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2 nov 09

» 6 Octubre 09 - Jesús TRILLO FIGUEROA* «Ágora: Hipatia» (I) El cine es un maravilloso medio para contar la Historia, pero tiene sus limitaciones: a veces, las ambiciones excesivas pasan factura.

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Lafilósofa Hipatia

Los realizadores de «El Código da Vinci» pretendieron convertir a Magdalena en diosa y se pasaron. Amenábar pretende, nada más y nada menos, contar una historia a partir de la cual «el mundo cambió para siempre». Y se ha vuelto a pasar cuatro pueblos más. La película tiene tantos mensajes ideológicos que es imposible meterlos en dos horas y, al mismo tiempo, mantener un ritmo entretenido, interesante y espectacular. El cine requiere medir las secuencias, los silencios, los tránsitos y, sobre todo, un guión que mantenga la atención del espectador. Es una pena, porque la película contaba con todos los mimbres: un gran director, una generosa producción, una preciosa actriz, un maravilloso decorado y una perfecta ambientación. Pero lo que pretenden es inyectar en una pastilla los siguientes mensajes: primero, que las religiones generan odio y violencia. Segundo, que el cristianismo es la más talibán de todas y la que empezó. Tercero, que existen dos mundos, por una parte, el de la filosofía y la ciencia, contrapuesto e incompatible con el de la religión. Cuarto , que el cristianismo al principio fue misericordioso, pero la jerarquía eclesiástica y la Iglesia son por definición intolerantes y fundamentalistas. Y, sobre todo, hay dos mensajes más que son especialmente queridos por la película y por toda la explosión de libros y propaganda que estos días se vienen haciendo: el cristianismo es la causa de la caída del Imperio Romano y de la desaparición de la sabiduría grecolatina. Además, es el culpable de la subordinación y dominación de la mujer por parte del hombre. En fin, Alejandría e Hipatia son el símbolo de una civilización grecorromana basada en la filosofía, la ciencia y la libertad, hasta que llegó el cristianismo y comenzó la oscura Edad Media. Demasiado para una sola película. Y la cosa continúa porque, según declara el director, «es increíble cómo se parece a la situación actual». ¿Es casualidad que desde julio hasta el estreno de la película se hayan publicado más de cuatro biografías sobre Hipatia, paradigma de las cuales es la de Clelia Martínez Maza, financiada por la Dirección General de Ciencia y Tecnología? Más de 10 novelas, ejemplo de las cuales es la escrita por el hermano de Carmen Calvo, ex ministra de Cultura, además de multitud de estudios de historia sobre la época. Y todo ello con el mismo mensaje. Que todo salga al mismo tiempo no puede ser casualidad. Una vez más, nos encontramos con un ataque ideológico perfectamente orquestado, del cual, por cierto, Amenábar suele ser pistoletazo de salida, como lo fue en el caso de «Mar adentro» con la eutanasia. Ahora la cosa va directamente contra la religión y particularmente contra el cristianismo. Lo malo de la trama que cuenta la película es que es mentira desde el principio hasta el final. Forma parte de la estrategia de reescribir la Historia a la que es tan aficionada nuestra izquierda. Hipatia no fue asesinada siendo una joven tan hermosa como Rachel Weisz, de 38 años, sino que murió en el año 415 y tenía 61. No fue famosa por sus dotes de astronomía por más que en la película se empeñen terca y cansadamente, atribuyéndole haberse adelantado a Kepler más de mil años; sino porque era una «divina filósofa» platónica, en palabras del obispo cristiano Sinesio de Cirene –única fuente coetánea que se conserva sobre ella–, a la que llama en sus cartas «madre, hermana, maestra, benefactora mía». El citado obispo, a quien en la película se le hace traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, murió dos años antes que ella, así que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte. Ella fue virgen hasta el final, pero no vivió la castidad como ha dicho la protagonista, que se ha declarado feminista radical, «para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación». Lo hizo porque, coherente con su filosofía, ejercía la Sofrosine, es decir el dominio de uno mismo a través de las virtudes entendidas como el control de los instintos y las pasiones. Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los talibanes cristianos. La biblioteca fue incendiada por Julio César, saqueada junto con el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. Es verdad que en el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios. El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Y el neoplatonismo siguió floreciendo, hasta que lo recuperó el renacimiento cristiano. Por cierto, que yo sepa, su más brillante exponente se llamaba San Agustín, coetáneo de Hipatia. «Ágora: Cirilo» (y II) La historia de Hipatia ha sido objeto de manipulación por todas las tendencias ideológicas, desde la Ilustración hasta el feminismo radical más reciente. Para algunos, como Voltaire, «desde la muerte de Hipatia hasta la Ilustración, Europa está sumida en la oscuridad; la Ilustración, al rebelarse contra la autoridad de la Iglesia, la revelación y los dogmas, vuelve a abrir la iluminación de la razón». En la última versión feminista de Úrsula Molinaro, Hipatia es la campeona del amor libre, a pesar de que en realidad era virgen. La conclusión es que de la verdadera historia de Hipatia se pasa a la leyenda de Hipatia, que se convierte en la leyenda del Crimen de Alejandría, cuyo protagonista principal es el obispo Cirilo. La película de Amenábar recoge casi todos los ingredientes de esta leyenda: Hipatia es símbolo de mujer libre que representa el fin de la cultura grecolatina y el comienzo del oscurantismo cristiano, asesinada por unos fanáticos talibanes cristianos al mando del obispo Cirilo. ¿De dónde surge esta leyenda? El primero que narró el crimen fue Sócrates Escolástico en el siglo V, un letrado al servicio del patriarca de Constantinopla Néstorio, enemigo del patriarca de Alejandría Cirilo. Pero la atribución directa a este último de la autoría del asesinato fue cosa del escritor pagano Damascio, que escribió la «Vida de Isidoro», que es una apología del paganismo durante el final del siglo V y principios del VI. No obstante, la auténtica leyenda surge con la obra de John Toland en 1720. Éste era un irlandés, hijo ilegítimo de un sacerdote católico, que se hizo protestante y posteriormente activo militante del ateísmo en la Gran Logia de Londres. Después vino Voltaire; después, el historiador Edward Gibbon, quien, para argumentar su tesis acerca de que el cristianismo es la causa interna de la decadencia del Imperio Romano, utiliza la leyenda de Hipatia y declara a Cirilo responsable de todos los conflictos que estallaron en Alejandría en el siglo V. Más tarde llegarán las versiones románticas de Leconte de Lisle y otros, y finalmente el feminismo radical, para el que Hipatia fue la primera mártir de la misoginia propia del cristianismo. Todos los autores citados, y alguno más, tienen una cosa en común: son masones reconocidos. Una de las grandes mentiras de la historia que se quiere propagar es que la mujer fue libre en Grecia y en Roma hasta que llegó el cristianismo y la sometió la sujeción del hombre; a esta idea también contribuye la película. Lo cierto es que en Grecia la mujer era considerada una cosa más de la casa, y en Roma, no era una «sui iuris», es decir, titular de derechos, sino que era considerada «capiti diminutio», como un niño o un incapacitado y, por tanto, estaba sometida a la tutela o la «manus» del padre o del marido. Por el contrario, fue el cristianismo el que consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza, pues ambos son hijos de Dios y hermanos en Cristo; y prueba de ello es que las primeras manifestaciones de mujeres libres autodeterminándose, pese a la voluntad de sus padres o del estado, fueron las primeras mártires cristianas víctimas de las persecuciones romanas, tales como Inés Ágata o Cecilia. Y precisamente la explicación fundamental en torno al odio a Cirilo está en esta cuestión. Independientemente de que la carta de San Pablo a Timoteo no refleja precisamente una visión emancipada de la mujer, no es creíble que Cirilo la impusiera como literalidad a cumplir, porque es precisamente Cirilo quien más ha exaltado en la historia de la humanidad la condición femenina, pues a él se debe la expresión «Theotokos», palabra griega que significa madre de Dios. El personaje del que hablamos, al que la película presenta con caracteres parecidos a Bin Laden para luego dejar en letras la explicación de que a ese «energúmeno» que ustedes han visto la Iglesia católica lo hizo Santo y León XIII lo declaró doctor de la Iglesia, efectivamente es San Cirilo de Alejandría. Él fue el que derrotó a la herejía Nestoriana en el Concilio de Éfeso del 431. En esencia, la disputa consistía en si María era madre de Cristo o madre de Dios. De la respuesta a esta cuestión surge algo muy importante: la doble naturaleza divina y humana en una persona llamada Cristo. Cirilo consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, puesto que era el lugar donde vivió sus últimos años la Virgen María , y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios. Hasta aquel momento nadie en la historia había conseguido colocar a un ser humano mujer por encima de cualquier hombre. Éste es el personaje que en el fondo persigue la leyenda de Hipatia; curiosamente, Beltrand Rusell comienza su «Historia del pensamiento occidental» con una irónica semblanza de San Cirilo diciendo: «El motivo principal de su fama es el linchamiento de Hipatia». Todo esto huele excesivamente a podrido. *Abogado del Estado (e)

