Archivos - Noviembre, 2008



28 Nov 08

Felicitaciones a la sra. Presidenta de la Comunidad de Madrid por su templanza , su animo y su profesionalidad tras el tremendo atentado al que ha sobrevivido. Que está protegida por el Hado, el Fatum, el Destino, Dios o el Angel de la Guarda es obvio. Pero ahora, yo me haría un talismán con los calcetines. Pa por si.

Se ha dado en decir que Esperanza Aguirre tiene Báraka( no barakka como se dice por ahí).

¿Que significa báraka? se preguntarán algunos.Porque parece que eso de “suerte”, despues de los dos accidentes, es poco.Báraka es más.

Veamos lo que dice mi arquitecto favorito, Numerobis,

Numerobis


Nacionalidad : Egipcio

Rol : Arquitecto alérgico a los cocodrilos, incluso sagrados.

Numerobis es el “mejor arquitecto de Alejandría”, lo que, según Cleopatra, no es gran cosa… Y la creemos, ya que los edificios bamboleantes, de arquitecturas de tendencia cubista, construidos por Numerobis y perfectamente dibujados por Albert Uberzo, parece estar siempre a punto de desplomarse y venirse abajo… ¡menos mal que los lectores de Astérix no tienen que vivir allí! Y por tanto, no cabe duda de que este arquitecto sin talento (la moneda utilizada en aquella época en Egipto) revolucionaría los usos en curso durante su profesión. Aprovechando la famosa poción mágica de su amigo Panorámix, realiza verdaderos avances sociales (disminuyendo, por ejemplo, el número de latigazos considerados para mejorar la productividad de los obreros) e introduce el arte egipcio en la modernidad renunciando a las formas puntiagudas de la era de las Pirámides. Todavía mejor, Numerobis mantiene el plazo impuesto por Cleopatra para construir un palacio para César, algo raro, en aquella época, en la construcción… Para coronar este éxito, Cleopatra le cubrirá de oro (tanto en sentido real como figurado). Una anéctoda: Alain Chabat, realizador de la película con 15 millones de entradas en Francia Astérix y Obélix: Misión Cleopatra, en la que Numerobis es interpretado por Djamel Debbouze, explica por qué esta mítica escena no se reprodujo al final en la gran pantalla: debió renunciar tras varias pruebas infructuosas, sin conseguir retranscribir la divertidísima expresión que Albert Uderzo dio al esclavo que se marcha diciendo “ahora vuelvo” cuando Obélix indica que Numerobis no está completamente cubierto de oro. ¡No sabríamos alabar mejor la riqueza de expresión de los dibujos del co-creador de Astérix!

¿En qué libro? :

6 - Asterix y Cleopatra

Para los musulmanes el término báraka tiene un significado muy importante. Representa la gracia divina y la bendición procedentes de Allah (Dios) y se concentra en el santón o persona con cualidades trascendentes.

¿Es Esperanza una santona o es que se está utilizando MAL el término, como sinónimo de suerte?Pregunto

Cuando este muere, la báraka impregna su tumba. La celebración de los moussem (romerías) a las tumbas de santones locales se hacen para impregnarse de esta fuerza sagrada, pedir protección y otros deseos.

Busco más información y os dejo esta , tomada de un blog musulmán, que ellos sí saben lo que es:

Báraka esun concepto eterno, difícil de explicar con palabras y que seduce los sentidos.. haremos el intento de desvelar el misterio…. BáRaKaBRK

Se confunde con el significado cristiano de “Bendición”.. Báraka unido al Islám y los musulmanes, en concreto al Sufismo, tiene una dimensión mayor y más especial de lo que podemos entender por “bendición”.

Un significado sagrado, mágico, de báraka para los musulmanes, esa cualidad «oculta e invisible», «un efluvio misterioso que nos penetra cuando nos acercamos al ser que la contenga porque es ella quien da prosperidad, multiplica los nacimientos y favorece el éxito; ella es la abundancia en la pradera, el crecimiento en el rebaño, el efecto saludable en el remedio».

La báraka es la suerte divina, la protección que el cielo derrama sobre los elegidos. Más tiene que ver con la Providencia, por tanto, que con la suerte que uno desea a alguien cuando, por ejemplo, compra un décimo de lotería. Quizá también pueda asimilarse al concepto de suerte providencial, aunque con un sentido continuado, no puntual sobre un cierto acontecimiento o suceso. La báraka entronca con los chiitas v el concepto sufí. La desprende un hombre santo, y solo por el hecho de estar en su presencia se produce la bendición. Es el vehículo por el que el maestro comunica la «gracia» a su discípulo. Antiguamente se iba en peregrinación a los morabitos —tumbas de eremitas o santos musulmanes—, ya que se creía que el lugar donde reposaban estaba bendito v producía milagros. En lenguaje moderno se podría llamar “estrella”.

Morabito

Desde un punto de vista más técnico y más espiritual…. Os dejo este artículo de una página de musulmanes andaluces. que saben de qué hablan … LA BÁRAKA

El
Islam es Fitra, naturaleza primordial. Con el Islam, el ser humano recuperó su “yo” de entre las miserias del ego para hacer de él el instrumento con el que vuelve a su sentido integral de la unidad del universo. Su yo es un regalo de Allah con el que ha emergido de la indiferencia de la naturaleza a la conciencia y esa es la clave de su soberanía y califato. Pero él yo tiende hacia el ego, es decir, al aislamiento del individuo que pierde entonces la verdadera dimensión de la vida y la convierte en un cúmulo de realidades dispersas y pretendidamente autónomas.

Con el Islám se vuelve a tomar el impulso que hizo del hombre un ser humano pero aún en estrecha armonía con la vida que ve fluir mágicamente por todo el universo.

No se trata de una teoría, ni del fruto de una meditación reflexiva, ni mucho menos de una pose ecologista: forma parte estructural de la personalidad del musulmán, de su mundo de percepciones e intuiciones íntimas y está en la inmediatez de sus senasaciones, de la información que recibe a través de los sentidos. Esta extraordinaria sensibilidad lo hace capaz de aprovechar energías y fuerzas de la naturaleza sutil oculta tras la apariencia de los fenómenos pero que sin embargo son su esencia espiritual.

Esta intensidad vital de todo lo existente puede transformarse en una especie de efluvio intangible, más o menos poderoso, al que se da en árabe el nombre de Báraka.

Báraka significa salud, abundancia, fecundidad y prosperidad: son, en realidad, sus efectos pues en sí misma no es descriptible. Es un poderoso tonificante espiritual que repercute positivamente en todas las dimensiones de la vida. Emana de ciertos objetos, de ciertos lugares, y de ciertos momentos. El Quran tiene Báraka –sus letras, sus sonidos, su recitación-: “Y este Libro que te revelamos es Mubarak”, es decir portador de Báraka.

Y las mezquitas, los olivos, las palmeras, el agua, la Meca, la noche vigésimo séptima de Ramadán, algunas piedras (¿Qué sentido tiene, si no, el tocar la Piedra Negra que irradia una especialísima Báraka?), y también determinadas fuentes, ríos , lagos, grutas, bosques, montañas.

Piedra Negra de La Meca, con báraka

El concepto musulmán de Báraka y todas sus connotaciones tienen una enorme trascendencia. Da al ser humano no sólo la posibilidad de aprovecharla sino de convertirse también en su transmisor; Es el caso del wali, aquél que en su progreso espiritual ha pulido en extremo su sensibilidad y agudizado enormemente sus sentidos, y no sólo recibe la Báraka que le rodea sino que la proyecta, y cuanto más cerca está ese hombre de Allah más intensa es su Báraka. Tanto vivo como muerto su Báraka continúa siendo efectiva y todo el que lo visita o se acerca a su tumba es penetrado por ella. Muhammad (s.a.s.) hizo de Medina el Haram de su Báraka.

También la Báraka puede ser transferida voluntariamente cobrando una especial fuerza, o ser retirada según unas técnicas determinadas.

Aparte de los awliyá, otras personas pueden poseer Báraka en menor grado: los que conocen el Quran de memoria, los niños pequeños, los ancianos, los locos, todos ellos si son inocentes y bondadosos.

También puede haber Báraka en los animales: especialmente están dotados el caballo, el gato, la cigüeña, la golondrina, la abeja. Por supuesto, los árboles y las plantas, y sus productos: ya hemos citado algunos, añadamos a la lista el laurel y la henna.

Hojas de laurel, con báraka

Y también tiene Báraka los solsticios, los viernes, determinadas palabras, los números impares, ciertos talismanes…

La Báraka es testimonio de una presencia sutil de la Fuerza de Allah bendiciendo y transmitiendo prosperidad y fecundidad, espirituales y físicas.


Baraka es la magia de algunos lugares, de algunas personas, de algunos objetos, una magia buena que aprovecha a la que la recibe.

Percibirla es estar en la Fitra, es haber recuperado esa dimensión en la que se está íntimamente ligado a la vida y sus energías. Mientras el monoteísmo judeo-cristiano, en su rigor totalitario, entró en lucha contra lo que consideraba un atentado supersticioso contra el culto a su Dios, el Islam recogió sin problemas el venero de la antigua sensibilidad humana gracias a la cual el ser humano ha sido capaz de trascender.

Sólo a los que no comprenden realmente el significado del Tawhid les puede parecer paradójico el rigor con el que el Islam afirma la Unidad de Alá y la importancia dada por los musulmanes a la Báraka, que muchos identifican con la idolatría y el culto a los santos, al totemismo, al chamamismo, etc.,

El Tawhid no es monoteísmo: Éste es un producto del ego, es el Dios a la medida del hombre aislado, el ser supremo en su separación. A su vez el materialismo es un producto, o mejor dicho otra de las formas del monoteísmo llevado a sus conclusiones lógicas. Monoteísmo-materialismo es el dominio perfecto del ego imperante. Tawhid es clarividencia del yo en su intuición del Uno, del Uno previo a todo y no un producto de la elaboración del discurso humano, el Uno soporte y destino de la realidad, y no ser supremo idealizado, sino verdad de todas las verdades y referencia primera y última del ser humano.

El Islam no erige en ídolos a las fuerzas de la naturaleza, no las “separa” de la realidad, no las abstrae ni las mitifica, sino que las reconoce y se relaciona con ellas desde su perspectiva unitaria. A marcha veloz, los musulmanes en la actualidad parecen como hipnotizados por los valores judeo-cristianos, por su mentalidad en la que todo está aislado y justificado, por una ciencia arrogante y enajenadora, y quieren disfrazar al Islam con ropajes que no son suyos, convertirlo en “monoteísmo” y llamar al verdadero Islam “rural”, como si alguna vez hubiese existido un Islam urbano y sofisticado al modo de la religión de los colonizadores. Para la cuestión que estamos viendo, el recurso es mediocre: Se cofunde el “tabarruk”, el acto deaprovechar la Báraka, con la ´Ibada, el acto por el que se reconoce el poder de Allah, confundido con “culto”.

Por cierto: Barack Obama?…..tendrá BÁRAKA?….

Porque por ahí andan diciendo que es Dios.¿Que tal Esperanza-Aguirre-Diosa?…¿Pasarse un pelín?. Pues eso: Suerte si. Báraka es tontería y no saber.

Yo que la sra. Presidenta, repito, me guardaba los calcetines. Y por cierto: Me ha llamado la atención que haya dado la rueda de prensa con pendientes. Y con los ojos pintados.¡Coquetuela ella ¡.


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28 Nov 08

Primero se llevaron a los comunistas
pero a mí no me importó
porque yo no era.

En seguida se llevaron a unos obreros
pero a mí no me importó
porque yo tampoco era.

Después detuvieron a los sindicalistas
pero a mí no me importó
porque yo no soy sindicalista

.Luego apresaron a unos curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó.

Ahora me llevan a mí
pero ya es tarde.”

- Martin Niemöller ( aunque suele atribuirse a Bertold Brech).

