Etiqueta: megaron



27 nov 10

Máscara micénica realizada en una lámina dorada, llamada sin fundamento «máscara de Agamenón» por el mítico rey protagonista de La Iliada, Museo Nacional de arqueología de Atenas.

-http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/69/NAMA_Tablette_7703.jpgTablilla escrita en Lineal B micénico.(Wikipedia)

Français : Tablette d’argile de Mycènes portant une inscription en linéaire B provenant de la «Maison des Sphinxes», XIIIe s. a. C. Cette tablette appartient à un groupe d’inscriptions traitant de productions agricoles, et mentionnant spécifiquement des herbes aromatiques (cumin, coriandre, fenouil, sésame, et peut-être safran) associées à des noms masculins (ouvriers ?). Musée archéologique national, Athènes, n°7703 (Ge 604).
English: Clay tablet of Mycenae bearing an inscription in Linear B from the “House of sphinxes, thirteenth century a. C. The tablet belongs to a group of inscriptions dealing with agricultural production, and specifically mentioning herbs (cumin, coriander, fennel, sesame, and perhaps saffron) associated with male names (workers). National Archaeological Museum, Athens, No. 7703 (Ge 604).

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c6/Mycenae_ruins_dsc06388.jpg

Tumbas del Circulo B de Micenas

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/80/NAMA_Dame_de_Myc%C3%A8nes.jpg

«Dama de Micenas», fresco del siglo XIII a. C. de Micenas representando una diosa, Museo nacional de arqueología de Atenas

¿QUIENES ERAN?

La cuestión lingüística, basándose en la comparación con lenguas de periodos posteriores, no constituye una prueba suficiente para identificar claramente a los micénicos.

Nada prueba que estos hayan formado una única comunidad étnica o lingüística y es más probable ver en ellos un conjunto de pueblos, ancestros de los aqueos, jonios, etc. de las épocas posteriores, más que un sólo pueblo.

(Wikipedia)

El mundo micénico

Situación de los principales yacimientos micénicos en Grecia.

En ausencia de fuentes directas, la organización política general del mundo micénico no puede ser conocida con seguridad. Según Homero, Grecia estaba dividida en diversos estados. Los citados en la Ilíada son: Micenas, Pilos, Orcómeno, que son conocidos por la arqueología, pero quizás también Esparta o Ítaca. Pero la arqueología no puede confirmar estos últimos. Tan solo los estados de Pilos y Cnosos están claramente atestiguados por los textos en lineal B. Dicho esto, es imposible conocer cual era el centro político dominante de la Argólida (si es que hubo uno): Micenas, Tirinto o Argos, o quizás incluso Atenas, Gla o Yolco.

La mención de un «rey de los ahhiyawa» en las fuentes hititas ha sido comparada con el «rey de los aqueos», que sería el rey de Micenas, Agamenón, en la Ilíada. Pero nada prueba que los ahhiyawa sean los aqueos (aunque sea la solución más lógica) y la localización de su reino continúa discutida: Asia Menor, Rodas, Grecia continental… Si ciertos investigadores quieren convertir la Grecia micénica en una confederación de estados dominados por un rey, primus inter pares, que podría ser el rey de Micenas, hasta el momento no hay nada que pueda confirmarlo.

[editar] Los estados de Pilos y Cnosos

A una escala más reducida, existe información a través de las fuentes en lineal B sobre la organización interna de los reinos mejor conocidos: Pilos y Cnosos. Pero tampoco ahí existen muchas certezas.

La forma del estado parece ser un reino, dirigido por un rey, el wa-na-ka (ϝάναξ / wánax), cuyo papel es sin duda militar, jurídico y religioso. Es identificable con el ἄναξ / anax homérico («señor divino, soberano, señor de la casa»). La palabra aparece nueve veces en los textos de ofrendas, lo que sugiere que los soberanos de Pilos y Cnosos eran objeto de culto. Sin embargo, como en Homero, el término también puede designar a un dios.

El wa-na-ka está secundado por el ra-wa-ke-ta (lawagetas), sin duda el jefe del ejército. Ambos poseen un dominio territorial propio, el te-me-no (τέμενος / témenos). Otros dignatarios son los te-re-ta (telestai), que aparecen en los textos como propietarios terratenientes. Quizás tengan una función religiosa. Los e-qe-ta (equetai), literalmente los «compañeros» («caballeros»), forman el entorno del rey. Son los guerreros.

Además de los miembros de la corte, otros dignatarios están a cargo de la administración local del territorio. El reino de Pilos está dividido en dos grandes provincias, la de-we-ra ka-ra-i-ja, la provincia próxima, alrededor de Pilos, y la pe-ra-ko-ra-i-ja, la provincia lejana, alrededor de la villa de Re-u-ko-to-ro. El reino se subdivide además en dieciséis distritos, que a su vez están formados por una serie de pueblos o municipios. Para dirigir los distritos, el rey nombra a un ko-re-te (koreter, «gobernador») y un pro-ko-re-te (prokoreter, «subgobernador»). Un do-mo-ko-ro (damokoros, «aquel que se ocupa del damos »), se ocupa de los pueblos o municipios, los da-mo (literalmente «pueblos», comparar con δῆμος / dễmos), y un pa-si-re-u (comparar con el griego βασιλεύς / basileús) ejerce igualmente un cargo a nivel local, mal conocido — parece dirigir un Consejo de Ancianos, el ke-ro-si-ja (γερουσία / gerousía).

Resulta interesante observar que entre los griegos clásicos, el basileus será el rey, el monarca, como si entre la desintegración de la sociedad micénica y la época clásica hubiese sobrevivido como autoridad más alta, de facto, y al cabo de algunas generaciones de jure, el funcionario municipal.

[editar] Sociedad

La sociedad micénica parece estar dividida en dos grupos de hombres libres: el entorno del rey (wa-na-ka), que se ocupa de la administración del palacio y el pueblo, el da-mo (demos), que vive a nivel local. Como se ha visto anteriormente, este último está gobernado por agentes reales; debe cumplir con trabajos comunales y pagar impuestos al palacio.

En cuanto a aquellos que evolucionan en el palacio, nos encontramos con altos funcionarios acomodados, aquellos que probablemente habitan en las grandes casas que se encuentran en las proximidades de los palacios micénicos, pero también con otras personas ligadas por su trabajo al palacio, aunque no necesariamente más adinerados que los miembros del da-mo: artesanos, agricultores, quizás mercaderes.

En lo más bajo de la escala social se encuentran los esclavos, do-e-ro (masculino) y do-e-ra (femenino) (compárese con el griego δούλος / doúlos). Solo existen testimonios sobre aquellos que trabajaban para el palacio.

[editar] Economía

La organización económica de los reinos micénicos conocida por los textos parece ser bipolar: un grupo trabaja en la órbita del palacio, mientras que un segundo grupo parece que trabaja por su propia cuenta. Esto se refleja en la organización social vista más arriba. Pero nada impide que las personas que trabajan para el palacio no puedan tener paralelamente sus propios asuntos personales.

La economía está controlada por los escribas que anotan las entradas y salidas de productos, reparten los trabajos y se encargan de la distribución de las raciones. El du-ma-te parece ser un tipo de intendente que supervisa un dominio de la economía.

