Los vampiros en la Antigüedad y los kits para cazarlos
Los vampiros en la Antigüedad
El demonio Pazuzu
La idea de la supervivencia del alma o del espíritu despúes de la muerte ha caracterizado el comportamiento humano desde, al menos, los últimos cien mil años. Clara evidencia de ello es el tratamiento concedido a los muertos desde la Prehistoria.
Las inscripciones descubiertas en los muros de las pirámides de Saqqara, realizadas hace cuatro mil años, detallan los hechizos y rituales necesarios para guiar a los difuntos hacia el “otro lado”.
Se creía que la salud del alma muerta dependía del bienestar del cuerpo físico y, por esta razón, se introdujo la momificación como un recurso para evitar la descomposición.
Un ejemplo es el PERT EM HRU (libro de los aparecidos), un manual para facilitar el paso del alma a la “otra vida”.
Los egipcios creían que si no se respetaban estas reglas tanto los difuntos como sus familiares en vida sufrirían terribles consecuencias, como el vampirismo o el regreso del cuerpo del mundo de los muertos.
LOS PRIMEROS VAMPIROS
Los primeros escritos sobre entidades vampíricas nos remontan a los estados babilonios y asirios surgidos en el II milenio a.C. En ellos se hacía referencia a una jerarquía de espíritus (fantasmas, semidemonios y demonios) entre los que aparecían criaturas vampirescas que regresaban de la tumba para atormentar a los vivos.
Un ejemplo eran los EDIMMU, que eran las almas de las personas fallecidas que no encuentran sosiego en el mundo de los muertos.
Potenciales Vampiros según los Babilonios:
* Las mujeres que mueren vírgenes
* Las mujeres que mueren mientras amamantando
* Los hombres solteros
* Los hombres malvados
* Cualquier persona enterrada en una tumba poco profunda
* Cualquier persona que no fuera enterrada
* Las prostitutas
lnscripción hallada en una placa de Babilonia:
“Los dioses que se apoderan del hombre han abandonado sus sepulcros,
Ráfagas de viento maligno provienen de las criptas para exigir el pago de rituales y verter sus libaciones, han dejado sus sepulturas, como un torbellino, toda la maldad en sus huéspedes ha surgido de las tumbas”.
En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utukhu y a los Maskin, seres muy similares a los vampiros que eran los culpables de las enfermedades y las pestes, por parte del pueblo. Estos seres junto con las huestes de Alal y Telal, pueden considerarse como antecesores de los vampiros.
Al igual que los Babilonios y los Asirios, los Egipcios temían que si un cuerpo físico no era debidamente venerado, su alma o espíritu sufriría mucho en la “otra vida” o que ni siquiera la alcanzaría.
Los egipcios creían que el ser humano está compuesto por varias almas o estados de consciencia distintos.
También pensaban que si un espíritu errante no encontraba descanso podía regresar para tormentar a los vivos. Por eso se cree que el verdadero vampirismo se originó en el Delta del Nilo.
Sin duda ninguna cultura se tomó tan en serio la preparación de los muertos como la de los antiguos egipcios . Y existían seres vampíricos como Srun, caracterizada por tener aspecto de lobo y largos colmillos. Solían alimentarse de los cuerpos de sus víctimas humanas. Los fenicios tenían la creencia de que la mortandad de niños era debida a los ataques de Lilitu, espectro errante que se alimentaba de la sangre de los infantes. Se hicieron exorcismos para devolver a los chupasangres (también llamados chtonios, “amigos de la sangre”) a sus tumbas.
En el judaísmo uno de sus arquetipos míticos es Lilith, la primera mujer de Adán, de quien se decía que, entre otras cosas, se alimentaba de la sangre de los niños no circundados y es inspiradora de muchos personajes de vampiresas seductoras en la ficción por su acentuado carácter sexual.
Kali Ma, en la India era una diosa sanguinaria y feroz, con cuatro brazos y una larga cabellera. Se le ofrecían sacrificios humanos en los que la sangre era el elemento principal. Otros seres eran los butchas.