Viene a cuento esta poesía a la tremenda indiferencia (borreguismo diría yo) de los docentes universitarios ante el Plan Bolonia.Hablamos en voz baja, entre nosotros.Otros nos dicen que “no hay más remedio”. Que el Ministerio… como si en un ente impersonal, “El Ministerio”, se pudiese escudar el caos al que “creo” nos dirigimos. Y la Constitución me permite opinar.PRESUNTAMENTE.
Voy a hacerlo, sin ser comunista, sindicalista o cura (ya opiné del Virgo y Sor Maravillas , que sí me preocupó hace tiempo y opinaré cuanto quiera porque la cultura me atañe ahora, que se me lleva la corriente …¡Ahhhh¡).
Para ser políticamente correcta, diré que si a mi me mandan , yo obedezco. No hay más güevos (aquí ovarios). ¿ Que tengo que enseñar con tres páginas toda la Historia de Mesopotamia Antigua? , pues me las apaño. ¡ En peores garitos hicimos guardia ¡.

Pero ayer recibí un e-mail de un amigo. Y le contesté con un escrito en guasa . Creo que ambos os van a gustar.Uno en serio, el de Genaro ( que me ha autorizado a publicarlo) y el mío en broma ( yo soy así, qué le vamos a hacer, prefiero reirme a lamentarme) .

Ambos escritos, digo, cada uno en su línea, reflejan algunas opiniones de los docentes universitarios ante la actual situación de la reforma que se nos viene encima y la que llevamos arrastrando y sufriendo años ha.

Y algo hay que decir porque nos va tocando ya la reforma desde la base y lo que hay en la Enseñanza de las Escuelas es una mierda. Así:Hablando en castellano.

A mis nietos ( 8 y 5 años, alumnos de la Comunidad de Madrid), solo les enseñan las montañas que se ven desde casa. Y dice mi hija que David está hasta el colodrillo de Somosierra. Menos mal que hace años les compré a mis nietos una bola del mundo de juguete y han jugado y soñado con los cuentos de la mitología griega y romana y les he prometido que en cuanto me jubile, si lo permiten los terroristas, los llevo a Egipto( si no me iré al British o al Museo de Turín a ver momias egipcias , que les encantan).

Quiere ser arqueólogo.

¡Así que voy a ver si me compro un manual de fontanería y cambio la bibliografía, porque este niño se me desgracia a este paso¡….. ¡¡Buaaaa¡

- - - - - -

¿Qué tiene que ver esto con la quema de libros, de César Vidal o de quien sea, que he visto “pedida” por Cristina Almeida?.

La incultura.

La tremenda incultura que se nos viene encima. La que ya hay , que permite pedir a personas que tienen estudios que se quemen los libros de aquellos cuyas opiniones no nos gustan.

Que permite que se derriben las estatuas de quienes no piensan como nosotros, virgos aparte, que ya es el colmo que también se opine de los virgos ajenos.

Recuerdo con memoria histórica que la democracia nació en una Atenas dura, decidida a hacer frente a las dificultades. Todos unidos contra los enemigos externos. Luchando por la gloria de una polis que aún está orgullosa de sus realizaciones en el siglo V a.C. Lo que pasa es que cada polis helena pensaba lo mismo:Era única, libre, independiente, autónoma, con su “presi”, sus ministros y alcaldes con coches caros( paga el contribuyente, oiga) etc…y yo nunca tuve coche, así que chupo y hala.

CHUPÓTEROS POlÏTICOS QUE VIVEN DE ENGAÑARNOS SIN DAR GOLPE :DEMAGOGIA( definición al canto)

Y cuando se dieron cuenta las poleis griegas y sus “alcaldes” y presis ( todos hablaban como querían y tenían sus propias leyes y se pegaban entre ellas porque eran alabadas por sus líderes demoagogos ) , los romanos, que venían del oeste a paso de marcha, pilum y gladium en ristre a ritmo de caliga, se fueron merendando, polis a polis y tiro porque me toca ,a toda la Hélade. La unión se tragó a la desunión.Democracia incluida. Y ganó Roma, unida ella. Y durá bastante aunque luego se relajó y se la comieron los bárbaros que no sabían latín.

¡Vae victis¡.

¿Adonde vamos nosotros y de que estoy hablando?.

DOCUMENTOS AD HOC (Con permiso de su redactor): ESCRITO QUE ME MANDÓ GENARO CHIC, CATEDRÁTICO DE HISTORIA ANTIGUA.UNIVERSIDAD DE SEVILLA

“Ayer por la mañana, mientras esperaba en vano la visita de algún alumno a mi tutoría, y mientras buscaba una información personal en mi página de la Universidad, tropecé con algo que no había mirado con anterioridad: las encuestas al alumnado en la asignatura de “Imperio Romano”, lo que me confirmó en un fenómeno que vengo observando.

Vi que, en el plazo de un curso la valoración había variado extraordinariamente.

Mientras que en el curso 2006-2007 no tenía ninguna calificación por debajo del 5 (la media superaba 8) en el curso siguiente abundaban los 0 (la media superaba el 5, con todo).

Puesto que se trataba de la misma asignatura, el mismo profesor, el mismo horario y el mismo sistema, el cambio tan brusco ,es normal que se busque en otras causas.

Hace unos años, en una situación difícil de la Universidad, cuando daba clase casi a escondidas a mis alumnos que me lo pedían, me sometí voluntariamente a encuesta oficial y el resultado fue la consideración de “profesor excelente” cuyo título ostento con orgullo en mi despacho, por ser el mejor premio que he recibido a lo largo de mi vida.

Desde hace un par de años vengo observando, empezando por la asignatura de primer ciclo que también imparto (”Mediterráneo Arcaico”), cambios importantes en la conducta.

El trabajo personal del alumno ha bajado notablemente y las lecturas voluntarias de libros se han ido haciendo más raras, a pesar de que siempre han estado premiadas con puntos suplementarios sobre la nota final.

Dos alumnos, con ganas de aprender, me confesaron que no podían leer en la biblioteca pública de la Facultad porque no sabían leer en silencio, lo que significaba que los hábitos de lectura habían retrocedido muy notablemente. No obstante aquellos alumnos, como los demás que se fueron acercando a las tutorías, recibieron apoyo para poder realizar lecturas comprensivas (enterarse de qué quiere decir lo que están leyendo, con una cierta capacidad de abstracción).

El encargado de la biblioteca sita en el Departamento me llama la atención sobre el hecho de que (salvo casos muy excepcionales) el único libro que se ha demandado este curso es el de Albertini, de lectura obligatoria, cuya comprobación sin embargo no han realizado más de cinco personas.

Y el tema me preocupa, a pesar de que por mi edad no puedo esperar ya mucho de mi vida profesional personal. Procuro hacer mis clases altamente participativas, pudiendo el alumnado proponer directamente el análisis de los problemas, pero la respuesta es muy escasa.

También procuro que sea el alumno quien lleve el peso de su formación, y quien se ha examinado de libros (o simplemente ha acudido a una tutoría, lo que es aún más raro) sabe que no se trata de un hecho mecánico de exposición y calificación, sino que se intenta establecer un diálogo formativo en torno al tema del libro en cuestión.

Entiendo que, dado que el tránsito de una situación a otra se ha producido de la manera brusca en que he comentado, los alumnos son más bien víctimas de un sistema de enseñanza que culpables de la situación.

Si no se les ha enseñado previamente a realizar una lectura comprensiva (en primaria y secundaria cada vez se abarca más pero se aprieta menos) y a adquirir unos hábitos de trabajo, difícilmente se puede esperar que lo hagan espontáneamente. Ahora bien, tampoco creo que sea justo actuar con ellos simplemente rebajando los niveles formativos para que estén contentos, dado que las cosas se aprenden o no se aprenden, y no porque te den un título sabes más si no te has esforzado en adquirir el conocimiento.

En este sentido escribía hace unos días a un colega, en el foro de opinión de nuestra Universidad, una carta de la que copio un fragmento:

Quiero dejar claro también que no estoy en contra de introducir cambios en la Universidad ni nunca le he tenido miedo a los mismos si ellos se han planteado de forma realista, poniendo los medios para desarrollarlos, y evitando las imposiciones cuarteleras, como entiendo que son las que pueden hacer imposible cualquier innovación suprimiendo de hecho la libertad (que no libertinaje, que dirían algunos) de cátedra.

Que yo sepa ni tenemos -al menos no los tenemos todos- los medios necesarios para llevar a cabo la proyectada reforma docente (si alguien lo dude que visite los despachos de profesores de mi Departamento) ni la imposición de cronogramas rígidos, programas únicos en el detalle y exámenes igualmente únicos para todos los grupos permiten ningún nivel de competencia y experimentación de nuevos métodos (salvo que estos sean impuestos por alguna secta pedagógica).

Estos son los motivos principales de mi oposición formal de un sistema que entiendo que en el fondo, por otro lado, afecta a los intereses comunitarios. Pero esto último entiendo que se podría solucionar con un poco de libertad para exponer en público, cara a cara con los alumnos, ideas -viejas y nuevas-, dándoles la posibilidad de elegir.

Mi deseo es que se pueda desarrollar una Universidad donde la regulación necesaria no se confunda con el encorsetamiento al que entiendo que se está sometiendo (quizás debido a su carácter funcionarial, pero ese es otro tema, porque no todo lo que deriva de este aspecto pienso que sea negativo).

Finalmente, te quiero recomendar la lectura directa de este libro de Lindblom [El sistema de mercado (Madrid, 2002)], como me gustaría recomendar la de otros muchos que creo que serían de gran interés para conocer mejor el mundo que vivimos.

Pero bien sé que cada vez se lee menos y que mis alumnos huyen progresivamente de las lecturas; esas para cuya comprobación hacían cola ante mi despacho hace no muchos años (cuando todavía había alumnos que habían estudiado el antiguo bachillerato) porque tienen puntos suplementarios por cada una de las lecturas -regladas- realizadas.

Y me da la sensación de lo que en realidad se nos está pidiendo es que rebajemos los niveles para ponernos al nivel de unos matriculados (afortunadamente aún no todos) a los que molesta cualquier exigencia de trabajo y ese suele ser el motivo fundamental de sus protestas. De hecho me consta que si se matriculan en gran número en mis asignaturas optativas es porque les llama la atención que las calificaciones de los que se presentan a examen suelan ser bastante buenas. Aunque luego descubran que presentarse sin haber trabajado un poco es inútil, y tiendan a no hacerlo.

Hasta aquí el fragmento citado. Hago pues un llamamiento a una reflexión sobre las posibilidades que están a su alcance y que es prácticamente suicida en un mundo en profunda crisis (y no sólo económica) donde, como siempre, sobreviven los mejor preparados.

Si algo he notado también en el alumnado es que normalmente sus ganas de aprender no han desaparecido, aunque el desconcierto causado por las consignas de una absurda cultura permisiva (absurda porque por definición la cultura es lo contrario de la permisividad) le haya llevado a situaciones que, como padre y casi abuelo, entiendo que son muy peligrosas.

Gracias por haber leído hasta aquí. Sabe que me tiene a su entera disposición. (25/11/08).

Addenda:

No creo que el Plan Bolonia mate a la Universidad, por la sencilla razón de que ésta está ya moribunda al no tener material humano con el que trabajar.

De nada vale hacer grandes proyectos de arquitectura, por ejemplo, si no se dispone de materiales de construcción. A la Universidad la mataron las reformas realizadas en la enseñanza Primaria y Secundaria, sin que la Universidad moviese un dedo para impedirlo.

Por ello entiendo que el presente Plan sólo actúa como el maquillador que trata de darle prestancia a los cadáveres para exponerlos en el tanatorio. No les puede devolver la vida.

