La ordalía o “Juicio de dios”y romper una lanza
Hallado el cadáver de la joven Laura Alonso, desaparecida en Toén (Ourense) - Yahoo! Noticias
La ordalía o Juicio de Dios
Ordalía viene del bajo latín ordalia, que proviene del anglosajón ordäl (juicio).
Prueba ritual usada en la Europa medieval y en ciertas sociedades más antiguas para averiguar la culpabilidad o inocencia de una persona acusada, y una de cuyas formas es el juicio de Dios.
Se usaban diferentes prácticas para llevar a cabo estas ordalías o juicios de Dios:
-Combates o duelos cuerpo a cuerpo con bestias singulares (osos, leones,…)
-Pruebas de resistencia con agua hirviendo o un hierro candente.
-”Pruebas de pureza”, ingiriendo bebedizos y pócimas preparadas por los sacerdotes.
Sumer : Ya hacia el 3.000 a.C. se practicaban una serie de procedimientos oraculares o “mágicos” para intentar conocer las decisiones de los dioses.
Cuando en un juicio no había pruebas suficientes para demostrar la culpabilidad o inocencia del acusado, se recurría al juramento ante el dios ID, o dios río, para llegar a la condena o a la absolución del acusado. A través de la figura jurídica de la ordalía, el acusado jura , ante el dios ID, que dice la verdad. Existía gran temor por el perjurio, ya que podía provocar un castigo divino. El Dingir ID es, en definitiva, quien decidirá sobre la culpabilidad o inocencia. El ritual, de carácter litúrgico, consistía en el juramento, ante el dios, del acusado/a quien era arrojado al río, según algunos textos , atado. Si sobrevivía y flotaba era declarado inocente.
Esta figura jurídica ya existió en Sumer, pero se aplicó sólo para casos de brujería, adulterio y, tardíamente , por del delito de conspiración contra el Estado.
El Juicio de Dios, de Mantegna
¿Por qué no pongo “dios” con mayúscula,preguntareis?.
Porque todo dios no cristiano es para nosotros con minúscula(excepto el de Israel, que compartimos ).Así, no es lo mismo Dios que dios…
Es lo que me han enseñado y por tanto enseño.
En esta pintura mural de Giotto di Bondone en la basílica de San Francisco, en Asís, 1298, San Francisco de Asís se somete a una Ordalía por el fuego ante el sultán
De este juicio, en la Edad Media,viene la expresión “Romper una lanza”.
Sabido es que, la expresión romper una lanza a favor de algo o de alguien, proviene de las justas medievales, concebidas como Juicio de Dios, cuando un caballero rompía una lanza antes de luchar para defender el honor de otra persona.
365palabras.blogspot.com/2008/12/ordala.html
La frase actualmente se utiliza cuando una persona defiende abiertamente a otra con todas las consecuencias que ello implique.
ciudadanosenlaprensa.blogspot.com/2009_04_20_…
- Ordalia, prueba del agua
La ordalía era una prueba, entre la magia, la fantasia y las creencias religiosas, con objeto de demostrar los culpables o inocentes de los casos y para ello invocaban el arbitrio de la decisión divina,aunque en realidad tenía mucho de prueba psicológica y el culpable se descubría a sí mismo por el terror que las pruebas a las que se sometía a los posibles culpables inspiraban.
¿Quien no temería que le pusiesen en la lengua o las manos un hierro al rojo vivo?.
¿O que le lanzasen al río sin poder nadar?.
Obviamente, los inocentes.
A los culpables se les secarían la lengua y las palmas de las manos y las llagas serían terribles y los inocentes, tranquilos,flotarían sobre las aguas.Aunque a veces era todo lo contrario…
Al menos eso se creía.
Por tanto,el Juicio de Dios o del dios eran competencia de los sacerdotes de cada religión, a los que las gentes consideraban interlocutores escogidos entre la divinidad y los hombres.
De las diversas ordalías, la mas popular es aquella que ha dado origen a la tan común expresión “poner las manos en el fuego”. Precisamente en sostener con las manos desnudas una barra de hierro calentada al rojo vivo, o bien en introducirlas en un recipiente con brasas ardientes consistía la ordalía.
“La Ordalía del hierro candente” - Oleo de Dierick Boust - siglo XV
Si el acusado era inocente, señalaban los inquisidores, Dios impediría que sufriera daño alguno. Pero si era culpable se quemaría. Como se ve un sistema perfecto, a la medida de tales juzgadores, pues en la práctica se daban dos posibilidades: o que el reo se negara a poner las manos en el fuego, con lo que se interpretaba su negativa como admisión de culpa, o bien que las pusiera, con lo cual se quemaba, y por lo tanto era declarado culpable.