En América, el pueblo amerindio Mapuche tiene entre sus creencias la existencia de un ser vampírico conocido como el Pihuychen que atacaría principalmente a animales, pero también a humanos. Igualmente creían en la existencia de una criatura vampírica acuática conocida como Trelke-wekufe (El cuero). Posteriormente ambos seres formarían también parte de la tradición chilena. También los Aztecas creían en un ser vampírico conocido como Civatateo que atacaba a los niños que después morían de una extraña enfermedad. También se dice que atacaba en las noches y especialmente en los cruces de caminos. También en la cultura Maya se creía que el guardian de Xibalba era un murciélago con rasgos humanos llamado Camazotz que decía arrancaba las cabezas de los extraños.
Ya en Europa, más concretamente en la mitología de la antigua Grecia, está la leyenda de Lamia, hija del rey oriental Belus y cuyos hijos fueron asesinados por la diosa Hera al conocerse que Lamia tuvo un romance con Zeus. Para vengarse, Lamia comenzó a perseguir a todos los niños que se encontraba para extraerles la sangre para alimentarse. Esta leyenda originó la superstición que persistió en las zonas rurales de la Grecia moderna, según la cualLamia atacaba a todos los viajeros extraviados, seducidos por la belleza de la “chupasangre”.
También en la mitología griega se encuentra el caso de Empusa, hija de la diosa Hécate, un ser con pies de bronce y monstruoso que podía transformarse en una bella mujer y conquistaba a los hombres para aprovecharse de su sangre. Además en la Hélade existían en sus leyendas las striges, deidades con rostro de mujer y cuerpo de pájaro que absorbían la sangre de los humanos mientras estos dormían. También existía un ser llamado Vrycolaka, que atacaba a su familia después de muerto.
Los romanos tenían a los larvae, no-muertos que no habían pagado sus crímenes en vida, y se vengaban de su estado esquelético y fantasmal absorbiendo la vida de los vivos.
En España, hacen parte del mito criaturas como las guaxas en Asturias, tiene ojos de fuego y es letal porque esta vez causa la muerte. La palabra Guaxa procede del bable, guax, guax, la onomatopeya del ruido de las lechuzas y los búhos. Hemos de recordar que la expresión bruja tal vez procede de lechuza. En todo caso estos personajes eran útiles para asustar a los niños traviesos, a los que se amenazaba con llamar a la Guajona si no se portaban como era debido.
las guajonas en Cantabria y las meigas chuchonas en Galicia, todas ellas con un solo colmillo para succionar la sangre de sus víctimas, sobre todo niños.
Esta figura siniestra de la guajona de la mitología cántabra está emparentada con Lamia de la mitología griega. De hecho es llamada asi en ciertas partes pero la que nos ocupa es vieja, fea y muy delgada. Siempre tapada de los pies a la cabeza con un manto negro. Sus manos son negruzcas y espantosas, como toda ella, con tez amarillenta y llena de pelos y verrugas. Sus pies son patas de ave. Naturalmente, como toda hija de la noche, no vive de día y nadie sabe sobre su paradero aunque por lo general se cree que está bajo tierra, escondida, esperando que se ponga el sol para iniciar toda clase de fechorías. Se mueve entre las sombras, sigilosamente entra en las casas sin hacer el menor ruido y con su único diente, muy afilado y largo lo clava en la piel de los niños para beber su sangre fresca que necesita para sobrevivir. Les deja descoloridos y demacrados, no les mata pero les debilita mucho. La Guajona es conocida también como Lamia, figura perteneciente a la mitología griega que tiene la virtud de sacárselos ojos y volverselos a poner a su entera volunt
El vampiro en la Edad Media
En la Edad Media, en los países de religión musulmana se hablaba de unos vampiros llamados gul, en el caso de ser varón, y gola siendo mujer, que se convertían en tales por haber tenido una muerte violenta. Estos seres tienen su aparición en uno de los relatos de Las mil y una noches llamado Honor de un Vampiro.