Una prueba de lo que sustenta este pensamiento, que como sabéis no es nuevo en mí, la podéis encontrar en

http://www.aso-apia.org/pdf/prensa/suruniversidad081116.pdf

Saludos cordiales
Genaro CHic, Catedrático de Historia Antigua.Universidad de Sevilla

———————

ESTO ES UNA MUESTRA DE LO QUE SE PRETENDE QUE SEA UN TEMA de Bolonia : 25 paginas por tema=1 crédito

2.1.Guión-esquema………..1 pagina

2.2..Introducción al tema. 1 páginas.

A. Presentación………..1/3

B. Orientaciones 1/3

C Objetivos…………….1/3 página…………………

2..3. Desarrollo ……………12 páginas

A. Recursos de composición escrita : ¿¿¿No se que coño es esto.Creo que será el tema desarrollado ???….

B. Recursos gráficos .Pues lo mismo: N.P.Idea

2.4.Lecturas recomendadas…………………………

2.5.Resumen _Palabras-clave .1 página…………………

2.6.Lecturas y Actividades 1 páginas……………..

2.7.Ejercicios de autoevaluación - solucionario 2

3.GLOSARIO 2 páginas
4.Cronología 1 página
5.Mapa 1 página

6.Figuras 1 página

__TOTAL: QUE LES DOY UN ESQUEMILLA Y LOS APAÑO (Reflexión de servidora, ¡¡¡Buaaaaa¡¡¡).

En la introduccion tiene que ir:

Prefacio:
1-Plan del libro:Finalidad de la obra, estructura general
2 - Organización dela U.Didáctica .Divisiones fundamentales .Breve introducción de los contenidos de los temas
3.Estructura de los temas. Cómo se articulan los diversos temas y qué elementos de ayuda para el aprendizaje se han incluido

4.CÓMO UTILIZAR EL LIBRO.Orientaciones para el estudio a través del texto.Orden preferido del estudio de los temas.

¡¡¡¡Glup¡¡¡¡ Al llegar al apartado 4, me quedé colapsada y no se qué contestar ni cómo continuar… ¿Cómo le explico yo a un alumno universitario CÓMO SE UTILIZA UN LIBRO?…. Me arremango la saya y propongo, con visión de futuro, un ejemplo de lo que se nos puede venir encima:

“Señor alumno universitario : Me permito presentarle en este mes de octubre XXX lo que ve: Esto es un libro. Mirelo atentamente, porque en el caso de que no conozca de que estamos hablando, esta cosa rara que tiene delante se utiliza para muchas cosas y sería deseable que al acabar el Curso lo tuviera usted dentro de su cabeza.

Pero no se preocupe. NO está previsto operarle de nada ni que usted se lo coma o metérselo por las narices. El hecho de que yo le diga que “tiene que tenerlo dentro de la cabeza” quiere dar a entender que no tiene usted que abrirse la tapa de los sesos ( con s, porque con x significa lo que tiene usted entre las piernas, que no tiene nada que ver con la cabeza, salvo que usted sea , PRESUNTAMENTE, una persona con algún problema no universitario ), sino LEERLO,ENTENDERLO, APRENDERLO, RECORDARLO Y SABER QUE SU CULTURA SERÁ LO POCO O MUCHO QUE USTED RECUERDE (Y para eso me paga usted, para saber, no para que yo le engañe diciéndole que sabe).

Esto a lo que llamo libro y aquí le presento , tiene, generalmente, una parte externa, y otra interna, compuesta de páginas, manchadas con una cosa que llamamos letras , escritas con tinta.

Suele abrirse en la cultura occidental(ésta) por la izquierda, con la mano izquierda y se lee de izquierda a dere(antes derecha).Si está escrito para leer de derecha a izquierda es que está escrito en árabe.Disculpe que esté en español.SI quiere hacer el exámen en su lengua vernácula ( incluida la fabla aragonesa y la nueva andaluza) no dude en hacerlo.

Un conveniente equipo de traductores políglotas( mi tía la de la aldea, el tio Juan el capador que no tiene nada que hacer últimamente o el quesero la manteca ) harán la traducción si es que la saben, para que yo, que sólo hablo castellano-manchego, lamentablemente, algo chapurreado de inglés , francés, italiano, latín y griego, lo pueda evaluar.El caso es que usted no se me frustre, que para un alumno de Humanidades que tengo, debo conservarlo como muestra.
¡Hala, no se me desanime y siga, por favor¡.
El libro suele ser algo delicado, porque ,por ahora ,es de una sustancia a la que se llamó hace tiempo papel, algo desconocido últimamente, que se hacía con árboles y ya se ha dejado de fabricar, para que todo sea virtual, es decir: NADA.Se suele escribir en el viento, en ese espacio ideal, la Web, que hará que el día que se apague la luz definitivamente, desaparezca nuestra cultura más deprisa de La Atlántida.
Una web en la que TODOS, analfaburros frustrados, ponen su “sabiduría” tipo Sanwiki. Y usted puede consultarla “de gratis”, porque todo el mundo es profesor.Yo no. Sólo llevo cuarenta años enseñando pero me corrigen los aficionatas que en dos patadas son Catedráticos made in wé ..¡Qué le vamos a hacer¡.

(Por cierto:QUe muchos de los párrafos que hay por la web sobre Historia Antigua Universal son MALAS INTERPRETACIONES HECHAS POR ALUMNOS SUSPENDIDOS DE MIS LIBROS, se conoce que como ellos han suspendido, quieren jorobaros, aviso).
Como no será la primera destrucción masiva de culturas y ya estamos acostumbrado a estudiar muchas que ya están todas muertas y rotas las ruinas, tampoco habrá que asustarse:Sobrevivirán los monos, que son listísimos.Ustedes podrán seguir haciendo la O como puedan ,si llegan a distinguir un canuto ( no, no es eso que se fuma ).

Trátelo usted con cariño porque el libro se rompe fácilmente.Quisimos hacerlo de plástico,irrompible, y no lo conseguimos. Tampoco conseguimos hacerlo biodegradable para que desaparezca cuando acabe el curso y no ocupe espacio que necesita para los videojuegos etc…y se ha decidido dejarlo en este formato tan atrasado, aunque como verá usted al final tiene su truco. Eso sí: Hemos añadido pigmento fluorescente y lucecitas para que no eche usted de menos la Play y el MP4-5-6, por lo que también añadimos unos auriculares de pega que podrá usted introducir en su oídos para que no se le constipen.

Si aún sigue usted leyendo estás instrucciones y las ha entendido antes del 20 del mes de mayo, le comunico que el exámen final de la asignatura es mañana, 21 de dicho mes.

Puede usted contarme lo que quiera de cualquier película de Gladiator en los temas de Roma.En Historia de las Religiones Antiguas podrá escribir sobre la Guerra de las Galaxias y la lucha de buenos y malos ( y si cita el Mazdeísmo, que no es el MALEISMO, por lo de malos y bueno, sino unas raras creencias de un lejano pais hacia la derecha según se mira el telediario), tendrá usted Sobresaliente.
Este libro de autodestruirá es 5 segundos. No quiero que haga daño a nadie.Es pernicioso que el pueblo sepa”. (Coro de plañideras : ¡Buaaaaa¡).

¡Cómo vemos por estos dos textos, estamos muchos de acuerdo, unos con seriedad, otros con guasa ( sin insultar a nadie que no es mi estilo aunque hay quien lo intenta y no cuela. Me refiero en esta chanza a lo que “puede pasar”, porque yo tengo la suerte de que mis alumnos actuales son MARAVILLOSOS y mis mejores amigos/as , algunos con tres carreras y docentes en otras especialidades porque mi Uni es preciosa y buenísima, hala y estudian muchisimo y nos divertimos más).
Repito:No se puede quemar nada ni nadie por sus ideas.Son cultura.Todas.
Ni libros, ni estatuas, ni personas (¡pobras brujillas , pobres brujos¡¡).Todos tienen derecho a la vida.
¿Quienes quemaron libros?.

Alemania recordó este 10 de mayo de 2008 una de las fechas simbólicamente más infaustas dentro del abominable escenario del que fue protagonista durante los años más oscuros de la reciente historia de la humanidad: el 75º aniversario de la quema de libros de la Bebelplatz de Berlín

Dicen que Sigmund Freud comentó al ser informado del levantamiento de las piras: “Es un gran progreso con respecto a la Edad Media. Ahora queman mis libros, pero entonces me hubieran quemado a mí”.

A resultas de las purgas bibliográficas nazis, la obra de numerosos autores contemporáneos “menores” -no los Zweig, ni Brecht ni Heinrich Mann- literalmente fue borrada el fuego. Y a pesar de que, como dice el novelista Philip Roth, “todos los escritores quemados por el III Reich fueron dignificados por las llamas”, tres cuartos de siglo después de los hechos, podemos contemplar esta destrucción como una victoria póstuma de la barbarie nazi de la que conviene tomar buena nota.

Evidentemente, no se trata de un caso excepcional. Desde que algún grupo de fanáticos destruyera las primeras tablillas sumerias hasta los casos de censura que siguen produciéndose en dictaduras de todo el mundo -véase el caso de Myanmar, antigua Birmania, donde la ayuda humanitaria como consecuencia del paso de un tifón está llegando con cuentagotas, por miedo al “contagio extranjero”-, la tentación de fulminar obras “perniciosas” ha resultado irresistible y no ha habido credo o ideología que no haya elaborado a lo largo de la historia su particular índice de libros prohibidos, cuando no depurado directamente a sus autores.

La Iglesia católica, por ejemplo, alcanzó un nivel excelente nivel de sofisticación a la hora de borrar textos antiguos poco convenientes para la doctrina. Así, no tuvieron ningún problema en liquidar nueve décimas partes de los escritos de los paganos griegos, aunque, eso sí, supieron meter a Platón y Aristóteles en el dogma, aunque al precio de miniaturizar su pensamiento de forma en ocasiones ridícula e insoportable. o recordar los pocos y maravillosos libros musulmanes que se salvaron de la quema ejecutada en la plaza Bib-Rambla de Granada en 1502 por orden de los Reyes Católicos, durante un acto conmemorativo en el que se ha pedido que algo así no se repita.

¡Mirad qué bellezas, qué tesoros¡: libroantiguomania.blogspot.com/2007_05_01_arc…

¿Como lograrían sobrevivir los libros olmecas en corteza de árbol de higo a la llama, truculencia e ignorancia de los misioneros cristianos?.

“Hay en esta tierra unos árboles que se llaman amaquáuitl ; tienen lisa la
corteza, y las hojas muy verdes; son del tamaño de duraznos. De la corteza
de él hacen papel, y cuando ya es viejo córtanle y torna a echar de nuevo”.
Fray Bernardino de Sahagún

Foto del Museo de Arte Popular

El papel amate en las ceremonias servía para escribir la historia de los héroes y dioses, para realizar imágenes a semejanza de los humanos que a su vez servían de ofrenda para las deidades.

Los encargados de llevar el registro de la historia a través de la escritura eran los tlacuilos, término que procede del verbo náhuatl tlacuiloa, porque escribían pintando. Debían poseer aptitudes para el dibujo y la pintura, así como profundos conocimientos de su lengua, además de ser hombres o mujeres de cualquier clase social, elegidos desde muy jóvenes. Desempeñaban su oficio en lugares como tribunales, templos, casas de tributo, mercados y palacios, sitos que también les servían de hogar.

En el México antiguo, la importancia social de los tlacuilos radicó en el resguardo de la tradición heredada por los abuelos, a través del simbolismo que representaba el uso de la tinta negra y roja.


Foto del Museo de Arte Popular

En el Virreinato se prohibieron los actos ceremoniales, lo que ocasionó la disminución del uso del papel, ya que los indígenas lo utilizaban para transmitir mensajes, además de usarlo en la magia y la hechicería. Durante el proceso de evangelización, el amate y la caña de maíz fueron utilizados por los misioneros para fabricar los cristos de caña, figuras que tuvieron auge en los siglos XVI al XVIII.

En la elaboración tradicional del amate, se hierve la corteza del árbol en agua con ceniza o en agua de nixtamal y, una vez que se suaviza, se enjuaga y se conserva sólo en agua. Posteriormente, se extienden las fibras sobre una tabla en donde son golpeadas con una piedra para fusionarlas; por último, se pone a secar hasta que se desprende fácilmente el papel.