[editar] Agricultura

Predominio comunal, cultivado por aquellos a los que los textos llaman ka-ma-na-e-we, sin duda el da-mo. Las tierras del palacio son atestiguadas por los textos. Una parte componía el te-me-no del wa-ka-na y del ra-wa-ge-ta, como se ha visto más arriba. La otra se entrega para su explotación (o-na-te-re) a los miembros de la administración del palacio. Estos pueden explotarla con esclavos o por hombres libres, en régimen de arrendamiento.

La producción agrícola de estos reinos sigue la tradicional «tríada mediterránea»: cereales, olivos y viña. Los cereales cultivados son el trigo y la cebada. También hay plantaciones de olivos para la producción de aceite de oliva, que no se emplea necesariamente en la alimentación, sino para los cuidados corporales y los perfumes. Con la vid se realizan diversos vinos. Además se cultiva el lino para la vestimenta, el sésamo para el aceite y árboles como la higuera.

La ganadería está dominada por los ovinos y los caprinos. Las vacas y los cerdos son más raros. Los caballos se dedican fundamentalmente a tirar de los carros de guerra.

[editar] Industria

Tablilla micénica que trata de un pedido de lana, Museo nacional de arqueología de Atenas.

La organización del trabajo artesanal es conocida sobre todo en relación a los palacios. Los archivos de Pilos muestran un trabajo especializado: cada obrero pertenece a una categoría precisa y dispone de un lugar específico en las etapas de producción, especialmente en la textil.

La industria textil es uno de los principales sectores de la economía micénica. Las tablillas de Cnosos permiten seguir toda la cadena de producción, desde los rebaños de ovejas al almacenaje de los productos finalizados en los almacenes del palacio, pasando por el teñido, el reparto de la lana por los diferentes talleres y las condiciones de trabajo en dichos talleres. El palacio de Pilos cuenta así con unos 550 obreros textiles. En Cnosos llegaban a los 900. Se ha podido identificar quince especialidades textiles. Además de la lana, el lino es la fibra más usada.

La industria metalúrgica está bien atestiguada en Pilos, donde se empleaba a 400 obreros en estos menesteres. Se sabe por las fuentes escritas, que se les distribuía el metal para que realizaran sus trabajos: como media 3,5 kg de bronce por forjador. Sin embargo, no se sabe cuál era la remuneración: está misteriosamente ausente de las listas de distribución de raciones. En Cnosos algunas tablillas atestiguan la fabricación de espadas, pero sin evocar una auténtica industria.

La industria de la perfumería también está atestiguada. Las tablillas describen la fabricación de aceites perfumados: con olor a rosa, a salvia, etc. También se sabe por la arqueología que los talleres dependientes del palacio comprendían otro tipo de artesanos: orfebres, trabajadores del marfil, talladores, alfareros. También se hacía aceite de oliva. Algunos de estos productos se dedicaban a la exportación.

[editar] Comercio

El comercio está curiosamente ausente de las fuentes escritas. Así, una vez que el aceite perfumado de Pilos se almacena en pequeñas jarras, se ignora qué ocurre con él. Grandes ánforas con señales de haber contenido el aceite han sido encontradas en Tebas, en Beocia. Tienen inscripciones en lineal B indicando como origen la Creta occidental. Sin embargo, las tablillas cretenses no revelan ni una palabra sobre la exportación de aceite.

Se dispone de poca información sobre el circuito de distribución de los textiles. Se sabe que los minoicos exportaban telas finas al Antiguo Egipto; sin duda los micénicos hicieron lo mismo. Probablemente retomaron por su cuenta los conocimientos minoicos en materia de navegación, como lo demuestra el hecho de que su comercio marítimo comienza su desarrollo tras la caída de la civilización minoica. A pesar de esta falta de fuentes, es probable que ciertos productos, sobre todo los tejidos, el aceite y la metalurgia, estuvieran destinados a ser vendidos en el exterior del reino, porque su producción es demasiado importante para estar destinada sólo al consumo interno.

El seguimiento de los productos micénicos de exportación se puede hacer sin embargo a través de la arqueología. Numerosas ánforas han sido encontradas en el mar Egeo, Anatolia, Levante, Egipto, pero también el oeste de Sicilia, o incluso en Europa Central y Gran Bretaña.

De forma general, la circulación de bienes micénicos se puede trazar gracias a los «nódulos», ancestros de las etiquetas modernas. Se trata de pequeñas bolas de arcilla, hechas entre los dedos alrededor de una correa (probablemente de cuero) que sirve para atar el nódulo al objeto. A veces se añaden otras informaciones, como la calidad, el origen, el destino, etc. 55 nódulos, que han sido encontrados en Tebas en 1982, llevan ideogramas que representan un buey. Gracias a ellos se ha podido reconstruir el itinerario de los bovinos:[2] venidos de toda Beocia y Eubea, son llevados a Tebas para ser sacrificados. Los nódulos servían para probar que no se trataba de animales robados y para demostrar su origen. Una vez que los animales llegan a su destino los nódulos son comprobados y recogidos para realizar una tablilla contable. Los nódulos son usados para todo tipo de objetos y explican la rigurosidad de la contabilidad micénica: el escriba no tiene que contar él mismo los objetos, se basa en los nódulos para realizar sus tablillas.

[editar] Religión

«Dama de Micenas», fresco del siglo XIII a. C. de Micenas representando una diosa, Museo nacional de arqueología de Atenas

El hecho religioso es bastante difícil de identificar en la civilización micénica, en particular cuando se trata de yacimientos arqueológicos, donde resulta complicado identificar con seguridad un lugar de culto. En cuanto a los textos, sólo las listas de ofrendas dan los nombres de los dioses, pero no nos enseñan nada sobre las prácticas religiosas.

El panteón micénico ya muestra numerosas divinidades que se encuentran más tarde en la Grecia clásica. Poseidón parece ocupar un lugar privilegiado, sobre todo en los textos de Cnosos. En esta época se trata probablemente de una divinidad ctónica, asociada a los terremotos. También se encuentran una serie de «Damas» o «Madonas» (Potnia), asociadas a los lugares de culto, como una «Dama del Laberinto» en Creta —que recuerda el mito del laberinto minoico, al igual que la presencia de un dios llamado Dédalo. También se encuentra una «Diosa Madre» llamada Diwia. Otras divinidades identificadas que se encuentran durante épocas posteriores son la pareja Zeus-Hera, Ares, Hermes, Atenea, Artemisa, Dioniso, Erinia, etc. Es de notar la ausencia de Apolo, Afrodita, Deméter (divinidades de origen oriental) y de Hefesto.

Ningún gran templo de época micénica ha podido ser identificado. Algunos edificios encontrados en las ciudadelas y que constan de una habitación central de forma oblonga rodeada de pequeñas habitaciones podrían haber servido de lugar de culto.

Se puede además suponer que existió un culto doméstico. Algunos santuarios han podido ser recuperados, como el de Filakopi, donde se ha encontrado una importante cantidad de estatuas que sin duda formaban parte de ofrendas, y se cree que lugares como Delfos, Dodona, Delos o Eleusis eran ya santuarios importantes. Pero esto resulta difícil de probar de forma evidente.