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4 oct 09

Alejandría, 355 ó 370 – Ibidem, marzo de 415 ó 4161 fue una filósofa y maestra neoplatónica romana, natural de Egipto,2 que destacó en los campos de las Matemáticas y la Astronomía, miembro y líder de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V.


Hipatia (Υπατία) de Alejandría fue la primera mujer que hizo
contribuciones sustanciales al desarrollo de las matemáticas.

El nombre de Hipatia significa “La más grande”.

Su padre, Teón de Alejandría, era un célebre matemático y astrónomo, muy querido y apreciado por sus contemporáneos, que seguramente trabajaba y daba clases en la Biblioteca del Serapeo, sucesora de la legendaria Gran Biblioteca que desapareció en el incendio del año 48 a.C.

Teón fue un sabio que no se contentó con guardar los conocimientos de la ciencia para sí y sus discípulos sino que hizo partícipe de ellos a su propia hija, algo verdaderamente insólito en el siglo IV. Hipatia por su parte era una mujer abierta a todo el saber que su padre quisiera volcar sobre ella y así fue cómo se educó en un ambiente académico y culto. En efecto, Teón le transmitió su conocimiento sobre las matemáticas y la astronomía además de la pasión por la búsqueda de lo desconocido. Los historiadores han llegado a asegurar que incluso superó al padre, y que muchos de los escritos conservados que se suponen de Teón son en realidad de la hija.

Seguidora de Plotino, desdeñaba el misticismo y se centró en estudios lógicos y ciencias exactas, llevando una vida ascética. Educó a una selecta escuela de aristócratas cristianos y paganos que ocuparon altos cargos, destacándose el obispo de Ptolemaida, Sinesio de Cirene, que mantuvo una importante correspondencia con su maestra, Hesiquio el Hebreo y Orestes, que llegaría a ser prefecto romano de Egipto

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Hipatia, representada por Rafael en “La Academia de Atenas”

En el siglo IV Egipto era una provincia romana y continuaría siéndolo hasta la llegada de los árabes en el siglo VII. En el año 312, el emperador Constantino se había convertido al cristianismo. Al año siguiente, en el 313, fue firmado el Edicto de Milán por el cual se estableció la paz religiosa y la libertad de cultos. En el año 330, Constantino traslada la capital del imperio a Bizancio, que pasaría a llamarse Constantinopla. En los últimos años del siglo IV Roma se divide en dos partes: el Imperio de Occidente y el Imperio de Oriente. Egipto es incorporado al Imperio de Oriente y en estos años vive el ocaso de su Historia Antigua. El cristianismo también había llegado a Egipto.

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La escuela de Atenas,Rafael

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En la época que nos ocupa se suceden grandes controversias y disputas entre las distintas facciones de cristianos. Algunos autores reseñan cómo las peleas llegan a hacerse callejeras. La Iglesia cristiana defendía en estos momentos su independencia respecto al poder imperial y los emperadores del siglo IV se consideraban autócratas y muy por encima de la ley. En Alejandría vive y predica el obispo Teófilo (385-412), enemigo de Juan Crisóstomo que predicaba en la Iglesia de Antioquía (actualmente en Turquía). La rivalidad entre Alejandría y Constantinopla también era algo a tener en cuenta, ya que afectó grandemente a las iglesias del resto de la cristiandad. Finalmente la iglesia egipcia se separó de la iglesia de Oriente. Fue entonces cuando apareció la lengua copta, una mezcla entre el egipcio demótico y la influencia del griego.

En estas circunstancias históricas vino al mundo Hipatia de Alejandría, en un momento en que el estudio y la importancia de las ciencias y del saber estaba casi olvidado, y no sólo eso, sino perseguido por personajes como el obispo Teófilo y el obispo Cirilo.

En la llamada “Escuela de Alejandría”, el neoplatonismo tiene sus últimos representantes en el círculo que Olimpiodoro fundó en Alejandría en el siglo IV, y que continuó con varios autores de no mucho relieve, entre otros: la filósofa Hipatia, Hierocles, Filipón (ca. 490-530) —comentador de Aristóteles convertido luego al cristianismo— y por último, ya en el siglo VII, otro comentador de Aristóteles, Esteban de Alejandría.

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Aprendió también sobre la historia de las diferentes religiones que se conocían en aquel entonces, sobre oratoria, sobre el pensamiento de los filósofos y sobre los principios de la enseñanza. Viajó a Atenas y a Roma siempre con el mismo afán de aprender y de enseñar. La casa de Hipatia se convirtió en un lugar de enseñanza donde acudían estudiantes de todas partes del mundo conocido, atraídos por su fama.

Uno de sus alumnos fue Sinesio de Cirene, obispo de Ptolemaida (en Fenicia), rico y con mucho poder. Este personaje dejó escrita mucha información sobre Hipatia, su maestra. Por medio de él pueden llegar a conocerse los libros que ella escribió para la enseñanza, aunque ninguno ha llegado a nuestros días. Otro alumno llamado Hesiquio el hebreo escribió unas obras que se conservan, en las que también hace una descripción sobre las actividades de Hipatia y asegura que los magistrados acudían a ella para consultarle sobre asuntos de la administración.

Dice también que fue una persona muy influyente en el aspecto político. También se interesaba por la mecánica y ponía en práctica la tecnología. Se sabe que inventó un aparato para destilar el agua, un hidrómetro graduado para medir la densidad de los líquidos y un artefacto para medir el nivel del agua.

La primera mártir del conocimiento científico

Como mujer, sus ideas chocaban tanto con la doctrina de la primera Iglesia cristiana, como con la opinión que ésta tenía sobre el respeto a la mujer. De un lado, Hipatia nunca se casó. Algo que no gustaba a los líderes religiosos. De otro, era pagana, partidaria del racionalismo científico griego (ella, en contra de la creencia cristiana, pensaba que la Tierra era esférica) y, además, un personaje político demasiado influyente. No, no tenía nada para ser bien vista por la Iglesia. Más bien se la consideraba una amenaza para la sociedad y su permanencia en la ciudad, por tanto, peligrosa. Lo suficiente como para que fuera varias veces amenazada, ella y su escuela. Hipatia siempre se negó a traicionar sus ideales y convertirse a la nueva religión. Era el principio de su fin.