En la Saga Eyrbyggja que data del siglo XIII, sobre la colonización de Islandia, se cuenta como un jefe normando, Thorolf, regresa de su tumba para aterrorizar a la población hasta que su cadáver es incinerado.
La palabra upier (también como en polaco significa vampiro) llegó a utilizarse por primera vez en Rusia en el año 1047 para referirse a un príncipe ruso.
En 1190 Walter Map escribe De Nagis Curialium, en donde escribe hechos ocurridos por ataques vampíricos en Inglaterra. También recoge casos ingleses William de Newburgh en sus Chronicles, en 1196.
En España, en la región catalana del Alto Ampurdán (Gerona), se originó en el siglo XII una leyenda un poco olvidada pero que quizá sea la más importante sobre vampiros en la península Ibérica, y es la del Conde Estruch, Estruc o Estruga, un anciano caballero feudal, defensor de la cristiandad que vivió en el
castillo de Llers, destruido durante la guerra civil española, y quien se dice que murió asesinado y, como consecuencia de una maldición por su represión de las costumbres paganas que persistían en la zona, se convirtió en vampiro, aterrorizando mucho tiempo a los habitantes de la comarca, seduciendo también a jóvenes mujeres que quedaban embarazadas para dar a luz engendros monstruosos que morían al nacer.
A pesar de la creencia general de que el vampirismo, tal como lo entendemos habitualmente, procede de Transilvania, ya existía una leyenda en el condado de Ampurias (actual Ampurdán) en el siglo XII situado en la antiguamente llamada Catalunya Vella (es decir, aquella que durante la invasión musulmana no fue sometida a las hordas invasoras y permaneció cristiana), donde tuvo lugar la más escalofriante de las historias de nosferatus o estrugas, palabra ésta derivada de estriges.
Algunos la ubican durante el reinado de Pere el Catòlic hacia 1212 pero las fuentes más fidedignas la sitúan en 1173, año en que transcurre la novela “Estruch”. En aquellos tiempos se vivían continuos conflictos entre la Corona de Aragón y Cataluña contra los reyes de Francia para apoderarse de Occitania, territorio que pasó a pertenecer desde entonces a la Federación catalanoaragonesa. El rey Alfonso II el Casto, era un joven de diecisiete años y desde la muerte de su predecesor Ramón Berenguer IV la tutoría de nuestras tierras estaba en manos del rey inglés Enrique II de Plantagenet (padre de Ricardo Corazón de León, el mismo de las cruzadas y las aventuras de Robín Hood) y del Obispo de Barcelona Monseñor Guillem de Torroja.
El rey catalán tenía como enemigo principal al rey Llop (en castellano “Lobo”) de Murcia y las incursiones en la Tarraconense eran frecuentes y, al mismo tiempo, teníamos las luchas fronterizas del norte contra los francos en la disputa de Occitania. Por eso el condado de Ampurias era un hervidero de intrigas, luchas con castellanos e ingleses (aliados del rey Alfonso) por un lado y por el otro los enemigos ya mencionados, sin olvidarnos de los navarros siempre en liza con el reino de Aragón.
El conde Estruc fue un notable guerrero que siempre luchó en favor de la Corona catalanoaragonesa y, en aquellos años, ya estaba en su senectud por lo cual fue enviado a Llers, una pequeña villa cerca de Figueras, donde existía otro enemigo esta vez interno: los paganos.
Parte de los catalanes del siglo XII aún vivían apegados a los antiguos cultos iberos paganos, anteriores al Cristianismo, por lo cual éstos eran un potencial aliado de los árabes o, tal vez, de los francos. Por esa razón el viejo soldado tuvo que reprimir esos cultos ancestrales que aún creían en la magia y las ciencias ocultas, origen de la actual creencia en brujas y demás supersticiones, y obligar a los campesinos ampurdaneses a abrazar la fe en Cristo.