[editar] Arquitectura

[editar] Las fortalezas

Puerta de los Leones en Micenas.

Las principales villas micénicas están todas fortificadas. Pueden estar situadas sobre una acrópolis, como Atenas o Tirinto, adosadas a una gran colina como Micenas o frente al mar, como Gla o Pilos. Además de las ciudadelas, se han encontrado también fortalezas aisladas que servían sin duda para el control militar del territorio.

Las murallas micénicas son a menudo de tipo «ciclópeo»: están construidas de grandes bloques que pueden llegar a tener hasta ocho metros de espesor, apilados unos sobre otros sin argamasa para unirlas, o bien, cuando no se dispone de grandes bloques, de grandes piedras encastradas unas en otras. Diferentes tipos de entradas y salidas fueron empleadas: puerta monumental, rampa de acceso, puertas secretas o galerías abovedadas para salir en caso de asedio.

El temor a un ataque hace que el lugar elegido posea también una cisterna o un pozo.

[editar] Hábitat

Los yacimientos micénicos muestran diferentes tipos de residencias. Las más pequeñas son de forma cuadrangular y miden entre 5 y 20 metros de lado. En ellas residen las capas más bajas de la población. Pueden estar compuestas por una o más salas. Este último caso es más extendido en épocas más recientes.

Más elaboradas son las residencias más grandes, que miden entre 20 y 35 metros de lado aproximadamente y están constituidas por varias salas e incluso de patio central. Están organizadas según un modelo próximo al del palacio. Sin embargo, no es seguro que se trate de residencias de aristócratas micénicos, puesto que existe otra hipótesis que quiere ver en estos edificios dependencias auxiliares del palacio, a menudo situado en su proximidad.

[editar] Los palacios micénicos

Plano del palacio de Tirinto.

Los palacios micénicos tienen sus más bellos ejemplos en los excavados en Micenas, Tirinto y Pilos. Son los centros de la administración de los estados micénicos, como lo han demostrado los archivos encontrados. Desde el punto de vista arquitectónico, son los herederos de los palacios minoicos, pero también de otras grandes residencias de la Grecia continental del período Heládico medio.

Están organizados alrededor de un conjunto de patios a las que se abren diversas salas de diferentes dimensiones, entre las que se encuentran almacenes y talleres, además de zonas de residencia y representación. El corazón del palacio es el megaron, la sala del trono, organizada alrededor de un hogar circular rodeado de cuatro columnas, El trono se encontraba generalmente sobre el lado izquierdo según se entra en la sala. Parece que los edificios sólo tenían una planta.

En los palacios micénicos también se ha excavado un importante mobiliario, además de frescos.

[editar] Arte y artesanía

[editar] Cerámica

Jarrón micénico exportado a Ugarit, siglos XIV al XIII a. C., museo del Louvre

La arqueología ha encontrado gran cantidad de cerámica de época micénica, de estilos muy diversos: jarras, cántaros, cráteras, jarrones llamados de «copa de cava» por su forma, etc. La talla de las jarras es muy variable. Los modelos son muy homogéneos en todo el espacio micénico durante el HR III B, donde la producción aumenta considerablemente en cantidad, sobre todo en la Argólida, de donde provienen gran cantidad de jarras exportadas fuera de Grecia. La producción destinada a la exportación era en general más lujosa y disponía de decoración pintada muy trabajada, utilizando motivos mitológicos, guerreros o animales.

Otro tipo de vajilla, de metal (principalmente de bronce) se ha encontrado en cantidades importantes en los yacimientos micénicos. Las formas en este caso son más bien los trípodes, barreños o lámparas.

Se han encontrado algunos ejemplos de jarras de loza o de marfil.

[editar] Escultura

Cabeza de mujer, uno de los raros ejemplos de plástica monumental micénica, Museo nacional de arqueología de Atenas.

El periodo micénico no produjo estatuas de gran tamaño. La mayor parte de la escultura del periodo consiste en estatuillas finas de tierra cocida, encontradas sobre todo en el yacimiento de Filacopi, pero también en Micenas, Tirinto o Asine. La mayoría de las estatuillas representa figuras antropomórficas (aunque también las hay zoomorfas), masculinas o femeninas. Las figuras están en diferentes posturas: brazos extendidos, elevados hacia el cielo; brazos plegados sobre las caderas; sentados. Están pintadas, monocromas o polícromas. Su sentido no está claro, pero parece probable que se trate de objetos votivos, encontrados en contextos que parecen ser de lugares de culto.

La figura más representativa es la llamada Triada Divina, que representa a dos diosas y a un niño, quizás precedentes de Deméter, Perséfone y Triptólemo, divinidades vinculadas a la fertilidad de los campos. También destaca una imagen de la diosa madre con su hijo en el regazo.

También son corrientes los ídolos en psi, en fi o en tau, así llamados por su semejanza a éstas letras del alfabeto griego. Se encuentra principalmente en tumbas y en santuarios.

[editar] Pintura

Fresco de Micenas representando un escudo, símbolo de la diosa de la guerra, Museo nacional de arqueología de Atenas.

La pintura micénica está muy influenciada por la minoica. Se han encontrado algunos frescos murales en los palacios micénicos. Los temas representados son varios: caza (incluyendo tauromaquias), combates, procesiones, relatos mitológicos. Otros frescos están formados por motivos geométricos. Una parte de la cerámica estaba pintada con temas idénticos (véase más arriba).

[editar] Armas

Elementos militares han sido encontrados entre los tesoros del periodo micénico. El hallazgo más impresionante es el de la armadura de Dendra, el equipamiento completo de un guerrero. La coraza que lleva está compuesta de placas de bronce cosidas sobre un vestido de cuero. El peso de la armadura debía impedir la movilidad del guerrero, por lo que se creía que se trataba de un combatiente sobre carro. Sin embargo diferentes experimentos han demostrado que también se podía usar de pie.

El armamento defensivo encontrado en los yacimientos micénicos está formado por algunos cascos, a destacar un modelo en forma de cabeza de jabalí, que está ausente de los últimos niveles del Heládico reciente. Se empleaban dos tipos de escudos: un modelo en forma de 8 (Los escudos en ocho) (llamado de «perfil pinzado», véase imagen a la derecha) y otro modelo rectangular, redondeado arriba. Estaban realizados en cuero.

Las armas ofensivas son sobre todo en bronce. Se han encontrado lanzas y jabalinas, además de un conjunto de espadas de diferentes tallas, hechas para golpear con el filo como de estoque. El resto del armamento encontrado para este periodo se compone de puñales y flechas, demostrando la existencia de arqueros.

[editar] Prácticas funerarias

Entrada a la «tumba de Agamenón» en Micenas.