Muerte de Hipatia:Cirilo de Alejandría

(San) Cirilo, su nombre significa “él que tiene autoridad”.
Padre de la Iglesia Católica que defendió el título de Madre de Dios para María (ayudando así a la creación del mito católico). Sus sermones contra todo
lo que no estuviese de acuerdo a la Iglesia alentaron
al populacho al fatal desenlace de Hipatia.

Pero Hipatia era pagana y le tocó vivir en tiempos duros para el paganismo. Su situación llegó a ser muy peligrosa en aquella ciudad que se iba haciendo cada vez más cristiana. Los filósofos neoplatónicos como Hipatia pronto se vieron perseguidos. Algunos se convirtieron al cristianismo, pero Hipatia no consintió en ello a pesar del miedo y de los consejos de sus amigos como el caso de Orestes, prefecto romano y alumno suyo, que no consiguió nada a pesar de sus ruegos. Hipatia resultó ser para sus enemigos, no una mujer científica sino una bruja peligrosa.

En el año 412 el obispo Cirilo de Alejandría fue nombrado (para sustituir a su tío Teófilo), patriarca, un título de dignidad eclesiástica que sólo se usaba en Alejandría, Constantinopla y Jerusalén, que equivalía casi al del papa de Roma.

Cirilo (elevado siglos más tarde a los altares) era un católico que no consentía ninguna clase de paganismo ni de herejía y que luchó toda su vida defendiendo la ortodoxia de la Iglesia católica y combatiendo el nestorianismo. Los historiadores creen que Cirilo fue el principal responsable de la muerte de Hipatia, aunque no exista documentación directa que lo acredite. Se dice que Cirilo era enemigo de esta mujer, a la que temía y admiraba a la vez. Pero siguiendo la tónica general de la época, no le era posible comprender ni tampoco consentir que una mujer se dedicase a la ciencia y menos aún a esa clase de ciencia que difícilmente podían comprender las personas que no eran eruditas en el tema. Por lo tanto, creó un clima y un ambiente de odio y fanatismo hacia ella, tachándola de hechicera y bruja pagana.

En el mes de marzo del año 415, Hipatia fue asesinada de la manera más cruel por un grupo de monjes de la iglesia de San Cirilo de Jerusalén (no hay que confundir a los dos Cirilos: el de Jerusalén había muerto en el año 387). Los hechos están recogidos por un obispo de Egipto del siglo VII llamado Juan de Nikio. En sus escritos justifica la masacre que se hizo en aquel año contra los judíos de Alejandría y también la muerte de Hipatia.

Cuenta cómo un grupo de cristianos impetuosos y violentos, seguidores de un lector llamado Pedro fueron en su busca, la golpearon, la desnudaron y la arrastraron por toda la ciudad hasta llegar a un templo llamado Cesareo; allí continuaron con la tortura cortando su piel y su cuerpo con caracolas afiladas, hasta que murió; a continuación descuartizaron su cuerpo y lo llevaron a un lugar llamado Cinaron y allí finalmente lo quemaron. De esta manera creyeron dar muerte a lo que ellos llamaban idolatría y herejía.

Orestes, el prefecto romano amigo y alumno de Hipatia informó de los hechos y pidió a Roma una investigación. Pero por «falta de testigos», se fue retrasando, hasta que llegó un momento en que el propio Cirilo aseguró que Hipatia estaba viva y que habitaba en la ciudad de Atenas. Orestes tuvo que huir de Alejandría y abandonar su cargo. Con la muerte de Hipatia se terminó también la enseñanza del pensamiento de Platón no sólo en Alejandría sino en el resto del Imperio. El interés por las ciencias fue debilitándose y la Historia entró en el oscurantismo. Pudo sobrevivir en Bizancio y poco después empezó de nuevo a florecer en el mundo árabe musulmán(Wikipedia)

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Hipatia llegó a simbolizar aprendizaje y ciencia, lo que los primeros cristianos
identificaban con paganismo, que ellos mismos fueron añadiendo a sus propias
doctrinas y tradiciones después de los primeros tiempos del verdadero cristianismo.

Hipatia fue brutalmente asesinada
por los monjes Nitrianos que eran una secta católica de seguidores fanáticos de
Cirilo. Según otro relato (de Sócrates Escolástico), Hipatia fue asesinada por una
muchedumbre alejandrina bajo el liderazgo de Pedro el Lector. Lo que definitivamente parece indisputable es que fue asesinada por “cristianos” que se sentían amenazados por su erudición, sabiduría y la profundidad de sus conocimientos científicos.

La última científica pagana del mundo antiguo

En la escuela de Alejandría, Hipatia enseñó filosofía, matemáticas, física y astronomía. Destacó tanto por la didáctica de sus clases, como por su criterio académico y personalidad. Otro sí, su belleza y romanticismo. Excepcional. Escribió varios documentos, entre ellos, ‘Sobre el Conon Astronómico de Diafanto’ donde habla de ecuaciones de primer y segundo grado. De sus cartas con Sinesio se desprende que inventó o, al menos, explicó la fabricación y uso del astrolabio plano, usado para medir la posición de las estrellas, los planetas y el Sol. También se la considera inventora de la esfera plana. De un aparato para obtener agua destilada. De otro para medir el nivel del agua. Y de uno más, para determinar la densidad de los líquidos que más tarde se llamó aerómetro o hidroscopio.

Es la primera mujer conocida que realiza una contribución en el terreno de las matemáticas y, la primera también, que participa de forma activa en una comunidad académica. A sus clases acudían gentes de Atenas y Roma. Lo hacían, en una aparente concordia, paganos, judíos, neoplatónicos e incluso cristianos. Entre ellos Sinesio, que llegaría a ser obispo. Pero empezaban a correr malos tiempos para las alianzas de civilizaciones.

En el terreno de las creencias, el cristianismo había sido declarado religión oficial por el emperador Teodosio. Lo que no podía traer nada bueno. Y menos para el paganismo, hacia el que la intransigencia y el antagonismo de la nueva religión, empezaba a mostrarse, ya, de forma cruenta.


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Cualquiera que haya sido el motivo preciso del homicidio, la partida poco después
de muchos estudiosos marcó en inició del declive de Alejandría como un importante
centro del conocimiento y aprendizaje de la antigüedad.


No hay evidencia de que Hipatia haya hecho investigación original en matemáticas.
Sin embargo, asistió a su padre, Teón de Alejandría, a escribir las once partes
de su comentario al Almagest de Ptolomeo. También se cree que le ayudó a producir
una nueva versión de los Elementos de Euclides que se ha convertido en la base
para todas las ediciones posteriores. Heath escribe sobre la edición de Teón e
Hipatia de los Elementos.

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L Cameron, Isidore of Miletus and Hypatia of Alexandria: On the Editing
of Mathematical Texts, Greek, Roman and Byzantine Studies 31 (1990), 103-127.
E Craig (ed.), Routledge Encyclopedia of Philosophy 4 (London-New York, 1998),
596-597.
M A B Deakin, Hypatia and her mathematics, Amer. Math. Monthly 101 (3) (1994),
234-243.
M A B Deakin, Hypatia of Alexandria, Mathematics Education 8 (3) (1992),
187-191.
H Gorenflo, Zum Jahr der Frau : von Hypatia bis Emmy, Praxis Math. 17 (7)
(1975), 173-176.
I Mueller, Hypatia (370?-415), in L S Grinstein and P J Campbell (eds.),
Women of Mathematics (Westport, Conn., 1987), 74-79.
A W Richeson, Hypatia of Alexandria, National Mathematics Magazine 15 (1940),
74-82.

superduque.spaces.live.com/blog/cns!E327991CC…

SINESIO DE CIRENE

Educado inicialmente en la elocuencia, parece haber bebido de la tradición clásica a través de Aristóteles, Homero y Platón, sintiéndose heredero de Dión de Prusa. También iniciado en las Ciencias al ser Cirene patria de Teodoro y Estrabón, fue un apasionado de la caza, las armas y los ejercicios ecuestres.