La producción del papel amate parece no haberse interrumpido, ya que sobrevive en la Sierra Norte de Puebla, entre los otomíes de San Pablito Pahuatlán y los nahuas, de las orillas del Río Balsas, en el estado de Guerrero, quienes heredaron la tradición de su elaboración y de sus ancestrales usos rituales.

Al principio de los años setenta, estas comunidades combinaron su trabajo artesanal –el papel y la decoración en cerámica– de donde surgió una nueva manifestación artística: la pintura sobre amate.

La fama que ha alcanzado este nuevo arte popular lo convierte en un trabajo representativo de los artesanos mexicanos. Actualmente, estas obras constituyen el encuentro de dos regiones del país: la de San Pablito, donde se elaboran las hojas, y la del Medio Balsas, donde las pintan en forma magistral.


Foto del Museo de Arte Popular

Se aprende a pintar amate en el seno familiar; primero los niños observan a los mayores y luego comienzan a rellenar con colores los dibujos que ellos han bosquejado. Las familias desarrollan estilos distintos que a menudo comparten con los vecinos y parientes lejanos. Como resultado, los pueblos desarrollan sus propios estilos artísticos.

La producción de este nuevo concepto de trabajo artesanal en amate se lleva a cabo principalmente en las comunidades de Ameyaltepec, Xalitla, Maxela y Oapan, en el estado de Guerrero, reflejando a través de sus obras las costumbres y tradiciones que caracterizan su cultura. Por ejemplo, las coloridas escenas cosmogónicas y los elementos del medio que los rodea, así como dibujos llenos de imaginación y creatividad.

Aunque la técnica de elaboración del papel es prácticamente la misma que se usó hace siglos, las formas de obtener la corteza han variado. En la época prehispánica se desnudaban las ramas de los árboles adultos, permitiendo que su corteza se regenerara lentamente. A partir del incremento de la demanda de amate desde hace treinta años, empezaron a utilizarse todas las ramas de los árboles adultos, sobre todo la corteza de los jóvenes, lo cual ha impactado negativamente el ecosistema de la región de la Sierra Norte de Puebla.

Es importante hacer conciencia sobre la estrecha relación que existe entre el trabajo de los artesanos y la gran biodiversidad del Mexico –la tercera en importancia en el ámbito mundial– y que, si no se protege de manera adecuada, desaparecerá irremediablemente.

Recuerdo entre otras cosas el caso de Giordano Bruno. Cuentan que, tras escuchar la lectura de la sentencia en donde se le declaraba “herético, impenitente, pertinaz y obstinado” que lo condenaba a morir en la hoguera, se dirigió así a sus jueces: “Tembláis más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla”.


Bebelplatz en Berlín. Monumento en recuerdo de las consecuencias de la quema de libros. en Delante de ella, una lápida recordatoria lleva inscritas las palabras de Heinrich Heine pronunciadas ya en 1820: “Esto fue sólo un preludio. Donde se quema libros, también se quema a la gente”.

¿Dejaremos algo sin destruir a nuestros sucesores?.

Reflexionemos y no quememos más que la indiferencia, la pasividad, la incultura, la grosería y la violencia, el “todo vale”, el “todos iguales”, el borreguismo. La Universidad es conocimiento, libertad de expresión, respeto, ilusión, trabajo, esfuerzo…..Me niego a que muera.

Autor: Miguel de los Santos
Fecha:1930 .Traspaso de la llama del conocimiento.Madrid.Facultad de Medicina

Aún recuerdo la primera vez que mi padre me enseñó la Universidad Complutense y la sensación que tuve de emoción al ver la llama del conocimiento en las manos de un atleta moribundo que la pasa a quien, a caballo, joven y sano y decidido e ilusionado, debe llevarla a las futuras generaciones.
¿Qué vamos a dejar nosotros , la generación del 68 que corrimos ante los grises y protestamos porque queríamos libertad ?….¿Cadáveres ?. ¿Esqueletos ?. ¡ ¿La antorcha apagada al viento porque no hay nadie para recogerla ?….
¡Qué pena tengo por tener que explicar qué es un libro a un universitario ¡….
¡¡¡Buaaaa¡¡¡

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26 Nov 08

He leído en el artículo de Almudena Grandes publicado el pasado 24 de noviembre en el diario El País, una frase tan inadmisible en boca de una mujer, y personalmente me declaro incapaz de comprender qué motivó a esta señora a ponerla por escrito si no es que tal vez querría estar en el lugar de la que intenta ridiculizar y sueña ella misma con cuerpos sudorosos que violenten su pudor , que supongo tiene como mujer, aunque ya haya olvidado , supongo, su propia virginidad .

Antonio Muñoz Molina da cumplida réplica en el mismo periódico a la tremenda frase que resulta intolerable e incomprensible , repito y repito atónita, en una mujer , sea del partido o de la tendencia política que sea.

Recordé por un momento el revuelo que armaron hace años mis alumnas cuando leyeron en La Ciudad de Dios la opinión de san Agustín acerca de las vírgenes violadas en Cartago por los vándalos, algunos de cuyos párrafos del libro agustiniano reproduzco abajo , como historiadora de las religiones antiguas ( y el Cristianismo antiguo entra en mi programa) , aunque como mujer que soy no estoy de acuerdo con muchas de sus ideas, porque tiene unas opiniones machistas el de Hipona que, desde luego, no comparto en absoluto.

Dejando al margen a las vírgenes por un momento, personalmente y como señora, libre y demócrata que soy, sin más ideas políticas que las de la libertad y la democracia, sólo puedo decir que aborrezco las guerras y la violencia. Y la INTOLERANCIA .LA FALTA DE RESPETO Y DE EDUCACIÓN.

Simplemente.Vengan de quien vengan. Y en el dia internacional contra la violencia de género ( que yo llamaría “de la violencia contra cualquier ser debil”), lamento que se confunda con sadomasoquismo lo que una mente supuéstamente retrógrada y retorcida ( por hacer esta manifestación, obviamente, que leo y constato y es mi opinión, tan libre como la suya y sólo se refiere a esta frase , que no conozco personalmente a su autora) no puede entender ni respetar:

-En primer lugar, la libre opción de quienes ofrecen el mantenimiento de su virginidad a un dios, sea el que sea, porque no sólo ha habido y hay vírgenes en el Cristianismo ( recuérdese, por ejemplo, a las Vestales romanas, que debían mantenerse vírgenes hasta cierta edad por Roma, simplemente )

- y en segundo lugar, el dolor y la humillación que sufre una mujer violada y maltratada (y prefiero no citar a los menores de edad que ya es otro tema y es muy tarde o muy temprano esta madrugada).

Y cuando hablo de violencia y maltrato , se de qué hablo.

Creo que libertad y democracia no es intentar ofender a los demás por el estilo de vida que elijan , mucho menos por sus creencias, ahora que tanto defendemos velos ajenos como libertad de expresión de individualidades y minorías ( sin recordar que detrás del velo están el burka y la ablación).Pero hay que respetarlo.

¿Por qué no a las vírgenes cristianas que a nadie ofenden y eligen su opción de vida sin hacer daño a nadie?.

¿A quien ofende que haya vírgenes rezando y atendiendo a los enfermos, a los abandonados, a los pobres, a los moribundos?. Tampoco me ofenden las putas. ¿Por qué las monjas?, me pregunto.

Respetamos el velo de las musulmanas . Eso es democracia . Se vende así. ¿Por qué no respetar a las vírgenes, cristianas o no, a las monjas, cristianas o no?. A las solteras, a las putas, a las lesbianas. A todas. SEAN LO QUE SEAN.

¡Seamos libres todos los seres humanos para ser lo que queramos ser y respetemos a todos y sus libertades, no a unos sí y a otros no¡.
Es cuestión de SIMPLE EDUCACIÖN Y CULTURA, que no de progresía ni de colores políticos:Cultura y educación son lo que hacen falta.Lo que de verdad nos hacen libres.Y respetar a los demás.

No respetar una opción de moral , sexo y forma de vida , ya sea de virgen o de prostituta o de lesbiana o color de piel o lo que sea: Oficios, sexo, religión, opiniones, no es democracia, sino fundamentalismo, intolerancia. frustración y resentimiento.

¿Donde está la democracia ni no se respetan las opciones morales de una minoría?. ¿Que no te gustan?…Pues, hija:Esa es la DEMOCRACIA:Jorobarse y aceptar las opiniones de los otros. Que estoy harta de falsos demócratas para lo que ellos quieren.( Sí, ya se que existió el ostracismo ,pero estoy en otro tema…y que a los que no opinaban como la mayoría los expulsaban de Atenas pero eso no se dice, que no toca …).

¡Vamos a jugar a llevarnos bien, por favor¡. A respetarnos todos y dejar los ostraka para la Atenas del siglo IV a.C., que luego se llega a Hitler y se rasga uno las vestiduras…Buen ejercicio de reflexión: Sor Maravillas, los ostraka y Hitler. ¡Vaya lío¡.

Y que conste que ni conozco a dicha monja ni me importa un pepino si tiene placa o no ( a ella, la pobre, ya muerta, tampoco , “la cebada al rabo”, como al burro muerto, que dice el refrán ).

Por mi como si le ponen al lado una placa a la Pasionaria, a la que admiro como mujer luchadora, sea de la ideología que sea. A ver si aprendemos a juntar extremos sin que chirríe la modernidad. Eso SI es democracia:Remar todos hacia adelante para que no se hunda el barco , dando vueltas en el remolino de la intolerancia de unos y otros.

Repito y pido . RESPETEMONOS TODOS. ESO SI ES DEMOCRACIA. NO QUE TODOS PIENSEN COMO TÚ.

Creo que en esta época en la que AÚN mueren mujeres por la violencia de género cada mínuto, en una época en la que AÚN se sigue mutilando a miles de niñas cada día y los débiles son torturados y humillados cotidianamente ante la indiferencia de “gentes democráticas que luchan por la igualdad de los seres humanos “, habría que evitar bromas de tan mal gusto como la frasecita de marras.

Escribo abajo, porque viene a cuento, para quien le interese, en mi condición de profesora de Religiones Antiguas, unos párrafos de San Agustín que se refiere a la fortaleza de la mujer violada, que leo entendiendolo en el contexto de un escritor cristiano del siglo IV, en muchas cosas completamente trasnochado, como cuando dice que una mujer NO VIRGEN es INÚTIL ( no se para qué, pero en fin ):”

Una partera examinando con la mano la virginidad de una doncella, lo fuese por odio o por ignorancia en su profesión, o por acaso, andándola registrando, la echó a perder y dejó inútil”

Yo entiendo esta doctrina agustiniana como mujer, simplemente. Como ser humano que soy. Que hace lo que puede contra la violencia y la intolerancia y cualquier fundamentalismo, venga de quien venga y profese la doctrina , idea política o religión que profese.No comparto, claro, muchas ideas de San Agustín( tampoco de Mahoma o del vecino del quinto . Y no pasa nada. Pero pido por favor, respeto a cualquier opción de vida, sexual o ideología del lado que sea. No solo tiene que haber libertad y respeto para ser puta o casarse por la Iglesia que sea o como se quiera . También para ser virgen (no, no lo soy). Y para ser monja. Que tampoco lo soy. Ni lo otro. Al menos por ahora. Mañana no se si seré cualquiera de todas ellas ( Sí. Se puede volver a ser virgen. Si no lo creéis… leed La Celestina).

Hablando más en serio: Por favor: Dejennos los pretendidos demócratas de boquilla a TODOS ( género que incluye a femeninos y masculinos que ya no se si existe o no y debo decir todos-todas o es que simplemente ha caído en desuso por incultura…) ser libres y relativamente felices. Y pensar y vivir como queramos. Por favor.