La forma de enterramiento más corriente durante el Heládico reciente es la inhumación. Se entierra bajo el suelo mismo de las viviendas o en el exterior de las zonas residenciales, en cementerios, a veces en túmulos (θόλος / thólos). Esta forma se remonta a los más antiguos periodos de poblamiento indoeuropeo de Grecia y sus raíces hay que buscarlas en las culturas balcánicas del III milenio adC e incluso en la cultura de los kurganes. Las tumbas individuales son en forma de cista, con un paramento de piedras. En el HR I aparece mobiliario funerario, que estaba ausente en los periodos anteriores. A principios del Heládico reciente también se nota la presencia de tumbas comunes, de forma rectangular. Resulta difícil establecer si las diferentes formas de inhumación se traducen en una jerarquización social, como se ha creído en ocasiones, convirtiendo los thóloi en las tumbas de las elites dirigentes, las individuales en las tumbas de las clases pudientes y las tumbas comunes en las del pueblo.

La cremación aumenta en número a lo largo de la época, hasta convertirse en muy importante hacia el HR III C. Quizás sea la prueba de la llegada de un pueblo nuevo a Grecia.

Las tumbas más impresionantes de la época micénica son las tumbas reales monumentales de Micenas, sin duda dedicadas a la familia real de la ciudad. La más célebre es la «tumba de Agamenón» (el «Tesoro de Atreo») en Micenas, que tiene forma de thólos. Cerca se encuentran otras tumbas (llamadas del «círculo A»), las llamadas «de Clitemnestra» y «de Egisto». Todas han dado impresionantes tesoros, exhumados por Schliemann durante sus excavaciones de Micenas.

[editar] Decadencia

El fin de la civilización micénica presenta una serie de problemas que no han sido resueltos todavía, tanto desde el punto de vista cronológico como de interpretación de los hechos.

El final del HR III B1 está marcado por algunas destrucciones, principalmente en Micenas. En el HR III B2 se advierte un aumento de los sistemas de defensa, signo de que la inseguridad aumenta. Pero no se trata de un periodo de crisis, puesto que los niveles han proporcionado materiales arqueológicos que muestran un nivel de riqueza que no tiene nada que envidiar a las épocas precedentes. El fin del periodo, sin embargo, está marcado por numerosas destrucciones de gran parte de los centros micénicos de Grecia continental.

El HR III C muestra una disminución en el número de asentamientos en Grecia, que puede llegar a ser muy importante en algunas regiones (9 de 10 asentamientos de Beocia desaparecen, 2 de 3 de la Argólida). Algunos asentamientos, como Micenas o Tirinto, continúan siendo habitados, y la cultura material que se encuentra sigue teniendo características micénicas, lo que hace que se considere el nivel HR III C todavía como perteneciente a la civilización micénica. Sin embargo, se nota la aparición de un nuevo tipo de cerámica, llamada «bárbara», porque ha sido atribuida a los invasores exteriores, y también el aumento de la cremación de los cadáveres.

¿Cuales son las causas del declive de la civilización micénica en este periodo? Se han avanzado varias explicaciones. Aquellas que se refieren a factores naturales (cambio climático, terremoto) han sido rechazadas. Quedan dos grandes teorías: la de los movimientos de población y la de los conflictos internos.

La primera atribuye la destrucción de los asentamientos micénicos a invasores. Se piensa sobre todo en los dorios y en los Pueblos del Mar. Se sabe que los primeros ya estaban presentes en la Grecia continental con anterioridad y por lo tanto parece poco probable aceptar la antigua teoría de una «invasión dórica» abatiendo la civilización de las aqueos.

Los movimientos de pueblos desde los Balcanes hasta Próximo Oriente en está época, mencionados en inscripciones egipcias, que llaman a los invasores «los pueblos del mar» son un mito más que una realidad.

LOS DENOMINADOS PUEBLOS DEL MAR (O LOS FANTASMAS DE FINALES DEL BRONCE)

Se supone estos pueblos fueron responsables de destrucciones en Anatolia y el Levante.

Pudo haber “pueblos fantasmas”….POCOS O NINGÚN DATO. MUCHA FANTASÍA

La mención de un pueblo llamado Eqwesh (que recuerda al término «aqueo») en un texto egipcio del siglo XII a. C. hace suponer a los especialistas que los micénicos habrían formado parte de estas invasiones (cosa que no es segura).

uno cero QUE NO

………………………………..

La segunda teoría atribuye la decadencia de la civilización micénica a conflictos sociales internos, causados por el rechazo del sistema palacial por las clases sociales más desfavorecidas, que se habrían empobrecido hacia finales del Heládico reciente.

Esta hipótesis se une a veces a la anterior, cuando se intenta mezclar las divisiones sociales con divisiones étnicas.

——————————-dos cero:NO SE SABE NADA DE LAS CAUSAS

———————

LOS HECHOS: DESAPARICIÓN, CAMBIOS…

Sea cual fuere la causa, la civilización micénica desaparece definitivamente tras el HR III C, cuando los asentamientos de Micenas y Tirinto son destruidos de nuevo y pierden su importancia.

Este fin, que se data en los últimos años del siglo XII a. C., se produce tras un lento declive de la civilización micénica, que tardó bastantes años en extinguirse. A principios del siglo XI a. C. se abre un nuevo contexto, el protogeométrico, comienzo de la época geométrica, los «siglos oscuros» de la tradición historiográfica.

Es decir:HAY UNA LENTA EVOLUCIÓN, UN DECLIVEGENERAL DE LOS YACIMIENTOS, CUYAS CAUSAS SON DESCONOCIDAS.

Notas

  1. A. Furumark, Mycenaean Pottery, vol. II Chronology, 1941.
  2. Chr. Piteros, J.-P. Olivier y J.-L. Melena, « Les inscriptions en linéaire B des nodules de Thèbes (1982): la fouilles, les documents, les possibilités d’interprétation », Bulletin de correspondance hellénique, 114 (1990), p. 103–184.

Véase también

Bibliografía

  • « Les Mycéniens. Des Grecs du IIème millénaire », en Les Dossiers d’Archéologie, n° 195 (julio-agosto de 1994);
  • John Chadwick:
    • (en inglés) The Mycenaean World, Cambridge University Press, 1976, ISBN 0521290376
    • “El Mundo Micénico”, Alianza Editorial, 1977 (1ª reimpr. 2000), ISBN 8420679208
    • (en francés) Le déchiffrement du linéaire B, Gallimard, coll. « Bibliothèque des histoires », 1972,
    • (en inglés) con L. Godart, J. T. Killen, J.-P. Olivier, A. Sacconi y I. Sakellarakis, Corpus of Mycenaean Inscriptions from Knossos, 4 vol., Cambridge University Press, 1987–1999;
  • Isabelle Ozanne, Les Mycéniens, paysans, pillards et poètes, Armand Colin, coll. « Civilisations U », 1992, ISBN 2200212461
  • Jean-Claude Poursat, La Grèce préclassique, des origines à la fin du VIe siècle, Nouvelle histoire de l’Antiquité, vol. 1, Seuil, col. « Points Histoire », 1995 ISBN 2-02-013127-7;
  • René Treuil, Pascal Darque, Jean-Claude Poursat y Gilles Touchais, Les Civilisations égéennes du Néolithique et de l’Âge du Bronze, PUF, col. « Nouvelle Clio », 1990, ISBN 2130422802.

Enlaces externos

HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO: GRECIA. Tema I.Mundo Minoico.Tema II. Micenas.

