CONFUCIO Y LA CONFUCIÓN

Filósofo, teórico social y fundador de un sistema ético - más que religioso - que ha llegado hasta nuestros días, Kung-tse (Confucio, para occidente) vivió en la China feudal hace 2.500 años, entre el 551 y el 479 a. C. Sus orígenes eran muy humildes, pero desde joven mostró una gran inclinación por los libros antiguos y, con el tiempo, desempeñó una alta posición como funcionario del estado de Lu, en la actual provincia de Shang-tung.

Por la amplitud y profundidad de su sabiduría, pronto llegó a ser conocido como Kung el Sabio (Kung-Fu-Tsu, que los misioneros escribieron como Confucio), pero esa nombraría no impidió que una intriga política le obligara a exhibirse y a peregrinar durante trece años de una corte a otra, intentando persuadir a los monarcas de que adoptaran sus ideas sobre la justicia y la convivencia en armonía.

Decepcionado, acabaría refugiándose en la enseñanza y reuniendo a su alrededor a numerosos discípulos, con los que recogió y sistematizó los cinco grandes textos de la tradición china: El célebre Yi-King o Libro de las Mutaciones, el Chu-King o Canon de la Historia, el Chi-King (Libro de las Canciones), el Li-Ki (Libro de los Ritos) y los Chun-Ching o Anales de primavera y otoño.

Las enseñanzas de Confucio, que han llegado hasta nosotros gracias a sus alumnos, se hayan reunidas en los cuatro libros clásicos.

Lejos de la mística y de las creencias religiosas, el confucionismo se propone como una filosofía práctica, como un sistema de pensamiento orientado hacia la vida y destinado al perfeccionamiento de uno mismo. El objetivo, en último término, no es la “salvación”, sino la sabiduría y el autoconocimiento.

FRASES DE CONFUCIO

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.

Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.

Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.

Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.

Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos

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  1. María opina:

    Me gustan todas las citas que nos ha puesto, pero si tuviera que quedarme con una, sin duda, la que más me llega es la de “Saber que se sabe lo que se sabe…”. Creo que muy poca gente cumple esta premisa, y yo lo veo importante, y trato de aplicármelo, especialmente, cuesta la segunda parte, ¿no? Nuestro ego nos impide reconocer la mayoría de las veces, incluso ante una misma, que no sabemos de algo.
    Un beso.

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