La iglesia cristiana asumió el poder espiritual en Occidente, y heredó también la autoridad sobre los juicios divinos, práctica que se interpretaba como próxima al mundo de la magia, y por ello se erradico su uso, que llegó a ser penado con la excomunión.
Existían varios tipos de Ordalías o Juicios de Dios a las que se sometían al acusado, dependiendo del delito cometido.
Por tanto eran competencia de los sacerdotes, a los que las gentes los consideraban interlocutores escogidos entre la divinidad y los hombres. En la época que la iglesia cristiana asumió el poder espiritual en Occidente, heredó también la autoridad sobre los juicios divinos, práctica que se interpretaba como próxima al mundo de la magia, y por ello se erradicó su uso, que llegó a ser penado con la excomunión.
El Papa Inocencio III (1160-1216), fue un firme perseguidor de las Ordalías)
arkeologia.blogspot.com/2009_02_01_archive.html
Existían varios tipos de Ordalías o Juicios de Dios, dependiendo del tipo de delito cometido.
- “Ordalías del agua fría”, destinadas más comúnmente en acusaciones de magia, brujas, villanos y malhechores.Consistía en lanzar al acusado a un río para que alcanzase la orilla opuesta. Se consideraba culpable y ajusticiado si no lo conseguía. También se los solía sumergir atados de pies y manos en un foso lleno de agua y comprobar el proceso del cuerpo: si se hundía, el veredicto era de inocencia, pero si salía a flote era culpable, pues ni siquiera el agua quería tenerlo y lo rechazaba.
- Unas de las más frecuentes pruebas era las “Ordalías del agua caliente” se usaban en aclarar la paternidad y delitos contra la propiedad. El sospechoso debía recoger con las manos piedras que se habian metido en un recipiente con agua hirviendo, y mantenerlas un tiempo determinado. Luego se vendaban brazos y manos, y pasados unos dias ,se retiraba el vendaje para inspeccionar el área. La curación de las quemaduras indicaba inocencia y si existían eran prueba de la culpabilidad del acusado.
- La Ordalía del hierro candente, al rojo vivo ,que el sospechoso debía sujetar caminando unos pasos con él en las manos. El proceso seguía de la misma manera que con el agua caliente. Se practicaba con mujeres sometidas a juicios por delitos graves, como asesinato y brujería sobre todo.
- Otra Ordalía era el caminar sobre brasas, si el reo no presentaba signos dequemadura era declarado inocente.
María, madre de Jesús, se somete a la Ordalía de “las aguas amargas” para probar su virginidad - Relieve bizantino en márfil hecho en el siglo VI. Museo del Louvre, París)
- La ordalía de “Las aguas amargas” aparece en el Antiguo Testamento (Números 5, 11-31) descrita la “Ley sobre los celos”, un tipo de ordalía de origen hebreo. Se utilizaba en casos de presunto adulterio y sólo con las mujeres. La acusada debía ingerir un brebaje preparado por el sacerdote y en el que se diluía, en agua consagrada y mezclada con tierra del suelo del Tabernáculo, un papel con estas maldiciones: “si no ha dormido contigo ninguno y si no te has descarriado, contaminándote y siendo infiel a tu maride, índemne seas del agua amarga de la maldición; pero si te descarriaste y fuiste infiel a tu marido, contaminándote y durmiendo con otro, hágate Yavhé maldición y execración en medio de tu pueblo y séquense tus muslos e hínchese tu vientre, entre esta agua de maldición en tus entrañas para hacer que tu vientre se hinche y se pudran tus muslos”. En la edad media la práctica de las aguas amargas aparece documentada en el mundo cristiano. En Ibias (Asturias), para juzgar a las presuntas adúlteras se mezclaba el agua bendita con el polvo obtenido tras rapar el altar de la iglesia.
- La “ordalía de las candelas”, consistía en representar con dos velones hechos con cera del cirio pascual, para el denunciante y acusado en juicios de robo y hurto, siendo inocente aquel cuya candela se consumiese antes.
- La ordalía “prueba de los albats”, en la que las familias en litigio sumergían a dos recién nacidos en agua y ganaba aquella cuyo niño se hundiese más.
- Alfonso X el Sabio reguló una ordalía llamada “duelo judicial”, practicado entre dos partes tras una acusación y ofensa medieval, que fue de uso generalizado en los siglos XIII, XIV y XV. La condición social de los enfrentados determinaba la manera en la que debía desarrollarse el duelo, siendo usados palos, estacas o bastones en los enfrentamientos entre plebeyos, y caballos, lanzas y espadas si se trataba de nobles.
La práctica de la ordalía se fue restringiendo a partir del siglo IX y en el IV concilio de Letrán (1215) la Iglesia prohibió su uso para procedimientos civiles. El cambio se debió a la recuperación y adopción a partir del siglo XII del derecho romano y desarrollo del proceso judicial.