Sería antes del 395 cuando Sinesio residiría durante tres o cuatro años en Alejandría. Fue allí donde conocería a Hipatia, filósofa neoplatónica e hija del matemático Teón, convirtiéndose en su alumno y discípulo. Llegaría a formarse en astronomía, matemáticas y neoplatonismo, abarcando el amplio espectro que separa los extremos de la ciencia aplicada y la metafísica.

Sin embargo, lo que más resaltará en sus cartas y escritos será su amistad y devoción hacia la filósofa alejandrina, considerándola una «auténtica iniciadora en los misterios de la filosofía», «su madre, hermana y maestra».

Son las obras que nos han llegado de Sinesio una de las únicas fuentes con las que podemos disponer para acceder a la figura de Hipatia, la cual moriría brutalmente en el 415 víctima del odio antipagano de un grupo de cristianos de Alejandría.

Hypatia of Alexandria

From Wikipedia, the free encyclopedia

The contemporary Christian historiographer Socrates Scholasticus described her in his Ecclesiastical History:

There was a woman at Alexandria named Hypatia, daughter of the philosopher Theon, who made such attainments in literature and science, as to far surpass all the philosophers of her own time. Having succeeded to the school of Plato and Plotinus, she explained the principles of philosophy to her auditors, many of whom came from a distance to receive her instructions. On account of the self-possession and ease of manner, which she had acquired in consequence of the cultivation of her mind, she not unfrequently appeared in public in presence of the magistrates. Neither did she feel abashed in going to an assembly of men. For all men on account of her extraordinary dignity and virtue admired her the more.[11]

Works

Hypatia, painted by Charles William Mitchell in 1885.

Many of the works commonly attributed to Hypatia are believed to have been collaborative works with her father, Theon Alexandricus; this kind of authorial uncertainty being typical for the situation of feminine philosophy in Antiquity.[21]

A partial list of specific accomplishments:

Her contributions to science are reputed to include the charting of celestial bodies[5] and the invention of the hydrometer,[25] used to determine the relative density and gravity of liquids.

Believed to have been the reason for the strained relationship between the Imperial Prefect Orestes and the Bishop Cyril, Hypatia attracted the ire of a Christian population eager to see the two reconciled. One day in March 415,[27] during the season of Lent, her chariot was waylaid on her route home by a Christian mob, possibly Nitrian monks[27] led by a man identified only as Peter, who is thought to be Peter the Reader, Cyril’s assistant. The Christian monks stripped her naked and dragged her through the streets to the newly Christianised Caesareum church, where she was brutally killed. Some reports suggest she was flayed with ostraca (potsherds) and set ablaze while still alive, though other accounts suggest those actions happened after her death:

Socrates Scholasticus (5th-century) John of Nikiû (7th-century) Edward Gibbon (18th-century)
Yet even she fell a victim to the political jealousy which at that time prevailed. For as she had frequent interviews with Orestes, it was calumniously reported among the Christian populace, that it was she who prevented Orestes from being reconciled to the bishop. Some of them therefore, hurried away by a fierce and bigoted zeal, whose ringleader was a reader named Peter, waylaid her returning home, and dragging her from her carriage, they took her to the church called Caesareum, where they completely stripped her, and then murdered her by scraping her skin off with tiles and bits of shell. After tearing her body in pieces, they took her mangled limbs to a place called Cinaron, and there burnt them. And in those days there appeared in Alexandria a female philosopher, a pagan named Hypatia, and she was devoted at all times to magic, astrolabes and instruments of music, and she beguiled many people through Satanic wiles…A multitude of believers in God arose under the guidance of Peter the magistrate…and they proceeded to seek for the pagan woman who had beguiled the people of the city and the prefect through her enchantments. And when they learnt the place where she was, they proceeded to her and found her…they dragged her along till they brought her to the great church, named Caesarion. Now this was in the days of the fast. And they tore off her clothing and dragged her…through the streets of the city till she died. And they carried her to a place named Cinaron, and they burned her body with fire. A rumor was spread among the Christians, that the daughter of Theon was the only obstacle to the reconciliation of the prefect and the archbishop; and that obstacle was speedily removed. On a fatal day, in the holy season of Lent, Hypatia was torn from her chariot, stripped naked, dragged to the church, and inhumanly butchered by the hands of Peter the Reader and a troop of savage and merciless fanatics: her flesh was scraped from her bones with sharp oyster-shells and her quivering limbs were delivered to the flames.

Despite her actual background, authors Soldan and Heppe argued in the 19th century that Hypatia may have been the first famous “witch” punished under Christian authority (see Witch-hunt).[28]

Legacy

Antiquity to the Age of Reason

Shortly after her death, a forged letter attacking Christianity was published under her name.[29] According to Bryan J. Whitfield, the pagan historian Damascius was “anxious to exploit the scandal of Hypatia’s death”,[30] and laid the blame squarely on the Christians and Bishop Cyril. His account was incorporated in the Suda and so became widely known. However, Damascius is the only ancient source to say that Cyril was responsible.[31]

In the 14th century, historian Nicephorus Gregoras described Eudokia Makrembolitissa as a “second Hypatia”.[20]

In the early 18th century, the deist scholar John Toland used her death as the basis for an anti-Catholic tract entitled Hypatia: Or the history of a most beautiful, most vertuous, most learned, and every way accomplish’d lady; who was torn to pieces by the clergy of Alexandria, to gratify the pride, emulation, and cruelty of their archbishop, commonly but undeservedly stil’d St. Cyril.[32] This led to a counter-claim being published by Thomas Lewis in 1721 entitled The History Of Hypatia, A most Impudent School-Mistress of Alexandria.[33]

Eventually, her story began to be infused with Christian details, as it was first substituted for the missing history of Saint Catherine of Alexandria.[34][35]

Cameron’s 1867 photograph Hypatia

Nineteenth century

In the nineteenth century, interest in the “literary legend of Hypatia” began to rise.[20] Diodata Saluzzo Roero‘s 1827 Ipazia ovvero delle Filosofie suggested that Cyril had actually converted Hypatia to Christianity, and that she had been killed by a “treacherous” priest. In his 1847 Hypatie and 1857 Hypatie et Cyrille, French poet Charles-Marie-René Leconte de Lisle portrayed Hypatia as the epitome of “vulnerable truth and beauty”.[36] Charles Kingsley‘s 1853 novel Hypatia - or New Foes with an Old Face, which portrayed the scholar as a “helpless, pretentious, and erotic heroine”,[37] recounted her conversion by a Jewish-Christian named Raphael Aben-Ezra after supposedly becoming disillusioned with Orestes.