Esta represión motivó que el anciano conde sufriera una maldición por parte de sus víctimas y que tiempo después de su muerte natural, Estruc rejuvenecido se levantara de la tumba convertido en reviviente sembrando el terror por toda la Catalunya Vella.
Dicen las antiguas leyendas que sólo salía de noche para beber la sangre de sus víctimas, gustaba seducir y violar a las mozas casaderas dejándoles embarazadas. Al cabo de nueve meses las desafortunadas parían pequeños monstruos que morían no más nacer ya que, según las tradiciones antiguas (curiosamente idénticas tanto en Cataluña como en Transilvania) un vampiro no puede tener hijos.
El rey Alfonso II tenía no pocos disgustos en aquellos tiempos y la población estaba realmente aterrorizada. La gente tenía miedo de salir de noche, todos llevaban ajos y crucifijos para protegerse del terrible nosferatu y ya nadie podía dormir en paz hasta que una anciana religiosa encontró la tumba del conde Estruc y le clavó la estaca en el corazón, desapareciendo para siempre la maldición.
Pero el recuerdo del vampiro sobrevivió al paso del tiempo y aún queda el dicho “tenir malastruc” o “mala astrugancia” para definir a quién tiene mala fortuna. Incluso durante generaciones las madres catalanas amenazaban a sus hijos con llamar al conde Estruc si no eran buenos y no hacían lo que se les mandaba.
En el mismo Llers, un poblado donde sopla con gran fuerza la Tramontana del Canigó, un viento frío y áspero que los antiguos habitantes achacaban a unas brujas legendarias, las célebres brujas de Llers que dominaban los aires. El agudo silbido del viento, según las creencias populares, era motivado por la furia de estas mujeres. En Transilvania existía un mito semejante, las ”Ieles” (es decir “las Ellas”), cuyo paralelismo es sorprendente.
Otra leyenda catalana célebre es la de los dips, nombre que se les dio a una especie de perros vampiros (o perros estrugas) que existieron en unas praderas situadas a unos cuantos kilómetros al sur de Reus. Por esa razón se creó un pueblo llamado Pratdip, cuyo nombre es una unión de la palabra Prat (pradera) y dip que en su escudo incluye la figura de un can muy significativa.
La importancia del conde Estruc es decisiva en la evolución del mito vampírico aunque en aquel tiempo no se le conocía con tal nombre, y se le puede considerar como el primer vampiro de la Historia tal como lo entendemos actualmente.
Es sabido que en aquellos años, Ricardo Corazón de León, futuro rey de Inglaterra, residía en la misma zona en que se desarrolló la leyenda del conde Estruc ya que fue enviado por su padre Enrique II de Plantagenet para participar en las Guerras del Rosellón, a favor de la corona aragonesa y catalana contra los francos estableciéndose en Perpiñán, a muy escasas leguas de Figueras y de Llers. Tal vez este dato justifique que, tras la Tercera Cruzada acontecida entre 1190 y 1192, el mito pase al Este de Europa.
Ricardo de Inglaterra atravesó el Danubio, camino de Tierra Santa, y que a su regreso en 1193 fue hecho prisionero por Leopoldo, duque de Austria, quien solicitó un fuerte rescate originándose en Inglaterra el conflicto que hemos visto en las películas de Robín Hood. El rey inglés estuvo encerrado en el castillo austriaco de Tierenstein, muy cercano a Transilvania, y cosa curiosa , fue a finales del siglo XII que estas leyendas irrumpen en los Cárpatos.

Los revivientes masculinos fueron llamados “strigoí” y los femeninos “strigoaíaca”, en su fonética muy semejantes a la palabra ”estriges”, el mito griego, pero también a “estruga”, la leyenda catalana.