Ya tenemos bastante dolor con ser mortales y ser “una pasión inútil” como para suponer, además, que las mujeres, vírgenes o no, pueden disfrutar de la violación (si están en lo que yo creo que es “su sano juicio”, claro, de otras cosas, como sadomaso no opino).

Mis alumnas chillaban entonces , viniendo de clase de filosofía (¡Como recuerdo a Samarach, compañero ya fallecido¡) sólo al pensar que alguien pudiese simplemente insinuar que podía existir el placer femenino con la violación . Y me contaron y entonces me enteré, que San Agustín afirmaba en dicha obra que “si las vírgenes violadas en Cartago por los vándalos habían disfrutado con ello , no se las podía canonizar”.

Ahora no encuentro el párrafo del santo con tal afirmación y ya es bastante tarde como para leerme en esta fría noche toda La Ciudad de Dios. Pero creo que afirma todo lo contrario: Si no violan tu alma, si no has consentido, no has sido violada ante los ojos de tu Dios, que al fin y al cabo, es quien te importa.

Ellas, unas cuantas de mis alumnas , adultas, casadas, otras solteras, profesionales reconocidas, amas de casa, estudiantes universitarias y trabajadoras a la vez, estaban escandalizadas y ponían a San Agustín de machista perdido porque pensaba que tal cosa podía suceder.

Fue hace más de veinte años…

¿Tanto hemos retrocedido que ahora puede, no insinuarlo, sino creo que afirmarlo, una mujer?. ( o a lo mejor es que no he entendido la broma, que no puedo entender).

Copio algunos párrafos de La Ciudad de Dios y las vírgenes de la primera web en que he encontrado la obra.

No se si coincide o no con las versiones católicas ni puedo ahora contrastarlas. Como indicativo del pensamiento de Agustín de Hipona y curiosida coincidencia con el revuelo actual, creo que vale la pena echarle un vistazo, porque el tema de la virginidad está de actualidad. Y leer a san Agustín es cultura, como leer a Mao o a Marx o el Corán o el Asno de Oro .No salen granos tampoco por leer la Biblia.

Repito: Cultura es lo que necesitamos. Y educación. Más educación.

http://www.iglesiareformada.com/Agustin_Ciudad_1.html

La Ciudad de Dios por San Agustín

Libro Primero
CAPITULO XVI

Si las violencias que quizá padecieron las santas doncellas en su cautiverio pudieron contaminar la virtud del ánimo sin el consentimiento de la voluntad

Piensan seguramente que ponen un crimen enorme a los cristianos cuando, exagerando su cautiverio, añaden también que se cometieron impurezas, no sólo en las casadas y doncellas, sino también en las monjas, aunque en este punto ni la fe, ni la piedad, ni la misma virtud que se apellida castidad, sino nuestro frágil discurso es el que, entre el pudor y la razón, se halla como en caso de confusión o en un aprieto, del que no puede evadirse sin peligro; mas en esta materia no cuidamos tanto de contestar a los extraños como de consolar a los nuestros.

En cuanto a lo primero, sea, pues, fundamento fijo, sólido e incontestable, que la virtud con que vivimos rectamente desde el recinto del alma ejerce su imperio sobre los miembros del cuerpo, y que éste se hace santo con el uso y medio de una voluntad santa, y estando ella incorrupta y firme, cualquiera cosa que otro hiciere del cuerpo o en el cuerpo que, sin pecado propio, no se pueda evitar, es sin culpa del que padece. Y por cuanto no sólo se pueden cometer en un cuerpo ajeno acciones que causen dolor, sino también gusto sensual, lo que así se cometió, aunque no quita la honestidad, que con ánimo constante se conserve, con todo causa pudor para que así no se crea que se perpetró con anuencia de la voluntad lo que acaso no pudo ejecutarse sin algún deleite carnal; y por este motivo, ¿qué humano afecto habrá que no excuse o perdone a las que se dieron muerte por no sufrir esta calamidad?

Pero respecto de las otras que no se mataron por librarse con su muerte de un pecado ajeno, cualesquiera que les acuse de este defecto, si le padecieron, no se excusa de ser reputado por necio.

CAPITULO XVII

De la muerte voluntaria por miedo de la pena o deshonra

Si a ninguno de los hombres es lícito matar a otro de propia autoridad, aunque verdaderamente sea culpado, porque ni la ley divina ni la humana nos da facultad para quitarle la vida; sin duda que el que se mata a sí mismo también es homicida, haciéndose tanto más culpado cuando se dio muerte, cuanta menos razón tuvo para matarse; porque si justamente abominamos de la acción de Judas y la misma verdad condena su deliberación, pues con ahorcarse más acrecentó que satisfizo el crimen de su traición (ya que, desesperado ya de la divina misericordia y pesaroso de su pecado, no dio lugar a arrepentirse y hacer una saludable penitencia), ¿cuánto más debe abstenerse de quitarse la vida el que con muerte tan infeliz nada tiene en sí que castigar?

Y en esto hay notable diferencia, porque Judas, cuando se dio muerte, la dio a un hombre malvado, y, con todo, acabó esta vida no sólo culpado en la muerte del Redentor, sino en la suya propia, pues aunque se mató por un pecado suyo, en su muerte hizo otro pecado.

CAPITULO XVIII

De la torpeza ajena y violenta que padece en su forzado cuerpo una persona contra su voluntad

Pregunto, pues, ¿por qué el hombre, que a nadie ofende ni hace mal, ha de hacerse mal a sí propio y quitándose la vida ha de matar a un hombre sin culpa, por no sufrir la culpa de otro, cometiendo contra sí un pecado propio, porque no. se cometa en él el ajeno?

Dirán: porque teme ser manchado con ajena torpeza; pero siendo, como es, la honestidad ,una virtud del alma, y teniendo, como tiene, por compañera la fortaleza, con la cual puede resolver el padecer ante cualesquiera aflicciones que consentir en un solo pecado, y no estando, como no está, en la mano y facultad del hombre más magnánimo y honesto lo que puede suceder de su cuerpo, sino sólo el consentir con la voluntad o disentir, ¿quién habrá que tenga entendimiento sano que juzgue que pierde su honestidad, si acaso en su cautivo y violentado cuerpo se saciase la sensualidad ajena?

Porque si de este modo se pierde la honestidad, no será virtud del alma ni será de los bienes con que se vive virtuosamente, sino será de los bienes del cuerpo, como son las fuerzas, la hermosura, la complexión sana y otras cualidades semejantes, las cuales dotes, aunque decaigan en nosotros, de ninguna manera nos acortan la vida buena y virtuosa; y si la honestidad corresponde a alguna de estas prendas tan estimadas, ¿por qué procuramos, aun con riesgo del cuerpo, que no se nos pierda?

Pero si toca a los bienes del alma, aunque sea forzado y padezca el cuerpo, no por eso se pierde; antes bien, siempre que la santa continencia no se rinda a las impurezas de la carnal concupiscencia, santifica también el mismo cuerpo. Por tanto, cuando con invencible propósito persevera en no rendirse, tampoco se pierde la castidad del mismo cuerpo, porque está constante la voluntad en usar bien y santamente de él, y cuanto consiste en él, también la facultad.

El cuerpo no es santo porque sus miembros estén íntegros o exentos de tocamientos torpes, pues pueden, por diversos accidentes, siendo heridos, padecer fuerza, y a veces observamos que los médicos, haciendo sus curaciones, ejecutan en los remedios que causan horror. Una partera examinando con la mano la virginidad de una doncella, lo fuese por odio o por ignorancia en su profesión, o por acaso, andándola registrando, la echó a perder y dejó inútil; no creo por eso que haya alguno tan necio que presuma que perdió la doncella por esta acción la santidad de su cuerpo, aunque perdiese la integridad de la parte lacerada; y así cuando permanece firme el propósito de la voluntad por el cual merece ser santificado el cuerpo, tampoco la violencia de ajena sensualidad le quita al mismo cuerpo la santidad que conserva in violable la perseverancia en su continencia. Pregunto: si una mujer fuese con voluntad depravada, y trocado el propósito que había hecho a Dios a que la deshonrase uno que la había seducido y engañado, antes que llegue al paraje designado, mientras va aún caminando, ¿diremos que es ésta santa en el cuerpo, habiendo ya perdido la santidad del alma con que se santificaba el cuerpo? Dios nos libre de semejante error. De esta doctrina debemos deducir que, así como se pierde la santidad del cuerpo, perdida ya la del alma, aunque el cuerpo quede íntegro e intacto, así tampoco se pierde la santidad del cuerpo quedando entera la santidad del alma, no obstante de que el cuerpo padezca violencia; por lo cual, si una mujer que fuese forzada violentamente sin consentimiento suyo, y padeció menoscabo en su cuerpo con pecado ajeno, no tiene que castigar en sí, matándose voluntariamente, ¿cuánto más antes que nada suceda, porque no venga a cometer un homicidio cierto, estando el mismo pecado, aunque ajeno, todavía incierto? Por ventura, ¿se atreverán a contradecir a esta razón tan evidente con que probamos que cuando se violenta un cuerpo, sin haber habido mutación en el propósito de la castidad, consintiendo en el pecado, es sólo culpa de aquel que conoce por fuerza a la mujer, y no de la que es forzada y de ningún modo consiente con quien la conoce? ¿Tendrán atrevimiento, digo, a contradecir estas reflexiones aquellos contra quienes defendemos que no sólo las conciencias, sino también los cuerpos de las mujeres cristianas que padecieron fuerza en el cautiverio fueron inculpables y santos?