Sin embargo, la práctica de la ordalía tardó en desarraigarse, y en los lugares regulados por derechos de carácter tradicional se conservó durante mucho tiempo. Pero sobretodo durante la Edad Media cualquier contienda se dirimía en un Juicio de Dios, considerando que Dios, omnipresente, era el juez supremo que decidía el resultado.
Su evolución dio origen a los juicios modernos, no son tan agresivos como en épocas pasadas, aunque hoy en algunos casos, los costes, los plazo de solución y las argucias de abogados mercenarios pueden ser tan injustos como los de antaño.
Lo terrible del envenenamiento por curare es que la víctima sigue estando consciente de lo que ocurre y puede sentir su parálisis progresiva hasta la muerte por asfixia, sin poder hacer nada al respecto. Sin embargo, si a la víctima se la reanima con respiración artificial, se recupera sin lesiones.
No sólo los chamanes se ocupaban de mantener este secreto frente a los componentes de su tribu, sino que en muchas regiones unas pocas tribus mantenían un verdadero monopolio sobre la producción de curare. Esta sustancia, que era demasiado onerosa para utilizarse en la guerra, representaba para ellas una gran fuente de riqueza.
Un Juicio de Dios literario
Tristán e Isolda vigilados por el rey Marc. Detalle de un cofre. Siglo XIV
La leyenda de Tristán e Isolda hunde sus oscuras raíces en elementos arquetípicos probablemente presentes en muchas culturas distintas. Aparecen en él reminiscencias de la Antigüedad grecolatina y del texto persa Wis y Ramin, entre otros.
Sin embargo, su relación con la materia de Bretaña es mucho más clara. Existen numerosas concordancias con sagas irlandesas, como Diarmaid y Grainne, por ejemplo. También en algunas tríadas bretonas se menciona a Tristán, Isolda, Marc y Arturo. No en vano, desde las versiones más antiguas conocidas, el relato se desarrolla en tierra celta.
En la literatura francesa, la leyenda más antigua nos es conocida principalmente por dos relatos: uno del poeta francés Béroul, y otro del anglonormando Tomás de Inglaterra, aunque también es posible que existiera una versión de Chrétien de Troyes, hoy perdida.
Ambos textos narran la historia de Tristán, cuya madre muere siendo él un niño, forzándole a ir a vivir con su tío, el rey Marc de Cornualles. Allí Tristán se destaca como brillante caballero, y entre sus proezas se cuenta salvación del país del ataque del gigante irlandés Morholt, hazaña en la que cae herido. Siguiendo su voluntad, se le abandona en una barca que, a la deriva, llega a las costas de Irlanda donde Isolda la Rubia, sobrina de Morholt, le cura de sus heridas.
Tras este episodio vuelve a Cornualles, donde ayuda a su tío a encontrar una esposa. El rey halla por casualidad un cabello de Isolda y se determina a casarse con ella, con lo que Tristán regresa a Irlanda a buscarla, pero, en el barco de vuelta, ambos beben accidentalmente un filtro de amor que les hace enamorarse perdidamente el uno del otro.
Con todo, Isolda se casa con el rey Marc, pero cuando su enamoramiento es descubierto son expulsados de la corte. Escondidos en un bosque, un prestigioso ermitaño intercede por Isolda en un juicio de Dios, que se salda con el restablecimiento de su honra y su restitución en palacio.
Bottéro, Jean y otro: Lorsque les dieux faisaient l’homme. Gallimard, Paris, 1989.
Garelli, Paul. El Próximo Oriente Asiático, t.2. Labor, Barcelona, 1970.
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Lara Peinado, F. y otro. Los primeros códigos de la Humanidad. Tecnos, Madrid, 1994.
Lara Peinado, F.: El Código de Hammurabi. Tecnos, Madrid, 1992,
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Sanmartín, J.: Códigos legales de tradición babilónica. Trotta, Barcelona, 1999.
Seux, M.-J.: Lois de l’Ancien Orient. Ed. Du Cerf, France, 1986.
Tags: diosID o dios río, hierro ardiendo, juicio de dios, juicio del agua, ley antigua, ordalia, poner la mano en el fuego, sumer, tristan e isolda
7 de Septiembre de 2009 at 2:09
Magnifica y grandiosa las paginas de la profesora Ána en este tema historico que domina en profundidad, como profesora de Historia.
Enhorabuena por su magnifico trabajo.
lanaveva.wordpress.com
7 de Septiembre de 2009 at 13:41
Gracias FLorian. Hago lo que puedo.Es un tema muy extenso.
Un saludo
20 de Diciembre de 2009 at 17:50
El trabajo es digno de admiracion y en él se revela como los “justos” cometian las injusticias mas “injustas”que se hayan conocidos en la historia de la humanidad.