La paraula vampir és més moderna, del segle XVIII, aleshores aquests eren coneguts amb altres noms com “estruga”, “revivent” (en Rouman ie A Romania s’anomenaven “strigoi” o “nosferatus”). Aquest vampir xuclava la sang a la gent d’aquell temps, seduïa a les noies joves i les deixava embarassades. Al cap de nou mesos aquestes dones donaven a llum uns petits monstres que morien tan bon punt naixien.Aquest horror va durar un temps fins que el monstre va ser trobat i mort per una monja vella. En altres versions es diu que va ser mort per un ermità d’origen jueu que el va fer descansar en pau amb un ancestral sortilegi.
Estruc és una de les primeres llegendes de vampirs de la història del vampirisme. Va viure o procedeix de l’Empordà, del poble de Llers, on hi ha una altra llegenda de bruixes que volen amb el vent quan bufa la Tramuntana.
Altres fets més històrics ens donen a conèixer un personatge real que visqué en les contrades esmentades. S’anomenava Arnalli Estrucionis i es casà amb n’Arnaldeta Sitjar (que morí el 1214 i està enterrada a la col·legiata de Sant Fèlix, i el sepulcre de la qual es conserva encara avui). Pocs historiadors s’han apropat a aquesta història.
L’any 1991 es va publicar una novel·la de ficció dedicada al comte Estruc (”Estruch” de Salvador Sáinz) on s’hiI van afegir dades imaginàries perquè en realitat es una narració del génere fantàstic. Aquí el comte es diu Guifred Estruch i té una filla anomenada Núria.
Existeix una altra llegenda catalana de vampirs. són el gossos vampirs de Pratdip, anomenats “dips” i d’ací el nom del poble.
Igualmente en una población catalana de la provincia de Tarragona, llamada Pratdip, nombre que en catalán significa “Prado del vampiro”,
existe la leyenda de los “Dips”, unos perros vampíricos que asolaron la comarca y cuya figura aparece en el escudo de la población, así como en retablos de una ermita cercana dedicados a la patrona local, Santa Marina.
El desaparecido Joan Perucho ideó en su “LES HISTORIES NATURALS” las aventuras de un vampiro de la vieja escuela llamado Onofre de Dip. Sin embargo, en este bello pueblecito del Baix Camp (Tarragona) nos encontramos con una leyenda real de vampirismo, los dip, los perros vampiro que dieron nombre al mismo.
En el siglo XIX la leyenda se extinguió, pero se creía que por los alrededores del pueblo merodeaban unos perros pequeños oscuros amenazadores que atemorizaban a los viajantes y a los trasnochadores de porrón y taberna.
En el retablo de Santa Marina de 1602 ya aparecían esos diabólicos canes y también en el de 1730 con un fondo dorado. En el escudo de la villa aparecen con una pierna levantada y la cola alzada con boca abierta y lengua colgante mostrando una expresión feroz.
Esos canes del averno sembraron el terror en los animales de la zona a los que atacaban, asesinaban y bebían su sangre, pero en realidad nadie los vio, sólo presentían su presencia demoniaca a través de unos ojos terroríficos que brillaban en la negra noche.
En la entrada del pueblo, en la actualidad, aparece la imagen de un perro más amable pero se echa de menos aquellos canes endiablados de las antiguas leyendas fruto de la imaginación popular o quizá de algún hecho difícil de explicar
.
Retablo de Santa Marina
Punta de Santa Marina
En esa población existen también las ruinas de un castillo que la tradición oral local atribuye fue la morada de Onofre de Dip, otro señor feudal convertido en vampiro.
En Escocia existe una leyenda que se remonta al Reinado de Jacobo I en el siglo XV, sobre Swaney Beane quien conformó una salvaje e incestuosa familia de caníbales y vampiros que asoló la comarca de East Lothiam durante 25 años, hasta que fueron descubiertos en la cueva en que vivían y ajusticiados en Leith Walk.