Autor: VÁZQUEZ HOYS ANA Mª, editorial Sanz y Torres


Carrera: HISTORIA
Asignatura: HISTORIA ANTIGUA UNIVERSAL
Curso: PRIMER CURSO GRADO


Tipo: TEXTOS BÁSICOS
Edición: 1ª – 2007
Páginas: 750 páginas.
ISBN: 9788496808003
Tamaño: 28×22
Idioma: ESPAÑOL

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27 nov 10

-http://www.proyectosalonhogar.com/images/mapa_micenas.jpg


Situada en el centro de la Península del Peloponeso, Micenas da origen a la denominación de su época o cultura, la primera indoeuropea de Europa.


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9 dic 09

El arte prehelénico se divide en dos periodos: Minoico y Micénico, situado entre el 1800 y 1450 aC. uno y entre el 1400 y el 1100 aC. el otro, respectivamente. El periodo minoico tiene su origen en la isla de Creta mientras que el micénico se desarrolla en la península del Peloponeso y Asia Menor.

En ambas etapas se da comienzo a la utilización preponderante de columnas de madera (troncos de ciprés) cuyos capiteles están constituidos por toros, figura zoomorfa que prevalecerá en casi todas las artes de esta etapa prehelénica,al igual que la figura de la doble hacha , o “labrys”, ligada al culto de la Diosa Madre, de la que deriva el término “laberinto”.-El término labrys designa a un hacha de doble filo, conocida entre los antiguos griegos con el nombre de pelekys (πέλεκυς)[1] o sagaris, y entre los romanos como bipennis.La palabra y el símbolo se asocian mayormente a los registros históricos de la civilización minoica, que alcanzó su esplendor durante el II milenio a. C. Han sido halladas varias labrys que superan a un hombre en altura y que podrían haber sido utilizadas en los sacrificios, cuyas víctimas habrían sido toros. Según algunos descubrimientos arqueológicos realizados en Creta,

Esta hacha de doble filo era utilizada específicamente por sacerdotisas minoicas para usos ceremoniales: de todos los símbolos religiosos de la civilización minoica, el hacha era el más sagrado, de modo que la posesión de una de esas hachas por parte de una mujer nos puede dar una idea de su importancia en la cultura minoica.

En Oriente Próximo y otras zonas de la región, las divinidades masculinas acabarán empuñando a menudo este tipo de hacha para convertirse en símbolos del trueno, mientras que en Creta nunca es empuñada por una divinidad masculina, sino sólo por divinidades femeninas y sus sacerdotisas.

El toro simboliza a Zeus, y en efecto la labrys se asocia a un símbolo arcaico de la divinidad del trueno: así, Zeus y otras divinidades se representan como dioses del trueno sosteniendo sus armas, y aparecen en muchos motivos de la mitología indoeuropea. Entre los ejemplos se encuentran el dios escandinavo Thor, que hace girar su martillo mjollnir para lanzar el trueno y el rayo sobre la tierra, o Indra, que utiliza el vajra, su arma favorita. De modo similar, Zeus lanza su keravnos para traer la tormenta, y la labrys o pelekys es el hacha de doble filo que éste emplea para invocarla.

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-En arquitectura se construyen los famosos “megarón” que serán las bases de los palacios y los futuros templos griegos. Las construcciones de Knosos o Cnosos (descubierta en el siglo XX y de la que se cree era la residencia del Rey Minos), Faistós, Malia y Hagia Triada son paradigmas de este tipo de edificio minoico, destruidos por un terremoto y prontamente reconstruidos. Poseen varias características comunes (ubicación en la cima de colinas, su orientación, la forma de división de ambientes, etc).-

Hélade:Continente
Cícladas:Islas
Minoico:Creta

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-El Heládico Reciente. La civilización Micénica o Aquea.—-http://www.netschoolbook.gr/digital/mycenae/megaron.gif-Megaron de Pilos,reconstrucción ideal

Reconstrucción ideal del megarón de Pilos-

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Megarón.Micenas:

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El mégaron es el núcleo principal del palacioi MICÉNICO, UNA HABITACION principal con un hogar central y cuatro columnas alrededor,donde se reunían los hombres.Pero también había abundantes cuartos subsidiarios que son muy interesantes para comprender las actividades que allí se desarrollaban.

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Debido a sus funciones de almacenamiento y de intercambio gran parte del palacio estaba destinada a finalidades comerciales, aunque sorprende la gran cantidad de habitaciones adornadas y decoradas con pinturas. Estos frescos, de indudable influencia cretense, muestran escenas de la vida diaria; damas sentadas en las ventanas contemplando lo que ocurre en el exterior, soldados ejercitándose, animales, elementos decorativos como escudos bilobulados, etc.

El moblaje de estos palacios debía ser muy simple, aunque poco es lo que ha sobrevivido ya sea al incendio o a la destrucción. Estaba, constituido por mesas, sillas, escabeles, lechos pequeños, perchas para colgar las ropas o algún cofre.

Como ya dijimos, lo más característico de estos palacios, en el aspecto artístico, es la pintura al fresco: es la expresión más ilustrativa de la cultura micénica y más llena de espíritu.

A pesar de ello no hay diferencias esenciales con respecto a la pintura cretense.

Se muestra allí la misma afición por la decoración abstracta y floral, las mismas procesiones, las mismas figuras estáticas, propias de los modelos cretenses.

Fresco del palacio de Néstor, en Pilos. 1300 a.C.

Abundan más los temas guerreros que en las pinturas cretenses y hay un movimiento mayor, con fuerza dramática, pero en lo relativo a las formas siguen siendo de inspiración cretense. Afirmaciones similares pueden hacerse respecto de la cerámica micénica.

En cuanto a la escultura, lo mismo que en Creta, está ausente lo monumental, con excepción de la Puerta de los Leones de Micenas. Hay un gusto por lo pequeño, la miniatura, tanto en los marfiles como en la terracota y las gemas talladas. Parece extraño que estas dos civilizaciones, tan bien dotadas, hayan pasado por alto el progreso de la escultura monumental en Egipto y Anatolia. En Grecia, la ausencia de una tradición escultórica de gran tamaño es particularmente extraña pues se extraía buena piedra de las canteras, la que sí era utilizada en una arquitectura monumental. La falta de modelos minoicos fue, probablemente, lo que demoró la aparición de una gran escultura. La ya mencionada Puerta de los Leones es una expresión tardía, cuando históricamente la cultura micénica estaba próxima a morir. Se trata de un altorrelieve tallado en el revestimiento del triangulo colocado sobre el dintel de la puerta de la ciudad. Son dos leones con el cuerpo de perfil y las cabezas (que han desaparecido) mirando hacia el frente. Ambos aparecen custodiando el pilar, elemento simbólico ya mencionado. Sin duda tenían un sentido religioso y alusivo, al mismo tiempo, a la doble autoridad, divina y política del rey. Están talladas con mucho realismo y su modelado es claro y limpio como si estuvieran talladas sobre marfil.

Copa de Néstor. 1600 a.C. Circulo A, Micenas

Donde sobresalieron sin duda los micénicos fue en el trabajo de orfebrería. Las piezas más hermosas se han reunido en el museo nacional de Atenas, donde podemos apreciar todo el esplendor de Micenas “rica en oro” según las palabras de Homero. Además de las famosas mascarillas encontradas por Schliemann en las tumbas del Círculo A, contamos con hermosos ritones de plata y copas como la que responde a la descripción que Homero nos trae de la copa de Néstor.