In 1867, the early photographer Julia Margaret Cameron created a portrait of the scholar as a young woman.[38]

Notes

  1. ^ Mueller, I.; L.S. Grinstein & P.J. Campbell (1987). Women of Mathematics: A Biobibliographic Sourcebook. New York: Greenwood Press.
  2. ^ 1. Groundbreaking Scientific Experiments, Inventions, and Discoveries, Krebs. 2. The Woman Citizen By Horace Adelbert Hollister.3. Russian Women’s Studies: Essays on Sexism in Soviet Culture 4.Available Means: An Anthology of Women’s Rhetoric
  3. ^ Hypatia, Encyclopædia Britannica: “Egyptian Neoplatonist philosopher who was the first notable woman in mathematics.”
  4. ^ Columbia Encyclopedia, Hypatiacitation:Alexandrian Neoplatonic philosopher and mathematician
  5. ^ a b Toohey, Sue (2003). “The Important Life & Tragic Death of Hypatia“. Skyscript.co.uk. http://www.skyscript.co.uk/hypatia.html. Retrieved 2007-12-09.
  6. ^ Edward Jay Watts, (2006), City and School in Late Antique Athens and Alexandria. pages 197-198. University of California Press
  7. ^ Women Philosophers in the Ancient Greek World: Donning the Mantle, by Kathleen Wider. Hypatia © 1986 Indiana University Press p. 49-50
  8. ^ Mangasarian, Mangasar Mugurditch. The Martyrdom of Hypatia, 1915
  9. ^ Christian Wildberg, in Hypatia of Alexandria - a philosophical martyr, The Philosopher’s Zone, ABC Radio National (4 April 2009).
  10. ^ Hypatia of Alexandria - a philosophical martyr, The Philosopher’s Zone, ABC Radio National (4 April 2009).
  11. ^ a b c d Scholasticus, Socrates. Ecclesiastical History. http://cosmopolis.com/alexandria/hypatia-bio-socrates.html.
  12. ^ Michael Deakin (August 3, 1997). “Ockham’s Razor: Hypatia of Alexandria“. ABC Radio. http://www.abc.net.au/rn/science/ockham/or030897.htm. Retrieved 2008-05-23.
  13. ^ Multicultural Resource Center: Hypatia
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12 may 09

Morir por ser mujer y querer aprender o Hypatia  una vez más

La escuela de Atenas,Rafael

¡¡¡¡Esta noticia me pone los pelos de punta ¡¡¡¡

¡Posiblemente los talibanes se extinga por falta de mujeres¡

Es el únio comentario que puedo hacer ante tanta locura…tal despropósito, tal crueldad, tanto horror. ¡No solo no hay que enseñarles , sino matarlas si se empeñan en aprender¡.

Es una buena lección para nuestras jóvenes que no quieren estudiar…

Mientras en Occidente se desprecia la cultura, en Oriente se muere por ella.

Envenenan a un grupo de niñas afganas en el ataque a una escuela

Cinco niñas cayeron en coma y casi 100 fueron ingresadas en el hospital después de sufrir el martes un ataque con gas en su escuela, el tercer incidente de este tipo en el norte de Kabul, informaron altos cargos afganos. Seguir leyendo el arículo

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El jefe de seguridad de la provincia Kapisa dijo a Reuters que el envenenamiento masivo en la escuela Qazaaq presumiblemente fue perpetrado por simpatizantes talibanes que se oponen a que las mujeres reciban educación.

“No creemos que los talibanes hayan hecho esto, sino la gente que colabora con ellos y los apoya”, dijo el coronel Sha Agha, que está a cargo de la seguridad en el segundo distrito de Kapisa, donde se localiza la escuela.

“Hemos tomado medidas de seguridad para evitar que este tipo de incidentes vuelvan a ocurrir, y haciendo más patrullajes, estoy vigilando las escuelas de noche”, añadió.

Los síntomas que sintieron las niñas fueron los mismos que mostraron las víctimas de otros supuestos ataques a dos escuelas de mujeres en la localidad cercana de Charikar. Un envenenamiento ocurrió el lunes y otro el 26 de abril. En cada caso, numerosos grupos de alumnas cayeron enfermas.

En el último ataque, más de 130 personas fueron afectadas, con 98 estudiantes y seis profesores trasladados al hospital, dijo el médico y jefe de salud pública provincial Wahid Rahim, quien añadió que cinco habían caído en coma pero habían sido reanimadas.

Las pacientes experimentaron vómitos, mareos y algunas perdieron el conocimiento.

“Apareció un muy mal olor en mi aula esta mañana y la maestra nos dijo inmediatamente que evacuáramos, pero no pudimos caminar para salir de la escuela, estábamos muy débiles, enfermas y mareadas. Cuando abrí los ojos estaba en el hospital”, dijo Leda, de 12 años.

“Estoy muy triste, ¿qué pasó en mi escuela? Yo quiero estudiar“, dijo la niña de sexto grado desde una cama de hospital en una sala con alrededor de 20 niñas pálidas, la mayoría con suero en el brazo.

“Supimos sobre el incidente en Charikar, pero no pensamos que algo así podía pasar en nuestra escuela. Ahora mismo estamos demasiado asustadas como para seguir con nuestra educación, para aprender”, dijo Aara Gul, de 15 años, esperando su medicación.

Paradójicamente, los tres incidentes ocurrieron en una parte del país que nunca estuvo bajo el firme control de los talibanes y que mantuvo abiertas las escuelas de niñas mientras el severo régimen islámico gobernaba la mayor parte de la nación.

¡Ánimo, chicas ¡…No podrán con vosotras ni la incuria ni la incomprensión. El saber os hará libres un día.

Estos problemas me recuerdan a Hipatia de Alejandría.La asesinaron por ser lista.Por pensar.

http://arquehistoria.com/files/Hipatia2.jpg

Hipatia / o Hypatia, fue la científica más famosa de la antigüedad

La historia ha querido que Hipatia de Alejandría haya llegado hasta nosotros como una de las escasas mujeres de la antigüedad cuya vida y obra están bien documentadas. Fue una mujer de preclara inteligencia y espíritu libre. Por su claro intelecto, grandess conocimientos, dotes de magisterio y carisma personal, brilló entre los hombres más sabios de su época.

Porque el último científico que trabajó en la Biblioteca fue Filósofa, matemática, astrónoma, científica y la más prestigiosa educadora de la desaparecida escuela neoplatónica de la Biblioteca de Alejandría. Punto de referencia político de la comunidad greco cristiana, un extraordinario conjunto de logros para cualquier individuo de cualquier época.

Hipatia consiguió un nivel de conocimientos inusual en una mujer de su tiempo . Tuvo poder, puesto que influía en quien lo tenía, fue transgresora, ya que ejercía públicamente y esto provocó un conflicto de autoridad que acabaría cruelmente con su vida. Una fanática multitud cristiana la asesinó.

Cita: [...] por su elocuencia y autoridad [...] logró una influencia tal que la cristiandad se sintió amenazada [...]

T L Heath, A History of Greek Mathematics (2 Vols.) (Oxford, 1921).

¿Quién fué Hypatia de Alejandria?

Fue una filósofa y maestra, que destacó en Matemáticas y Astronomía; perteneció a la Escuela filosófica de Alejandría a comienzos del siglo V. Hipatia, “la más grande”, es un personaje de la historia del conocimiento que no pasó inadvertido para nadie. Heredera de la escuela neoplatónica de Plotino, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosóficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba”.

Sobre el año 400, Hipatia fue directora de la escuela neoplatónica de Alejandría, se caracterizada por su sabiduría y su sincretismo filosófico-religioso, escuela que durante los siglos hizo destacar a nombres como: Sinesio de Cirene, Hieracles de Alejandría, Amonio Saccas, hijo de Hermeias de Alejandría, Juan Filoso, Asclepio “el joven”, Olimpiodoro, Alejandro de Licópolis, Asclepiodoto y Nemesio.

Mantuvo siempre una estrecha relación con escuela de Atenas, difundió las teorías de Platón y Aristóteles y unificó el pensamiento matemático Diofante con el neoplatonismo de Amonio y de Plotino.

Durante su vida escribió diversos comentarios a los elementos de Euclides y algunos comentarios sobre los escritos de Tolomeo, hizo una revisión de la “Aritmética” de Diofante y de las “Secciones cónicas” de Apolonio de Pérgamo, también realizó trabajos en el campo de la mecánica y la tecnología, diseñó un astrolabio plano (aparato que sirve para mesurar la posición de las estrellas y los planetas) y un planisferio; construyó un destilador de agua, un medidor de nivel y densímetro de liquido.