El vampiro en la Edad Moderna
Desde comienzos del siglo XVIII los casos de vampirismo pasaron de las tradiciones populares a las publicaciones periodísticas y eruditas en Europa, que empezaron a informar y analizar casos específicos de los cuales el más emblemático es el de un hajduk serbio llamado Arnold Paole el cual motivó la inquietud de las autoridades del imperio austrohungaro que comisionaron a dos médicos militares autriacos, Flückinger y Glaser, la investigación la cual incluyó la exhumación y examen de su cadáver. El médico Johannes Flückinger, uno de los galenos que asistieron a la exhumación de Arnold Paole, publicó en Belgrado la obra titulada Visum et Repertum (1732). Ese libro, que circuló con profusión por Europa, popularizó el vocablo latino vampirus que no se empleaba con normalidad hasta entonces.[
El 13 de Febrero, el padre de Glaser, el vienés Dr. Johann Friedrich Glaser -a la sazón era correspondal del diario Commercium Litterarium de Nüremberg- remitió al periódico una carta describiendo el caso tal y como se lo relató su hijo mediante una misiva fechada el 18 de Enero. La historia generó gran interés hasta el punto que tanto el informe de Flückinger como la carta de Glaser -en especial el primero- fueron reproducidos en numerosos tratados (Ver El vampiro en la literatura) y artículos lo cual contribuyó a la propagación de la creencia en vampiros entre los europeos cultos. El informe médico que dio origen a la leyenda se explica hoy día por la poca comprensión que se tenía en la época sobre el proceso de descomposición de los cadáveres.
Gracias a las novedades que aportaba el llamado Siglo de las Luces, donde se vive el triunfo de la razón y el desprestigio de las supersticiones, se trató de desvirtuar las leyendas sobre vampiros. En 1746 el padre benedictino Dom Augustin Calmet publicó su obra “Dissertations sur les apparitions des anges, des démons & des esprits et sur les revenans et vampires de Hongrie, de Boheme, de Moravie & de Silesie …” con la cual paradojicamente propagó las leyendas y fábulas sobre los vampiros aunque su intención era desacreditar el mito con argumentos cristianos. Esta y otras obras que nacieron a la sombra de la Ilustración en contra del vampirismo como la Dissertatione sopra i vampiri (1774) del arzobispo de Florencia Guiseppe Davanzati, sólo consiguieron incrementar aún más la creencia en ellos.
El vampiro en la edad contemporánea
El caso de vampirismo ajustado a los cánones del mito, más famoso en tiempos recientes es posiblemente el incidente sucedido en 1892 con Mercy Brown fallecida a los 19 años a causa de tuberculosis en Exeter, Rhode Island, USA y cuya inhumación fue realizada ante el temor de que se haya convertido en vampiro siendo este un caso clásico en la mitología urbana de esta región de Nueva Inglaterra.
Lo que todo Cazador de Vampiros necesita
Hace unos meses se subastó un aunténtico kit de caza de vampiros del 1800 por 14.850 dólares. El kit venía totalmente completo, con estacas, espejos, una pistola con balas de plata (por si también hay hombres lobo?), cruces, una Biblia, agua bendita, velas y ajos. La caja viene decorada y sinceramente, desde el punto de vista del coleccionismo, creo que es un lujo total.
Pero eso no es todo.
También existe el kit de caza vampiros de bolsillo! Este “precioso kit” estáce meses en subasta abierta en eBay y cuando le faltaban dos días para venderse el precio era de 61 dólares . La descripción no tiene precio:
El crucifijo es de París, como lo indica el sello en su parte posterior, y obviamente es antiguo. La caja también parece muy antigua. Los viales son de latón y contienen agua bendita en el que pone “H” (nota H de Holy=Bendita) en la etiqueta hecha de cobre, y la otra con ajo en la que pone “G” (nota G de Garlic=Ajo). Las tapas de los viales están selladas con cera roja. Una pequeña estaca de madera completa el set. Una “V” de “Vampiro” está estampada en una tira de cobre clavada en la tapa de la caja.
Las partes, crucifijo, caja de madera y metales son antiguos (…) y la mayor parte del set está compuesto de piezas originales.
Estuche para un cazador de vampiros de 1840 exhibido en uno de los museos de Ripley
¿ Como se utiliza?