CAPITULO XIX

De Lucrecia, que se mató por haber sido forzada

Celebran y ensalzan los antiguos con repetidas alabanzas a Lucrecia, ilustre romana, por su honestidad y haber padecido la afrenta de ser forzada por el hijo del rey Tarquino el Soberbio. Luego que salió de tan apretado lance, descubrió la insolencia de Sexto a su marido Colatino y a su deudo Junio Bruto, varones esclarecidos por su linaje y valor, empeñándolos en la venganza; pero, impaciente y dolorosa de la torpeza cometida en su persona, se quitó al punto la vida. A vista de este lamentable suceso, ¿qué diremos? ¿En qué concepto hemos de tener a Lucrecia, en el de casta o en el de adúltera? Pero quién hay que repare en esta controversia? A este propósito, con verdad y elegancia, dijo un célebre político en una declaración: «Maravillosa cosa; dos fueron, y uno sólo cometió el adulterio; caso estupendo, pero cierto.» Porque, dando a entender que en esta acción en el uno había habido un apetito torpe y en la otra una voluntad casta, y atendiendo a lo que resultó, no de la unión de los miembros, sino de la diversidad de los ánimos; dos, dice, fueron, y uno sólo cometió el adulterio. Pero ¿qué novedad es ésta que veo castigada con mayor rigor a la que no cometió el adulterio? A Sexto, que es el causante, le destierran de su patria juntamente con su padre, y a Lucrecia la veo acabar su inocente vida con la pena más acerba que prescribe la ley: si no es deshonesta la que padece forzada, tampoco es justa la que castiga a la honesta. A vosotros apelo, leyes y magistrados romanos, pues aun después, de cometidos los delitos jamás permitisteis matar libremente a un facineroso sin formarle primero proceso, ventilar su causa por los trámites del Derecho y condenarle luego; si alguno presentase esta causa en vuestro tribunal y os constase por legítimas pruebas que habían muerto a una señora, no sólo sin oírla ni condenarla, sino también siendo casta e inocente, pregunto: ¿no castigaríais semejante delito con el rigor y severidad que merece?. Esto hizo aquella celebrada Lucrecia: a la inocente, casta y forzada Lucrecia la mató la misma Lucrecia; sentenciadlo vosotros, y si os excusáis diciendo no podéis ejecutarlo porque no está presente para poderla castigar, ¿por qué razón a la misma que mató a una mujer casta e inocente la celebráis con tantas alabanzas? Aunque a presencia de los jueces infernales, cuales comúnmente nos los fingen vuestros poetas, de ningún modo podéis defenderla estando ya condenada entre aquellos que con su propia mano, sin culpa, se dieron muerte, y, aburridos de su vida, fueron pródigos de sus almas a quien. deseando volver acá no la dejan ya las irrevocables leyes y la odiosa laguna con sus tristes ondas la detiene; por ventura, ¿no está allí porque se mató, no inocentemente, sino porque la remordió la conciencia? ¿Qué sabemos lo que ella solamente pudo saber, si llevada de su deleite consintió con Sexto que la violentaba, y, arrepentida de la fealdad de esta acción, tuvo tanto sentimiento que creyese no podía satisfacer tan horrendo crimen sino con su muerte? Pero ni aun así debía matarse, si podía acaso hacer alguna penitencia que la aprovechase delante de sus dioses. Con todo, si por fortuna es así, y fue falsa la conjetura de que dos fueron en el acto y uno sólo el que cometió el adulterio, cuando, por el contrario, se presumía que ambos lo perpetraron, el uno con evidente fuerza y la otra con interior consentimiento, en este caso Lucrecia no se mató inocente ni exenta de culpa, y por este motivo los que defienden su causa podrán decir que no está en los infiernos entre aquellos que sin culpa se dieron la muerte con sus propias manos; pero de tal modo se estrecha por ambos extremos el argumento, que si se excusa el homicidio se confirma el adulterio, y si se purga éste se le acumula aquél; por fin, no es dable dar fácil solución a este dilema: si es adúltera, ¿por qué la alaban?, y si es honesta, ¿por qué la matan? Mas respecto de nosotros, éste es un ilustre ejemplo para convencer a los que, ajenos de imaginar con rectitud, se burlan de las cristianas que fueron violadas en su cautiverio, y para nuestro consuelo bastan los dignos loores con que otros han ensalzado a Lucrecia, repitiendo que dos fueron y uno cometió el adulterio, porque todo el pueblo romano quiso mejor creer que en Lucrecia no hubo consentimiento que denigrase su honor, que persuadirse que accedió sin constancia a un crimen tan grave. Así es que el haberse quitado la vida por sus propias manos no fue porque fuese adúltera, aunque lo padeció inculpablemente; ni por amor a la castidad, sino por flaqueza y temor de la vergüenza. Tuvo, pues, vergüenza de la torpeza ajena que se había cometido en ella, aunque no con ella, y siendo como era mujer romana, ilustre por sangre y ambiciosa de honores, temió creyese él vulgo que la violencia que había sufrido en vida había sido con voluntad suya; por esto quiso poner a los ojos de los hombres aquella pena con que se castigó, para que fuese testigo de su voluntad ante aquellos a quienes no podía manifestar su conciencia. Tuvo, pues, un pudor inimitable y un justo recelo de que alguno presumiese había sido cómplice en el delito, si la injuria que Sexto había cometido torpemente en su persona la sufriese con paciencia. Mas no lo practicaron así las mujeres cristianas, que habiendo tolerado igual desventura aun viven; pero tampoco vengaron en si el pecado ajeno, por no añadir a las culpas ajenas las propias, como lo hicieran, si porque el enemigo con brutal apetito sació en ellas sus torpes deseos, ellas precisamente por el pudor público fueran homicidas de sí mismas. Es que tenían dentro de sí mismas la gloria de su honestidad, el testimonio de su conciencia, que ponen delante de los ojos de su Dios, y no desean más cuando obran con rectitud ni pretenden otra cosa por no apartarse de la autoridad de la ley divina, aunque a veces se expongan a las sospechas humanas.

CAPITULO XX

Que no hay autoridad que permita en ningún caso a los cristianos el quitarse a sí propios la vida

Por eso, no sin motivo, vemos que en ninguno de los libros santos y canónicos se dice que Dios nos mande o permita que nos demos la muerte a nosotros propios, ni aun por conseguir la inmortalidad, ni por excusarnos o libertarnos de cualquiera

calamidad o desventura. Debemos asimismo entender que nos comprende a nosotros la ley, cuando dice Dios, por boca de Moisés: «no matarás», porque no añadió a tu prójimo, así como cuando nos vedó decir falso testimonio, añadió: «no dirás falso testimonio contra tu prójimo«; mas no por eso, si alguno dijere falso testimonio contra sí mismo, ha de pensar que se excusa de este pecado, porque la regla de amar al prójimo la tomó el mismo autor del amor de si mismo, pues dice la Escritura: «amarás a tu prójimo como a ti mismo», y si no menos incurre en la culpa de un falso testimonio el que contra sí propio le dice que si le dijera contra su prójimo, aunque en el precepto donde se prohíbe el falso testimonio se prohíbe específicamente contra el prójimo, y acaso puede figurárseles a los que no lo entienden bien que no está vedado que uno le diga contra sí mismo; cuánto más se

debe entender que no es licito al hombre el matarse a sí mismo, pues donde dice la Escritura «no matarás», aunque después no añada otra particularidad, se entiende que a ninguno exceptúa, ni aun al mismo a quien se lo manda. Por este motivo hay

algunos que quieren extender este precepto a las bestias, de modo que no podemos matar ninguna de ellas; pero si esto es cierto en su hipótesis, ¿por qué no incluyen las hierbas y todo que por la raíz se sustenta y planta en la tierra? Pues todos estos

vegetales, aunque no sientan, con todo se dice que viven y, por consiguiente, pueden morir; así pues, siempre que las hicieren fuerza las podrán matar, en comprobación de esta doctrina, el apóstol de las gentes, hablando de semejantes semillas dice: «Lo que tú siembras no se vivifica si no muere primero»; y el salmista dijo: «matóles sus vidas con granizo». Y acaso cuando nos mandan no matarás», ¿diremos que es pecado arrancar una planta? Y si así lo concediésemos, ¿no caeríamos en el error de los maniqueos? Dejando, pues, a un lado estos dislates, cuando dice «no matarás« », debemos comprender que esto no pudo decirse de las plantas, porque en ellas no hay sentido; ni de los irracionales, como son: aves, peces, brutos y reptiles, porque carecen de entendimiento para comunicarse con nosotros; y así, por justa disposición del Criador, su vida y muerte está sujeta a

nuestras necesidades y voluntad. Resta, Pues, que entendamos lo que Dios prescribe respecto al hombre: dice «no matarás», es decir, a otro hombre; luego ni a ti propio, porque el que se mata a sí no mata a otro que a un hombre.

De las muertes de hombres en que no hay homicidio

A pesar de lo arriba dicho, el mismo legislador que así lo mandó expresamente señaló varias excepciones, como son, siempre que Dios expresamente mandase quitar la vida a un hombre, ya sea prescribiéndolo por medio de alguna ley o previniéndolo en términos claros, en cuyo caso no mata quien presta su ministerio obedeciendo al que manda, así como la espada es instrumento del que la usa; por consiguiente, no violan este precepto, «no matarás», los que por orden de Dios declararon guerras o representando la potestad pública y obrando según el imperio de la justicia castigaron a los facinerosos y perversos quitándoles la vida. Por esta causa, Abraham, estando resuelto a sacrificar al hijo único que tenía, no solamente no fue notado de crueldad, sino que fue ensalzado y alabado por su piedad para con Dios, pues aunque, cumpliendo el mandato divino, determinó quitar la vida a Isaac, no efectuó esta acción por ejecutar un hecho pecaminoso, sino por obedecer a los preceptos de Dios, y éste es el motivo porque se duda, con razón, si se debe tener por mandamiento expreso de Dios lo que ejecutó Jepté matando a su hija cuando salió al encuentro para darle el parabién de su victoria, en conformidad con el voto solemne que había hecho de sacrificar a Dios el primero que saliese a recibirle cuando volviese victorioso. Y la muerte de Sansón no por otra causa se justifica cuando justamente con los enemigos quiso perecer bajo las ruinas del templo, sino porque secretamente se lo había inspirado el espíritu de Dios, por cuyo medio hizo acciones milagrosas que causan admiración. Exceptuados, pues, estos casos y personas a quienes el Omnipotente manda matar expresamente o la ley que justifica este hecho y presta su autoridad, cualquiera otro que quitase la vida a un hombre, ya sea a sí mismo, ya a otro, incurre en el crimen de homicidio.

CAPITULO XXII

Que en, ningún caso puede llamarse a la muerte voluntaria grandeza de ánimo

Todos los que han ejecutado en sus personas muerte voluntaria podrán ser, acaso, dignos de admiración por su grandeza de ánimo, mas no alabados por cuerdos y sabios; aunque si con exactitud consultásemos a la razón (móvil de nuestras acciones), advertiríamos no debe llamarse grandeza de ánimo cuando uno, no pudiendo sufrir algunas adversidades o pecados de otros, se mata a sí mismo porque en este caso muestra más claramente su flaqueza, no pudiendo tolerar la dura servidumbre de su cuerpo o la necia opinión del vulgo; pero si deberá tenerse por grandeza de ánimo la de aquel que sabe soportar las penalidades de la vida y no huye de ellas, como la del que sabe despreciar las ilusiones del juicio humano, particularmente las del vulgo, cuya mayor parte está generalmente impregnada de errores, si atendemos a las máximas que dicta la luz y la pureza de una conciencia sana. Y si se cree que es una acción capaz de realizar la grandeza de ánimo de un corazón constante el matarse a sí mismo, sin duda que Cleombroto es singular en esta constancia, pues de él refieren que, habiendo leído el libro de Platón donde trata de la inmortalidad del alma, se arrojó de un muro, y de este modo pasó de la vida presente a la futura, teniéndola por la más dichosa, ya que no le había obligado ninguna calamidad ni culpa verdadera o falsa a matarse por no poderla sufrir y sólo su grandeza de ánimo fue la que excitó su constancia a romper los suaves lazos de la vida con que se hallaba aprisionado; pero de que cita acción fue temeraria y no efecto de admirable fortaleza, pudo desengañarle el mismo Platón, quien seguramente se hubiera muerto a sí mismo y mandado a los hombres lo ejecutasen así, si reflexionando sobre la inmortalidad del alma, no creyera que semejante despecho no solamente no debía practicarse, sino que debía prohibirse.

CAPITULO XXIII

Sobre el concepto que debe formarse del ejemplo de Catón, que, no pudiendo sufrir la victoria de César, se mató

Dirán que muchos se mataron por no venir en poder de sus enemigos; pero, por ahora, no disputamos si se hizo, sino si se debió hacer, en atención a que, en iguales circunstancias, a los ejemplos debemos anteponer la razón con quien concuerdan éstos, y no cualesquiera de ellos, sino los que son tanto más dignos de imitar cuanto son más excelentes en piedad. No lo hicieron ni los patriarcas, ni los profetas, ni los apóstoles hicieron esto. El mismo Cristo Señor Nuestro, cuando aconsejó a sus discípulos que siempre que padeciesen persecución huyesen de una ciudad a otra, les pudo decir que se quitasen la vida para no venir a manos de sus perseguidores; y si el Redentor no mandó ni aconsejó que de este modo saliesen los apóstoles de esta vida miserable (a quienes en muriendo, prometió tenerles preparadas las moradas eternas), aunque nos opongan los gentiles cuantos ejemplares quieran, es manifiesto que semejante atentado no es lícito a los que adoran a un Dios verdadero; no obstante que las naciones que no conocieron a Dios, a excepción de Lucrecia, no hallan otros personajes con cuyo ejemplo puedan eludir nuestra doctrina sólo Catón, precisamente porque fuese quien ejecutó en sí este crimen, fue reputado entre los hombres por bien y docto. Y éste es el motivo que puede hacer creer a algunos que cuando Catón tomó esta deliberación, podía hacerse, o que él tenía facultad para ejecutarlo cuando lo puso en práctica: Pero de un hecho tan temerario, ¿qué podré yo decir sino que algunas personas doctas, amigos suyos, que con más cordura le disuadían de su determinación, consideración esta acción como hija de un espíritu débil y no de un corazón fuerte? Pues por ella venía a manifestar, no la virtud que huye de las acciones torpes, sino la flaqueza que no puede sufrir las adversidades, lo cual dio a entender el mismo Catón en la persona de su hijo; porque si era cosa vergonzosa vivir bajo los triunfos y protección de César, como lo aconsejaba a su hijo, a quien persuadió tuviese confianza, que alcanzaría de la benignidad de César cuanto le pidiese, ¿por qué no le excitó a que, imitando su ejemplo, se matase con él? Si Torcuato, loablemente, quita la vida a su hijo, que contra su orden presentó la batalla al enemigo, no obstante de quedar vencedor, ¿por qué Catón vencido perdona a su hijo vencido, no habiéndose perdonado a sí propio? ¿Por ventura era acaso acción más humillante ser vencedor contra el mandato que contra el decoro de sufrir al vencedor? Luego Catón no tuvo por ignominioso vivir bajo la tutela de César vencedor; pues si hubiera sentido lo contrario, con su propia espada libertaría a su hijo de esta deshonra. ¿Y cuál pudo ser el motivo de esta persuasión paterna? Sin duda no fue otro tan singular como fue el amor que tuvo a su hijo, a quien quiso que César perdonase; tanta fue la envidia que tuvo de la gloria del mismo César, porque no llegase el caso de ser perdonado de éste, como refieren que lo dijo César, o para expresarlo con más suavidad, tanta fue la vergüenza de hacerse prisionero de su enemigo.