Dagas micénicas

Vaso de Vafio. Micenas

www.guerreroweb.com/…/ 001egeo10_18.htm

En Vafio se encontraron dos vasos de oro en forma de cubilete con un firme sentido de la composición, y una claridad, muy alejados de los principios estéticos cretenses. En ellos estamos tratando de descubrir las primeras manifestaciones del espíritu griego. Uno de ellos muestra un paisaje montañoso con escenas de la vida de toros salvajes: un toro ha quedado prisionero en una red, en tanto que otros dos embisten furiosos. En el otro vaso aparecen ya, en un paisaje llano, dos toros domesticados.

Merecen también especial mención las armas de lujo que enriquecen las tumbas de los príncipes aqueos.

Un sincretismo similar al que encontramos en el arte se nos muestra en la religión micénica. Tropezamos con enormes dificultades para conocerla con alguna precisión pues las tablillas en lineal B nos proporcionan muy pocos indicios, al menos por el momento. En cuanto al testimonio de Homero resulta sumamente peligroso pues hay en él numerosos agregados posteriores. Tampoco las manifestaciones artísticas nos proporcionan mayores datos y siempre están sujetas a interpretaciones diferentes. La abundancia de figuras divinas femeninas tanto en la cerámica y pintura como en la escultura puede inducirnos -de hecho ocurrió así durante mucho tiempo- a pensar que la religión cretense y la micénica eran idénticas. Gracias a los recientes trabajos de M. Parson Nilson y de Charles Picard se han podido establecer diferencias entre ellas.

La religión micénica es la síntesis de elementos nórdicos con elementos mediterráneos. Los indoeuropeos llevaron a Grecia su religion que adoraba divinidades uranias y pastoriles. Estas divinidades tropezaron con las que eran propias de las poblaciones agrarias mediterráneas, es decir, ctonicas y predominantemente femeninas. De la fusión de estas dos religiones diferentes surgió la religión micénica, con algunas otras influencias procedentes de Egipto y Oriente.

Este sincretismo explica por qué la religión griega posterior se aparta de otras religiones indoeuropeas, como la germana, la de Roma o de la India en las que sobreviven mejor los rasgos primitivos de las creencias indoeuropeas. Desde luego en la religión micénica los dioses tienen una importancia que equilibra o supera en algunos casos la de las diosas. Además hay en su panteón una organización jerárquica similar a la que encontramos en la sociedad humana.

físico.

Copa micénica.Atenas

En lo que se refiere al culto, las influencias cretenses-fueron mayores. Lo mismo que en Creta los lugares de culto están estrechamente vinculados a la vivienda humana y faltan también los templos. Abundan los ídolos, preferentemente femeninos, y también los símbolos sagrados.

En cuanto a las costumbres funerarias, éstas fueron variadas aunque, en. general, los muertos eran inhumados y no incinerados. Algunos de ellos, los antiguos dueños de estos palacios, designados con el nombre cretense de “heros” (posiblemente señor) recibirán un culto especial, como antepasados de las familias reinantes. Adquirirán así el carácter de potencias sobrenaturales, intermediarias entre los dioses y los hombres. Nace así, en el período micénico, el culto de los héroes, que continuará más allá de las invasiones doricas.

Relacionada con este culto hará su aparición la mitología heroica que atravesando la época, enriquecerá la literatura y el arte de la Grecia arcaica y clásica.

En cuanto a la organización social y política, el testimonio proporcionado por las tablillas en Lineal B viene a completar los datos bastante confusos brindados por Homero.

De acuerdo con esas tablillas comprobamos que la sociedad aquea estaba completamente jerarquizada. A la cabeza se encontraba el rey (Wanax en las tablillas; basileus en Homero). Estaba asistido por un funcionario llamado en las tablillas “lawagetas”, cuyas funciones no han podido establecerse con precisión. Tal vez se trataba de una especie de gran visir o un comandante en jefe de las tropas. Por debajo de ambos existía una larga serie de funcionarios cuyos nombres conocemos, pero no sus funciones. Algunos de ellos cumplirían tareas administrativas, y otros, militares. También figuran en las tablillas nombres de sacerdotes y sacerdotisas, de acuerdo con las importantes tareas que cumplían dentro de la sociedad.

Por debajo de esta capa privilegiada se encontraba el “damos” o pueblo, para el cual existía una sistemática división del trabajo. Había profesionales, burócratas, artesanos de todo tipo, campesinos, y en la última escala, los esclavos. Estos procedían de las expediciones de saqueo como, seguramente, fue la toma y destrucción de Troya.

Los trabajos realizados por Georges Dumézil sobre mitología comparada muestran que la sociedad divina de los indoeuropeos se basaba en una división tripartita y trifuncional que se trasladaba a la sociedad humana. A las tres clases sociales de sacerdotes, guerreros y campesinos, correspondían tres tipos divinos que encarnaban la soberanía, la fuerza y la fecundidad. De allí la existencia de tríadas tan frecuentes en los pueblos indocuropeos. Tomemos por ejemplo a los pueblos indoiranios: la soberanía está representada por Varuna y Mitra, la fuerza por Indra, y la fecundidad por los Nasatya. (Para ampliar esta teoría puede consultarse la obra de G. Dumézil: Los Dioses de los Indoeuropeos. La sociedad en castas de la India manifiesta con rigidez esta división tripartita: los brahmanes cumplen funciones de gobierno y sacerdotales; los chatrias son los guerreros y los vaisias son la casta productora.

También en la sociedad aquea podemos encontrar resabios de la organización trifuncional de los indoeuropeos: dos clases privilegiadas nobles (funcionarios y guerreros) y sacerdotes, las que dirigían la clase productora del damos.

Los fundamentos económicos de esta sociedad los encontramos en la agricultura, ganadería, industria y comercio. Todas estas actividades alcanzaron un gran desarrollo en la época del apogeo micénico. La abundancia de objetos de esta cultura, encontrados tanto en el Mediterráneo oriental como en el occidental, revelan la expansión comercial de un mundo pleno je vitalidad.

Sin embargo, la existencia de tan macizas fortificaciones construidas en torno a los palacios aqueos parece indicarnos que entre ellos no se disfrutaba de mucha paz y concordia. El peligro que amenazaba a estos grandes señores no procedía tanto del mar como del propio continente. Las guerras entre ellos deben haber sido frecuentes y su poderío ya estaría muy debilitado y decadente cuando irrumpieron los dorios. Sin duda, el canto del cisne de esta civilización fue la expedición conjunta llevada a cabo contra Troya, al otro lado del Egeo.

La historia de Troya es, arqueologicamente hablando, una de lo más complicadas del mundo. Esta ciudadela, situada sobre una cadena de promontorios a pocos kilómetros del mar Egeo y los Dardanelos, que dominaba y gobernaba una fértil llanura adyacente, carece de restos del neolítico. Luego, a partir del 3.200 a.C. aproximadamente el lugar fue ocupado de manera ininterrumpida hasta el 1.100 a.C. De allí en adelante y hasta el 720 a.C. no volvió a ser habitado.