En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana es el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos. Hasta principios del siglo XX, eran ofrecidos a los viajeros que iban a visitar museos en Europa de curiosidades o de coleccionistas aficionados a lo del este en particular, estos estuches o “kits” con las herramientas tradicionales para destruir vampiros y que ahora son propiedad de ciertos Museos o coleccionaistas.
Métodos para terminar con los vampiros:
* Clavar una estaca en el corazón de los cadáveres sospechosos de ser vampiros es el método más citado, particularmente en las culturas eslavas al sur. El fresno era la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca solía clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia.
*Atravesar la piel del pecho era una manera de “desinflar” al vampiro hinchado; es similar al acto de enterrar objetos afilados, como hoces, junto al cadáver, de forma que penetrara en la piel si el cuerpo se hinchaba lo suficiente mientras el cuerpo se transformaba en un no-muerto.
* Clavar la cabeza, el cuerpo o las ropas del vampiro para evitar que se alzara. Los gitanos clavaban agujas de hierro y acero en el corazón del cadáver y colocaban pequeños fragmentos de acero dentro de la boca, sobre los ojos, en las orejas y entre los dedos durante el entierro. También introducían espino en el calcetín del muerto, o le clavaban una estaca de espino en las piernas.
* La decapitación era el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo. Este acto se veía como un modo de acelerar la marcha del alma, que, en algunas culturas, se creía que permanecía en el cuerpo.
* La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba eran medidas adicionales frecuentes. También , sobre todo en casos recalcitrantes, se desmembraba el cuerpo y se quemaban las partes, se mezclaba las cenizas con agua y ¡¡¡se suministraban a los familiares a modo de cura¡¡¡.
* Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver, o con un exorcismo era una medida frecuente en los Balcanes.
* Disparar una bala a través del ataúd, y colocar un ajo en el interior de la boca, eran precauciones que se tomaban en Rumania hasta una época tan reciente como el siglo XIX.
Prácticas preventivas
Existen muchos ritos tradicionales para evitar que un muerto se convirtiera en un vampiro. Entre los celtas el enterrar el cuerpo cabeza abajo era una de las más extendidas, como también colocar hoces o guadañas cerca de la tumba, para evitar que los demonios poseyeran el cuerpo o para apaciguar al muerto y que este no se levantara de su ataúd. Con igual propósito se acostumbraba cortar los tendones de las rodillas.
En el folclore de la Grecia moderna se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción “Jesucristo conquista” sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro o vrykolakas.
En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca, y a veces en los nueve orificios corporales, de los muertos así como atravesárles el corazón con un objeto cortopunzante, antes de inhumarlos y en las regiones sajonas de Alemania, se colocaba un limón en la boca del sospechoso de ser un vampiro.
Otros métodos que se practicaban comúnmente en Europa incluían esparcir semillas o arena en la tierra de una tumba sospechosa de contener a un vampiro para mantener al vampiro ocupado durante toda la noche contando los granos caídos. Historias chinas similares relatan que si un vampiro se encontraba con un saco de arroz, tendría que contar todos los granos uno a uno; es una temática que se puede encontrar en los relatos del subcontinente indio, así como en Sudamérica, sobre brujas y otros tipos de espíritus malignos o traviesos.
Talismanes, sustancias y objetos protectores
Variados objetos y sustancias, son mencionados en las leyendas sobre vampiros, capaces de alejarlos o destruirlos, como el ajo o el azufre. Los objetos varían de región en región; se dice que una rama de rosa silvestre o de espino puede dañar al vampiro; en Europa, esparcir semillas de mostaza en el tejado se decía que los mantiene alejados. Otras formas de protección incluyen objetos sagrados, por ejemplo un crucifijo, un rosario, o agua bendita.
Aunque no se considera como un objeto de protección, debido a que no se reflejan en ellos los espejos han sido utilizados para alejar a los vampiros cuando se situaban en una puerta, mirando hacia afuera.
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