CAPITULO XXIV

Que en la virtud en que Régulo superó a ,Catón se aventajan, mucho más los cristianos

Los incrédulos, contra cuyas opiniones disputamos, no quieren que antepongamos a Catón, un varón tan santo como fue Job, que quiso más padecer en su cuerpo horribles y pestíferos males, que, con darse muerte, carecer de todos aquellos tormentos, o a otros santos que, por el irrefragable testimonio de nuestros libros, tan autorizados como dignos de fe, consta quisieron más sufrir el cautiverio de sus enemigos que darse a sí propios la muerte. Con todo, por lo que resulta de los libros de estos fanáticos, a M. Catón podemos preferir Marco Régulo, en atención a que Catón jamás venció en campal batalla a César, siendo así que César había vencido a Catón, el cual, viéndose vencido, no quiso postrar su orgullosa cerviz sujetándose a su albedrío, y por no rendirse quiso más matarse a si propio; pero Régulo había ya batido y vencido varias veces a los cartagineses, y siendo aún general, había alcanzado para el Imperio romano una señalada victoria, no lastimosa para sus mismos ciudadanos, sino célebre por ser de sus enemigos; y, con todo, vencido al fin por los africanos, quiso más sufrir sus injurias sirviendo como esclavo que huir de la esclavitud dándose la muerte; y así, bajo el yugo de los cartagineses, mostró paciencia, y en el amor a su patria constancia, no privando a los enemigos de un cuerpo ya vencido, ni a sus ciudadanos de un ánimo invencible. Jamás tuvo la idea de quitarse la vida por insufribles que fuesen sus calamidades, y esto lo hizo por el deseo de conservar la vida; cuya presunción ratificó cuando, en virtud del juramento referido, volvió sin recelo al poder de sus contrarios, a quienes había causado en el Senado mayor perjuicio con sus raciocinios y dictamen que en campaña con su acreditado valor y temibles ejércitos. Así, pues, un tan gran menospreciador de la vida presente, que quiso más terminar su carrera entre enemigos crueles, padeciendo toda suerte de desdichas, que darse por sí mismo la muerte, sin duda que tuvo por horrendo crimen que el hombre a sí mismo se quite la vida. Entre todos sus varones insignes en virtud, armas y letras, no hacen alarde los romanos de otro mejor que de Régulo, a quien ni la felicidad le perdió; pues con tantas victorias murió pobre, ni la infelicidad quebrantó su constante ánimo, puesto que volvió sin temor a una servidumbre tan fiera, sólo por atender la felicidad de su patria; y si tales hombres, acérrimos defensores de Roma y de sus dioses (a quienes adoraban con el mayor respeto, observando religiosamente los juramentos que por ellos hacían), pudieron quitar la vida a sus enemigos, atendiendo el derecho de la guerra, éstos, ya que la veían conservada por la piedad del vencedor, no quisieron matarse a sí propios; pues no temiendo los horrores de la muerte, tuvieron por más acertado sufrir el yugo de sus señores que tomársela por sus propias manos. A vista de tales ejemplos, ¿con cuánta mayor razón los cristianos, que adoran a un Dios verdadero y aspiran a la patria celestial, deben guardarse de cometer este pecado, siempre que la Divina Providencia los sujete al imperio de sus enemigos, ya para probar la rectitud de su corazón, ya para su corrección? Pues es indudable que en tal calamidad no los desampara aquel gran Dios, que, siendo el Señor de los señores, vino en traje tan humilde a este mundo, para enseñarnos con su ejemplo a practicar la humildad, por lo cual, aquellos mismos a quienes ninguna ley, derecho militar ni práctica autoriza para atar al enemigo vencido, deben ser más cuidadosos en conservar vidas y no quebrantar las divinas sanciones.

CAPITULO XXV

Que no se debe evitar un pecado con otro pecado

¿Qué error tan craso es el que se apodera de nuestra imaginación cuando llega a persuadir al hombre se mate a sí mismo, ya sea porque su enemigo pecó contra él, o por que no peque cuando no se atreve a matar al mismo enemigo que peca o ha de pecar? Dirán que se debe temer que el cuerpo, sujeto al apetito sensual del enemigo, convide y atraiga con él demasiado regaló al alma a consentir en el pecado; y por eso añaden que debe matarse uno a sí mismo, no ya por el pecado ajeno, sino por el suyo propio antes que le cometa; pero de ningún modo consentirá en tal flaqueza un alma que acceda al apetito carnal, irritada con el torpe deseo de otro; un alma, digo, que está más sujeta a Dios y a su admirable sabiduría que el apetito corporal; y si es una acción detestable y una maldad abominable el matarse el hombre a sí mismo, como la misma verdad nos lo predica, ¿quién será tan necio que diga: pequemos ahora para que no pequemos después; cometamos ahora el homicidio, no sea que después caigamos en adulterio? Pregunto: si dado caso que domine en nuestros corazones con tanto despotismo la maldad, que no escojamos ni echemos mano de la inocencia, sino de los pecados, ¿no será mejor el adulterio incierto futuro que el homicidio cierto de presente? ¿No sería menos culpable cometer un pecado que se pueda restaurar con la penitencia que cometer otro en que no se deja tiempo para hacerla? Esto he dicho por aquellos que por evitar el pecado, no ajeno, sino propio (no sea que a causa del ajeno apetito vengan a consentir también con el propio irritado), piensan que deben hacerse fuerza a sí y matarse. Pero líbrenos Dios que el alma cristiana que confía en su Dios, teniendo puesta en él su esperanza y estribando en su favor y ayuda, caiga, se rinda y ceda a un deleite carnal para consentir en una torpeza, aumentando un delito con otro delito. Y si la resistencia carnal, que había aun en los miembros moribundos, se mueve como por un privilegio suyo contra el de nuestra voluntad, cuánto más será (sin mediar culpa) en el cuerpo del que no consiente, si se halla (sin culpa) en el cuerpo del que duerme.

CAPITULO XXVI

Cuando vemos que los Santos hicieron cosas que, no son lícitas, ¿cómo debemos creer que las hicieron?

Pero instarán diciendo que algunas santas mujeres, en tiempo de la persecución, por librarse de los bárbaros que perseguían su honestidad, se arrojaron en los ríos, cuyas arrebatadas aguas habían de ahogarlas, precisamente, y que de esto murieron, a las que, sin embargo, la Iglesia celebra con particular veneración en sus martirologios. De éstas no me atreveré a afirmar cosa alguna sin preceder un juicio muy circunstanciado, porque ignoro si el Espíritu Santo persuadió a la Iglesia con testimonios fidedignos a que celebrase su memoria; y puede ser que sea así. ¿Y quién podrá averiguar si estas heroínas lo hicieron no seducidas de la humana ignorancia, sino inspiradas por alguna revelación divina, y no errando, sino obedeciendo a los altos e inescrutables decretos del Criador? Así como de Sansón no es justo que creamos otra cosa, sino lo que nos dice la Escritura y exponen los Santos Padres; y cuando Dios así lo prescribe, ¿quién osará poner tacha en tal obediencia? ¿Quién criticará una obra piadosa? Pero no por eso obrará bien quien se determinare a sacrificar su hijo a Dios, movido de que Abraham lo hizo, y que de esta acción le resultó una gloria incomparable y su justificación; porque también el soldado, cuando, obedeciendo a su capitán, a quien inmediatamente está sujeto, mata a un hombre, por ninguna ley civil incurre en la culpa de homicida; antes, por el contrario, si no obedece a la voz de su jefe, incurre en la pena de los transgresores de las leyes militares, y si lo ejecutase por su propia autoridad y sin mandato, incurrirá en la culpa de haber derramado sangre humana; así pues, por la misma razón que le castigarán si lo ejecuta sin ser mandado, por la misma le castigarán si no lo hiciera mandándoselo; y si esto sucede cuando lo manda un general, ¿con cuánta más razón si así lo prescribiese el Criador? El que oye que no es lícito matarse, hágalo si así se lo previene Aquel cuyo mandamiento no se puede traspasar, pero atienda con el mayor cuidado si el divino mandato vacila en alguna incertidumbre. Nosotros, por lo que oímos, examinamos la conciencia, mas no nos usurpamos e¡ juzgar de lo que nos es oculto, pues nadie sabe lo que pasa en el hombre, sino su espíritu, que está con él. Lo que decimos, lo que afirmamos, lo que en todas maneras aprobamos, es que ninguno debe darse la muerte de su propia voluntad, como con achaque de excusar las molestias temporales, porque puede caer en las eternas; ninguno debe hacerlo por pecados ajenos, porque por el mismo hecho no se haga reo de un pecado propio gravísimo y mayor que aquel a quien no tocaba el ajeno; ninguno por pecados pasados, porque para éstos tenemos más necesidad de la vida, para enmendarlos con la penitencia, y ninguno por deseo de mejor vida que espera en muriendo, porque a los culpados en su muerte, después de muertos, no les aguarda mejor vida.