Se ha tomado la costumbre de distinguir en Troya ocho niveles arqueológicos diferentes cuya cronología aproximada es la siguiente:

Troya I 3.200 - 2.600 a.C. Troya IV 2.200 - 2.050 a.C. Troya VII a ’1.300 - 1.240 a.C.
Troya Il 2.600 - 2.300 a.C. Troya V 2.050 - 1.900 a.C Troya VII b 1.240 - 1.100 a.C.
Troya HI 2.300 - 2.200 a.C. Troya VI 1.900 - 1.300 a.C. Troya VIIII después del 720 a.C.


Durante toda su larga fase de la Edad del Bronce Antigua, hasta quizá el 1.800 a.C., la arqueología troyana revela una notable continuidad cultural. No es que los tiempos fueran completamente pacíficos; hubo una serie de catástrofes periódicas que explican la existencia de cinco estratos superpuesto, pero a cada ruptura parece haber seguido una reconstrucción inmediata y no se muestran indicios de la aparición de elementos nuevos en la población. De todas estas Troyas, la da es la más rica y floreciente como lo demuestran los abundantes tesoros hallados por Schliemann, quien, equivocadamente, los atribuyó a Príamo.
Luego, hacia el 1.800 a.C., surge con Troya VI una nueva civilización que aparece sin prevío aviso, como aconteció en todo el Egeo con similares innovaciones importantes. Este período muestra una técnica militar avanzada, con murallas complejas y arquitectura en general perfeccionada, pero carece de tesoros y de obras estéticamente importantes. No es una coincidencia que las ruinas de Troya VI estén llenas de huesos de caballos, pues fue el caballo lo que dio a los nuevos ocupantes una ventaja militar decisiva sobre sus predecesores. Las cantidades de cerámica miniana primero y luego de la micénica encontradas en Troya VI indican una íntima vinculación con Grecia, hasta el punto que muchos arqueologos han lanzado la hipótesis de que en aquel momento Troya estaba en manos griegas o al menos de una clase dirigente griega.

El más grande misterio que rodea a Troya es que los troyanos no parecen haber enterrado a sus muertos. No se ha descubierto más que un pequeño cementerio de umas funerarias a 500 m de la ciudadela, y que parece haber pertenecido a Troya V. En consecuencia, el largo tiempo de ocupación y de esplendor de Troya VI que dura 600 años implica seguramente más de un millón de muertos en ese lugar. ¿A donde han ido a parar sus restos? Es un misterio. En cualquier caso la ausencia de tumbas convierte a la reconstrucción de la historia troyana en algo particularmente difícil. Por lo demás, los troyanos no tenían escritura o, si escribían, lo hacían sobre materiales perecederos tales como la madera o el cuero. No nos ha quedado nada. La arquitectura de Troya VI es más cuidadosa y menos megalítica, que la de Micenas. Casi da una impresión de lujo. Los Aqueos construían de un modo utilitario, únicamente para defenderse; los soberanos de Troya eran más amantes de la apariencia.

Troya estaba aislada del mundo asiático con el cual no tenía buenas comunicaciones naturales. Particularmente los troyanos parecen haber ignorado y haber sido ignorados por los soberanos hititas. Salvo dos pequeños sellos cilíndricos, no se ha encontrado, en todos los trabajos efectuados en el nivel de Troya VI, ningún objeto de origen oriental. Todas las importaciones son micénicas y la mayor parte son objetos de lujo. Esto prueba la gran afinidad de cultura existente entre Troya y el mundo egeo.

Troya era un reino habitado por una población, si no griega, al menos fuertemente helenizada, que se dedicaba principalmente a la cría de caballos y de ganado menor. Esto le permitió desarrollar una floreciente industria textil a fin de intercambiar sus tejidos por los productos de lujo venidos del mundo micénico.

Troya VI fue destruida por una catástrofe tan grande que es más razonable atribuirla a un movimiento sísmico que a causas humanas.

Troya. VIIa representa la continuación directa de Troya VI, pero todo esplendor ha desaparecido. Esta ciudad disminuida es la que coincide con la última gran fase de Grecia que comienza hacia el 1.300 a.C.. La cerámica miniana persiste, pero esta sociedad arruinada no estaba en condiciones de importar la magnífica cerámica micénica, orgullo de los banquetes de Troya VI. La industria textil parece haberdesaparecido y ya no existen artículos para el intercambio. Este aspecto es de mucha importancia para comprender las causas que impulsaron a los aqueos a emprender la guerra contra Troya. Troya VIIA desapareció en una inmensa conflagración producida por la mano del hombre alrededor de 1240 o 1230. La fecha de su caída está en relación con todos los problemas que afectaron el final del mundo micénico. Es obvio que no pudo organizarse una invasión micénica de Troya después de 1.200 a.C., pues las propias potencias griegas estaban sufriendo ataques y siendo destruidas.

En cuanto a las razones que pudieron impulsar a los aqueos a esta guerra, dejando de lado a Homero y la tradición épica, parecen haber sido simplemente las de un saqueo a fondo de esta ciudad que, si bien ya no era tan poderosa como la Troya VI, guardaba sin duda suficientes recuerdos del pasado esplendor como para despertar la codicia de los señores aqueos. Esta es, sin embargo, una de las tantas conjeturas y posibilidades que han sido formuladas sin comprobación, hasta este momento.

El final de la Edad de Bronce

En los archivos hititas se conservan unos veinte textos en los que se hace referencia al reino de Akhkhiyawa. Desde que se descifró la escritura hitita se ha intentado reconocer en los pobladores de este reino a los aqueos, denominación que los poemas Homéricos aplican a los griegos que participaran en la guerra de Troya y, probablemente, el nombre con que se designaban a sí mismos en la época micénica.

La mayoría de los especialistas acepta hoy esta identificación, pero subsiste el problema de la ubicación de este reino. Algunos piensan

que estaba en el continente, pero todas las probabilidades están en contra de opinión. Puesto que tal reino de Akhkhiyawa estaba lo suficientemente cerca del reino hitita como para amenazarle en la última etapa de su historia, es casi seguro que se trata de un reino aqueo ubicado en Rodas. En todo caso, los datos hititas no nos informan sino que las gentes de este reino, fueran o no griegos micénicos, tomaron parte, en la segunda mitad del siglo XIH a.C., en las hostilidades y actos de piratería que se produjeron contra las fronteras del reino hitita. Este fue destruido entre 1.200 y 1.190 a.C. Aunque no tenemos testimonios acerca del pueblo que lo destruyo, parece cada vez más probable que su ruina está vinculada a las devastaciones provocadas en el Mediterráneo oriental por una coalición de pueblos, mencionada por dos veces en las fuentes egipcias, con la equívoca denominación de “Pueblos del Mar”. Al parecer se trataba de pueblos de la más variada procedencia que aún no han podido ser identificados, con excepcion de los filisteos.

Alrededor de esa fecha (1.200 a.C.) se produjo el abrupto final de la mayor parte de estas civilizaciones del bronce. Desde Tesalia en el norte hasta Laconia en el sur, hay al menos una docena de fortalezas arrasadas, entre ellas Yolco, Gla, Pfios, Micenas, etc.