Conocida por el sobrenombre de “la enfermera y la filósofa” también fue famosa por sus cualidades como pedagoga, partidaria de la distinción entre religión y filosofía, provocó la animadversión del obispo Cirilo de Jerusalén, quien pondrá a todo el pueblo contra ella

Alejandría en el siglo IV

Egipto era una provincia romana (en realidad era “coto” privado del Príncipe romano) y continuó siéndolo hasta la llegada de los árabes en el siglo VII. En el año 312, el emperador Constantino se había convertido al cristianismo( en fin:Arriano, no hay que exagerar…aunque parece que se convirtió in articulo mortis al catolicismo, cambiando una coma en su Padre Nuestro y adoptando el creo niceno).Pero este fue otra cuestión

Al año siguiente, en el 313 del lío del Puente Milvio, fue el Edicto de Milán por el cual se estableció la paz religiosa y la libertad de cultos. En el año 330, Constantino trasladó la capital del imperio a Bizancio, que pasaría a llamarse Constantinopla. En los últimos años del siglo IV, a la muerte de Teodosio I, Roma se dividió en dos partes, Imperio de Occidente(Honorio) e Imperio de Oriente(Arcadio). Egipto fue incorporado al Imperio de Occidente .

El cristianismo había llegado a Egipto. En la época que nos ocupa se sucedían grandes controversias y disputas entre las distintas facciones de cristianos. Algunos autores escriben cómo las peleas llegaron a hacerse callejeras. La Iglesia cristiana defendía en estos momentos su independencia respecto al poder imperial, y los emperadores del siglo IV se consideraban autócratas y muy por encima de la ley. En Alejandría vive y predica el obispo Teófilo (385-412), fanático, intransigente y exaltado, enemigo de Juan Crisóstomo que predicaba en la Iglesia de Antioquía (hoy un lugar de Turquía). La rivalidad entre Alejandría y Constantinopla también era algo a tener en cuenta, ya que afectó enormemente a las iglesias del resto de la cristiandad. Finalmente la iglesia egipcia se separó de la iglesia de Oriente. Tuvo entonces lugar la aparición de la lengua copta, una mezcla entre el egipcio demótico y el griego.

En estas circunstancias históricas vino al mundo en el año 370 (otros historiadores aseguran que fue por el año 355) Hypatia de Alejandría, en un momento en que el estudio y la importancia de las ciencias y del saber estaba casi olvidado, y aun perseguido, por la ignorancia y la intransigencia de algunos obispos.

Una mujer para la Ciencia

Imagen de Hypatia en el cuadro de Rafael

Teón, su padre, era un célebre matemático y astrónomo, muy querido y apreciado por sus contemporáneos, que seguramente trabajaba y daba clases en la gran Biblioteca del momento, es decir, en la Biblioteca que en algún momento sustituyó a primera Biblioteca de Alejandría, desaparecida en gran medida en el incendio del año 48 adC.durante las llamadas “Guerras Alejandrinas “.

Teón fue un sabio que no guardó los conocimientos de la ciencia para sí y sus discípulos masculinos sino que hizo partícipe de ellos a su propia hija, algo verdaderamente insólito en el siglo IV d.C.

Hypatia por su parte era una mujer inteligente y abierta a todo el saber de padre y así fue cómo se educó en un ambiente académico y culto. En efecto, Teón le transmitió su conocimiento sobre Matemáticas y Astronomía ,además de la pasión por la búsqueda de lo desconocido, por la investigacióm. Los historiadores han llegado a asegurar que incluso superó al padre, y que muchos de los escritos conservados que se suponen de Teón son en realidad de la hija.

Aprendió también sobre la historia de las diferentes religiones que se conocían en aquel entonces, sobre oratoria, sobre el pensamiento de los filósofos y sobre los principios de la enseñanza. También se interesaba por la mecánica y ponía en práctica la tecnología. Se sabe que inventó un aparato para destilar el agua, un hidrómetro graduado para medir la densidad de los líquidos y un artefacto para medir el nivel del agua.

Viajó a Atenas y a Roma siempre con el mismo afán de aprender y de enseñar.

La casa de Hypatia se convirtió en un lugar de enseñanza donde acudían estudiantes de todas partes del mundo conocido, atraídos por su fama. Uno de sus alumnos fue Sinesio de Cirene, obispo de Ptolemaida (en Fenicia), rico y con mucho poder. Este personaje dejó escrita mucha información sobre Hypatia, su maestra. Por medio de él pueden llegar a conocerse los libros que ella escribió para la enseñanza, aunque ninguno ha llegado a nuestros días.

Escribió varios documentos, entre ellos, ‘Sobre el Conon Astronómico de Diafanto’ donde habla de ecuaciones de primer y segundo grado. De sus cartas a Sinesio se desprende que inventó o, al menos, explicó la fabricación y uso del astrolabio plano, usado para medir la posición de las estrellas, los planetas y el Sol. También se la considera inventora de la esfera plana. De un aparato para obtener agua destilada. De otro para medir el nivel del agua. Y de uno más, para determinar la densidad de los líquidos que más tarde se llamó aerómetro o hidroscopio.

Es la primera mujer conocida que realiza una contribución en el terreno de las matemáticas y, la primera también, que participa de forma activa en una comunidad académica. A sus clases acudían gentes de Atenas y Roma. Lo hacían, en una aparente concordia, paganos, judíos, neoplatónicos e incluso cristianos. Entre ellos Sinesio, que llegaría a ser obispo. Pero empezaban a correr malos tiempos para las alianzas de civilizaciones.

Otro alumno llamado Hesiquio el Hebreo escribió unas obras que se conservan, en las que también hace una descripción sobre las actividades de Hypatia y asegura que los magistrados acudían a ella para consultarle sobre asuntos de la administración. Dice también que fue una persona muy influyente en el aspecto político.

Hypatia era pagana y le tocó vivir en tiempos duros para el paganismo. Su situación llegó a ser muy peligrosa en aquella ciudad que se iba haciendo cada vez más cristiana y cuyo cristianismo iba derivando en el fanatismo. Los filósofos neoplatónicos como Hypatia no eran bien vistos y pronto se vieron cruelmente perseguidos. Algunos se convirtieron al cristianismo, pero Hypatia no consintió en ello a pesar del miedo y de los consejos de su amigos como el caso de Orestes, prefecto romano y alumno suyo, que no consiguió nada a pesar de sus ruegos. Hypatia resultó ser para sus enemigos, no una mujer científica sino una bruja peligrosa.

La primera mártir del conocimiento científico
Como mujer, sus ideas chocaban tanto con la doctrina de la primera Iglesia cristiana, como con la opinión que ésta tenía sobre el respeto a la mujer. De un lado, Hipatia nunca se casó. Algo que no gustaba a los líderes religiosos. De otro, era pagana, partidaria del racionalismo científico griego (ella, en contra de la creencia cristiana, pensaba que la Tierra era esférica) y, además, un personaje político demasiado influyente. No, no tenía nada para ser bien vista por la Iglesia. Más bien se la consideraba una amenaza para la sociedad y su permanencia en la ciudad, por tanto, peligrosa. Lo suficiente como para que fuera varias veces amenazada, ella y su escuela. Hipatia siempre se negó a traicionar sus ideales y convertirse a la nueva religión. Era el principio de su fin.

En el año 412 el obispo Cirilo de Alejandría fue nombrado (para sustituir a su tío Teófilo), patriarca, un título de dignidad eclesiástica que sólo se usaba en Alejandría, Constantinopla y Jerusalén, que equivalía casi al del papa de Roma.