CAPITULO XXVII

Si por evitar el pecado se debe tomar muerte voluntaria

Réstanos una causa que exponer, de la que ya habíamos empezado a tratar, y es que es muy importante darse la muerte por no caer en el pecado, ya sea convidado por la blandura del deleite o forzado por la crudeza del dolor; pero; si admitiésemos esta causa, pasaría tan adelante, que nos obligase a exhortar a los hombres a que se matasen, especialmente cuando, habiéndose purificado con el agua del bautismo, acaban de recibir el perdón de todos sus pecados, porque entonces es tiempo a propósito para guardarse de todos los pecados que pueden sobrevenir cuando ya están perdonados; lo cual, si se hace bien en la muerte voluntaria, ¿por qué no se hará entonces más que nunca? ¿Por qué todos los que se bautizan no se matan? ¿Por qué, habiéndose una vez librado, vuelven nuevamente a meterse en tantos peligros como hay en esta vida, siendo fácil medio para huir de todos el darse muerte? Y diciendo la Escritura «que quien ama el peligro cae en él», ¿por qué motivos se aman tantos y tan graves peligros? O, si no se aman verdaderamente, ¿por qué se meten los hombres en ellos? ¿Para qué se queda en esta vida aquel a quien es lícito irse de ella? Por ventura, ¿puede haber error tan disparatado, que trastorne el juicio de un hombre y no le deje reflexionar en aquella verdad que, si no se debe matar por no caer en pecado, viviendo en poder del que la cautivó; piense que le está bien el vivir para sufrir al mismo mundo, lleno a todas horas de tentaciones, y tales cuales se podían, viviendo, temer debajo la sujeción de un señor, y otras innumerables, sin las cuales no se vive en este mundo? ¿Para qué, pues, consumimos el tiempo en las acostumbradas exhortaciones, siempre que procuramos persuadir a los bautizados, o la integridad virginal, o la continencia vidual, o la fe del casto matrimonio, teniendo un atajo libre de todos los peligros de pecar, para que todos los que pudiésemos persuadir que se den muerte en acabando de recibir la remisión de sus pecados, los enviemos al Señor con las conciencias más sanas y más puras? Si alguno cree que puede ejecutar o persuadir esta doctrina, no sólo es ignorante, sino loco. ¿Con qué valor dirá a un hombre: Mátate, porque a tus pecados veniales acaso no añadas alguno grave viviendo, tal vez, en poder de un bárbaro o sensual, quien no puede decir sino con impiedad: Mátate, en estando absuelto de tus pecados, porque no vuelvas a caer en otro acaso más graves viviendo en un mundo tan engañoso, cercado de lazos y deleites, tan furioso, con tanto número de nefandas crueldades, y tan enemigo, con tantos errores y sobresaltos? Y si se dice que esto es maldad, sin duda lo es matarse, pues si pudiera haber alguna justa causa para hacerlo voluntariamente, ciertamente no habría otra más arreglada que ésta, y supuesto que ésta no lo es, luego ninguna hay para cometer un delito tan execrable Y esto, ¡oh fieles de Jesucristo!, no amargue vuestra vida; si de vuestra honestidad acaso se burló el enemigo, grande y verdadero consuelo os queda si tenéis la segura conciencia de no haber consentido a los pecados de los que Dios permitió pecasen en vosotros.

CAPITULO XXVIII

Por qué permitió Dios que la pasión del enemigo se cebase en los cuerpos de los continentes

Y si acaso preguntáis por qué permitió Dios tan horribles crímenes, diré con el Apóstol:«Alta es, sin duda, y que se pierde de vista la providencia del Autor y Gobernador del mundo, incomprensibles sus juicios e investigables sus ideas y caminos». Con todo, preguntádselo fielmente y examinad vuestras conciencias, no sea que os hayáis engreído demasiado por la gracia de la virginidad y continencia, o por el privilegio de la castidad, y llevadas de la complacencia de las humanas alabanzas, envidiéis también esta prerrogativa a otras. No acuso lo que ignoro, ni oigo lo que a la pregunta os responden vuestros corazones. No obstante, si respondieren que es así, no debéis maravillaros que hayáis perdido la fama con que pretendíais conquistar los corazones de los hombres, si os ha quedado lo que no se pueden manifestar a los hombres, que es el pudor. Si no consentisteis con los que pecaron con vosotras, a la gracia divina, para que no se, pierda, se le añade el divino favor, y a la humana gloria para que no se la estime ni aprecie sucede el humano baldón. En lo uno y lo otro os podéis consolar las pusilánimes, pues por un lado fuisteis probadas y por otro castigadas, por uno justificadas y por otro enmendadas; pero a las que su corazón, preguntado, les responde que jamás se ensoberbecieron por el bien de la virginidad, o de la viudez o del casto matrimonio, y que no despreciaron, sino que se acomodaron con las humildes, alegrándose con temor y respeto por la merced que Dios les había concedido, y no envidiando a ninguno la excelencia de otra santidad y castidad igual o más excelente, antes bien, sin hacer caso de la humana gloria, que suele ser tanto mayor cuanto el bien que pide la alabanza es más raro y singular, habían deseado que fuese mayor el número de éstas que no el que entre pocas fuesen ellas las más ilustres. Tampoco las que fueron tales, si acaso a algunas de ellas lastimó su honra la bárbara licencia, deben irritarse contra la divina permisión, ni crean que por esto no cuida Dios de estas cosas, porque permite lo que ninguno comete impunemente. De estos pecados, los unos, como contrapeso de nuestros torpes apetitos, se nos perdonan en la vida presente por oculto juicio de Dios, pero otros se reservan para el último y tremendo juicio, que será patente a todos los mortales; y acaso también estas señoras, a quienes asegura el testimonio de su conciencia de no haberse envanecido ni engreído por el bien de la castidad, padeciendo, no obstante, violencia en sus cuerpos, tenían oculta alguna flaqueza que pudiera degenerar en soberbia, si en aquella miserable forma escaparán de la humillación con que las sujetó la barbarie del vencedor. Así como la muerte arrebató a algunos porque la malicia no les trastornase el juicio, así a éstas se les arrebató violentamente una cierta interior prerrogativa, para que la prosperidad no desvirtuase su modestia. A las unas y a las otras, que con respecto a su cuerpo les habían padecido afrenta alguna contra su honestidad, o eran ya soberbias, o acaso podrían ensoberbecerse si la violencia del enemigo no las hubiera tocado; pero esta acción no fue causa de perder la castidad, sino de recomendarles la humildad, proveyó Dios en lance tan crítico; de pronto remedió a la soberbia presente de las unas, y a la que amenazaba en lo sucesivo a las otras. Sin embargo, no se debe omitir que algunas que padecieron violencia pudo ser creyesen que el bien de la continencia era bien exterior del cuerpo, y que se poseía incorrupto mientras no sufriese torpeza de alguno, y que no consistía únicamente en la constancia de la voluntad, que estriba en el favor divino para que sea santo el cuerpo y el espíritu, y, finalmente, que este bien no es de calidad que no se pueda perder, aunque le pe se a la voluntad. Del, cual error quizá salieron con la experiencia, porque, cuando consideran con qué conciencia sirvieron a Dios y con fe cierta, creen que a los que así sirven invocan de ningún modo puede desampararlos, y, por último, no dudan lo agradable que es a sus divinos ojos la castidad, observan al mismo tiempo es infalible consecuencia que en ninguna manera permitiría sucediesen semejantes infortunios a sus santos si por ellos pudieran perder la santidad e incorruptibilidad de costumbres que el mismo autor de la Naturaleza les concedió y aprecia en ellos.

CAPITULO XXIX

Qué deben responder los cristianos a los infieles cuando los baldonan de que no los libró Cristo de la furia de los enemigos

Tienen, pues, todos los hijos del verdadero Dios su consuelo, no falaz ni fundado en la vana confianza de las cosas mudables, caducas y terrenas, antes más bien, pasan la vida temporal sin tener que arrepentirse de ella, porque en un breve transcurso se ensayan para la eterna, usando de los bienes terrenos como peregrinos, sin dejarse arrebatar de sus ligeras representaciones y sufriendo con notable conformidad los males que prueban su constancia o corrigen su vida; pero los que se burlan de los suaves medios de que Dios se sirve para acrisolar nuestra justificación, diciendo al hombre perseguido cuando le ven rodeado de calamidades temporales: «¿Adónde está tu Dios?», digan ellos, ¿adónde están sus dioses cuando padecen iguales infortunios, pues para eximirse de tales vejaciones, o acuden a su adoración, o pretenden que se deben adorar? Pero los atribulados por la mano poderosa constantemente responden: «Nuestro Dios, en todas partes y en todo lugar está presente, sin estar limitadamente encerrado en un solo lugar, pues es tan visible su omnipotencia, que puede hallarse presente estando oculto y ausente sin moverse. Este gran Señor, siempre que nos lastima con calamidades y adversidades, lo hace, o por examinar el grado en que se hallan nuestros méritos, o para castigar nuestras culpas, teniéndonos preparado el premio eterno por haber sufrido con constancia estos temporales Infortunios; pero, ¿quién sois vosotros para que yo me entregue a raciocinar con vosotros ni de vuestros dioses, cuanto más de mi Dios, que es terrible sobre todos los dioses, porque todos los dioses de los gentiles son demonios, y sólo el Señor crió los Cielos?»

CAPITULO XXX

Que desean abundar en abominables prosperidades los que se quejan de los tiempos cristianos

Si viviera aquel insigne Escipión Nasica, que fue ya vuestro pontífice (a quien, al mismo tiempo que estaba más encendida la segunda guerra Púnica, burlando la República una persona de la más excelente bondad para recibir la madre de los dioses que transportaban de Frigia, le escogió unánimemente todo el Senado para desempeñar este honorífico encargó), este ínclito héroe, el grande Escipión, digo, cuyo mismo rostro no os atreveríais a mirar, él reprimiría vuestra altanería. Porque, pregunto, si queréis que os diga mi sentir: cuando os veis afligidos con las adversidades, ¿acaso os quejáis por otro motivo de los tiempos cristianos, sino porque apetecéis tener seguros y libres de temores vuestros deleites, vuestros apetitos, y entregaros a una vida viciosa, sin que en ella se experimente molestia ni pena alguna? Y la razón es obvia y convincente, porque vosotros no deseáis la paz y abundancia de bienes para usar de ellos honestamente, es decir, con sobriedad, frugalidad y templanza, sino para buscar con inmensa prodigalidad infinita variedad de deleites, y lo que sucede entonces es que, con las prosperidades, renacen en la vida y las costumbres unos males e infortunios tan intolerables, que hacen más estragos en los corazones humanos que la furia irritada de los enemigos más crueles. Aquel Escipión, vuestro pontífice máximo, aquel grande hombre; superior en bondad a todos los patricios romanos, según el juicio del Senado, temiendo en vosotros esta calamidad, resistía a la destrucción de Cartago, émula y competidora en, aquella época del pueblo romano, contradiciendo a Catón, cuyo dictamen era se destruyese temeroso del ocio y de la seguridad, que es enemiga de los ánimos flacos, y viendo que era importante y necesario el miedo, como tutor idóneo de la flaqueza infantil de sus ciudadanos; mas no se engañó en este modo de pensar, porque la experiencia acreditó cuán cierto era lo que exponía, pues, destruida Cartago, esto es, habiendo ya sacudido y desterrado de sus ánimos el terror que tenía amedrentados a los romanos, inmediatamente se sucedieron tan crecidos males, nacidos de las prosperidades, que; rota la concordia primeramente con las sediciones populares, crueles y sangrientas, después, enlazándose unas revoluciones con otras, con las guerras civiles, se hizo tanto estrago, se derramó tanta sangre, creció tan insensiblemente la bárbara crueldad de las prescripciones y robos, que aquellos mismos ínclitos romanos que, viviendo moderadamente, temían recibir algún daño de sus enemigos, perdida la moderación y la inocencia de costumbres, vinieron a padecer terribles infortunios, ejecutados por la fiera mano de sus propios ciudadanos; finalmente, el insaciable apetito de reinar, que entre los otros vicios comunes a todos los hombres ocupaba el primer lugar, especialmente en los corazones de los romanos, después que salió con victoria respecto de muy pocos, y ésos no muy poderosos, al fin, habiendo quebrantado las fuerzas de los demás, los vino a oprimir también con duro yugo de la servidumbre.

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20 Nov 08

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Attachments with the Mistress of Animals and Water birds
Este es el Bronce Carriazo, Museo Sevilla, (denominación recibida en honor del investigador J.M. de Carriazo) es un bocado de caballo procedente del curso bajo del río Guadalquivir, datado hacia el 600 a.C., que se encuentra en el Museo Arqueológico de la ciudad española de Sevilla.
http://flickr.com/photos/elissacorsini/1520342120/in/photostream/

Bronze
Western Phoenicia
7th-6th Century BC

Accession # 1999.80 a,b

The female figure with Hathor-like curls and a lotiform necklace holds waterbirds with large, curving wings. Their outline creates a form suggestive of ship imagery appropriate to both the Levant and the Celtic world (where it was often combined with a solar disc.) The double loops at the back of these objects suggest that they were horse trappings.

Text from the Metropolitan Museum of Art label. N.Y.

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20 Nov 08

Los ladrillos vidriados están repartidos por diversos países.Estuvo tapada muchos años.Así estaba en 1902( Nisan 1902′de İştar Kapısının Ortaya Çıkarılışının ilk günü)

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