Tanta destrucción es difícil imaginarla independientemente de los actos de piratería de los pueblos del mar y de los destructores del imperio hitita. También se registraron trastornos en regiones tan alejadas como Mesopotamia en el este e Italia en el oeste. Ello indica un amplio movimiento de pueblos no organizados en forma de una auténtica coalición, sino provocado por alguna causa que expulsara a aquellas gentes de algún lugar. Algunos piensan que el centro originario de estos movimientos estuvo en la región cárpato-danubiana de Europa. Otros prefieren creer que en el Asia Menor.

Por lo que se refiere a Grecia el ataque vino del norte, fuesen cuales fuesen sus orígenes remotos. Los intrusos penetraron con éxito y consiguieron destruir tanto las fortalezas del Peloponeso como la organizacion política que sostenían. Como el Peloponeso y Creta fueron en siglos posteriores la sede del dialecto dorico, muchos historiadores creen que estos invasores fueron “dorios”, una rama de la inmigración de lengua griega que se había asentado en la parte noroccidental de la penínstúa, permaneciendo allí tal vez durante mil años, al margen de la brillante civilización del bronce que se desarrolló en el resto de Grecia. Luego comenzaron a moverse lentamente hacia el sur y su desplazamiento fue quizá una consecuencia del movimiento de pueblos producido en los Balcanes. Cuando hacia el 1.200 a.C. se rompió el equilibrio de poder existente en el mundo griego, aprovecharon su oportunidad. En realidad, ellos no ocasionaron la caída del imperio micénico sino que se aprovecharon de las condiciones generales existentes en ese momento y que, de todos modos, lo hubieran hecho caer.

La tradicion ha conservado un recuerdo muy vivo de este amplio movimiento de pueblos en el mito del retorno de los Heráclidas. Se decía que, después de muerto Héracles, sus hijos tuvieron que huir del Peloponeso por causa de su primo, el cruel Euristeo.

Varias veces sus descendientes intentaron retomar al Peloponeso pero fracasaron. Finalmente, un siglo después de la muerte de Heracles, sus descendientes recuperaron su reino. La tradición consideraba a los Heráclidas como los jefes y conductores de unos invasores nórdicos, los dorios. La ruta que siguieron los dorios en su marcha hacia el Peloponeso ofrece muchas dudas. Al parecer unos penetraron en esta región atravesando el golfo de Corinto en Naupacta y se instalaron en la Élida,

Acaya y Laconia. Otros penetraron por tierra a través del istmo de Corinto y se instalaron sobre todo en Argos, Corinto y Megara.

La marejada dorica abarcaba casi toda Grecia. Solo algunas regiones escaparon indemnes; tal es el caso de Arcadia, en el centro del Peloponeso, y Atenas, que no sabemos si fue dejada a un lado por los invasores o si resistió su ataque logrando rechazarlo.

No hay duda que la Regada de los dorios coincidió, en Grecia, con múltiples trastornos. En consecuencia, los investigadores se inclinaron a ver en estos invasores el origen de tales trastornos y a atribuirles una se-

rie de cambios importantes.

Durante mucho tiempo se ha sostenido que los dorios introdujeron dos novedades de gran importancia: la metalurgia del hierro y la cerámica de estilo geométrico. De esa manera podía explicarse fácilmente su conquista del Peloponeso ya que sus armas de hierro eran muy superiores a las de bronce de los aqueos. Actualmente, sin embargo, no existe ninguna duda de que fue en Anatolia donde primero se conoció el trabajo del hierro, cuyo monopolio tuvieron los hititas durante mucho tiempo. Una vez producida la ruina del imperio hitita, hacia 1.200 a.C., el manejo del hierro, se extendió por Palestina y Creta y de allí, seguramente, pasó a Grecia continental.

Posiblemente y según la antiguas teorías, fue en Grecia donde los dorios se familiarizaron con el hierro.

Tampoco podemos atribuir a los dorios la introducción en Grecia del estilo geométrico. Este parece haber sido una derivación del arte micénico sobre el cual actuaron influencias orientales. Además, este estilo alcanzó sus más brillantes manifestaciones en Chipre y en Atenas, que no habían sido afectadas por la invasión de los dorios. En cuanto a la incineración de los cadáveres, tampoco parece haber sido una aportación exclusiva de los dorios ya que la civilización micénica había comenzado a utilizarla, aunque muy rara vez.

En el terreno de lo social encontramos algunas aportaciones de los posibles invasores, especialmente en lo que se refiere a la implantación de un sistema férreamente patriarcal según la tradición indoeuropeo. El ideal de esta sociedad es el caballeresco, que exalta las virtudes varoniles, la fuerza, el valor, la fidelidad. En todas las regiones donde se establecieron aplicaron su dura mano sobre las poblaciones sometidas, convirtiéndolas en esclavas. El caso más conocido es el de los ilotas de Esparta.

En el campo religioso hubo asimismo innovaciones pues allí también se puso de manifiesto la superioridad masculina. Es el momento en que dos divinidades masculinas, Zeus y Apolo, afirman su dominio por todas partes a expensas de las divinidades femeninas vinculadas a la tierra.

No debemos pues, sobreestimar las aportaciones de los dorios y atribuirles la destrucción de la brillante civilización del bronce griego.

Esta ya estaba en decadencia como resultado del complejo movimiento de pueblos y migraciones que durante los siglos XIII y XII a.C. habían afectado el Mediterráneo oriental. Su llegada sólo sirvió para acelerar el proceso.

Durante los dos o tres siglos siguientes se puede apreciar un vacío de poder en todo el Mediterráneo oriental. Fortalezas y palacios se derribaron sin ser reedificados y todo parece indicar que se produjo un descenso notable en el nivel de vida, así como grandes movimientos migratorios y una considerable reducción de la población, al mismo tiempo que se pierde la escritura (Lineal B).

Desaparecen los grandes imperios característicos de la Edad de Bronce, como el hitita y otros entran en recesión, como el Reino Nuevo egipcio, y el comercio se paraliza notablemente.

Sin embargo, en estos siglos oscuros se estaba gestando un nuevo tipo de sociedad y de cultura griega. Por esa razón, al calificar de oscuros los siglos que van de 1200 a.C. al 800 a.C. aproximadamente, debemos señalar que los que estamos a oscuras somos nosotros.

En medio de esa evidente pobreza material, que hace hablar a los arqueólogos de época submicénica, se estaba dando forma a un nuevo mundo.


Hands-On Ancient People, Volume 2 : Art Activities about Minoans, Mycenaeans, Trojans, Ancient Greeks, Etruscans, and Romans (2004) For kids ages 9-12.

The Archaeology of Greece: An Introduction, by William R. Biers (1996) This is NOT a children’s book, but Biers writes very clearly and has a lot of good pictures.

Greek Art and Archaeology (3rd Edition), by John G. Pedley (2002) This is also NOT a children’s book, but it has a lot of good information and is pretty readable. Plus, the author is really an expert in this field.

The Aegean Bronze Age (Cambridge World Archaeology) by Oliver Dickinson, Norman Yoffee (Editor) (1994)

Minoan and Mycenaean Art, by Reynold Higgins (2nd revised edition 1997) The standard book for college students-

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