Cirilo (elevado siglos más tarde a los altares) era un católico exaltado que no consentía ninguna clase de paganismo ni de herejía y que luchó toda su vida defendiendo la ortodoxia de la Iglesia y combatiendo el nestorianismo. Algunos historiadores creen que Cirilo fue el principal responsable de la muerte de Hypatia, aunque no exista documentación directa que lo acredite.

La tradición dice que Cirilo era enemigo de esta mujer científica, a la que temía y admiraba a la vez. Pero siguiendo el pensamiento general de la época, no le era posible comprender ni tampoco consentir que una mujer se dedicase a la Ciencia y menos aún a esa clase de ciencia que difícilmente podían comprender las personas que no eran eruditas en el tema. Por lo tanto es posible que creara un clima y un ambiente de odio y fanatismo hacia ella, tachándola de hechicera y bruja pagana. En el mes de marzo del año 415, Hypatia fue asesinada de la manera más cruel por un grupo de monjes fanáticos de la iglesia de San Cirilo de Jerusalén.

Fue violada y lapidada por un grupo de fanáticos cristianos en la iglesia llamada Caesarium. La tragedia de su muerte sucedió en un contexto de enfrentamientos entre neoplatónicos y cristianos. Los conflictos entre judíos, paganos y cristianos eran muchas veces alentados por patriarcas como Teófilo de Alejandría, que consideraba heréticas las matemáticas y las ciencias en general. Pagana, pero partidaria de la distinción entre religión y filosofía, Hipatia llegó a ser un personaje público de gran prestigio delante de representantes del poder político como el perfecto de Roma en Egipto Orestes, alumno y amigo suyo. Hipatia, en una época en la que las mujeres disponían de pocas opciones y eran tratadas como objetos en propiedad, se movió libremente y sin afectación por los dominios tradicionalmente masculinos. Todas las historias dicen que era una gran belleza. Tuvo muchos pretendientes pero rechazó todas las proposiciones.

Sus restos y sus obras fueron quemados. El neoplatónico Damascio, en su obra “Vida de Isidoro”, declara infundadas las acusaciones contra Hipatia de conspirar contra el obispo Cirilo. Sinesio que dedica un emocionante recuerdo a su maestra quien es considerada por como la última maestra de Sabiduría en un mundo romano librado a una fe cristiana. Su muerte y la destrucción de biblioteca de Alejandría simbolizan el final de la ciencia y del libre pensamiento

Hipatia representaba la Sabiduría antigua pero además por el hecho de ser una mujer culta e inteligente. Era una gran autoridad académica en una época donde el avance del cristianismo era imparable y con el, la marginación de la filosofía, de las antiguas tradiciones, de las mujeres y de cualquier culto relacionado con las antiguas culturas.

Sócrates “el escolástico” nos dijo:

“Todos los hombres la reverenciaban y la admiraban por su singular modestia e inteligencia, por eso mismo suscitaba una gran envidia y porque conversaba frecuentemente con Orestes, la gente le acusó de ser la causa que Orestes y el obispo no se hicieran amigos. En pocas palabras, algunos fanáticos, radicales y violentos, capitaneados y guiados por un tal Pedro, rector de aquella Iglesia, le vieron en el patio cuando ella iba a trabajar, la arrancaron de su carruaje, la arrastraron a la iglesia Caesarium, la desnudaron, le arrancaron la piel y la carne armados con caracolas y conchas afiladas hasta que su alma dejó el cuerpo, descuartizaron los restos y llevaron los trozos a un lugar llamado Cinaron y allí los quemaron hasta convertirlos en cenizas”

Los hechos están recogidos por un obispo de Egipto del siglo VII llamado Juan de Nikio. En sus escritos justifica la matanza que se hizo en aquel año contra los judíos de Alejandría y también la muerte de Hypatia.

Orestes, el prefecto romano amigo y alumno de Hypatia informó de los hechos y pidió a Roma una investigación. Pero por “falta de testigos”, se fue retrasando, hasta que llegó un momento en que el propio Cirilo aseguró que Hypatia estaba viva y que habitaba en la ciudad de Atenas. Orestes tuvo que huir de Alejandría y abandonar su cargo.

Su figura toma tintes trágicos por lo cruel de su muerte, testimonio de adónde puede llevar el fanatismo. Voltaire, entre otros, así lo reseñó:

“A partir de la muerte de Hypatia se terminó la enseñanza del pensamiento de Platón no sólo en Alejandría sino en el resto del Imperio. El interés por las ciencias fue debilitándose y la Historia entró en el oscurantismo. Pudo sobrevivir en Bizancio y poco después empezó de nuevo a florecer en el mundo árabe musulmán”.

Cubo de Hypatiahttp://fuenterrebollo.com/Matematicos/cubo-hipatia.gif

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Y, por cierto…. Cirilo, fue proclamado santo. ¡Esto es para que vayais aprendiendo que no solo son los talibanes…Ha habido y hay AÚN muchos Cirilos.

La mayoría de sus escritos de eran libros de texto para sus estudiantes. Ninguno ha permanecido intacto, pero es posible que partes de su obra estén incorporadas en los tratados existentes de Teón. Hay alguna información sobre sus talentos (astronomía, astrología y matemáticas) en las cartas de su alumno y discípulo Sinesio de Cirene, el rico y poderoso obispo de Tolemaida.

Su trabajo más importante de fue en álgebra. Escribió un comentario sobre la Aritmética de Diofanto, en 13 libros. Éste vivió y trabajó en Alejandría en el siglo III, y se le ha llamado “padre del álgebra”. Desarrolló las ecuaciones indeterminadas (diofánticas), es decir, ecuaciones con soluciones múltiples. (Un ejemplo común de este tipo de problema son las diferentes maneras en que se puede cambiar una libra esterlina, empleando monedas de diferentes denominaciones: 50 peniques, 20 peniques, etc.) También trabajó con ecuaciones cuadráticas. Los comentarios de Hypatía incluían algunas soluciones alternas y muchos nuevos problemas, que luego fueron incorporados a los manuscritos diofánticos.

También escribió un tratado Sobre la geometría de las cónicas de Apolonio, en ocho libros. Apolonio de Pergé fue un geómetra alejandrino del siglo III a.C., a quien se deben los epiciclos y los deferentes para explicar las órbitas irregulares de los planetas. El texto de Hypatia era una vulgarización de su obra, facilitando el entendimiento de estos conceptos. Como sus antepasados griegos, sentía gran atracción por las secciones cónicas (las figuras geométricas que se forman cuando un plano pasa por un cono).

Después de su muerte, las secciones cónicas cayeron en el olvido hasta comienzos del siglo XVII, cuando los científicos se dieron cuenta de que muchos fenómenos naturales, como las órbitas, se describían mejor por medio de las curvas formadas por secciones cónicas.

Theon revisó y mejoró los Elementos de geometría de Euclides, y su edición es la que todavía se emplea en nuestros días. Es probable que Hypatia haya colaborado con él para la revisión. Más tarde los dos escribieron juntos por lo menos un tratado sobre Euclides; también es autora de por lo menos uno de los libros de la obra de Theon sobre Tolomeo. Éste había sistematizado todos los conocimientos contemporáneos sobre matemática y astronomía, en un texto de trece libros que llamó modestamente Tratado matemático. Los eruditos árabes medievales le dieron el nombre de Almagesto (“Gran libro”). El sistema de Tolomeo siguió siendo el trabajo astronómico más importante que había hasta Copérnico, en el siglo XVI. Es posible que el Canon astronómico (las tablas que elaboró para los movimientos de los cuerpos celestes) haya formado parte del comentario de Theón sobre Tolomeo, pero también puede haber constituido una obra aparte.

