados arqueológicamente. Igualmente, existen una serie de elementos defensivos que se encuentran en todos los campamentos de campaña y que son mencionados por Polibio u otros autores clásicos. Así, en todos los campamentos romanos encontramos un vallum, es decir, una línea defensiva. Esta línea defensiva tenía diferentes características en función de la temporalidad y del peligro al que se enfrentaran las tropas. Generalmente se cavaban los fosos (fossa), que en ocasiones podían ser dobles (fossa duplex). Existían dos tipos de foso, los que tenían forma de V, denominados fossa fastigata, y los que tenían una pared inclinada y otra vertical, conocidos como fossa punica. Detrás de estos fosos, y generalmente con la tierra extraída de los mismos, se contruía un terraplén o agger.
-Dentro del campamento, y siempre hablando de castra aestiva(campamentos temporales), los legionarios se instalaban en tiendas de campaña (papilionum) de cuero, generalmente de cabra, en cada una de las cuales se alojaba un grupo de ocho hombres (contubernium). Contruidas, como decíamos, con cuero (lo que llevó a utililzar la expresión sub pellibus esse, como sinónimo de permanecer en el camapemnto) y con tejado a dos aguas, estas tiendas disponían de capacidad real para seis soldados, pues había permanentemente dos de los miembros del contubernium de guardia. Cada uno de estos contubernia tenía un veterano nombrado por el centurión a cargo del mismo, siendo éste quien daba nombre a la unidad: Así, por ejemplo, nos podríamos encontrar con el contubernium de Severo. De estas tiendas se han hallado tanto fragmentos del cuero, como las clavijas de hierro que servían de sujección (Peralta, 2002). El nombre de estas tiendas, papilio, se debía a su parecido con las cortinas recogidas a las alas de una mariposa. Por supesto, la tienda del comandante, ducis tabernaculum o praetorium, era de mayor tamaño y confortable, reproduciendo en los campamentos estables el antiguo atrio de una casa romana. El cuartel general o principia, permanecía en el centro del campamento, donde se cruzaban la via principalis y la via praetoria. Era en ese preciso lugar donde, durante la época imperial, se honraban las águilas en una capilla habilitada al uso (sacellum). -
The praetorium, also spelled prœtorium or pretorium, was originally the name of the headquarters of a Roman army. The praetorium was the commander’s tent or building in a Roman fortification, a castra or castellum.
Later, praetorium was used for the residence of a procurator (governor) of a Roman province, thus acquiring an administrative and juridical sense that was carried over in the Byzantine Empire, where the praitōrion was the residence of a city’s governor. The term was also used for the emperor’s headquarters.
Praetor (”leader”) was originally the title of the highest-ranking civil servant in the Roman Republic but later became a position directly below the rank of consul. A general’s lifeguard was known as the cohors praetoriae, out of which developed the Pretorian Guard, the emperor’s lifeguard.
The Praetorian Guard (Latin: PRÆTORIANI) was a special force of guards used by Roman Emperors. Before being appropriated for the use of the Emperors’ personal guards, the title was used for the guards of Roman generals, at least since the rise to prominence of the Scipio family around 275 BC. Constantine I dissolved the Guard in the fourth century AD.
Muchos de los generales romanos tenían la costumbre de escoger entre las filas una fuerza privada de soldados para servir como escoltas (guardias) de la tienda o de la persona del general y consistía de una infantería y una caballería. Durante las guerras civiles aumentó el número de los soldados que integraban la Guardia Pretoriana. Con el pasar del tiempo, esta unidad (cohorte) se llegó a conocer como la cohors praetoria y varias figuras notables incluyendo Julio César, Marco Antonio y César Augusto tuvieron una. Julio César se dio cuenta que se necesitaba una unidad más peligrosa que las demás en el campo como la Legión X Equestris (o Legio X Gemina). Cuando Augusto se convirtió en el primer gobernante del imperio en el 27 a. C., decidió que tal formación era útil no solamente en guerra, sino también en política. Así, de las filas de las legiones de todas las provincias, Augusto reclutó a la Guardia Pretoriana. El campo ocupado por esta tropa se llamó «Castra Praetoria» (campamento pretoriano) y su comandante, designado por Augusto, prefecto del pretorio. Este cargo, puramente militar, no tuvo al principio gran importancia, pero la adquirió en la época de Tiberio. Los prefectos del pretorio se convirtieron poco a poco en primeros ministros del emperador. En un principio, había dos prefectos del pretorio.
http://historia.mforos.com/681595/6634689-planos-de-roma-y-maquetas-de-edificios/
Castra Pretoria en la antigüedad (lugar donde se encontraban los famosos Pretorianos). En el siglo III dC sus muros formaron parte de la Muralla Aureliana:
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