Además de la filosofía y las matemáticas, se interesaba en la mecánica y la tecnología práctica. En las cartas de Sinesio están incluidos sus diseños para varios instrumentos científicos, incluyendo un astrolabio plano, aunque sin embargo otras fuentes fechan este instrumento por lo menos un siglo antes. Claudio Ptolomeo escribió sobre el astrolabio plano, su padre escribió un tratado que era la base para mucho de los que se escribió después en la Edad Media. El astrolabio plano se usaba para medir la posición de las estrellas, los planetas y el Sol, y para calcular el tiempo y el signo ascendente del zodíaco.

Hypatia desarrolló también un aparato para destilación de agua, un instrumento para medir el nivel del agua, y un hidrómetro graduado de latón para determinar la gravedad específica de los líquidos (densidad).

Alejandría en el siglo IV era un centro de estudiosos neoplatónicos. Aunque es posible que estudiase en la escuela neoplatónica de Plutarco el Joven y su hija Asclepigenia en Atenas, su tipo de neoplatonismo era más tolerante y estaba basado en las matemáticas.[4] Había rivalidad entre las escuelas neoplatónicas de Alejandría y Atenas; la escuela de Atenas daba importancia a la magia y a lo oculto. Para los cristianos, sin embargo, todo platónico era un peligroso hereje.

Su pensamiento:

Es un hecho indiscutible que Hypatia se enfrascó en la política de Alejandría. Uno de sus alumnos, Hesiquio el Hebreo, escribió: “Vestida con el manto de los filósofos, abriéndose paso en medio de la ciudad, explicaba públicamente los escritos de Platón, o de Aristóteles, o de cualquier filósofo, a todos los que quisieran escuchar [...] Los magistrados solían consultarla en primer lugar para su administración de los asuntos de la ciudad.”[5]

Como pagana, partidaria del racionalismo científico griego y personaje político influyente, se encontraba en una situación muy peligrosa en una ciudad que iba siendo cada vez más cristiana.

En 412 Cyrilo, un cristiano fanático, se convirtió en patriarca de Alejandría, y se desarrolló una intensa hostilidad entre él y Orestes, prefecto romano de Egipto, antiguo alumno y viejo amigo de Hypatia. Poco después de asumir el poder, Cyrilo empezó a perseguir a los judíos, a quienes echó de la ciudad a millares. Luego, a pesar de la vehemente oposición de Orestes, dedicó su atención a librar la ciudad de los neoplatónicos. Haciendo caso omiso de los ruegos de Orestes, Hypatia se negó a traicionar sus ideales y convertirse al cristianismo.

Así el obispo de Nikiu en sus crónicas nos cuenta:

“Y en esos días apareció en Alejandría una filósofa, pagana de nombre Hypatia, consagrada a las magias, astrología y músicas, engaño a muchas personas a través de la superchería satánica. El prefecto de la ciudad la honró, ya que le había engañado a través de su magia, dejó de asistir a la iglesia como había sido su costumbre, aunque encontrándose en una situación de peligro, volvió a asistir. No solo arrastró al gobernador sino a muchos otros creyentes. Habiendo decretado el gobernador un edicto en relación con el desarrollo de los espectáculos teatrales, y los ciudadanos que asistiesen a ellos. En cuanto Cyrilo fue nombrado patriarca, quiso conocer el sentido de este edicto. Había un hombre de nombre Hierax, un cristiano entendido e inteligente, seguidor del Patriarca y obediente a sus deseos, y bien versado en el conocimiento de la fe cristiana, que acudió al teatro para conocer la naturaleza del decreto. Pero cuando los judíos le vieron en el teatro, clamaron “este hombre no viene con buenos propósitos, solo busca la provocación”…”

Su muerte:

El asesinato de Hypatia está descrito en la obra de un historiador cristiano del siglo V, Sócrates el Escolástico:

“Todos los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su mente. Por lo cual había gran rencor y envidia en su contra, y porque conversaba a menudo con Orestes, y se contaba entre sus familiares, la gente la acusó de ser la causa de que Orestes y el obispo no se habían hecho amigos. Para decirlo en pocas palabras, algunos atolondrados, impetuosos y violentos cuyo capitán y guía era Pedro, un lector de esa iglesia, vieron a esa mujer cuando regresaba a su casa desde algún lado, la arrancaron de su carruaje; la arrastraron a la iglesia llamada Cesárea; la dejaron totalmente desnuda; le tasajearon la piel y las carnes con caracoles afilados, hasta que el aliento dejó su cuerpo; descuartizan su cuerpo; llevan los pedazos a un lugar llamado Cinaron y los queman hasta convertirlos en cenizas (p. 308).

Los hechos ocurrieron en marzo de 415, justo un siglo después de que los paganos hubieran asesinado a Catalina, una erudita alejandrina cristiana. Los asesinos eran parabolanos, monjes fanáticos de la iglesia de San Cyrilo de Jerusalén, quizá ayudados por monjes nitrios. No se sabe si Cyrilo ordenó directamente el asesinato, pero por lo menos creó el clima político que hizo posible tan atroces hechos. Más tarde Cyrilo fue canonizado.

Orestes informó del asesinato y solicitó a Roma que se iniciara una investigación. Luego renunció a su puesto y huyó de Alejandría. La investigación se pospuso repetidas veces por “falta de testigos” y más tarde Cyrilo proclamó que estaba viva en Atenas. El brutal asesinato de Hypatia marcó el final de la enseñanza platónica en Alejandría y en todo el Imperio romano.

Con la difusión del cristianismo, la aparición de numerosos cultos y el caos religioso generalizado, el interés en la astrología y el misticismo sustituyó a la investigación científica. En 640 los árabes invadieron Alejandría y destruyeron lo que quedaba del Museo. Pero aunque Europa ya había entrado en la era del oscurantismo, la ciencia griega sobrevivió en Bizancio y floreció en el mundo árabe.

Aunque la vida de Hypatía acabó trágicamente, su obra permaneció y después Descartes, Newton y Leibniz extendieron su trabajo. Alcanzando logros extraordinarios para una mujer de su época. Los filósofos la consideraron una mujer de gran conocimiento y una maestra excelente.

“Fue una persona que dividió a la sociedad en dos partes: aquellos que la consideraban como un oráculo de luz, y aquellos que la veían como un emisario de las tinieblas”. (Elbert Hubbard, p. 280.)

El retrato de Hypatia pintado por Elbert Hubbard era fantasioso y sarcástico. Siguiendo la Crónica de Juan de Nikiu, un obispo copta que reescribió la historia según sus prejuicios cristianos, Hubbard aseguró que Hypatia hipnotizaba a sus estudiantes con artes satánicas (véase Parsons, p. 379). Otros autores la identifican como alquimista. Charles Kingsley, el popular novelista del siglo XIX, también escribió una vida ficticia de Hypatia. La mata a los 25 años en vez de a los 45, y la imagina como una fanática neoplatónica atrapada en las redes de la intriga política. Hypatia nunca se casó, y los historiadores discutieron durante siglos la cuestión de su castidad.

“The star lovers”, de Richardson, ilustra el tratamiento que se daba a las mujeres de ciencia en las historias, en aquellos casos en que por lo menos se las menciona. Aunque tiene un capítulo sobre mujeres astrónomas, no hace caso de algunas de las más importantes, y en general ridiculiza a las que menciona. Gran parte del capítulo se dedica a los cráteres lunares que llevan los nombres de las astrónomas. A la cabeza de la lista se encuentra Hypatia: “Una mujer erudita que murió defendiendo a los cristianos [sic].” Le sigue Catalina: “una joven extremadamente sabia, de noble familia, que murió en 307 D.C.. defendiendo a los cristianos” (p. 173).

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